Assassins Pride (NL)

Volumen 3

Epílogo: Después de la Tutoría

Parte 3

–Nii-san, ¿Otra vez no te vas de casa…?

En la mansión principal dentro del distrito del Rey Santo de Flandor, Salacha Shicksal llamo a su hermano mayor que intentaba salir. Su hermano, Serge, llevaba puesto un abrigo para exteriores y un sombrero de copa para reprimir su esplendor característico. Incluso cuando su vestimenta no parecía ser con un objetivo social… se dio la vuelta en el vestíbulo de entrada y se encogió de hombros decepcionado.

–Debes permitírmelo, Salacha. Al convertirme en el jefe de una casa de Duques Caballeros el trabajo se acumula y los asuntos importantes surgen uno después del otro. Tengo una reunión otra vez.

Mientras ocultaba sus ojos bajando el ala de su sombrero, continuó.

–Antes sentía resentimiento hacia nuestros padres que no venían los suficiente a casa, pero ya no puedo culparles de nada. También debo acostumbrarme rápidamente a esta posición.

–… ¿Padre y madre aun no regresan de su misión?

Serge puso suavemente su mano en el hombro de su hermana menor que bajaba las escaleras.

Colocando su dedo en la barbilla de Salacha, quien era propensa a bajar su mirada, hizo que mirase hacia arriba de manera natural.

–… Está bien. Te protegeré a ti y a la casa Shicksal, Salacha. Así que puedes estar tranquila.

–Si…

–¿Tus heridas de antes están bien? Escuche que tuviste una experiencia dolorosa ante Bijou Needs.

Su delicado dedo se arrastró por la piel de su cuello, acariciando afectuosamente la mejilla de su cosquillosa hermana menor.

–S-Si… pero, Nii-san, esa <Pluma de Altérnate>…

–Fue un truco de Bijou Needs. Me pregunto si debería decir que su lealtad se pasó de la raya. A pesar de que le había dicho que no atacara a nadie de <Operación> y especialmente a mi hermana menor y las demás… parece que su ambición se salió de control y perdió su capacidad de juicio.

Acercando su rostro, beso la frente de su hermana menor. Las mejillas de Salacha se enrojecieron ligeramente.

–El crimen de atormentarte es pesado. Tuve que darle un firme <castigo>.

–…

Cuando Salacha estaba preocupada en cómo responder, Serge se giró con gallardía. El hermano mayor siempre era así, avanzando rápidamente hacia adelante cuando la hermana menor dudaba.

Tambien en este momento, Salacha no pudo comprender las palabras que dijo al final.

–El nuevo año se volverá más ocupado. Tengamos una comida tranquila antes de eso. ¡Vamos a celebrar por anticipado!

–¿Nii-san…?

–Estoy deseando que llegue, Salacha. Flandor, teñido por el brillo de la luna.

Dejando atrás la mirada de su hermana quien se quedó parada sin moverse, Serge salió por el vestíbulo con pasos ligeros.

Los pasos resonaron desde el otro lado de las puertas cerradas, hasta que finalmente también desaparecieron en la oscuridad.

***

Distrito educacional Cardinal, en la plataforma cubierta por un domo de cristal—

Después de las clases de ese día, Melida y Kufa habían venido hasta la única estación del distrito educacional para despedir al Duque Felgus. La razón por la que el atareado Duque hizo que retrasaran varias horas su abordaje únicamente por consideración a su escolta que había perdido la conciencia al final de la dura batalla en el campo de prácticas.

–¡¡Esto es el límite de lo decepcionante…!! ¡Dejar de lado mi función como guardaespaldas y perder la conciencia!

La mujer caballero continúo lamentándose de sus propios errores desde la sala de enfermería de la academia hasta allí, e incluso cuando el tren llego. Kufa la llamo con un tono cuidadoso.

–Glena-san, a pesar de que aun acabas de despertar, ¿Está todo bien?

–N-No hay problema. ¡No pienso volverme un obstáculo para el Duque más allá de esto…! Con sus mejillas sonrojándose por la vergüenza cada vez más, bajo su cabeza dignamente.

–Parece que hace unos días dije algo excesivo, sin ser consciente de tus habilidades… pero más que tú capacidad, lo que me sorprendió fue el crecimiento de Rosetti.

–¿De Rosetti-san?

Asintiendo suavemente, Glena la piel de su espalda que estaba oculta por su uniforme militar.

–La nombrada <víctima del fuego amigo> y se volvió el gatillo para que esa chica fuese puesta en descanso temporal de la Legión Crest, soy yo.

–Vaya…

–Por eso cuando volvimos a luchar y cuando dijo que lucharía a tu lado, para ser honesta, tuve un poco de miedo—pero, me sorprendió. No por el crecimiento de sus habilidades, sino por el cambio en la perspectiva de esa chica. Siento que de alguna manera puedo entender sus sentimientos de querer quedarse aquí.

Glena enderezo su espalda y le dio un saludo como un ejemplo de la Legión Crest.

–Te encargo a Rosetti. Sin embargo, hay algo que me es difícil creer de cualquier manera… después de ese momento, ¿Es verdad que incluso derrotaste a Lord Felgus en una pelea uno a uno?

–No, eso es—

Al instante en que iba a negarlo, Kufa dudo de su respuesta.

Naturalmente, Felgus no parecia estarse conteniendo particularmente, ni Kufa tenía razón para luchar con la intención de asesinar. Sin embargo, al final la razón por la que Kufa gano fue porque fue inducido a eso intencionalmente. Por alguna razón, el Duque estaba intentando otorgarle una causa justa a Kufa.

Mientras dudaba en como transmitirle esas sutilezas, se escuchó la voz del Duque.

–¡Glena! Termina con las charlas inútiles y trae el equipaje.

–¡S-Si!

Ante ese sonido similar a un látigo que hizo saltar sus hombros, la mujer caballero se dio la vuelta al instante. En ese momento, Melida se acercó corriendo a la gran espalda de su padre quien suspiraba.

–Um, padre, esto… lo encontré en la biblioteca <Bibliagoth>.

Diciendo eso, le entrego tímidamente una carta que había encontrado por causalidad en la sala de lectura durante la prueba de acreditación. Recibiéndolo mientras fruncia el ceño, Felgus analizo su contenido y abrió ampliamente sus ojos.

–Esta letra… recuerdo el contenido de esta carta. ¿¡Esto es de Melnoa…!?

–Parece ser una carta que escribió hace más de 10 años. … De Madre, para ti.

–Pensé que hace mucho la había perdido…

Los ojos del Duque quien estaba extrañamente conmocionado, miraron a Melida.

Tal vez porque había pensado en algo, murmuro articuladamente desviando su mirada desde los ojos honestos de su hija.

–… Dicho eso, tu Clase que estaba en tu certificado como Bibliotecaria del Laberinto.

–¿Eh?

–En la generación de tu bisabuela, parece que existió un pariente con la Clase <Samurái>… creo tener recuerdos de eso.

El Duque pronuncio algo que no se sabía si ella podía escuchar, y al mismo tiempo que se aclaraba la garganta, le extendió la carta.

–… Consérvala.

Finalmente diciendo eso con una voz de la que era difícil captar sus emociones, Felgus se dio la vuelta y se subió al tren. Melida miro su espalda irse tranquilamente, repentinamente noto a figura de alguien más.

Como si remplazara a su padre, la figura de un hada de cuarzo negro estaba saliendo desde la vía de entrada.

–¿¡Mule-san!?

Cuando se acercó corriendo sin pensarlo, Mule la saludo mientras mostraba una sonrisa misteriosa y soñadora justo como antes. Preguntas se desbordaron tan rápido como una flecha de los labios de Melida.

–¿P-Porque estas en el distrito Educacional Cardinal? Ya que regresaste inmediatamente después del incidente, había querido preguntarles varias cosas a ambas…

–El color cambiante de tus ojos girando, girando y girando es lindo como siempre, Melida-chan

Pensando que le estaba tomando el pelo, Melida inflo sus mejillas y guardo silencio. En lugar de retractarse, Mule sonrió como si fuese aún más divertido. Incluso ahora ese gesto suyo seguía siendo fascinante.

–Vine a recoger a Felgus Oji-sama. Debido al ataque de la Legión Crest de esta vez, los líderes de las tres casas de Duques Caballeros se reunirán y nuevamente examinarán el manejo de las <puertas>.

–Ah…

Melida guardo silencio recordando lo ocurrido en el <tribunal> de hace unos días. Viendo a través del interior de su mente como si fuese cristal, Mule dijo como si cantara.

–¿No te lo dije? Eso es algo que tienes que pensar debidamente. Ya que tu posición sigue siendo inestable, esto solo conducirá a especulaciones innecesarias. En primer lugar, se debe comprobar la verdad adecuadamente. En cuanto al resultado, se conecta al hecho de proteger la dignidad de la Casa Angel.

Melida no pudo responder inmediatamente. Mule sonrió pareciendo solitaria de alguna manera.

–Tu rostro dice que no puedes creerme.

Mientras miraba directamente sus ojos de obsidiana, Melida dijo de manera tensa.

–Quiero creerte.

–…

Esta vez fue el turno de Mule de quedarse en silencio. Desviando su mirada, busco en su bolso.

–Como el primer paso para una reconciliación, te traje un regalo. ¿Podrías aceptarlo?

Diciendo eso, le entrego un Grimorio aún reciente en sus recuerdos. No estar segura de que tipo de efecto activaría, Melida retiro su cuerpo sin pensarlo diciendo “Ugee”.

–Ufufu, no estés tan alerta. En este Grimorio ya no quedan paginas vacías.

–Entonces es inútil, ¿No?

–Mira, Melida-chan. Este Grimorio tiene el fin de reproducir maravillosos recuerdos. Cuando Mule presiono su mejilla desde un lado, abrió el libro a la mitad.

En pocas palabras, lo que salió desde su interior sería un libro de imágenes 3D. Sin voltear las paginas, se movió por sí mismo, representando la historia de una manera realista.

Mirando la estructura de papel del tribunal rodeado por setos, Melida inmediatamente recordó ese libro.

–¿¡Esto es lo que dijiste que registraría el juicio en ese momento…!?

–<La Copia de Anders>. Puedes estar tranquila, lo guarde en secreto y nadie lo vio después de eso. Esto es para ti. No sabes lo que ocurrió después de que te dormiste, ¿No es así, Melida-chan?

–¡P-Porque nadie quiso decirme!

–En realidad también me prohibieron hablar, pero… fufu, ya que no saldrá de mi boca está bien, ¿No es así? Sonriendo diabólicamente, Mule señalo las páginas del libro.

El artilugio de papel estaba a punto de reproducir lo que sucedió justo después de que Melida recibiera la maldición y lo que ocurrió hasta que despertó. Las tres princesas siendo golpeadas por el extraño sujeto con mascara de payaso, y el príncipe con sombrero de copa llegando al rescate en el último minuto. Tras ejecutar un combate a muerte uno a uno contra el villano, y finalmente derrotando al sujeto con máscara de payaso, salvo a las princesas de la tragedia.

–Ah, es Sensei.

Por las características de la persona de papel, Melida inmediatamente lo noto. Después de que Kufa junto con la muñeca de cuarzo negro se sumergieran en el regusto de la victoria, se acercaron corriendo hacia las otras princesas. Al levantar en sus brazos a la muñeca de Melida que seguía dormida, atrajo los ojos rojos del publico haciendo que se preguntaran que haría ahora.

Y entonces, frente a la mirada de Melida, la muñeca de Kufa acercaba lentamente su rostro—

–¿Eh? ¿E-Eh…? ¿¡Eh!? ¿¡Eeeeeeeeeeeeee~~!?

La crucial escena comenzó a reflejarse en los grandes ojos de Melida y sus mejillas se tiñeron totalmente del mismo color rojo de sus ojos.

Después de quedar satisfecha con la misma escena, Mule acerco sus labios al oído de su amiga que estaba sonrojada y rígida casi como si fuese a besarla.

–Ya que incluso ese Sensei tiene una posición, lo mejor será que no se lo muestres a nadie. Mantenlo oculto en el fondo de tu escritorio… como un tesoro solo para ti, Melida-chan.

–H-Hau… Awawa, Auu…

Melida inconscientemente volteo la página y reproducía la escena una y otra vez. Finalmente aceptando que esa escena como un sueño se estaba desarrollando sin ningún error, su rostro hirvió aún más.

Mule dejo unas últimas palabras a su amiga cuyo proceso de pensamiento ya había hecho corto circuito.

–Como pensé, eres muy linda, Melida-chan. Reunámonos nuevamente.

Dándose la vuelta caprichosamente, la chica de cuarzo negro subió corriendo la rampa. Justamente como si hubiese calculado ese momento, la escotilla se cerró y el tren hizo sonar su gran silbato.

*Gangoton…*

Melida quien estaba en un estado de sobre excitación no tenía la serenidad como para ver partir la obra de arte de hierro que partía suavemente. En ese momento, Kufa quien se había mantenido a distancia como su sirviente, le echo un vistazo casualmente a sus manos desde detrás de su espalda.

–Ojou-sama, ¿Ese es un regalo de Mule-sama?

–¿¡Kyaaaaaaa!?

Melida cerro el libro con una velocidad que no sería una exageración llamar la más rápida de su vida. Las muñecas de la Maestra y su sirviente superponiendo sus labios fueron aplastadas por las paginas, abrazándose mutuamente con fuerza.

Melida oculto el Grimorio detrás de su espalda y con una voluntad inflexible miro hacia arriba a su tutor.

–¡¡Es un secreto absolu~~~~~~to para ti, Sensei!!

–¿Eh? ¿Es así…?

Sintiéndose regañado por alguna razón, Kufa levanto su dedo como si intentara enmendarla.

–Es cierto, Ojou-sama. Ya es un poco tarde, pero, felicidades por aprobar la prueba de acreditación. Dijiste que deseabas una recompensa, ¿Pero que podría ser? Por favor pídeme cualquier cosa.

–¡¡~~~!!

El cabello dorado de Melida salto. Esa reacción parecía haberla visto en algún lugar, pero no podía recordarlo. Melida le dio la espalda pareciendo volverse obstinada y abrazo fuertemente el libro.

–¡Y-Ya es suficiente! ¡Mi pecho está lleno!

Aunque no tenía el recuerdo de haber hecho algo, Melida insistió.

Ocultando su boca con el viejo y grueso libro, miro hacia Kufa con sus ojos vueltos hacia arriba.

–El próximo año… cuando este un poco más cerca de ser una Dama, te lo pediré una vez más.

–Ya veo… nuevamente el próximo año.

El próximo año nuevamente podría vigilar su crecimiento por un poco más. Incluso si no era más que una tranquilidad temporal, Kufa sintió que la felicidad llenaba su pecho.

¿Cuál era la verdadera identidad de esa dulce calidez? … Kufa aún no lo sabía.

Pero había decidido que lo vería con sus propios ojos. Junto con el futuro de esta chica sin talento— Mirando al tren marchase hacia el otro lado del horizonte, Kufa extendió su mano hacia un lado.

–¿Regresamos, Ojou-sama? Las lecciones para después de la escuela nos están esperando. Abrazando el libro con uno de sus brazos, tomo firmemente su mano mostrando una sonrisa radiante.

–Si, Sensei. ¡Hoy también estaré a su cuidado!

La chica rio inocentemente y el joven sonrió sinceramente.

El viento que soplaba por la plataforma declaraba el comienzo de un nuevo año. La temporada de los brotes, junto con el aroma de las llamas, estaba llegando.

-FIN DEL VOLUMEN 3-