Assassins Pride (NL)

Volumen 3

Lección 05: Los Usuarios del Dios de la Muerte

Parte 5

La estudiante de tercer año de la academia de chicas Saint Frideswide, Christa Chanson estaba justo frente al más grande dilema de su vida. Una <pesadilla> que hasta ahora solo había visto en los libros de clases y fotos de referencia había aparecido frente a sus ojos con una presencia abrumadora.

Como un espantapájaros de practica completamente diferente—estaba lleno con un aura asesina y un <Anima> que parecía poder congelar.

–La <puerta> del <Castillo Mundo de Cristal> esta sellada. ¿¡E-Eso está bien!?

Cuando despego sus dedos que albergaban sus amargos pensamientos del panel, una voz feliz aparentemente satisfecha la llamo desde atrás. Era la voz de la mujer que siguió a Christa hasta el ascensor del palacio de cristal.

–Si, buen trabajo. Con esto, los que se infiltraron en el laberinto <Bibliagoth> no podrán regresar. Justo como un grupo de mariposas que perdieron sus alas… ¿No es así?

–¡J-Justo como eso!

–Fufu, gracias. Siendo así, sería feliz si a continuación realizas el <Castillo encadenado> en las puertas del castillo.

Quien daba ordenes unilaterales con un tono tranquilo era una <silueta humana> de una mujer madura.

Era llamada “silueta humana”, porque no era humana. Su piel era verde y sus globos oculares eran de un color amarillo turbio. Desde las flores carnívoras que crecieron en los costados de su cabeza flotaba el penetrante hedor del veneno. Un vestido creado con hojas de plantas envolvía sus abundantes proporciones. Probablemente podría llamársele hermosa, pero la imagen que emitía era la de algo desagradable.

Se había llamado a si misma por el nombre de Lakeldi—la Licántropo artificial perteneciente al Gremio Grimhuis, <Mandrágora>.

Ante la solicitud de Lakeldi, Christa no podía hacer nada más que obedecerla mientras se mordía el labio. La razón era una chica que la <Mandrágora> tenía atrapada en uno de sus brazos.

Una estudiante de primer año estaba siendo tomada como rehén. Los cinco dedos de Lakeldi se extendían como la raíz de un árbol y sus extremos puntiagudos estaban presionándose en su blanco cuello. Si quisiera, fácilmente rompería su piel y atravesaría su garganta. Teniendo su propia vida en juego, la rehén de primer año derramaba lágrimas.

–L-Lo siento mucho Christa Onee-sama… lo siento mucho…

Ante su voz que temblaba mientras murmuraba, Christa no podía darle una respuesta de manera descuidada. Era un milagro que hasta ahora aun no haya habido ningún sacrificio en la academia.

¿¡¡Por qué demonios estamos en esta situación…!!?

Con Lakeldi pegada a su espalda, Christa siguió el camino hacia el vestíbulo de entrada del <Palacio Mundo de Cristal>. Sus piernas estaban paralizadas hasta el punto en que podría caerse sola, incluso ahora no tenía la sensación de realidad como para sentir si se resbalaba sin querer.

Originalmente hoy era un día de descanso. Las estudiantes de la academia comenzando por Christa, asistieron a la academia para prestar su ayuda en la ejecución de la Prueba de Acreditación de Bibliotecario del Laberinto, y junto con las estudiantes que vivían en los dormitorios intentaron glorificar su vida académica de este año.

¿Y qué ocurrió con eso? Desde el momento en que la amenaza de muerte fue enviada desde una organización criminal como el Gremio Grimhuis a las oficinas de la academia, la atmosfera de la academia que se habían acostumbrado a ver cambio hacia algo anormal.

La seguridad de las estudiantes participantes era desconocida y los confiables profesores comenzando con Kufa y Rosetti, e incluso los miembros de la Legión Crest que habían venido como visitantes junto con el Duque Caballero Angel, se apresuraron hacia el laberinto, entonces la academia con solo las estudiantes y las monjas restantes repentinamente cayo en caos.

En el momento en que las trescientas doncellas rogaban en conjunto por el rápido regreso seguro de las postulantes, el ascensor del <Castillo Mundo de Cristal>comenzó a ascender.

Entonces lo que apareció frente a las estudiantes con Christa a la cabeza, quienes esperaban un emotivo reencuentro—era lo que podría llamarse como una hechizante flor inhumana parada en el centro del ascensor.

Las aturdidas estudiantes no pudieron hacer nada ante un habilidoso asesino que no vacilaría ni un poco en luchar. Lakeldi rápidamente inhabilito a las estudiantes que sacaron sus armas y tomo como rehén a una estudiante de primer año que estaba temblando sin moverse.

Entonces, como si los invitara a pasear, les ordeno alegremente.

Sellen completamente Saint Frideswide desde el interior y el exterior—

Siendo meticulosa, o tal vez simplemente caprichosa, la hechizante <Mandrágora> miro alrededor de todos los lugares de la academia haciendo que la presidenta del consejo estudiantil Christa. Sin mostrar interés por la torre del edificio escolar, la torre del dormitorio, y el campo de prácticas, había investigado minuciosamente el jardín y las cercanías a la pared del castillo, probablemente comprobando una ruta de escape.

Ese momento, incluso para Christa y las estudiantes, trabajo provechosamente.

Y finalmente satisfecha, hizo que sellaran la <puerta> del <Palacio Mundo de Cristal>. Insatisfecha con solo quitar la fuerza motriz del ascensor, inhabilito todos los métodos de trasferencia hacia el laberinto, aislando completamente a Saint Frideswide y el laberinto <Bibliagoth>.

Mientras notaba que casi había desaparecido la sensación de su labio tras morderlo demasiado, la caminata de Christa finalmente llego hacia el vestíbulo de entrada. Cuando salió hacia el patio delantero desde la entrada frontal, y tras medir visualmente que Lakeldi y la rehén se habían retirado, envió una señal hacia la parte más alta de la valla que rodeaba el <Palacio Mundo de Cristal>.

Desde su dedo levantado encendió su <Mana> intermitentemente, era una simple señal de mano. Desde lo alto de la valla una luz parpadeo hacia ella un par de veces tras recibir sus intenciones. Y entonces un par de veces más hacia el lado de la pared del castillo.

Un poco después, una gran sacudida se propago por la superficie del suelo como una ola. El sonido de una campana atravesó el oscuro cielo. Ese melódico sonido era el mecanismo de la pared que la hacía estremecerse como un tejido biológico. Justo después de que rodearon las paredes de Saint Frideswide, llamas de varios colores se elevaron desde la pared.

Era el <Castillo Encadenado> de Saint Frideswide que se realizaba una vez al año.

La Batalla de Selección de la <Luna Lumiére> del periodo pasado ahora se sentía nostálgico como un día distante. La confiable directora Bramanger y las Profesoras se encontraban ene se momento. También el tutor privado que ocultaba un encanto sin fondo, Kufa, y la joven y enérgica <Poseedora del Marquesado> Rosetti, estaban vigilando.

Ahora no estaba ninguno de ellos.

Barrer las dificultades frente a sus ojos y proteger la tranquilidad de Saint Frideswide era una prueba que debía ser tomada con solo estudiantes encabezadas por ninguna otra que ella misma.

Christa empujo el miedo creciendo dentro de su pecho, y se dio la vuelta con una actitud decidida.

–¡Bien, justo como querías, Saint Frideswide fue completamente sellada! ¡¡Libera a la rehén!! ¿¡O que, acaso no puedes enfrentarte a un estudiante como yo si no tiene un escudo!?

–Ara, ara, esa valentía es maravillosa.

Lakeldi sonrió y alejo su mano desde el rehén. Ambas estudiantes quedaron aturdidas por un instante y entonces Chista quien inmediatamente recobro sus sentidos, pateo el suelo.

Jalando el brazo de la estudiante de primer año, la alejo de Lakeldi y al mismo tiempo que corría hacia el palacio, grito.

–¡¡Chicas, ahora!!

Desde lo alto de la valla diez sombras aparecieron al mismo tiempo. Todas portaban arma de diferentes tipos como estudiantes de Saint Frideswide. Rodeada por cañones desde todas las direcciones sin dejar ningún espacio en la entrada principal del <Palacio Mundo de Cristal>, Lakeldi inclino la cabeza pareciendo preocupada.

–Me preguntaba qué es lo que estaban haciendo corriendo alrededor, pero veo que preparaban una emboscada, ¿Eh?

–¡Lamenta el haber mostrado una apertura! ¡¡Saborea bien el disparo simultaneo de las 41 <Artilleras> de tercer año de Saint Frideswide!!

Christa levantó su brazo y lo bajo con vigor.

–¡¡Ataquen—!!

Decenas de destellos brillaron. Los disparos se superpusieron entre sí provocando un gran estruendo que casi podía romper los tímpanos. Los proyectiles que superaban la velocidad del sonido hicieron gemir el viento, distorsionando el espacio en forma de espiral. Enfrentando ese poder destructivo del tamaño de un guisante que se acercaba desde todas las direcciones sin dejarle ningún espacio para escapar—el rostro de Lakeldi se torció en éxtasis

–Ahaa, ¡¡Hermoso!!

Justo después, los 41 proyectiles la atravesaron uno después del otro.

El sonido de golpeteo resonaba rítmicamente. Todo el cuerpo de Lakeldi se inclinó hacia atrás por el impacto, sus movimientos mientras giraba y retorcí sus extremidades sin descanso casi parecían una danza. Tal vez debido a que no era humana, lo que salpicaba junto con la sangre eran hojas de plantas y flores.

Los disparos continuaron sin detenerse durante 5 segundos.

Con su voluptuoso cuerpo lleno de agujeros, Lakeldi cayó de espaldas. Una gran cantidad de sangre tiño el suelo y ya no se movió más. Christa murmuro pareciendo decepcionada.

–¿L-Lo hicimos…?

Era un cierre demasiado súbito e inesperado, pero, solo pareció así. El disparo de las estudiantes sin duda la habían golpeado. Era imposible que esas horrendas heridas fuesen una actuación. Justo después que Christa pensara que debía inspeccionar el cadáver de cualquier manera e intentara dar un paso al frente—

Lakeldi quien expuso una muerte patética, repentinamente curvo sus labios.

–Maravilloso. Como esperaba, con lo de ahora tuve que sacrificar a una.

–¿¡Que…!?

Christa abrió ampliamente sus ojos en shock.

El cadáver de Lakeldi se estaba <reparando>. Casi como una planta creciendo, iba complementando las partes faltantes y agua lavaba la sangre pegada. Hojas de árbol que venían desde algún lugar se le pegaron formando un vestido y en el momento en que se levantó ya había vuelto a su hermosa forma original.

Dirigiéndoos hacia la chica de primero y de tercer que se habían quedado sin palabras, la hermosa mujer sonrió.

–Aah, no se depriman ¿De acuerdo? Sin duda acabaron con <una> yo.  Está bien si toman esta muerte como un botín del que sentirse orgullosas.

–¡M-Monstruo…!

Christa inmediatamente levanto su brazo y una vez más envió la señal al escuadrón de disparo. Sin embargo, los disparos no resonaron. En su lugar se escucharon gritos.

–¡¡Noooooo!! ¡S-Suéltame!

Christa miro a su alrededor y entonces vio algo difícil de aceptar. En lo alto de la valla, una de las tiradoras estaba torciendo sus brazos hacia arriba.

Una fascinante <Mandrágora> de piel verde sujetaba a la estudiante.

–¿¡Eh…!?

Christa sin pensarlo movió su mirada entre el enemigo frente a sus ojos y la valla. Sin darle tiempo de calmar su confusión, los gritos de las estudiantes se escucharon desde todas las direcciones. Las tiradoras que estaban escondidas en la valla repentinamente estaban siendo atacadas por un <grupo> de enemigos que aparecieron desde su espalda.

La decena de enemigos sin excepción, eran <Mandrágoras> que tenían la misma figura.

–Ara, ara.

–Ufufu.

–Me pregunto si deberíamos perseguirnos unas a otras.

–Espera, espera.

–Las mariposas que corren no me gustan.

La <Mandrágora> sacudió su brazo y convirtiéndose en la raíz de un árbol, mando a volar a una estudiante. Escupiendo su aliento, que se convirtió niebla venenosa, las personas que lo inhalaron incluso una vez se derrumbaron como si le cortaran los hilos.

Ante la cacofonía de gritos, Christa tembló sin saber qué hacer.

–¿¡Q-Que significa esto…!?

–Soy la Licántropo artificial <Mandrágora>. No debes pensar en mi con la ecología de los humanos. Como si no supiera que hacer frente a una mala estudiante, Lakeldi puso su mano en su mejilla.

–Supongo que estara bien si te enseño solo uno de los secretos de una dama… Plantando una semilla en la tierra, puedo hacerme crecer a mí misma. ¡Nuestro máximo número es de cien…!

–N-No puede ser…

–Ufufu, gracias por guiarme, presidenta del consejo estudiantil-san. ¿Pensaste que solo ustedes estaban haciendo preparaciones para la batalla? Dejé mis semillas por todas partes de esta academia y estuve extendiendo mis raíces por el suelo—Aah, mira, me pregunto si puedes escucharlo.

Lakeldi, como si inclinara su oído hacia la melodía de las hadas, cerro sus ojos. Christa también agudizo sus oídos y finalmente lo noto.

No solo desde los alrededores del <Palacio Mundo de Cristal>. Desde todas partes de Saint Frideswide podían escucharse los gritos de las estudiantes aterrorizadas ante la aparición de las siniestras flores. Las estudiantes de primero que estaba encerrándose en la torre dormitorio, las estudiantes de segundo que estaban protegiéndolas y las estudiantes de tercero que preparaban sus armas valientemente… Christa se imaginó a las casi trescientas doncellas enfrentando dilemas por todas partes de la academia.

En el momento en que sus piernas temblaron por la desesperanza, Lakeldi convoco aún más pesadillas.

–Muy bien, vamos rápidamente a la fase principal. En realidad, acosarlas o luchar de una manera demasiado burda no es mi especialidad. Tengo mi propia manera de bailar.

Las flores creciendo desde los costados de su cabeza se retorcieron como seres vivos. Y cuando pensó que se hinchaban como un globo, expulsaron una niebla purpura mientras se desinflaban a gran velocidad.

Las Lakeldi que estaban en un rango visible actuaron al mismo tiempo. Sin duda todas las cien <Mandrágoras> que estaban dispersas por Saint Frideswide intentaban teñir el jardín de las doncellas con un color de un color vicioso.

Su efecto llego inmediata y notoriamente.

–Christa, Onee, sama…

La estudiante de primero que estaba atrás cerca de la entrada principal se desplomo en el piso mientras gemía dolorosamente. Cuando Christa rápidamente intento acercarse, al quinto paso cayo de rodillas.

Ante la gradual perdida de sensibilidad desde la punta de sus extremidades, Christa inmediatamente se dio cuenta.

–¿¡Esto, es veneno…!?

–Correcto. No tengo interés en cortar trecientos brotes de vida una por una. Por eso hare que mueran todas juntas. Mi <Anima> puesto en el polen se vuelve veneno y asesina desde dentro a los humanos. En la escuela de las doncellas, las flores florecen profusamente ante la muerte. ¡Aha, que magnifico!!

Llamas brotaron desde todo el cuerpo de Christa. Poniendo sus manos en sus rodillas, levantó la parte superior de su cuerpo.

Las comisuras de la boca de Lakeldi se curvaron pareciendo admirada.

–Si la verdadera identidad del veneno es <Anima>, puedes contrarrestarla con Mana… veo que eres inteligente Presidenta del consejo estudiantil-san.

–¡No menosprecies a Saint Frideswide…! Hay tiempo hasta que las estudiantes sucumban ante tu veneno. Si te elimino dentro de ese tiempo—

Una raíz se extendió por varios metros desde la punta del dedo de Lakeldi y rozo la pierna izquierda de Christa a alta velocidad. Su piel fue raspada y su sangre salpico. Una voz de angustia broto desde los labios de la doncella.

Lakeldi se acercó con movimientos elegantes hacia la estudiante que nuevamente cayo de rodillas.

–Llamas a las personas como si fuesen una plaga o algo asi. Tu crianza se hace evidente.

–…T-Tienes una boca engreída para ser un villano.

Lakeldi golpeo su mejilla con fuerza. El cuerpo de Christa salió volando y rodo por el piso. Los rostros de las estudiantes afectadas por el veneno se distorsionaron ante la dolorosa figura de la presidenta del consejo estudiantil.

–¡Christa Onee-sama, p-por favor escapa…!

–¡¡Aha, me pregunto a dónde!! ¡No hay ningún lugar donde escapar!

Lakeldi levanto su brazo y adelgazándose se volvió agudo como un látigo. Golpeando a Christa tirada en el piso, los labios de Lakeldi se curvaron viendo su uniforme rasgado y las cicatrice rojo profundo.

–¡El camino hacia el laberinto <Bibliagoth> fue sellado! ¡El muro del castillo se transformó por completo en una prisión! ¡¡En esta academia que se convirtió en mi jardín, no existe una amenaza que pueda amenazar a su gobernante!! ¡Les cortare las alas a estos trescientos polluelos piando, y hare que se estrellen en el suelo sin excepciones! ¡¡Hahahaha!!

–Incluso si nos quiebras las manos—

Christa hablo aun tirada en el piso. Su cabello desordenado se atascaba en su boca, pero incluso así, su mirada alzándose resueltamente atravesó los ojos de Lakeldi.

–Los caballeros de Saint Frideswide regresaran aquí sin falta… y cortaran cada uno de tus pétalos sin excepción… deberías estar preparada…

–… Esa es una rendición dulce como la miel. Me dan ganas de vomitar.

Uno de los brazos de Lakeldi cambió su forma. Torciéndose como la raíz de un árbol ramificada, su extremo puntiagudo y resistente se tensó hasta el máximo y apunto a la chica tirada en el piso.

Pateando el suelo hasta el punto de hacerlo temblar, Lakeldi grito.

–¡¡Solo a ti te matare aquí y ahora!!

Lagrimas rodaron desde los parpados fuertemente cerrados de Christa. Las estudiantes que solo podían observar contuvieron el aliento con desesperanza. Los labios de Lakeldi se curvaron hacia arriba como un demonio.

—En ese instante se escuchó el ligero sonido de unos pasos corriendo desde el palacio de cristal.

La figura humana interponiéndose entre ambas detuvo el brazo descendente de Lakeldi con las manos desnudas. Un sonido sordo y pesado se dispersó y la onda de impacto despejo la nube de veneno de los alrededores.

Lakeldi, e incluso las estudiantes que vigilaban, quedaron sin palabras. Christa quien levanto el rostro tímidamente, parpadeo ante la delicada espalda que estaba de pie cubriéndola.

–¿H-Hermana…?

Era una de las monjas que trabajaban en la academia. Christa también se había encontrado antes con ella, pero por lo que sabía, no poseía la fuerza como para detener con las manos desnudas un ataque con todo el poder de un Licántropo.

Después de inclinar la cabeza algunas veces, Lakeldi mostro una sonrisa forzada.

–Ara, ara, monja-san, no puedo decir que eres una persona ordinaria, ¿No es asi?

El extremo de su brazo transformado serpenteo como una serpiente apuntando a la espalda de la monja.

Entonces, nuevamente se desarrolló una escena que hizo que todas dudaran de sus ojos. Ambos brazos de la monja se movieron como niebla eliminando a las numerosas serpientes y con un cambio instantáneo, envió un codazo como un proyectil hacia Lakeldi. El impacto cruzo hasta su espalda, doblando su cuerpo y entonces la monja asesto una patada voladora sin piedad en el rostro de la hermosa mujer.

Siendo mandada a volar de forma tan irreal, Lakeldi cayó al piso tras volar diez metros. Tomando una postura de caída se levantó de un salto y aterrizo estirando sus cuatro extremidades como una bestia.

La flor quien levanto su rostro ya no mostraba su sonrisa bufonesca.

–¿¡Q-Quién eres!?

La monja bajo su pierna extendida. Christa no pudo evitar sobresaltarse ya que la pierna de la monja se había torcido desde la mitad. Y lo que las sorprendió aún más, es que la monja se quitó esa pierna quebrada y la desecho, volviéndose más pequeña.

–… No se puede hacer nada… fuera de la misión… desde ahora priorizaremos las vidas humanas…

La monja murmuro y mientras parecía lamentarse consigo misma, comenzó a quitarse las <partes> desde todo su cuerpo una después de otra.  Una prótesis de pierna más, dos prótesis de brazos, y un armazón del torso.

Quitándose su ropa de monja que parecía fastidioso, en su remplazo apareció un uniforme militar negro. Recuperando la calma, Lakeldi retomo su sonrisa que llenaba todo su rostro.

–Esto es inesperado. Tú, quién intentas devorar mis pétalos, ¿Quién demonios eres?

[Soy una enviada de la noche blanca,]

[Cien caras cambiantes]

En remplazo de una respuesta, notas negras descendieron desde del cielo. Al principio fueron dos y a continuación una más.

[Y, además,]

La última nota toco ligeramente su capucha, y haciendo su declaración al mismo tiempo que ardía en llamas, el rostro de la chica que podía verse desde lo profundo de la oscuridad, se ilumino por un instante.

[Soy quien te derrotara.]