Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 9

Capítulo 5: Tarde

Parte 1

 

 

“…¡Haah!” Claudia desvió la daga de Kinoe con la espada en la mano derecha, usando la de la izquierda para golpear con un golpe horizontal.

Su agresor cayó al suelo sin hacer ruido, un charco de sangre roja esparciéndose a su alrededor.





La herida no era lo suficientemente profunda como para poner en peligro la vida de su agresor, pero tampoco era tan superficial como para que pudieran continuar tras ella de inmediato.

Después de confirmar la situación, Claudia se dio la vuelta y comenzó a correr más profundo en la sección del almacén. Su uniforme estaba desgarrado en algunos lugares y manchado de sangre, pero tuvo la suerte de no sufrir heridas graves.

El cielo estaba escondido detrás de gruesas nubes de plomo, con lluvia que empezaba a caer. Según los pronósticos meteorológicos, sólo se esperaba que se fortaleciera.

Claudia evitó cuidadosamente las cámaras, colocadas en toda la zona del puerto a intervalos regulares, antes de decidir esconderse por un tiempo en un gran almacén en forma de cúpula que estaba lleno de fila tras fila de contenedores de transporte apilados. La enorme puerta de entrada estaba abierta, ya que un vehículo autónomo estaba ocupado transportando contenedores dentro, pero Claudia, por supuesto, ya lo sabía.

Gracias a la seguridad de empleo garantizada que ofrecían las fundaciones empresariales integradas, los bloques portuarios de la propia ciudad se llenaron de trabajadores, pero en los que pertenecían a las seis escuelas, todo estaba cuidadosamente automatizado.


“Esto es bastante intenso”, se dijo Claudia, apoyándose en un recipiente cercano mientras suspiraba, tratando de recuperar el aliento.

Había estado en movimiento durante casi medio día para entonces, desde el ataque que sufrió al amanecer. Ella había pensado que estaba preparada para ello, pero el cansancio la estaba alcanzando.

El clan Yabuki era tan bueno como cabía esperar de un grupo de combate bajo el control directo de Galaxy. Claudia sólo había podido evadirlos con tanto éxito como lo había hecho gracias a sus primeros preparativos y a la precognición de la Pan-Dora.

Pero a este ritmo, no sabía cuánto tiempo podría aguantar.

“…Parece que no hay señal”, murmuró mientras intentaba usar su móvil repetidamente, antes de rendirse y devolverlo a su bolsillo.

El clan Yabuki poseía una serie de habilidades exclusivas de los miembros de su linaje.
Algunos de las peores fueron sus habilidades para crear barreras que podrían detener a cualquiera en su camino e incluso bloquear el sonido y las ondas electromagnéticas. Peor aún era el hecho de que esas técnicas consumían casi nada de maná o prana. Como tal, a diferencia de las habilidades de Stregas o Dantes, eran casi imposibles de sentir.

“Supongo que la situación es más o menos como debería haber esperado…” Claudia se obligó a sonreír, con las manos apretadas alrededor de las empuñaduras de las espadas gemelas.

Sólo un poco más de tiempo.

Sólo un poco más de tiempo, y su deseo se cumplirá.

El único sueño que ella había querido de verdad.

El deseo egoísta de alguien a quien nadie entendió completamente.

Estaba casi a su alcance.

“…no puedo permitirme morir ahora, no aquí.”

Dado que ella estaba, por supuesto, poniendo todo lo que tenía en ello, lo único que le quedaba por hacer era esperar a ver cuál de sus innumerables planes superpuestos daría sus frutos.

Después de todo, su oponente, el clan Yabuki, tenía cientos de años de experiencia a su favor, y luego estaba su líder, Bujinsai.

Probablemente era justo decir que este era el problema más difícil en el que Claudia se había encontrado.

Y sin embargo, no podía evitar que sus labios se retorcieran en una vaga sonrisa.

No era su sonrisa perfecta de siempre, sino otra cosa, algo más puro, y…

“¡…!”

En ese momento, saltó sobre un contenedor cercano.


Un aluvión de shuriken la destrozó, claramente volando tras ella en persecución, pero Claudia seguía un paso por delante.

Corrió a través de la parte superior del contenedor tan rápido como sus piernas podían llevarla, escudriñando sus alrededores para ver a sus perseguidores, moviéndose silenciosamente como sombras.

Con los Kinoe siendo tan fuertes como lo eran ellos, probablemente hubiera podido
prevalecer en una pelea uno contra uno, pero dos juntos eran una combinación peligrosa, y con tres, escapar era la única opción sensata que le quedaba.

“Uno, dos, tres… cuatro. Supongo que ésta debe ser una de las treinta y seis estratagemas”, murmuró, saltando del almacén y regresando a la lluvia torrencial.

Ella podría haber sido capaz de hacer algo si hubiera estado dispuesta a usar la precognición de Pan-Dora, pero quería salvar esa habilidad no para atacar, sino para sobrevivir.

Siendo ese el caso, todo lo que pudo hacer fue seguir corriendo.

***

 

 

“—”

“Hmm, esta chica es más problemática de lo que esperaba”, se susurró Bujinsai, después de escuchar un informe de uno de los Kinoe.

Desde su posición en la cima de una enorme grúa con vistas al bloque del puerto, lanzó su mirada a través de la lluvia y sobre el paisaje gris y nebuloso que tenía ante sí, la oscuridad que recordaba espeluznantemente a un cementerio.

“Así como temía…. El deslizamiento al principio realmente ha trabajado en nuestra contra… Ese idiota hijo mío. Por mucho que se lo clave con un martillo…”, refunfuñó Bujinsai para sí mismo mientras se acariciaba la barbilla. No podía haber duda de que su objetivo había sido alertado por Eishirou. “Pensar que se rebelaría contra mí de esta manera… Es irritante. Si no fuera tan talentoso, lo habría abandonado hace años”.

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Shadowstar, incluido Eishirou, estaba apoyando actualmente a Bujinsai y al resto del clan Yabuki. Los otros miembros podrían servir a su propósito, pero Bujinsai tenía sus dudas de que su hijo hiciera lo que se le había ordenado.

El clan Yabuki se especializó en espionaje y asesinato, no en la fuerza militar. Es justo decir que cometieron un error irredimible en el momento en que no lograron eliminar el objetivo cuando la contrataron por primera vez.





Dicho esto, incluso si el objetivo no era el segundo luchador de la escuela, ella seguía siendo, después de todo, una estudiante. De ninguna manera la había subestimado, pero nunca había esperado que ella fuera capaz de defenderse durante tanto tiempo.

Las cosas habían estado yendo bien hasta que la habían acorralado en el bloque del puerto, pero ahora que lo pensó, había algo raro en cómo se había desarrollado todo. El objetivo parecía estar demasiado bien informado.

El bloque del puerto no era el tipo de lugar en el que la gente tropezaba con frecuencia, pero a pesar de ello habían levantado barreras para mantener alejados a los visitantes no deseados. También habían tomado el control de las cámaras de seguridad que prácticamente cubrían el área. Se podría decir que no podría haber un campo mejor para perseguir a la presa.

Sin embargo, a pesar de todo eso, el objetivo había logrado evadir su red, como si supiera la ubicación exacta de cada una de las cámaras de seguridad.

No dudó en elegir su ruta de escape, casi como si estuviera tan familiarizada con ella como con su propio patio trasero.


Podría haber sido la presidenta del consejo estudiantil, pero era incomprensible que un estudiante, que no debería haber tenido ninguna conexión con el bloque del puerto, pudiera estar tan bien informada sobre su diseño.

¿Podría ser que ella nos trajera aquí…?

Además, sus habilidades de combate eran más avanzadas de lo que se habían imaginado.

Más problemática que sus habilidades físicas era la precognición que le ofrecía el Pan-Dora, que parecía poder utilizar a voluntad. Derribarla siempre iba a ser difícil.

Y sin embargo, incluso teniendo en cuenta todos estos factores, deberían haber podido acorralarla hace horas. En otras palabras, según la visión de Bujinsai de la situación, tenía que haber otro elemento en juego, algo que aún no estaba claro.

“¿Dónde están nuestros exploradores? ¿Y los que envié a dar vueltas por el sur? Se retrasan en sus informes”.

“Parece que perdimos contacto con ellos hace poco…”

“¡…!”

De repente, Bujinsai dio un salto hacia atrás, el Kinoe al que había estado hablando saltó hacia delante para protegerle. En ese momento, una figura que se movía rápidamente apareció de repente de la nada, lanzando una potente patada sobre el Kinoe y enviándolo a toda velocidad desde la parte superior de la grúa antes de que pudiera siquiera intentar defenderse.

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“…”

La cara de la figura que había atacado con tanta maldad, sin hacer ni un ruido ni traicionar su presencia, estaba oculta tras una inquietante máscara.

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Aterrizó sobre la punta de la grúa y se giró en silencio hacia Bujinsai.

“Hmph, esa máscara…. ¿Eres la mocosa de Jie Long, entonces?” Preguntó Bujinsai, sus ojos entrecerrados mientras se acariciaba lentamente la barbilla. “Este puede ser el bloque del puerto, pero este lugar pertenece a Seidoukan. Tienes mucho descaro para arrastrarte hasta aquí, Seiten Taisei”.

“…HEH, ASÍ QUE MI FAMA ME PRECEDE.” La mujer Alema Seiyng no contestó con una voz, sino a través de un texto que se mostraba en una ventana aérea, mientras ella se quitaba su disfraz en forma de lobo y le mostraba una amplia sonrisa.

Gakusen Toshi Asterisk Volumen 9 Capítulo 5 Parte 1 Novela Ligera

 

“Pensar que un antiguo número uno como tú ha caído hasta aquí, relegada a trabajar detrás del escenario como el leal sabueso de los Ban’yuuu Tenra…. Realmente siento pena por ti.”

“TIENES UNA LENGUA AFILADA, VIEJO. SUPONGO QUE TODO ES MENTIRA, QUE
DECIR QUE LA GENTE SE APACIGUA CON LA EDAD.” Alema, impasible ante el provocativo saludo de Bujinsai, siguió sonriéndole.

…Hmph. Así que no estuvo a la altura de la carnada.

Tenía mucho coraje, como quizás se esperaba de alguien que había sido el alumno más fuerte de Jie Long hasta que los Ban’yuu Tenra usurparon esa posición.

“¿Estás segura de que quieres hacer esto? Tus acciones violan claramente la Carta de Stella. Si alguien se entera, ni siquiera Jie Long saldrá ilesa de esto”.

Según la Carta de Stella, se prohibía expresamente a los estudiantes entrar en los terrenos de las otras escuelas sin permiso previo, sobre todo cuando pertenecían a una de las organizaciones de inteligencia de las escuelas.

Dicho esto, desde el punto de vista de la seguridad, no fue difícil hacerlo, siempre y cuando se mantuviera alejado de las áreas centrales de cada campus.

Sin embargo, las escuelas continuaron acatando esa regla, para evitar el tipo de guerra informativa que había estallado durante los primeros años de Asterisk, que había terminado teniendo un efecto perjudicial en las operaciones de la Festa. Como tal, se había convertido en una convención para ellos ir tan lejos como para advertirse unos a otros cuando uno de sus propios estudiantes lo violaba.

Para que un agente de una escuela entrara en el terreno de otra, eso por sí solo era suficiente para que se produjera una fuerte repercusión.

“Más aún, Jie Long no tiene ningún beneficio aquí, sin importar lo que hagas”, agregó Bujinsai.

“¡HA! ¡ESCÚCHATE!” Alema se rió de él. “NO SOMOS COMO ESOS PAYASOS SIN ESPINAS QUE TODOS TIENEN. EN GAISHI, NO TENEMOS NADA QUE VER CON BENEFICIAR A FEIS O ESCUELAS. SÓLO SOMOS LAS MANOS DE BAN’YUUU TENRA, HACIENDO LO QUE NOS ORDENAN. LO MISMO VA PARA USTEDES, ¿VERDAD? AMBOS SOMOS PROFESIONALES, ¿EH?”

“…Hmph, eres una fanfarrona, ¿no?” Bujinsai comentó con una leve sonrisa. “Aún así, te ves más prometedora que el idiota de mi hijo.”

“EN REALIDAD ESTOY BASTANTE DECEPCIONADO, ¿SABES? TUS CHICOS ERAN BASTANTE FÁCILES. ESPERABA MÁS.”

“Ya veo. Así que fuiste tú quien los eliminó”.

Alema Seiyng era, después de todo, la antigua número uno del Séptimo Instituto Jie Long.

Y a diferencia de las principales PMC y brigadas de élite pertenecientes a las fundaciones, en las que sólo se alistaron los mejores graduados y combatientes, los miembros del clan Yabuki pertenecían a un linaje con el poder de emplear sólo ciertas técnicas especiales. Basándose sólo en la capacidad individual de lucha, no era de extrañar que Alema pudiera derrotarlos.

Pero aun así, no deberían haber sido tan débiles como para ser víctimas tan rápidamente de una sola persona.

“…Bien. En cualquier caso, no tengo tiempo para perder el tiempo entrenando contigo”, dijo Bujinsai justo cuando una fila de sombras apareció frente a él en la grúa.

Desde la posición de la chica, una pelea cuerpo a cuerpo en este tipo de posición sería imprudente. Los Yabuki tenían una ventaja abrumadora.

“¿QUÉ ES ESTO? QUE TODAVÍA QUEDAN TANTOS? ¿PENSÉ QUE USTEDES LOS YABUKI SE SUPONÍA QUE ERAN SÓLO UNOS POCOS ELITES…? ¿HUH?” Alema inclinó la cabeza hacia un lado, su expresión de curioso asombro. “ESTO NO ESTÁ BIEN. ESTOY BASTANTE SEGURO DE QUE TE ESTRANGULÉ UN POCO HACE UN TIEMPO”.

Cuatro Kinoe la habían rodeado. Cada uno de ellos estaba vestido de la misma manera, y era imposible distinguir sus rostros. Por supuesto, había diferencias en sus estaturas y complexiones, pero para ella poder reconocerlos tan rápidamente era una gran hazaña.

“Mi gente es inusualmente fuerte.”

Tan pronto como Bujinsai terminó de hablar, los cuatro Kinoe entraron en acción, atacando simultáneamente por todos lados, aparentemente sin prestar atención a su propia defensa, igual que habían hecho cuando capturaron a Eishirou el día anterior.

Y sin embargo, Alema, a través de algún milagro, logró desviarlos a todos.

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Saltó desde la punta de la grúa que tenía a su derecha, haciendo a un lado la espada de capa negra que venía hacia ella con su mano derecha, mientras que al mismo tiempo giraba su cuerpo y usaba su mano izquierda para arrebatarle desde el aire el bou-shuriken que venía precipitándose hacia ella. Luego se movió para tropezar con el Kinoe que había venido a atacarla por delante, antes de repeler una patada que había venido por detrás, usando su brazo izquierdo como arma en sí misma.

Si su sincronización hubiera estado fuera de lugar en una fracción de segundo, no habría sido capaz de lograrlo.

La sonrisa de Alema era de pura alegría. Para ella, los Kinoe no eran enemigos.

Golpeó al que había atacado de frente con la palma de su mano, haciéndolo volar por los aires, mientras colocaba una yema de un dedo en el cuello del que había atacado por la derecha, con el cuerpo rígido mientras volaba hacia la siguiente grúa.

Usó el impulso de la patada para lanzarse por el aire y lanzó el bou-shuriken en su mano hacia su lanzador sin siquiera mirar hacia atrás, anotando un golpe inmediato. Aterrizando detrás del Kinoe que quedaba, ella esquivó sin esfuerzo sus ataques y se lanzó a uno de los suyos, clavando ambas manos en su abdomen. Un intenso choque atravesó el cuerpo de Kinoe, que luego cayó silenciosamente del borde de la grúa.

“Hmm, no está mal.”

A Bujinsai le impresionó legítimamente la compleja secuencia de ataque y defensa.

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Sus habilidades en las artes marciales, pulidas hasta un grado espantoso, eran dignas de los elogios más altos.

“COMPARADOS CON XINGLOU, USTEDES TAMBIÉN PODRÍAN SER PESOS
MUERTOS.” Alema se mofó, su respiración tan regular y tranquila que era como si nada hubiera pasado. “YA HE TENIDO SUFICIENTE DE ESTOS APERITIVOS. PASEMOS AL PLATO PRINCIPAL”. Alema entrenó sus ojos en Bujinsai, sus alumnos brillando con malicia.

El hombre la miró tranquilamente, aparentemente desinteresado, mientras se rascaba la cabeza. “…Eres fuerte. De eso no hay duda. Pero eres imprudente al despreciar a tus mayores, niña”.

“OH-HO, ¿QUÉ VAS A HACER AL RESPECTO?” Alema sonrió, bajando su cuerpo para atacar.

“Sé agradecida. Te voy a dar una lección” respondió Bujinsai, haciendo un gesto con la mano.

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