Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 9

Capítulo 5: Tarde

Parte 2

“Haah… ¿Me pregunto cómo estará Alema…?” Hufeng murmuró mientras observaba la lluvia que caía desde un pasillo en el Salón del Dragón Amarillo.

“Oh-ho, ¿estás preocupado por ella? Qué inusual”. Xinglou, caminando delante de él, se detuvo. Ella se giró hacia él con una sonrisa inocente.

“¡No es ella la que me preocupa! ¡Es el instituto! ¿No lo entiende, Maestra? Si se equivoca, y puede ser rastreada hasta nosotros… No, supongo que eso sería mejor que la alternativa… Si las cosas salen mal, y es capturada por Seidoukan, se convertirá en un gran problema”.

“Oh Dios, eres una persona preocupada, ¿no es así? Ellos mismos están involucrados en algo turbio, así que incluso si algo sucediera, hay pocas posibilidades de que se atrevan a hacerlo público. Y además” Xinglou se detuvo allí por un breve segundo, mirando hacia el cielo sombrío. “Confío en su fuerza y habilidad. En cuanto a las artes marciales, no es menos hábil que Xiaohui”.

“Eso es…. soy consciente de ello, pero aún así…” Hufeng se mordió el labio en frustración.

En otras palabras, Xinglou veía a Alema con más estima que a sí misma.

Alema tenía su propio estilo de artes marciales, uno que incorporaba técnicas de varias escuelas y que continuaba evolucionando con cada día que pasaba. No surgió de un hambre de fuerza, sino de un hambre de lucha en sí misma.

No era una simple historia que ella había desafiado a cada estudiante dentro de Jie Long y los había derrotado a todos. Aunque ella no participó en la Festa, incluso ahora, Hexa Pantheon la clasificó entre las diez mejores luchadoras de todo Asterisk. Las clasificaciones de los sitios de fans fueron determinadas por la habilidad y fueron muy influenciadas por la exposición pública de cada uno. Como tal, el hecho de que Alema haya mantenido una posición tan alta, a pesar de haber sido relegada a un trabajo detrás del escenario durante algún tiempo, fue nada menos que asombroso.

“¿Estás diciendo que no tenemos que preocuparnos por todo esto?” Preguntó Hufeng.

“Eso no es lo que dije.”

“¿Eh?”

“Me apena decir esto, pero ella es bastante tonta. Probablemente acabará desafiando a duelo a la cabeza de los Yabuki”, contestó Xinglou, antes de continuar por el pasillo.

Hufeng, sintiéndose abandonado, corrió tras ella. “¡Espera, Maestra! ¿Está diciendo que no tiene ninguna posibilidad de ganar contra su líder?”

“Yo no he dicho eso. Hay una posibilidad de que gane respondió Xinglou cuidadosamente. “Sin embargo…. El clan Yabuki, al igual que el de Fuyuka, está compuesto por un linaje único, heredado ininterrumpidamente de generación en generación. Aquel en quien la sangre fluye más fuerte es elegido como su líder. Y con sangre más fuerte, él naturalmente tiene la mayor afinidad con sus técnicas. No sé cuán fuerte es la cabeza actual, pero al menos, no hay duda de que Alema no le irá muy bien con esas técnicas”.

“…¿y aun así la enviaste, a pesar de saber eso?” Hufeng empezó, antes de que una repentina e intensa presión cayese sobre él.

“¡…!”

La presión, que emanaba de Xinglou, parecía tragarlo entero, dejándolo incapaz de respirar.

“…Por supuesto. No importa lo que pase, sólo la hará más fuerte”. Xinglou se giró hacia él, mirando con ojos que gritaban muerte. “Escucha bien, Hufeng, y no lo olvides. Yo, el Ban’yuuu Tenra, estoy aquí para entrenar a los estudiantes de Jie Long. Puede que no sea una de mis discípulas, pero es prometedora. Y estoy dispuesta a usar cualquier medio necesario para lograr mi objetivo”.

“…entiendo”, respiro con dificultad Hufeng pidiendo disculpas. “P-perdóname”.

Con eso, la presión disminuyó inmediatamente.

“En cualquier caso, si ella va a luchar contra él, no tardará mucho”, murmuró Xinglou mientras miraba una vez más hacia el cielo oscuro y lluvioso. “¿Quién sabe? Puede que ya haya terminado”.

***

La lluvia siguió creciendo con más fuerza.

“Querido, me pregunto si este viejo cuerpo puede resistir esta lluvia otoñal.” Bujinsai murmuró mientras se limpiaba la frente con una mano.

Alema puso una mueca de dolor agudo y frío que la atravesaba cuando las gotas de lluvia le golpearon la cara. Reuniendo sus fuerzas, consiguió alejarse de la impresión de cráter en la pared del almacén, escupió una bocanada de vómito sangriento y se puso en pie.

“Oh, ¿así que aún puedes estar de pie? Pareces mucho más fuerte que nosotros, eso es seguro”, dijo Bujinsai, impresionado de verdad, acariciando su barbilla.

En su mano derecha, sostenía a una Lux con forma de bastón. Se trataba de un arma de diseño inusual, en la que la parte superior circular estaba formada por una luz brillante, con un disco metálico alojado en su interior. Alema nunca antes había visto un Lux así, y era difícil decir que parecía particularmente práctico.

Y sin embargo, su oponente la estaba usando para derrotarla tan unilateralmente. No había sido capaz de conseguir ni un solo ataque por su cuenta.

Maldita sea, ¿qué le pasa a este viejo…?

Ella estabilizó su respiración, invocando el resto de su prana. El dolor se hizo más sordo cuando sintió que la fuerza fluía a través de cada rincón de su cuerpo.

Estoy bien. Estoy bien. Todavía puedo luchar.

En ese momento, una ola de deleite brotó dentro de ella.

Cierto, eso era todo lo que importaba. Ya sea que ganara o perdiera, eso quedó en segundo lugar. Sólo tenía que pelear y seguir peleando. Porque ella vivía para luchar.

“¿Estás loco? ¿Cómo puedes sonreír en tu situación? Qué molestia”.

Pero sin responder, Alema inmediatamente cerró la distancia hacia Bujinsai.

Ella empujó repetidamente con sus dedos hacia su garganta, pero sin éxito. Pasó a golpear con sus puños, sus palmas, sus codos, incluso los lados de sus pies en un ataque en el aire, fluyendo de uno a otro sin pausa, pero ninguno llegó a su objetivo. Sus ataques, todos los cuales habían mirado al principio como si fueran a encontrar su marca, se quedaron cortos.

Y para empeorar las cosas, por alguna razón que no podía entender, se encontró incapaz de evadir sus ataques, ataques que debería haber sido capaz de esquivar sin ninguna dificultad en particular.

“Terminemos con esto”.

Y con eso, una cuchillada que Alema no debería haber tenido ningún problema en hacer a un lado, le cortó el cuello.

Consiguió evitar que se hundiera demasiado, pero ya no, y probablemente habría llegado a una arteria.

Sin embargo, aprovechando esa apertura, Bujinsai recibió una poderosa patada en la boca del estómago y, mientras Alema caía de rodillas, pateó sin piedad su cabeza hacia atrás desde abajo.
Fue un golpe fuerte, suficiente para hacerla volar hasta que aterrizó boca arriba en el suelo.

“Incluso tú, Seiten Taisei, no puedes luchar para siempre, dijo Bujinsai con indiferencia
mientras la miraba.

“…déjame preguntarte una cosa”, preguntó Alema, todavía inmóvil en el suelo. “¿ERAN ESAS TUS TÉCNICAS DE OCULTACIÓN?”

Para ser totalmente honesto, Alema no creía que hubiera mucha diferencia entre ella y Bujinsai cuando se trataba de artes marciales normales.

Como mínimo, no sentía el tipo de diferencia de habilidad que siempre la llevó a la desesperación cuando luchaba contra Xinglou. Sin embargo, su duelo había sido totalmente unilateral. Tuvo que haber algún otro factor involucrado.

“Tal vez”. La respuesta de Bujinsai fue, como ella esperaba, completamente evasiva. Pero después de un momento, sus labios se rizaron con una leve sonrisa, como si de repente recordase algo. “Bueno, no hay forma de que una chica como tú, entrenada por Xinglou Fan como está ahora, pueda ver a través de ellos.”

“¿Como está ahora…?”

“La historia de mi bisabuelo luchando contra ese monstruo inmortal se ha transmitido durante más de un siglo. Es del tipo que se hace más fuerte con la edad, pero fue lo suficientemente estúpida como para reemplazar su cuerpo con eso”. Bujinsai se mofó de ella. “Ella no tiene ni la mitad de la fuerza ahora que la tenía entonces.”

¿¡La mitad!?

El impacto de esas palabras fue abrumador.

Pero al mismo tiempo, un indescriptible sentido de euforia comenzó a brotar en su interior.

Todavía tirada en el suelo, Alema estalló en un repentino estallido de risa, aunque silencioso.

“Hee-hee… ¡Ah-hahahaha! ¡Ah-hahahahahaha!”

Bujinsai se entretejió las cejas, mirándola sospechosamente. “¿Qué pasa, chica? ¿Finalmente has perdido la cabeza?”

“¡NO, ACABAS DE RECORDARME LO ENORME QUE ES EL MUNDO! NO PUEDO
MORIR AHORA, NO ME GUSTA ESTO”, exclamó, antes de saltar y golpear con una patada repentina.

Esquivó el ataque sin ninguna dificultad, pero eso estuvo bien.

“¡Ngh…!”

Justo cuando Bujinsai retrocedió para distanciarse de ella, Alema corrió por la pared del almacén para saltar sobre una grúa cercana.

“…Oh, así que todavía tienes algo en ti, ¿verdad?” murmuró, como si estuviera realmente impresionado.

“CULPA MÍA, PERO YA HE TERMINADO LO QUE VINE A HACER, ASÍ QUE LO DEJO POR AHORA.”

Sus instrucciones, dadas por Xinglou, habían sido apoyar a la presidenta del consejo estudiantil de Seidoukan para darle la oportunidad de escapar. Era difícil llamarlo realmente un logro, pero ella había inmovilizado a la mayoría de los asesinos del clan Yabuki. Se podría decir que eso era suficiente.

Su oponente más problemático podría seguir en pie, pero no se pudo evitar.

“Has terminado lo que viniste a hacer aquí, ¿eh? Parece que todavía estás mojada detrás de las orejas,” dijo Bujinsai, antes de levantar lentamente su brazo.

¿¡Qué…!? se preguntó Alema.

Con eso, las figuras de lo que parecían ser varios miembros del clan Yabuki surgieron tras él, como si estuviesen saliendo de entre las sombras.

Más figuras habían surgido de las sombras alrededor de la grúa, rodeándola.

¿Refuerzos…? No, ellos…

Ya debería haber derrotado a la gran mayoría de ellos. Puede que no haya podido darse el lujo de acabarlos por completo, pero las heridas que les había infligido no habían sido tan leves como para que pudieran rodearla ahora.

Lo que significa que…

“…TCH, ASÍ QUE TIENES UN SANADOR CONTIGO, ¿ME LO LLEVO?”

Los ojos de Alema vieron a una figura de pelo largo esperando detrás de Bujinsai. Llevaba el mismo tipo de ropa que todos los demás, pero como el líder del clan, su cabeza estaba descubierta. Era evidente que, en lo que respecta a la fuerza bruta, la mujer estaba muy por debajo del nivel de todos los demás miembros.

La única razón para traer a alguien así a su tipo de misión sería el apoyo, y considerando la situación, la única conclusión sensata era que ella era una sanadora.

Dicho esto, ningún sanador, ni siquiera en el mejor de los hospitales, debería haber tenido el poder de tratar con tanta gente con tantas lesiones tan rápidamente. Tenía que haber algún tipo de explicación, algún tipo de truco… pero no podía permitirse el lujo de intentar descubrirlo ahora.

“…TCH, ASÍ QUE ME HAN ENGAÑADO. PARECE QUE HE PERDIDO ESTA VEZ. ¡PERO RECUERDA ESTO, VIEJO! ESTARÉ DESEANDO VOLVER A PELEAR CONTIGO ALGÚN DÍA”. Alema declaró, antes de lanzarse desde lo alto de la grúa y aterrizar en uno de los edificios de almacenamiento de abajo.

“¡Hmph! ¡No tengo tiempo para eso!”

Las sombras que la rodeaban no perdieron el tiempo saltando tras ella en su persecución. Alema, sin embargo, no estaba en condiciones de volver a tratar con todos ellos.

Bueno, no es que no tenga mi último recurso… Alema pensó, antes de levantarse las manos a su garganta. Pero no puedo permitirme usarlo sin el permiso de Xinglou.

Dicho esto, sería demasiado fácil huir.

Y no sería capaz de mostrarle su cara a Xinglou si al menos no trajera un recuerdo.

Alema se preguntó qué podría llevarse consigo cuando corrió por el tejado, cuando su móvil empezó a sonar con un mensaje de un remitente desconocido. Era un dispositivo hecho a medida, capaz de recibir mensajes sólo de un número selecto de personas, por lo que no debería haber habido necesidad de que nadie intentara ocultar su identidad.

No pudo evitar sospechar, pero no perdió tiempo en abrir los datos.

¿Qué tenemos aquí…?

La lluvia que la golpeaba mientras seguía corriendo, se apresuró a determinar mentalmente su ubicación actual en el mapa del bloque del puerto que había acompañado el mensaje.

Si lo que estaba escrito allí era cierto, ella podría ser capaz de traer de vuelta un buen regalo después de todo.

***

“…Padre, ¿debería asignar más gente a la persecución? Estoy un poco incómoda dejando que sólo cuatro de nosotros la atrapemos”.

“No, déjala ir”, respondió Bujinsai a su hija, Eika, mientras veía a Alema desaparecer bajo la lluvia.

Al igual que Alema, Eika estaba dotada de un talento extremadamente raro para la curación. Con la ayuda de ciertos medicamentos especiales, sus habilidades le permitieron recuperar la salud en cuestión de minutos incluso a las personas más gravemente heridas. Sin embargo, sólo fueron efectivos en parientes consanguíneos.

Bujinsai no solo había traído a su hija, sino también a otros dos sanadores a su misión actual. Cada uno era un tesoro invaluable para el clan Yabuki.

“Nuestra prioridad es llevar a cabo la misión. Luchar contra ella me llevó más tiempo del que esperaba”.

Ya se acercaba la noche. Podían intentar esperar hasta que el objetivo hubiera agotado todas las acciones precognitivas de Pan-Dora luchando contra los Kinoe en oleadas, pero eso llevaría tiempo, y cuanto más tiempo esperaran, mayor sería el riesgo.

El bloque del puerto podría haber sido automatizado en gran medida, pero no estaba
completamente sin tripulación, ni tampoco lo estarían las barreras que habían establecido para mantener a la gente alejada para siempre. Era totalmente posible que otra tercera parte pudiera intentar intervenir.

Había ordenado a Shadowstar que cerrara toda el área, por si acaso, pero la confianza de Bujinsai en la organización dirigida por estudiantes no era muy profunda.

En ese momento, uno de los Kinoe emergió de las sombras de la pared detrás de él y le susurró al oído.

“—”

“No podía decir que no se lo esperaba, pero el informe, sin embargo, no era algo que hubiera querido escuchar.

“¿Qué ha pasado?” preguntó Eika.

“Parece que una rata callejera se ha colado. Esos chicos de Shadowstar ni siquiera pueden hacer eso bien”. Bujinsai, tras un largo momento de reflexión, dio un largo suspiro. “No hay manera de evitarlo. Mantén sólo la cantidad de Kinoe necesaria en el objetivo y concéntrate en eliminar a esta rata y reemplazar a Shadowstar”.

“¿Reemplazar a Shadowstar?” Repitió Eika.

Bujinsai se encogió de hombros. “Suena como si esa rata tuviera amigos que la sostienen. Podría estallar en nuestras caras por la extraña posibilidad de que entraran. Te pongo a ti a cargo. No te pongas en la línea de fuego”.

“Muy bien…. Pero, ¿qué vas a hacer, padre?”

“Hmph. ¿No es obvio?” Bujinsai resopló, antes de que pareciese que se derritiese bajo la lluvia. “Termina el trabajo”.