Assassins Pride (NL)

Volumen 3

Lección 08: Danza de Violín

Parte 4

Un viento color sakura paso por la espalda del enmascarado, bañándolo en una lluvia de lanzas. Su cuerpo alto y delgado se convirtió en un trágico nido de abejas, sin embargo, justo después se derrumbó convirtiéndose en un líquido negro.

–Me pregunto si a su edad el <Hombre de la Sombra> sería algo impactante.

Diciendo eso, el hombre enmascarado se movió al lado de las chicas sin que se dieran cuenta.

Además, tras agarrar su bastón que caía desde arriba de su cabeza, golpeo continuamente todo el cuerpo de Salacha. Justo después de golpearla cinco veces a una velocidad aterradora, pateo su indefenso costado con su larga pierna. Recibiendo todos esos dolorosos golpes sin excepción, la joven <Dragoon> cayó al césped.

–Uu, kuu……

–Vaya, mi pecho duele. Como debería excusarme ante el Amo.

–¿¡Q-Quien demonios eres…!?

El sonriente payaso bajo la mirada hacia la chica de cuarzo negro cuyos labios temblaban.

–¿No te lo dije? ¡Mi personaje ahora es el <Mal Completamente Puro>! La fuerza de los villanos que aparecen en todos los cuentos, todos, están ligados a este cuerpo. Se lo debo a la bendición del tesoro antes mencionado.

–Nunca pensé que algo como esto era posible con una <Pluma de Alternate>…

–Por cierto, mi siguiente personaje es <Aquel que Supera Miles de Millas> — el experto en la lucha.

Los brazos del hombre desaparecieron. Cuatro golpes consecutivos golpearon los hombros y rodillas de Mule, ante ese impacto casi simultaneo sus piernas se doblaron, y al mismo tiempo como para dar el golpe final, el pesado puño se enterró en su plexo solar.

–¡¡Gah… ha…!!

La Gran Espada se deslizo desde sus dedos y el cuerpo de la chica que se inclinó, desplomándose sin fuerzas sobre el césped.

–¡Salacha-san! ¡Mule-san!

–¡¡No te muevas, Melida Angel!!

El payaso apunto su bastón casualmente sobre la chica de cabello de cabello negro que había caído a sus pies. No tenía cuchilla, pero si aplastaba su garganta con su punta seguramente tomaría su vida.

La princesa de cabello dorado jadeo nerviosamente, y el sonriente payaso declaro sin inmutarse.

–Probablemente lo sabes, pero mi objetivo eres solo tú. Si recibes tu sentencia obedientemente… ¿Entiendes?

–… L-Lo entiendo. No las lastimes más.

El payaso asintió de arriba a abajo pareciendo satisfecho y, levantando su mano libre, chasqueo sus dedos sonoramente.

El suelo junto a Melida se elevó, y algo creció como una hortaliza. Era un <telar>. Sin embargo, era simplemente extraño que ese instrumento de madera que parecía encajar con una cálida chimenea estuviera en ese lugar.

La aguja de hilar que se extendía hacia Melida parecia tentar su mirada.

–Pincha tu dedo en esa aguja. Oh, no tienes que tener miedo. Con solo un poco es suficiente.

–… C-Con solo hacer eso, ¿Dejaras ir a todas?

–Por supuesto. Incluyéndote a ti, prometo que no volveré a hacerles daño.

Mientras que la voz un poco amortiguada del hombre salía desde la máscara de payaso que tenia plasmada una sonrisa, sus verdaderas intenciones no podían ser captadas. Temerosa, Melida extendió su dedo.

Poniendo su dedo índice en la aguja, lo presiono ligeramente. Sintió un dolor agudo y desde la punta de su dedo broto una gota de sangre fresca. ¿Una herida de ese nivel sería un castigo?

–¡Mira, me pinche! Ya—

Antes de terminar sus palabras, su campo visual se sacudió.

El interior de su cabeza se puso blanco y sus pensamientos se volvieron incapaces de funcionar. Sus manos y pies rápidamente se volvieron pesados y colapso sin oportunidad de aferrarse a algo. La fuerza se escapó desde su cuello y su cabeza colgó como una fruta madura.

En ese estado cerro sus ojos y Melida ya no se levantó.

–¡¡Lita!!

–¡¡Melida-san!!

–¡¡Melida-chan!!

Sus tres amigas gritaron y el payaso miro hacia el cielo de una manera dramática.

–¡¡Mi amo es profundamente compasivo, así que no te arrebatara la vida!! Pero es imposible que te deje vivir. Por eso, te dejara continuar viviendo dentro de un feliz sueño, eternamente.

Instando a sus piernas paralizadas, Elise se puso de pie. Una intención asesina rojo brillante ardió desde lo profundo del hielo.

–¿¡Que le hiciste a Lita…!? ¡¡Regrésala a la normalidad!!

–Es una lástima, pero no puedo hacer nada. En cualquier época, los villanos solo extienden maldiciones y tragedias.

Mordiendo sus labios con fuerza, Elise pateo el suelo. Su Espada Larga que había extendido hacia una posición baja, ascendió con el mejor tiempo. El destello de espada plateada fue fácilmente detenido por el bastón del payaso.

–Pronto será tiempo de cerrar el telón. No me des más problemas, ¿De acuerdo?

El hombre ni siquiera tuvo que ejercer la fuerza del <Mal Completamente Puro>. Contrarresto completamente el ataque con toda la fuerza de la joven <Paladín> con solo empujar su bastón como si enhebrara el hilo de una aguja. Con su delicado hombro siendo golpeado, Elise cayo hacia atrás.

–No puedo permitir siquiera una pequeña amenaza.

Tras decirle eso a nadie en particular y mirar al cielo, el hombre de la máscara de payaso, <rugió>.

Solo podía expresarse como un rugido. Por medio de unas cuerdas vocales que no eran humanas sin importar como se mirara, el estruendoso aullido de la bestia sacudió el aire.

Al hacerlo, su gran voz se extendió como olas, y el paisaje de los alrededores cambio instantáneamente. Desde un laberinto verde, a un páramo desprovisto de hierba.

Desde el horizonte, algo se acercaba levantando nubes de polvo. Era una manada de bestias carnívoras. Esas bestias que numeraban al menos unas docenas descubrieron sus colmillos y se precipitaron hacia una pequeña chica.

–¡¡Hii…!!

Elise al instante agarro su Espada Larga, sin embargo, no podía poner fuerza en sus piernas. El daño acumulado y el miedo ataban su cuerpo. El hombre con la máscara de payaso extendió sus brazos como un actor.

–Es lamentable no sean rivales para mi incluso como Usuarias de <Mana> o incluso como personajes de un cuento para mí. Princesas y villano… ¡Lamentablemente en este escenario no está el último miembro del elenco, el <Héroe>!

Rugidos sedientos de sangre encabezaban a las bestias que corrían. La nube de polvo se volvía más intensa.

–Para el final de la tragedia hay algo que se requiere sin falta—¡¡Los gritos llenos de desesperanza de las doncellas!! Muy bien, Elise Angel. ¡Cierra las cortinas de esta obra con tu voz angelical!

Las bestias patearon el suelo con gran ímpetu. Dejando brillar sus garras y colmillos, saltaron juntos hacia la chica.

Cuando Elise abrió ampliamente sus ojos, sus amigas contuvieron el aliento. La boca de la máscara de payaso pareció curvarse malignamente.

En ese momento, una llama azul corto el espacio en línea recta.

Junto con un sonido cortante que parecia perforar los oídos, algo entro volando desde el agujero hacia el exterior que estaba cubierto de espinas. Extendiendo la ruta de escape al doble de su tamaño, el hombre enmascarado se dio vuelta al instante. Solo una imagen residual de un traje negro atravesó sutilmente su campo visual.

–<Noveno Estilo de la Espada Ilusoria—>

La cabeza de la bestia en la delantera fue cortada ligeramente. Precipitándose en la carga de una decena de bestias abalanzándose contra él, se movió como si solo su tiempo fluyera de manera diferente. Cuando pareció que cortaba indiscriminadamente los objetivos cercanos, las llamas azules de <Mana> que estallaron intensamente convergieron en la hoja de su Katana en conjunto con su vaina.

–¡<Colmillo de Vacío>!

Junto con su desenfunde, una onda de impacto salió volando masacrando perpendicularmente al grupo de bestias.

–¡¡<Rashousen>!!

Un vendaval estallo al mismo tiempo que enfundaba su Katana, y como si finalmente el tiempo los alcanzara, la manada de diez bestias fue enviada a volar hacia el lado opuesto sin excepción. Sin siquiera un último lamento, las gotas de sangre danzaron por el aire.

–¿Qué…?

La única que pudo hablar de las hijas de los Duques Caballeros, que observaban tal escena sin palabras, fue solo Elise quien finalmente levanto su rostro temeroso. Al ver la familiar espalda que se había acostumbrado a mirar, su rostro se ilumino.

–¡¡Kufa-sensei!!

De un vistazo, sus ropas tambien habían cambiado al igual que las chicas. Vestía un abrigo largo y botas largas, una camisa elegante y un sombrero de copa. Solo la vaina en su cadera y su Katana negra eran igual que siempre. Elise sujeto por detrás al joven que determinaba la situación sin descuidarse.

Al ver las preciosas lagrimas del ángel de cabello plateado. Kufa enfoco su mente sabiendo que la situación era inusual.

–Siento llegar tarde, Elise-sama. ¿Qué demonios es esta situación…?

Kufa coloco su mano en el hombreo de la chica, y miro a su alrededor. Las hijas de las Casa Shicksal y La More estaban en el piso con una apariencia andrajosa. Y al lado de Elise quien derramaba lágrimas, estaba el ángel de cabello dorado inmóvil.

Y entonces, parado a unos diez metros de distancia, estaba el alto y delgado hombre con mascara de payaso—

Kufa se arrodillo sobre una rodilla y arrastro su dedo por la mejilla de su ama, comprobando su pulso y su respiración. Mientras sentía un ligero alivio ante el color rosado de sus mejillas y su tranquila respiración, la confió a los brazos de Elise y se puso de pie.

–Ojou-samas, déjenme el resto a mí.

Mientras decía eso dirigiéndose a todos los que estaban en el lugar, Kufa puso su mano en la empuñadura de su Katana y deslizo su pie hacia un lado. Tal vez porque no era su intencion involucrar a las hijas de los Duques, el hombre con la máscara de payaso dio un paso con sus largas piernas y se movio por el paramo manteniéndose en una posición opuesta a Kufa.

La presión del <Mana> de ambos elevándose lentamente hizo que profundas grietas corrieran por el accidentado terreno.

–Pensé que vendrías, tutor de Melida Angel. Hace unos días tuve que actuar de bufón, pero ahora déjame pagarte por lo de ese momento.

–No me interesa. Rápido, márchate.

La superficie del suelo estallo en dos lugares. Sin embargo, incluso con su visión cinética, las tres hijas de los Duques no podían captar lo que sucedía.

Un sonido metálico resonó justo en el medio de donde ambos habían estado parados. La Katana negra y el bastón se enredaron entre sí y sin siquiera darle tiempo a las chispas para que revotaran unos centímetros, estrellaron su siguiente golpe. Con el sonido de los golpes y los destellos de luz cubriendo su visión, el hombre enmascarado balanceaba su brazo salvajemente con éxtasis.

–¡¡Maravilloso!! ¡Puedes mantenerte al día ante mi fuerza!

*Pishi*

Una grieta corrió por la mitad del Bastón. Al mismo tiempo que se partía en dos, el hombre se retiró rápidamente justo antes de que su máscara fuera cortada por la mitad. Balanceando su Katana casualmente, Kufa le lanzo una fría mirada desde debajo de su sombrero de copa.

–¿Esa era toda tu fuerza?

–… ¡Hmph!

El hombre enmascarado resoplo por su nariz pareciendo no ser una actuación y levantó en alto uno de sus brazos.