Assassins Pride (NL)

Volumen 3

Epílogo: Después de la Tutoría

Parte 2

La escena en la habitación de recepción parecía estar recreando ese día. Sin embargo, comparado con antes, los personajes eran un poco diferentes.

Primero, detrás del hombre de cabello plateado sentado en el sofá con una atmósfera imponente, solo había un caballero de la Legión Crest en espera. El paradero de Bijou Needs, quien era sospechoso de incitar el escándalo del <padre enmascarado>, aún era desconocido incluso cuando habían transcurrido varios días desde el incidente.

Y entonces, al lado derecho de Kufa quien se posiciono en frente de Felgus, estaba su pequeña Maestra de cabello dorado. Ella extendió temerosa mente sobre la mesa el pesado libro que tenía en sus manos.

–P-Padre, por favor mira…  esta es la evidencia de mi acreditación, como Bibliotecaria del Laberinto.

–…

Sin tomarlo directamente, Felgus miro el libro con el título de “Melida Angel” que fue dejado frente a sus ojos con una expresión solemne. Lentamente levanto el libro con sus duras manos.

Melida trago saliva nerviosamente y Kufa lo miró con una expresión seria

Dentro de ese ambiente de tensión, el Duque abrió la primera página.

Su ceño se frunció severamente. Su mirada que liberaba un poderoso brillo examino la página minuciosamente de arriba abajo.

En sus ojos se reflejaba indudablemente el <Estado> de Mélida. Su Clase claramente estaba registrada como <Samurái>.

–…

Era difícil el leer los cambios en sus sentimientos desde su expresión como una roca. Sin embargo, antes de que Melida y Kufa pudieran intentar algún pretexto, lo que el Duque dijo lo siguiente.

–Calificación de Bibliotecario, de 5to rango…

El Duque cerro el libro frente a Melida quien parpadeaba sorprendida.

–Por tu historia, Melida debería haber tomado la prueba para el <6to rango>, ¿No es así?

La dura mirada de Felgus se centró en los ojos del tutor. Cuando Kufa buscaba las palabras con las que debería responder, Melida se inclinó hacia adelante desde el sofá.

–¡Esta vez ocurrieron varios accidentes! ¡Sensei no hizo nada malo!

–Escuche que fue él quien te sugirió participar en la prueba de acreditación. En primer lugar, si no te hubiese instigado, no te habrías visto envuelta en el incidente anterior. ¿Me equivoco?

–In-Instigado, ¡No es nada como eso! ¡¡Sensei solo estaba pensando en mí!!

–Ojou-sama.

Kufa detuvo tranquilamente a su Maestra de cabello dorado quién se agitaba cada vez más.

Sin duda no era la forma de convencer a Felgus. Mirándolo con frialdad, volverse emocional era lo mismo también para su padre. En consecuencia, Kufa solo pregunto una cosa.

–¿Qué debo hacer para que me reconozcas, Su Excelencia?

–Hay un propósito por el que vine hoy—la continuación de lo del otro día. Respondiendo simplemente, el Duque se cruzó de brazos con un gesto lleno de dignidad.

–Justo como dijiste, parece que Melida sin duda posee una fuerza real. Pero aún no obtengo una respuesta sobre si eres alguien de confianza. Quiero que me lo muestres hoy.

–¿Cómo?

–Una prueba. La prueba del <3 contra 1> que no pudimos hacer ese día. Si acaso ganas, el asunto sobre el retiro de Melida será cancelado justo como deseas y la educación de esta niña te la encomendare únicamente a ti.

La joven que solo había escuchado la vagamente sobre ello miro el rostro de su tutor. Sin embargo, Kufa hizo la misma pregunta con un significado distinto al de antes.

–¿Tres…?

No hacía falta decir que detrás de Felgus solo estaba la mujer caballero llamada Glena. Incluso si incluyese a Rosetti serían dos. Seguramente no querría que tendría a una ilusión como oponente.

El Duque lentamente se puso de pie y dejando caer su manto al piso le dio su respuesta.

— —El tercero soy yo. Como comandante del Gremio probare tu fuerza.

–¿¡P-Padre!?

La voz de Melida se elevó con sorpresa, pero Kufa recibió la mirada del jefe de la Casa Angel que liberaba una poderosa presión sin mover una ceja.

–Es lo que deseo.

–Muy bien—Señora, me disculpo por mi arbitrariedad, pero…

–¡Si es un campo de prácticas, ya aseguramos uno!

La hermana que estaba parada contra la pared, asintió inmediatamente mientras sacudía su barriga bien formada.

Regresándole una mirada intranquila al Duque quien se había quedado mudo, continuo con una sonrisa resignada.

–¡¡Al ver el estado de todos, pensé que sin duda terminaría así!! ¡Ohoho!

***

El escenario se preparó rápidamente con el permiso de la monja quien leyó la atmosfera con precisión y los cuatro caballeros con sus espadas enfundadas dieron un paso hacia el campo de batalla. El campo de prácticas era un terreno ortodoxo.

En los asientos para espectadores alrededor, casi todas las estudiantes y profesoras de Saint Frideswide que escucharon la historia se habían reunido. Comparado con las lecciones y prácticas, un encuentro con espadas reales entre caballeros de primera línea seria por lejos una mejor experiencia para las estudiantes.

En la primera línea de asientos estaba la figura de Melida quien era el origen de este asunto. Juntando sus manos como si rezara, miraba la espada de su tutor.

Hablando honestamente, Melida no podía imaginar perder a su experimentado tutor. Sin embargo, pensándolo con sentido común, la diferencia en poder de combate era abrumadora. Sus oponentes eran tres. El comandante que enlazaba a los guerreros del Gremio, una miembro de la Legión Crest que ostentaba el pináculo del poder y además la tenaz Marques de primera generación que servía como tutora de la <Paladín> Elise Angel—

En ese momento, frente a las más de trecientas personas que vigilaban mientras contenían la respiración, uno de ellos avanzo hacia el campo enemigo antes de que el duelo comenzara. Sin prestarle atención a la voz de su senpai que le decía “¿¡Que estás haciendo!? ¡Regresa!”, y la fuerte mirada del comandante, camino hasta el lado del joven con uniforme negro sin detenerse.

Sacando sus Chakram, se dio la vuelta.

Alineada al lado de Kufa, Rossetti empujo su arma hacia Felgus y Glena.

–¿Rosetti-san…?

Sin responder a la voz de sospecha y sorpresa de Kufa, grito hacia el otro lado.

–Err, este, ¡Senpai, Felgus-sama! ¡He decidido unirme a él!

–¿¡De que estas hablando!? ¿¡Has olvidado la buena voluntad de Su Excelencia el Duque!?

–Es por eso, sobre eso—¡¡Me niego!!

La fuerte voz de Rosetti resonó hasta cada rincón del campo de prácticas.

Entre las trecientas personas que estaban escuchando su discusión también estaba la figura de la chica de cabello plateado. Empujando sus Chakram, Rossetti continuo con una voz sencilla.

–¡Estoy bien incluso si mi periodo como tutora no es acortado! ¡Guiare a esa chica hasta su graduación en tres años!

–…

Felgus quien seguía escuchando con una expresión como roca, contuvo a Glena quien todavía traba de decir algo. Las palabras ya eran innecesarias y extrajo desde su cadera su majestuosa Espada Larga.

Kufa respondió mostrando un desenvaine agudo y fluido, bajando su centro de gravedad coincidiendo completamente con Rosetti. Mordiendo firmemente sus labios, Glena finalmente saco su espada.

–¿Están todos listos?

La profesora que actuaba como árbitro miro hacia las cuatro personas divididas en dos lados. Sin decir una palabra, mostraron su respuesta por medio de sus miradas que solo se centraban en su oponente. La profesora asintió una vez.

–Entonces que el encuentro—¡¡Comience!!

Tres de ellos patearon el suelo al mismo tiempo. Kufa, Rosetti y Glena apuntaron al centro del campo con una velocidad igualada. Entonces, Felgus, con un momento de retraso, dio un paso calmadamente.

En primer lugar, realizando un ataque preventivo, la estocada que Kufa realizo mientras se acercaba corriendo fue repelida por Glena quien lo atrapo con la punta de su espada. Fue una sincronización divina. Incluso aunque Rosetti arrojo sus Chakram por el margen de un cabello, la caballero elite de la Legión Crest giro su espada con solo mover su muñeca y desvió el ataque fácilmente. No había desperdicio en sus movimientos.

Junto con el sonido instantáneo de los metales chocando, los tres se cruzaron el uno al otro dejando imágenes residuales.

Con sus pasos que parecían perforar el suelo, cada uno se defendió con sus espadas al mismo tiempo. Chocando entre si sus armas en reversa, sus cuchillas se deslizaron y saltaron. Violentas chispas se dispersaron por la fricción.

Glena se interpuso deliberadamente justo en medio de la formación enemiga. Como si esa fuera la mejor manera de interrumpir su cooperación, aliados y enemigos fueron llevados a una batalla caótica por medio de este estado de casi adherencia. Con su mano derecha en la empuñadura y la mano izquierda en la cuchilla, repelió tanto los Chakram como la Katana que la atacaron desde enfrente y por detrás, para luego derribar con una poderosa patada la patada baja de Kufa que apuntaba a su rodilla obstinadamente.

Mientras le daba la espalda, la mujer caballero regaño a Rosetti quien podía atacarla a voluntad.

–Pareces haberte sacudido un poco esa depresión, pero, ¿Esto es todo, Rosetti? Aunque este hombre creo una apertura con mucho esfuerzo, si tu no atacas no tiene sentido. ¡Decir que puedes enseñar a alguien por ti misma es solo engreimiento!

–¡No es así, yo—!

–Es hora.

Ante esa voz como el acero, Rosetti retrocedió enormemente con los ojos muy abiertos. Justo después, una Espada Larga perforo la tierra arrojando <Mana> refinado, levantando una llamativa nube de polvo.

Felgus quien lanzo ese ataque indiferentemente, retiro su espada y dijo.

–Por no haber podido suprimir a Glena hasta que yo llegara, es su derrota.

Un <Mana> con una presión que no había sentido antes estallo, dispersando de forma circular la arena del campo. Mientras sus mejillas se endurecían, la chica de 16 años inmediatamente tomo una posturea.

La presión liberada por Felgus era inequívocamente como una fortaleza móvil. Cada paso que daba sacudía pesadamente el terreno. La Espada Larga que balanceaba alrededor con uno solo de sus brazos cortaba el aire acompañado de un espantoso sonido. Sin poder soportarlo, Rosetti rodo exageradamente y evadió el destello de la espada.

Juzgando que sus movimientos eran lentos, Rosetti lanzo sus Chakram mientras saltaba. La velocidad y presión de <Mana> hicieron que pareciera que olvidaron que eran armas reales. Los Chakram se dirigieron suavemente hacia Felgus quien mantenía su postura de balanceo y—*¡¡Giiiin!!* resonó un agudo sonido metálico.

–…¡¡No puede ser!!

Rosetti no pudo evitar sorprenderse de que el ruido no fuera porque el ataque había sido detenido.

Lo que frenaba su cuchilla circular no era la Espada Larga, sino su brazo izquierdo que había levantado casualmente.

Con solo la manga de su abrigo despedazada, no se podía ver ninguna herida en su antebrazo que se podía ver debajo. Mientras era envuelto por el resistente <Mana> de <Paladín>, el jefe de la Casa Angel declaro.

–Desde que asumí el cargo de comandante, son contados los que han podido herir esta piel.

–¡Kuh…!

–Esa determinación de dar un paso es buena. Pero, parece que aun te falta un poco de pulido.

Felgus simplemente empujo su brazo, y Rosetti fue mandada a volar sin resistencia. Con una hábil técnica de pies, Rosetti corrió alrededor mientras Felgus la perseguía con su esgrima y pasos calmado. Era un enfrentamiento unilateral como arcilla resistiéndose ante un gigante—

–El resultado ya es visible. ¿Está bien que estés tan despreocupado?

Mientras detenía a Kufa, Glena dijo con un tono que no dejaba ver sus sentimientos. Justo después de dar un paso, lanzo tres cortes. Repelió los primeros dos y el tercero se movió hacia un bloqueo de espadas.

La mujer caballero de anteojos acerco su frente hacia el joven que se mantenía firme con su Katana negra en un agarre inverso.

–Si liberaras todo tú <Mana> justo ahora sin guardar las apariencias, deberías poder derrotarme, ¿No es asi? Si Rosetti es derrotada, tus oportunidades de victoria de uno en diez mil desaparecerán. ¿Ni siquiera tienes ese grado de capacidad de juicio situacional? ¿O acaso esto es todo lo que puedes hacer?

–Por supuesto que con eso sería reconocido por Lord Felgus, pero—

Mientras aguantaba en ese estado igualado perfectamente sin exceso ni deficiencias, Kufa le murmuro de vuelta.

–Con solo eso, Rosetti-san no podría ser reconocida por ti, ¿No es así?

–… ¿Qué hay entre tú y Rosetti—?

–Disculpa.

Antes de que terminara de hablar, Kufa dio un paso adelante repentinamente. El suelo bajo sus pies se sacudió y la presión que se acumulaba en su antebrazo derecho exploto desde la cuchilla. Junto con un sonido metálico, Glena fue obligada a retroceder en gran medida.

–¡Rose!

Rosetti, quien había agachado más rápido que su llamado, arrojo la arena que había recogido desde sus pies hacia el rostro del comandante. En el momento en que los espectadores tragaron el aliento, paso corriendo por el costado de Felgus. Junto con imágenes residuales, llamas carmesíes se dispersaron por el espacio.

¿¡¡Viene por un duelo!!?

En el momento que los pies de Glena llegaron al suelo, Kufa y Rossetti se acercaron corriendo desde el frente y atrás en un ataque de pinzas. Aunque eran rápidos, no era como si no pudiera reaccionar—

Justo pensó eso, Kufa, sosteniendo su espada con un agarre inverso, arrojo su Katana negra como una lanza. Sin darle tiempo para sorprenderse, Rossetti tambien lanzo un ataque con sus Chakram desde el lado opuesto. Tres ataques simultáneos desde adelante y atrás se dirigieron hacia Glena.

— —¡¡Kuh…!!

La mujer caballero de anteojos abrió ampliamente sus ojos y con un trascendental sentido del balance torció la parte superior de su cuerpo. Repelió el primer Chakram con su espada y dejo pasar el segundo que apuntaba a su hombro. La Katana negra que ataco por sorpresa desde su espalda rozo su costado, haciendo que su sangre salpicara, justo después—

La empuñadura de su espada fue sujetada por la mano de Rosetti con una sincronización perfecta.

— —¿¡Que!?

–¡¡Haaa!!

Un contraataque inmediato de la parte posterior de la Katana negra golpeo su indefenso costado. Haciendo una mueca de dolor, Glena vio que el segundo Chakram que debería haber esquivado estaba en las manos del joven caballero. Sin embargo, sus pies que destellaron instantáneamente golpearon hacia arriba su espalda dos veces.

–¡¡Guuuu…!!

Glena quien fue empujada hacia adelante, se convirtió en el blanco perfecto de la chica caballero que sostenía la Katana negra.

–¡Lo siento, senpai!

En lugar de llamarlo cuchillada, el ataque era más similar a un golpe. El costado de la Katana negra golpeo directamente el plexo solar de Glena y el <Mana> carmesí estallo casi al mismo tiempo. El cuerpo de la mujer caballero fue mandado a volar hacia atrás con un ímpetu terrible.

–¡¡…!!

Sin dejar escapar ni un gemido, Glena perdió la conciencia justo en medio del aire. Tras estrellarse contra el suelo, sus anteojos que cayeron desde el cielo se clavaron en el terreno con un poco de retraso. Las antorchas del campo de prácticas reflejaron a Glena.

Mientras que las estudiantes estaban tan absortas que se olvidaron de hablar, Kufa se levantó y le arrojo las cuchillas circulares a Rossetti.

–Magnifico.

–¡G-Gracias a ti!

Mientras hablaba pareciendo avergonzada de alguna manera, Rosetti le regreso su Katana negra tímidamente. Ambos se miraron entre sí y justo después de sonreírse valientemente—un agudo grito resonó desde los asientos de espectadores.

–¡Sensei!

Ambos levantaron sus armas por reflejo. Un destello de espada impacto en las cuchillas de ambos como si hubiese apuntado a ese lugar. Ambos fueron mandados a volar hacia atrás por la presión y el estruendo como un trueno.

Siendo lanzados a más de diez metros, de alguna manera corrigieron su postura y aterrizaron.

Mostrando una peligrosa mirada, ahí estaba la majestuosa apariencia del <Paladín> envuelto en un inmenso <Mana>.

–¿Derrotaron a Glena? Parece que tienen la fuerza como para hablar. Muy bien.

Con esa declaración, Felgus sujeto con ambas manos la Espada Larga que hasta ahora había estaba levantando con una mano. Posicionándose con su espada apuntando a sus ojos, bajo su centro de gravedad. Su incontenible <Mana> broto como un rayo purpura—

Rosetti trago nerviosamente. Kufa levanto su mano ligeramente y añadió.

–Me salvaste, Rosetti-san. Desde aquí déjamelo a mí.

–¿¡Eh!? ¡Pero…!

–Si no me hubieras prestado tu fuerza, no tendría esta oportunidad. Te lo agradezco.

Habiendo sido mandado a volar hasta el borde de la pared, Kufa levanto su Katana negra y dio un paso adelante. Felgus pareció entender sus intenciones y también corrigió su posición ligeramente, despejando el centro del campo de batalla.

Con su voz como el hacer llamo a la profesora que estaba comprobando la seguridad de Glena.

–¿Puedo pedirte que nuevamente des la señal de inicio?

La profesora asintió, y saco la trompeta de señales. Las estudiantes en los asientos de espectadores vigilaban el tenso campo de batalla mientras tragaban saliva nerviosamente. Las manos de Melida quien las apretaba como si estuviese rezando finalmente ser volvieron blancas.

–Directora.

En ese momento, alguien dentro de los asientos de espectadores noto la figura de la Directora Bramanger e incluyendo a Melida, todas las estudiantes de los alrededores miraron hacia atrás con sorpresa. Siendo apoyada por una monja, la directora Bramanger mostro su figura en el campo de entrenamiento envuelta en vendas.

Mirando hacia abajo a todos los que estaban a la vista, abrió su boca tranquilamente.

–¿Todas las estudiantes se han reunido? Graben en sus ojos cada uno de sus movimientos.

Dirigiendo su rostro hacia los guerreros que se enfrentaban, y los ojos de las estudiantes se apresuraron a mirarlos.

Justo como si estuviera en presencia del mayor instante de su vida, la <Maga> hablo solemnemente.

–Sin lugar a dudas, lo que se desarrollará a continuación será la mejor de las batallas de Flandor.

Inclinando su cuerpo como una bestia, Kufa sostuvo la empuñadura de su Katana. Felgus levanto la punta de su espada con la majestad de un monarca.

La profesora a cargo de arbitrar, levanto su trompeta—

Al instante en que se produjo la señal de inicio, explosivas llamas llenaron el campo de entrenamiento.