Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 10

Capítulo 2: La Semifinal

Parte 3

“¡Estás a la altura de tu reputación, Glühen Rose!”

“¡Rgh…!”

Un rayo cayó por el aire, lanzándose hacia ella.

Julis sacrificó una de las Margaritas Livingston que ya había desplegado para protegerse mientras intentaba desesperadamente reunir a sus dispersos Rect Luxes.

De repente, la voz de Saya sonó: “¡Julis, arriba!”

“¡ !”

En ese momento, Hufeng se precipitó con una patada de hacha.

“¡Pēn!”

Afortunadamente, logró esquivar, pero Hufeng rápidamente pasó a una serie de patadas y golpes de codo consecutivos, que fluyeron de una a otra tan rápidamente que Julis ni siquiera tuvo la oportunidad de recuperar el aliento.

Consiguió resistir el bombardeo gracias a las tres unidades Rect Lux que había vuelto a poner bajo control, pero eso no cambió el hecho de que la situación iba de mal en peor.

Su oponente era simplemente demasiado rápida; incluso defenderse requería toda su concentración. Aunque era capaz de usar su Rect Lux solo a través del pensamiento, eso también significaba que controlarlo era un asunto delicado, y todo lo que se necesitaría era un lapsus de concentración para encontrarse en desventaja.

Para ser honesta consigo misma, tuvo que admitir que el hecho de que pudiera seguirle el ritmo incluso hasta este punto fue gracias a su intenso entrenamiento durante el último año. Sin esa mejora, no habría tenido ninguna esperanza de mantenerse firme.

“…¡Ahora!”

Saya soltó un bombardeo con su blaster para ayudarla, pero antes de que los rayos pudieran alcanzar su objetivo, una pared de rayos se estrelló contra ellos para bloquearlos. Láseres y relámpagos por igual chocaron en un violento relámpago, cancelándose mutuamente en una enorme explosión.

“¡No te metas en esto, chica!”

“Argh…. No creas que puedes hablarme mal sólo porque las tuyas son más grandes….! ¡Estúpidas tetas!”

“…no estaba hablando de eso.”

Las armas sobredimensionadas de Saya requerían una carga antes de cada disparo, por lo que tenían pocas posibilidades de igualar la velocidad de Cecily. El ritmo al que podía usar sus hechizos era nada menos que increíble.

“…supongo que no tengo elección.”

Saya parecía haberse dado cuenta de eso también, ya que rápidamente devolvió el Waldenholt a su activador y preparó el Ark Van Ders Mark II.

Entre su impresionante arsenal, el Ark Van Ders era el más adecuado para el combate
cuerpo a cuerpo, lo que básicamente significaba que se podía disparar mientras se cargaba. Dada la situación, esa era sin duda su mejor opción.

“¡Será mejor que no bajes la guardia a mi alrededor…!”

Julis había estado distraída solo un momento, pero Hufeng había aprovechado eso para aumentar la intensidad de su ataque.

Las habilidades de combate cuerpo a cuerpo de Julis no estaban a la altura de las de su oponente. Su Rect Lux ayudó a compensar un poco, pero Hufeng ya había eliminado dos de las tres unidades que aún tenía bajo su control.

Bloqueó una patada en sentido contrario con la Nova Spina, usada para controlar las otras unidades del Rect Lux, mientras que usaba la última unidad que quedaba para golpear el puño de su oponente. Al momento siguiente, sin embargo, utilizó toda su fuerza para destrozar el suelo a su alrededor, dejando a Julis a un lado antes de que ella tuviera la oportunidad de reaccionar.

“Ugh…”

Ella hizo una mueca de dolor, pero afortunadamente, fue su brazo izquierdo el que se lesionó. Aunque estuviera roto, podría seguir luchando. Apretó los dientes, preparándose para enfrentarse a otro de sus golpes, cuando sintió un frío escalofrío correr por su espina dorsal.

El suelo a sus pies empezó a brillar cuando una trampa se activó a su alrededor.

¡Los gemelos Li…!

Deben haber usado su ilusión de seisenjutsu para ocultar el encanto del hechizo.

Una ráfaga de cadenas surgió del suelo, enrollándose alrededor de su cuerpo.

“¡Esto es todo!” Hufeng gritó, lanzándose hacia la cima de la escuela, cuando-

“¡Lo siento, Hufeng!” Gritó Cecily.

“¿¡ !?”

Saya, habiendo escapado del bombardeo relámpago de Cecily, hizo caer el Arca Van Ders sobre Hufeng.

Hufeng empezó a cruzar los brazos en un intento de resistir el bombardeo, pero antes de poder prepararse adecuadamente, Saya apretó el gatillo.

“Boom”.

No había esperanza de evitarlo a esa distancia o, al menos, no debería haberla.

Pero Hufeng parecía haberse alejado justo a tiempo; simplemente estaba allí en un momento y se fue al siguiente, como si de alguna manera se hubiera teletransportado fuera del camino.

“Heh…” Mirando los bordes quemados de su uniforme, Hufeng dio un suspiro de alivio.

Julis, mientras tanto, había aprovechado esa oportunidad para recordar las unidades de su Rect Lux y liberarse.

“Gracias”, dijo ella, mirando hacia Saya.

“No te preocupes por eso. Sin embargo, no creí que fuera capaz de esquivarlo”, contestó ella, con un tono lleno de sorpresa y frustración.

Parecía que ella también había sido incapaz de apreciar lo rápido que Hufeng podía moverse. La vista de Saya siempre había sido más aguda que la suya, por lo que Julis esperaba que ella, al menos, pudiera seguirle el ritmo. Gracias al Tongtianzu, sin embargo, fue incluso más rápida de lo habitual, demasiado rápida incluso para que ella le siguiera.

Hufeng, habiendo vuelto a reunirse con Cecily, estaba discutiendo algo con ella en voz baja.

“Necesitaba un respiro, pero ¿qué más podemos hacer…?”

Sus oponentes eran más formidables que todos los que aún tenían que enfrentar. Se suponía que Julis era la atacante del equipo, y Saya su retaguardia, los dos apoyando a Ayato y Kirin, pero ninguna tuvo oportunidad de venir en su ayuda.

“Aún así, no podemos rendirnos”, murmuró Saya, como si estuviera leyendo su mente.

“…Cierto,” Julis contestó con un profundo asentimiento, apretando su agarre sobre la Nova Spina.

***

“Heh-heh… Parece que nosotros…”

“-Tener el equipo superior.”

La batalla de Claudia contra los gemelos fue, en comparación con las otras, algo menos llamativa.

“Cuando Glühen Rose cayó en mi pequeña trampa…”

“-¿No fue tu culpa, Parca Morta?”

Los gemelos parecían reírse mientras salían corriendo por el escenario, siempre
manteniendo una distancia fija de ella, pero Claudia, sin dejarse engañar, se concentró en lo que la rodeaba mientras intentaba discernir su verdadera ubicación.

A veces, sus figuras parecían derretirse en el aire, o multiplicarse frente a ella, pero Claudia continuó concentrándose en sus posiciones reales, tratando de limitar sus oportunidades de engañar o atacar.

Lo que estaba haciendo no era tan preciso como la técnica shiki de Ayato, pero contra oponentes de este nivel, y dado que le dio toda su concentración, pudo ver su paradero con bastante precisión. Si hubiera estado enfrentando a cualquiera de los dos gemelos uno a uno, habría salido fácilmente ganando, pero al igual que cuando Julis había sido atrapada por esa trampa, se encontró a sí misma resbalando cuando se enfrentó a los dos a la vez.

Por eso se usaba a sí misma como cebo para tratar de mantener a los dos ocupados.

¿Pero no es una confesión tácita de que no tengo otras opciones? En ese caso, será mejor que lo haga todo.

Los gemelos, sin duda, querían apoyar a sus compañeros de equipo. Sin embargo, no podían permitirse el lujo de ignorar al oponente que les precedía. Podrían haber sido capaces de hacerlo si uno de ellos estuviera dispuesto a sacrificarse, pero si lo hubieran hecho en una batalla de equipo, habrían terminado perdiendo su equilibrio de poder.

Además, su rival era el líder del equipo de la otra parte. Si pudieran encontrar una oportunidad y destruir el escudo de su escuela, eso sería el final del combate. Si lo planearan correctamente, no sería imposible para ellos arrebatar la victoria por sí mismos, y para ellos, no podría haber una perspectiva más atractiva que esa.

Claudia y los gemelos sabían todo lo que necesitaban saber el uno del otro, lo suficiente como para mantenerse a raya el uno del otro.

Sabía, sin embargo, que no sería capaz de sujetarlos completamente por sí misma.

Como el hechizo que había atrapado a Juli antes, los gemelos estaban logrando esparcir las semillas de las trampas por toda la arena. No había nada que ella pudiera hacer al respecto.

“Hmm…. Ciertamente lo estás haciendo bien, manteniéndonos atados tú sola.”

“¿Está acostumbrada a que la persigan?”

“Debe ser agotador. Todo lo que se necesitaría es un descuido, y tus amigos estarían acabados”.

“Pero no, nos quedaremos aquí y te llevaremos nosotros mismos…”

Los gemelos estaban haciendo todo lo posible para reducir su concentración.

Si pudiera mantener la situación actual, la victoria sería suya.

Sin embargo, si comete un error, aunque sea por un instante, eso sería el final para ella.

Caminaba por la cuerda floja más precaria, sin otra opción que la de perseverar.

Cierto. Aunque el resto de su equipo fuera derrotado, mientras ella siguiera en pie, el combate no había terminado. Podría haber una oportunidad de hacer algo, pero como las acciones de Pan-Dora son lo que eran, no podía permitirse el lujo de actuar precipitadamente….

En ese momento-

“¿Estás pensando en algo?”, dijo Shenyun, apareciendo frente a ella de la nada.

“Eso no es suficiente. Hay que prestar atención”, añadió Shenhua, temblando como un fantasma antes de desaparecer.

“¡Ngh!”

Shenyun había conseguido abrirse camino dentro de su guardia, golpeando con el codo, y mientras Claudia conseguía eludir el ataque, siguió adelante con una rápida sucesión de puñetazos.

En este tipo de combate cuerpo a cuerpo, las artes marciales de los gemelos eran mucho más eficaces que sus dos espadas.

“¿Creíste que habíamos estado haciendo el tonto el año pasado?”, se regocijó.

“Nosotros también hemos estado entrenando, ¿sabes?” La voz de Shenhua añadió desde detrás de ella.

“¡Bào!”

Con eso, se vio envuelta en una violenta explosión.

…O eso parecía.

“Ciertamente pareces haber mejorado desde el Phoenix…”, dijo Claudia con una sonrisa, habiendo usado el Pan-Dora para ver a través de la ilusión.

Era el mismo tipo de hechizo que los gemelos habían usado contra Ayato y Julis durante su combate de etiqueta, y sorprendentemente realista cuando lo experimentaron de primera mano.

“Ya veo, así que ese era el Pan-Dora.”

“Qué molestia.”

Los gemelos prácticamente escupieron las palabras.

Si no fuera por la precognición de Pan-Dora, habría estado en grave peligro. Quizás los gemelos eran más fuertes de lo que ella sospechaba.

“No te preocupes…”

“Tenemos mucho tiempo…”

Los gemelos le mostraron un par de sonrisas diabólicas antes de, una vez más, bajar al escenario.

Exactamente. Todavía tenemos tiempo.

Tendrían que llevar a cabo este concurso de resistencia hasta el final, pensó ella mientras despegaba en persecución.