Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 10

Capítulo 2: Alguien Llamado Tonto

Parte 5

 

 

Con el uso de artillería y fuego de apoyo prohibido, los magos se centraron en correr hacia los residentes mientras Tione, Tiona y Bete descendían al campo de batalla.

—¡Arcus! No uses la carretera principal. De esa manera, los monstruos no te notarán. Tome un escuadrón de cuatro hombres y siga el vouivre. Lleva a Lefiya contigo.


—¿Eh? ¡Uh, sí, señor!; Lefiya se sorprendió por la orden de seguimiento, pero obedeció de inmediato.

Ellos se movieron hacia la parte trasera, entrando en un callejón escondido una vez que los monstruos ya no podían verlos.

Después de que todos los demás miembros de su familia se pusieron en acción, Aiz se movió por primera vez en mucho tiempo, sacudiendo ligeramente la cabeza como para cambiar de marcha.

—Aiz, te quedas aquí.

—¿…?

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—Riveria, prepara una barrera. Sé lo que dije, pero no hay forma de que la gente del pueblo pueda escapar tan rápido.

—… Demasiado renombre plantea sus propios problemas. Entiendo. Debemos ser cautelosos.


—Gracias. Gareth, lo siento, pero ¿puedes establecer un perímetro allí?

—¿Hmm? Bien por mí, pero … ¿estarán bien contra los monstruos armados?

—Sí, el grupo de Bete debería ser suficiente.

Finn añadió más instrucciones a la pila para Riveria y Gareth específicamente. Aiz se sentía impaciente por ser dejada atrás, mirando hacia el campo de batalla con él. Honestamente, fue difícil para ella quedarse quieta.

—…Finn.


—Si. Lo siento, Aiz, pero quédate aquí por si acaso; Respondió Finn cuando finalmente la miró para quejarse.

Tenía una sonrisa vaga y tensa a pesar de que si podía entender sus sentimientos. Y su rostro se tensó cuando rápidamente miró hacia la calle.

—… ¿Hay … algo viniendo?

—Mi pulgar está un poco … ya sabes …; Sus ojos azules se estrecharon mientras lamía su pulgar.

Momentos después, los aventureros se enfrentaron con los monstruos armados. La batalla había comenzado.

El sonido de las armas chocando entre sí y el chirrido violento de los monstruos era ensordecedor. En cada vuelta en la calle ancha, había aventureros trabajando juntos para interceptar a los monstruos con el mayor potencial para infligir daño. La batalla progresó como Finn anticipó—con las fuerzas de la Familia Loki superiores de principio a fin.

—… Esto no parece ser un hombre lagarto normal; Murmuró Tione mientras se distanciaba del monstruo que se había liberado de sus grilletes.

El hombre lagarto había sufrido un daño significativo de sus ataques casuales, tropezando inestablemente mientras agarraba una espada larga y una cimitarra, pero podía ver que la voluntad de luchar ardía con fuerza en sus ojos de color naranja oscuro.

—¡Groooaaa!; Rugió salvaje y obstinadamente, y atacó con un corte preciso.

Poseía una habilidad inconfundible y dominio de tácticas, aunque sus técnicas de espada evocaban la imagen de un guerrero autodidacta. Como amazona, Tione podía decir que era un estilo que se había fomentado mediante combates frecuentes. Al mismo tiempo, nunca se había encontrado con un monstruo que poseía técnicas aprendidas antes. Y para ir un paso más allá, ese monstruo ni siquiera debería existir.

Tione se lamió los labios ante la idea de luchar contra este monstruo. Desencadenó varias técnicas una tras otra—en lugar de confiar solo en el instinto. Dicho esto, las órdenes de su amado debían cumplirse, y ella apaciguó al enemigo enfáticamente.

—Muy calculador para ser un monstruo, ¿verdad?

Mientras tanto, había una sola sirena colapsada a los pies de Bete. Él había ganado en un instante.

Una porción de sangre antiestética cayó de su rostro, revelando una lo suficientemente hermosa como para rivalizar con un elfo.

Pero Bete pisoteó sin piedad el estómago de la sirena.

—¡¿… Argh?!

—Los monstruos pueden ir al infierno.

Su sonrisa se estiró y retorció el tatuaje en su mejilla, que estaba teñida de rojo con una mezcla de desprecio y rabia. Bete no podía aceptar monstruos caminando por encima del suelo como si fueran dueños del lugar, o volando por el cielo o nadando perezosamente en los mares.

Fue imperdonable.

Nunca lo diría en voz alta, y no recordaría su pasado, pero la verdad fría y dura era que la familia de Bete—las personas que eran más importantes para él, habían sido asesinados por monstruos.

Bete pisoteó, desatando todo el alcance de su ira en nombre de todas las personas del mundo. Incluso si fuera mujer, incluso si su cara se viera vagamente humana, no lo detendría. No tenía piedad de ningún tipo de monstruo.

Ustedes, bastardos, merecen ser destruidos, pensó mientras tocaba la sirena que se había atrevido a llegar a la superficie.

—¡Oooooooooooo!; Una gárgola se abalanzó mientras Bete continuaba golpeando al monstruo.

—Un dolor de culo tras otro; Él lo encontró sin ninguna dificultad, y lo apartó fácilmente.

—¡¿GOOAGH?!

—Ustedes idiotas están muy lejos de casa.

Bete arrancó las garras de piedra del enemigo, golpeando sus botas de metal contra su cuerpo. La expresión en la cara del hombre lobo seguía retorcida.

Bete se dio cuenta de la sensación que llenaba su pecho—esto me está molestando.

Eso fue porque sus aullidos sonaban como si estuvieran protegiendo algo. No podía evitar la sensación de que estos monstruos llorando y pensando en sus camaradas se parecían mucho a su familia en las llanuras. Eran despreciables, repugnantes, detestables.

—¡Solo quédate abajo!

—¡¿Gaagh?!

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Él golpeó una brutal patada en la gárgola para evitar confrontar sus sentimientos.

—¡Ven a mí!

—¡¿Grugh?!

Cuando Bete expresó sus frustraciones en un violento alboroto, Tiona derribó a un duende. Mediante el uso de técnicas mano a mano de sus estudios en Telskyura, lo hizo incapaz de defenderse.

—No soy Bete ni nada, pero es difícil evitar usar a Urga.

Ella estaba arrastrando los pies hacia su trabajo, abriéndose paso por el intenso campo de batalla con los otros miembros de la familia. Ella sabía que no había un arma más inadecuada para la tarea de capturar monstruos vivos que Urga. Y, sobre todo, dudaba en usarlo en ellos.

Es un poco … difícil luchar contra estos tipos. ¿Qué pasa con esta horda de monstruos …?

Ella neutralizó el al-miraj, enviándolo a volar con un movimiento hacia la frente mientras fruncía el ceño ligeramente. Esta horda era diferente de las bestias que generalmente mataban en el Calabozo. No podía expresarlo con palabras, pero se sentía mal. Le resultaba difícil luchar.

Si Tione escuchara su línea de pensamiento, Tiona probablemente recibiría una palmada en la parte posterior de la cabeza. Pero no podía explicarlo, y no se basaba en nada, ya que era una idiota. A pesar de ser una cabeza hueca, Tiona estaba luchando por resolverlo cuando el suelo tembló.

—¡¿Waaah?! ¡¿Qué es eso?!

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El pavimento de piedra brotó y un trozo de metal apareció desde el subsuelo, una especie de monstruo metálico que se asemeja a una roca de llamas gigantes. No había visto nada igual antes. Los otros que luchaban cerca se detuvieron para mirar en estado de shock.

Tiona se dio cuenta rápidamente de que su cuerpo estaba hecho de adamantita, al igual que su Urga. Como para demostrar que tenía razón, desvió los ataques de Tione y Bete. Sus movimientos fueron lentos y eficientes, derribando el muro de vanguardia, los escudos y todo.

——Sí, ¡sí, eso es lo que estaba buscando!

Los ojos de Tiona brillaron mientras balanceaba su espada. Una repentina oleada de entusiasmo burbujeó dentro de ella—aunque no fuera por otra razón que el trozo de metal que no causaba el mismo nudo en su garganta que los otros monstruos.

Con esto, no tengo que pensar en nada cuando balanceo mi espada.

Para superar sus dudas, Tiona dividió el golem en un solo corte.

Interés, molestia y demora.

Cada uno con sus propios pensamientos, la Familia Loki procedió a neutralizar a los monstruos armados.

—… ¿Qué es esto?; Susurró Aiz en medio del caos.

Su susurro no se escuchó mientras veía la batalla desarrollarse ante sus ojos. Estaba parada por encima de todo, con vistas al campo de batalla. Debido a eso, le resultaba fácil de entender—mucho más clara y distintivamente que Tiona y los demás peleando.

Los monstruos se cubrían unos a otros. Estaban trabajando juntos para luchar, como si fueran aventureros.

¿Qué está pasando? Eso es imposible.

Había monstruos con suficiente inteligencia que se sabía que cooperaban entre sí con el propósito de atacar a la humanidad—¿pero protegerse entre sí? Eso era inaudito. Para devorar a las personas, no les importaba si otros de su especie o cualquier otra cosa fueran asesinados en el proceso. Eso era lo que era un monstruo—una bestia.

Y Aun así.

Aiz ocultó su desconcierto y agitación detrás de su expresión sin emociones.

¿Hay alguien más que lo haya notado? ¿Tiona? ¿Tione? ¿Bete? ¿Alguien más?

¿Qué estás pensando, Finn?

El líder hobbit a su lado llevaba una máscara de comandante, ocultando sus sentimientos. Su mente era un desastre.

Su corazón estaba lleno de confusión.

No podía sacar la imagen de ese chico que protegía al vouivre de su cabeza. Aiz se dio cuenta de que sus palmas estaban sudorosas mientras miraba hacia el campo de batalla.

—¡OOOOOOOOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooooooooo!

Es por eso que Aiz se sintió aliviada cuando escuchó ese rugido abrumador, cuando vio ese cuerpo completamente negro, la imagen misma del miedo y la amenaza.

Y a pesar de que el aullido penetrante inmediatamente dejó inconscientes a los residentes, a pesar de que sus brazos tan gruesos como troncos volaron a varios de sus camaradas, a pesar de que su brutal hacha de batalla Labrys brillaba a la luz del sol, sembrando la destrucción en su camino, en la esquina de su corazón revuelto por la conmoción, Aiz se sintió tranquilizada.

Porque este era el tipo de monstruo que ella conocía.

—¡Uooooooo!

Era un minotauro completamente negro.





Tiona, Tione y Bete apenas lograron mantenerse firmes, mientras que los demás miembros fueron acorralados por su moderación y no pudieron intervenir. Justo cuando los Nivel 6 estaban a punto de tomar el control de la batalla aprovechando sus números, el monstruo titánico desenvainó una segunda hacha detrás de su espalda.

—”””¡¿—?!”””

El arma colosal rasgó el suelo, levantando una tormenta de descargas eléctricas y dispersando los coágulos de sangre secos en su espada para revelar su color dorado. Era una espada mágica con el atributo del rayo.

Bañados en una red de truenos, los Aventureros de Primer Rango no pudieron evitar congelarse por un instante.

El minotauro negro balanceó el hacha hacia arriba, atravesando los cielos mientras giraba en posición para atacarlos sin piedad.

—¡Riveria, la barrera!; Gritó Finn, abandonando todas las pretensiones de compostura.

¡Vía Shilheim! Sonó una voz resonante, lanzando el hechizo para formar una barrera mágica en forma de cúpula.

Esto protegió a los residentes inconscientes al mismo tiempo que el minotauro desataba su próxima explosión.

“—OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!”

Un rayo inundó el área como una ola rompiendo.

Bete sacó su Frosvirt para absorber el impacto, pero la atronadora explosión de un rayo no pudo ser contenida. Bete, Tiona y Tione fueron los más afectados por el ataque y fueron enviados volando de regreso cuando los otros miembros fueron tragados en un remolino de luz.

Los ondulantes rayos de luz rasgaron los adoquines, dejando hileras de casas destruidas a su paso. Aparte de la barrera de Riveria, nada escapaba de la destrucción.

Esta fue la mayor cantidad de daño que se había infligido desde el comienzo de la batalla contra los monstruos. Una vez que pasó el atronador bombardeo, el humo se aclaró para revelar una calle demolida con los miembros de la Familia Loki colapsados en el suelo.

Todos habían sido aniquilados—excepto Bete y las dos hermanas.

—Se acabo eso de tratarlos de capturarlo vivos—

El minotauro negro se encontraba en el centro de la calle pulverizada desde ese lugar hacia el extremo occidental. Todo se había convertido en escombros, excepto el extremo este de la calle donde los monstruos armados derrotados yacían en una posición dificil.

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Los ojos de Finn se entrecerraron ante la escena de la destrucción—y Aiz salió corriendo, sin ser vista, sola, sin decir una palabra o hacer un sonido.

Se movió como si la obligara algo, dando la bienvenida a algo, mientras pateaba el techo y giraba por el cielo, aterrizando detrás del monstruo.

——¡Hazlo, Aiz!

Tap/Paso.

La espalda de la bestia se puso rígida ante el sonido de sus botas golpeando ligeramente el suelo mientras sacaba su espada de confianza.

—Entendido.

Aiz no se dio cuenta del tono de su voz. Había una cualidad de serenidad en ello. Y su mirada estaba tranquila mientras se paraba ante el rugiente minotauro girando para aplastar su hacha.

Tempestad; conjuró con una voz sonora, señalando un intento de matar.

—¡Airiel.

El viento gimió.

Un tremendo flujo de aire se precipitó, y su espada brilló.

Y en el momento siguiente, el brazo derecho del monstruo voló por el cielo.

— —

Sus camaradas, la Familia Hestia, los monstruos armados y el minotauro negro guardaron silencio.

El destello de acero les robó el aliento. Sopló una suave brisa y el brazo cortado se estrelló contra el suelo.

Incluso cuando el chillido del monstruo alcanzó un punto álgido y su sangre salpicó su entorno, el viento protegió el cuerpo de la chica de todo, funcionando como su armadura. Su corazón estaba tranquilo.

No había duda—directo hasta el punto de que la sorprendió.

Mientras sus largos mechones rubios ondeaban en el viento, Aiz sostuvo la belleza de una diosa en el campo de batalla, balanceando su espada hacia el monstruo gigante que tenía delante, sin piedad, incluso cruelmente.

—Aquí voy; Ella advirtió.

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El minotauro oscuro mando su saliva a volar mientras furiosamente comenzaba a contraatacar, pero Aiz mantuvo la compostura, tocando una melodía cortando su espada al viento.

—¡¿Argh?!

Danmachi: Sword Oratoria Volumen 10 Capítulo 2 Parte 5 Novela Ligera

 

Ella desató aparentemente miles de cortes desde todos los ángulos. Envainada por el viento, Desesperate atravesó el cuerpo del enemigo blindado, enviando salpicaduras de sangre. Pero su espada no se detuvo. Todo el cuerpo de Aiz revoloteó, cortando una tormenta contra el enemigo que estaba frente a ella.

—¡UOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

En un abrir y cerrar de ojos, el monstruo estaba cubierto de sangre, pero sus ojos brillaron, listos para defenderse—como un monstruo que superó el intelecto humano. Este avanzó, abandonando sus defensas. Con un brazo y un pie en la tumba, se obligó a lanzar un contraataque. Descargando un solo golpe con suficiente fuerza para convertir todo en polvo, esto hizo retroceder su flujo de cortes. Con su campo de visión temblando, Aiz se sorprendió por un momento, pero recuperó su espíritu de lucha—y asombro.

Ah.

Tan fuerte. Tan aterrador Tan espantoso Sí, eso es—

—E-eso es …

Su espada reverberó mientras aceleraba, y el mundo a su alrededor pareció congelarse a tiempo. Cuando sus ojos perdieron de vista todo menos el monstruo negro ante ella, Aiz ya no era capaz de notar que alguien murmuraba.

Cuando la persona presenció los rasgos helados de la Princesa de la Espada y los cortes furiosos llenos de llamas negras, su voz tembló.

—Esa es … la Princesa de la Guerra.

Alguien la había llamado así hacía mucho tiempo—la Princesa de la Guerra, la asesina de monstruos en la piel de una niña, la que había construido innumerables montañas de cadáveres de monstruos, la luchadora imprudente que nunca se cansaba de descender una y otra vez a las profundidades del Calabozo.

Mientras su espada bailaba, volvió a su aspecto de la Princesa Muñeca, una que había dejado atrás hacía mucho tiempo, aún más hermosa por el peligro que conlleva. Ella inspiró miedo y terror en los monstruos y la Familia Loki.

Pero Aiz no se dio cuenta de que estaba usando inconscientemente la habilidad que se había prohibido usar en otros.

—… Aiz.

Ella no procesó el murmullo de una alto elfo observando mientras la batalla la poseía.

Bien—

Aiz se sintió aliviada ante el minotauro negro, la encarnación de la violencia.

Este es un monstruo. Esta es una bestia— No estoy equivocada.

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La imagen del niño que protegía el vouivre desapareció de su mente.

Sabía que no estaba equivocada.

Los monstruos deben ser asesinados.

Mientras el minotauro rugió alegremente para más combate, Aiz bailó, desatando un fuerte zumbido con el viento.

La versión joven de Aiz en un rincón de su corazón la miraba sola, pero fingió no verla mientras se confrontaba contra el minotauro negro.

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