Assassins Pride (NL)

Volumen 3

Lección 01: Día a Día De Pandora

Parte 2

Desde la fiesta de pijamas de fin de semana, a la lección conjunta. Terminado el plan de siempre que ya estaba volviéndose una costumbre, Melida y Elise, además de Kufa y Rosetti ingresaron a la academia.

Desde que cruzaron las puertas del castillo por primera vez en el séptimo mes del año anterior, ya habia trascurrido rápidamente más de la mitad del año. Kufa recientemente estaba sintiendo que la academia para chicas Saint Frideswide que ya estaba en medio del invierno, estaba envuelta en un ambiente melancólico por alguna razón.

Incluso para Kufa quien no experimento la escuela, podía comprender claramente el origen de esa atmosfera.

En resumen, en el tercer mes del periodo escolar—habría un ascenso de grado y entonces sería la temporada de graduación de las estudiantes de tercer año.

–Todas, muy buenos días. ¡Estoy muy feliz que poder ver sus rostros animados! Esa armoniosa voz como la de un violín, resonó por el alto techo.

La dueña de la voz era la directora de la academia para chicas Saint Frideswide, Charlotte Bramanger. Hoy se estaría celebrando una reunión general desde la mañana y tanto Melida, Kufa y las demás se dirigieron hacia la gran catedral después de ingresar.

La directora miro a través de las trescientas estudiantes que estaban alineadas correctamente en el tranquilo espacio con sus pequeños ojos. El hecho de que el tiempo que miro el lugar donde estaban las estudiantes de tercer año fue más largo, sin duda no fue la imaginación de Kufa.

Como siempre, mientras balanceaba su dedo como un director de orquesta, la directora Bramanger dijo.

–Cuando convoco la reunión en este periodo de tiempo, hay algo que pienso todos los años. ¡Y eso es que todas se han vuelto esplendidas! Comparadas al momento en que celebramos la primera reunión del año nuevo* durante el cuarto mes del año anterior, las estudiantes de primero año se han vuelto más gallardas, las de segundo año más confiables y todas las estudiantes de tercer año, se volvieron tan adultas hasta casi ser irreconocibles. Lo que está en mi pecho en este momento es orgullo y un poco de soledad, pero ni una pisca de ansiedad. Aun cuando ustedes elijan el camino que elijan—

Allí repentinamente su discurso se interrumpió.

La directora Bramanger estaba cubriendo su boca. En el espacio que recupero la calma, pequeños sonidos sollozos resonaron. Las dos estudiantes de tercer año que estaban paradas a los costados del podio se acercaron suavemente hacia la directora.

Una era la presidenta del consejo estudiantil Christa Chanson y la otra era la representante de los graduados Shenfa Tsubetok.

–… Directora, aún es temprano.

–¿Si su garganta está seca, yo como la <Luna Lumiére> del año, anterior debería hacer el aviso en su lugar?

–N-No, todo está bien. Hasta que no las vea salir por la puerta, no puedo flaquear. Al sonar su nariz con vigor, la directora arqueo su espalda.

Viendo esa situación, las estudiantes más sensibles estaban sacando sus pañuelos y llorando. Melida tiro de la manga de Kufa y le murmuro suavemente.

–Por lo que escuche de una senpai, al parecer se siente así todos los años.

–Para la directora esta es su <casa> y tú y las demás probablemente son su <familia>, ¿No es asi?

Kufa quien no tenía una relación duradera con nadie, pensó que algo así era un poco envidiable. No existió ninguna oportunidad de prestarle atención hasta ahora, pero, ¿Qué tipo de organización familiar tenja esa <Maga> anciana que estaba quedándose en la academia durante todo el año?

Probablemente lo mejor sería intentar preguntarle si se da la oportunidad en algún momento…

 (Nota: Año nuevo fiscal)

Como si cubriera los pensamientos de Kufa, la directora que había retomado su espíritu reanudo su discurso.

— —Entonces, todas. En dos meses más sin ningún error, este año fiscal también llegara a su fin, pero no olviden que antes de eso, un gran evento está a la espera. ¡Así es, sumado a la graduación de los terceros años, este año también se realizará la <Prueba de Acreditación del Bibliotecario de Bibliagoth>!

Las estudiantes intercambiaron miradas desconcertadas. Redirigiendo su mirada hacia el grupo de primer año quienes no estaban entendiendo la situación, la directora Bramanger hiló sus palabras como un canto.

–<Bibliagoth>, ese es el nombre de la gigantesca biblioteca que existe en la parte central de Flandor. Su diámetro es el doble del Distrito del Rey Santo. Y si decimos que eso va aumentando desde el primer piso hasta el piso 99 como el fondo del infierno, seguramente pueden imaginar su ilimitada escala.

Dejando de lado a Kufa quien era un Caballero en servicio, entre las estudiantes de primer año de una escuela de formación seguramente era la primera vez que lo escuchaban. Al saber que un misterio como ese existía en el país donde ellas misma vivían, las estudiantes de los alrededores intercambiaban miradas sin poder calmarse.

La presidenta Christa dio un paso al frente y alzo su voz.

–¡Silencio!

En la gran catedral que había retomado su tranquilidad nuevamente, la voz de la Directora Bramanger resonó relajadamente.

–Para darse una idea, pueden imaginar ese espacio como una <Biblioteca>. Allí, libros de la antigüedad—libros escritos en la época de las leyendas cuando el cielo azul, el sol y la luna existían en este mundo—están almacenados por miles. Además—

El alboroto que incluso la presidenta Christa no pudo contener se hizo más grande y la directora aumento aún más el volumen de su voz.

–Además lo que debería sorprenderlas, es que, en esa misteriosa biblioteca, todos y cada uno de los <manuscritos> escritos hasta ahora, tienen una réplica almacenada. Esos probablemente sean cartas de niños dirigidas a sus padres, o informes secretos que un espía registró. Entonces, habiendo explicado hasta aquí, seguramente pueden sentir, aunque sea vagamente, el valor histórico e informativo de la biblioteca <Bibliagoth>. Por consiguiente, no se le puede permitir a cualquiera entrar al laberinto. Es decir, para que los investigadores de <Bibliagoth> obtengan la calificación de <Bibliotecario del Laberinto>, es requerido que atraviesen una rigurosa prueba.

Varias personas dieron un paso al frente desde la fila de maestros, y comenzaron a distribuir pergaminos de piel de cabra a las estudiantes alineadas ordenadamente. Tras recoger los murmullos que se filtraban, al parecer en ellos estaba registrado un resumen de la prueba de certificación.

Como seguramente ya era el límite en lo que podía mantenerlas expectantes, la directora finalmente dijo con una fuerte voz.

–¡Cualquiera puede aceptar la prueba, pero deben estar resueltas a que será inmensamente rigurosa! Sin embargo, al mismo tiempo, por favor comprendan que es una oportunidad de una vez por año. Las manos de un <Bibliotecario del Laberinto> están siendo requeridas normalmente. Y en el caso de que obtengan esa calificación, como caballeros sus actividades se expandirán, seguro trabajará como una gran ventaja para su futuro—¡Eso es todo!

En el instante en que la directora bajo del podio, el parloteo, como el champagne que dispara su corcho, se desbordo. La presidenta Christa también se había rendido en advertirles y comenzó a ayudar en la distribución de los pergaminos.

El resumen de la prueba llego hasta las manos de Melida y Elise y entre los cuatro, incluyendo a sus tutores privados, inspeccionaron el pergamino. Sin embargo, como si claramente no supiera como juzgarlo, Melida inmediatamente le dirigió una mirada hacia arriba.

–S-Sensei. ¿Qué piensas de esto?

–Es justo como dijo la directora. Si tienes las cualidades como <Bibliotecario del Laberinto>, no hay error en que serás tratada favorablemente.

–Ah, Señoritas Angel. Si, las dos. ¿Me darían un poco de su tiempo? Quien se acercó al círculo de cuatro, fue una persona un poco inesperada

Era nada menos que Charlotte Bramanger. Para una estudiante la parte superior del podio de reunión era casi como un mundo aparte y cuando la persona que había estado allí hasta hace un momento aparecía frente a sus ojos, incluso si no fuese Melida, se habría sorprendido casi como si se encontrara a un habitante del centro de la tierra.

–¡D-Directora…! ¿Q-Que desea?

–Traigo una propuesta. Si, ambos tutores también por favor escúchenme. Melida-san, Elise-san, ¿Considerarían participar en la prueba de acreditación de este año?

Las primas abrieron sus ojos sorprendidas y tanto Kufa como Rosetti sin pensarlo se miraron el uno al otro. En remplazo de sus discípulos que no sabían cómo responder, Kufa dio un paso adelante.

–Con el debido respeto Directora, es un año demasiado pronto para ellas, ¿No lo crees? Sin duda la prueba de acreditación es…

–Si, normalmente la realizarían después de su segundo año. Pero, ambas fueron candidatas de la Batalla de Selección de la <Luna Lumiére> de este año. Dejando de lado a las estudiantes de Saint D’Autriche que participaron en la batalla de selección, para evitar que personas relacionadas fuera de ellas piensen que fue favoritismo, quiero que ambas muestren pruebas de que fueron adecuadas para ser candidatas a <Luna Lumiére> incluso siendo de primer año.

Incluso estando desconcertadas, las chicas de 13 años comprendieron las circunstancias y se miraron entre sí.

Si se volvía una historia relacionada a la administración de la academia, incluso para Kufa y Rosetti quienes eran sus tutores privados les resultaba difícil decir algo. Como un bote salvavidas, la Directora continúo hablando.

–Por supuesto, no pienso preguntar por su aprobación o desaprobación. Si son ustedes, el día en que adquieran la determinación y desafíen la prueba de acreditación seguramente vendrá, en cualquier caso. Esta vez, como un ensayo para eso, ¿Qué hay de explorar los alrededores del primer piso de la biblioteca <Bibliagoth> que es relativamente menos peligroso?

En lo que respecta a la academia, solo con el hecho de que ambas “participaron en la prueba de acreditación mientras eran de primer año” estaría bien de cualquier manera. Dándose cuenta que menos responsabilidad no sería pesada, la expresión de ambas chicas se aligero.

Como para tranquilizarlas más, la Directora mostro una sonrisa tranquila en su arrugado rostro.

–Ya que esta vez es especial, ambas tomaran una posición diferente a la de las postulantes normales. Ya que pensamos en algunas medidas de seguridad, si les apetece desde ahora—

–¡¡Detente allí!! ¿¡¡Quién eres!!?

En ese momento, el grito desgarrador de una instructora paso entre ellos, y en un instante la gran catedral retomo su calma.

El alboroto venía desde la dirección de la entrada. Las más de trescientas miradas se dirigieron en esa dirección.

–Esperen, no necesitan estar tan alerta. ¡No soy un tipo sospechoso en absoluto!

Mientras Kufa ponía su mano en el hombro de Melida de manera natural, se volteó hacia atrás y lo vio.

Detrás de varias instructoras que estaban rodeando la puerta, la figura del hombre <sospechoso> estaba perpleja.

Era demasiado franco, pero no había mejor manera de expresarlo. Incluso si el esmoquin de clase alta que estaba envuelto en su alto y delgado cuerpo estaba bien, lo extraño era la desagradable mascara de payaso que cubría su rostro. El hecho de que su voz se escuchara algo atenuada, sin duda era a causa de colocar una tela en la boca de la máscara que estaba partida como la hoz de una guadaña.

En otras palabras, era muy difícil identificar su verdadero rostro. Considerando inútil su charla sobre que confiaran en el, diez instructoras de la academia, que anteriormente formaron parte de la primera línea del gremio, rodearon al hombre sospechoso con una determinación como si fueran a desenfundar sus espadas en cualquier momento.

Hombre—así es, juzgándolo desde su constitución y la profundidad de su voz, el individuo detrás de esa mascara era sin ningún error, un hombre.

Alguien de las estudiantes dejo escapar un pequeño grito y una fornida estudiante de grado superior la estaba abrazando como si protegiera a su hermana menor. Incluso mientras recibía miradas nada acogedoras desde todas las direcciones, el sospechoso enmascarado no se detuvo.

–Hey, no tienen por qué asustarse así. Solo vine a encontrarme a mi hija.

–¡Si es así, declara tu nombre de casa e identidad, y quítate esa mascara! ¡Si quieres encontrarte con tu familia necesitas contactarte de antemano y la aprobación de la directora! ¡Ni siquiera traer una carta formal es preocupante!

–Desgraciadamente soy alguien de cuna humilde, ¿Sabes? No poseo nombre de casa o posición.

Las expresiones de sorpresa se desaparecieron y una atmosfera de desconcierto se propago entre las estudiantes.

¿A quién está buscando este hombre?

En el momento en que Kufa frunció el ceño, una de las instructoras dio un paso adelante. Poniendo su mano en la espada en su cintura, hizo sonar la vaina de una manera intimidante.

–¡¡No juegues…!! En primer lugar, ¿¡Que hiciste con el portero!?

El hombre enmascarado retrocedió dos, tres pasos—y abrió la distancia entre sus piernas casualmente.

–No me permitió pasar… a pesar de que baje mi cabeza sinceramente, y ya que no me dejo pasar testarudamente, no podía hacer nada más. En el caso que el ataque venga desde el oponente, se puede llamar legítima defensa, ¿Cierto?

–¡¡Atrápenlo!!

Varias instructoras patearon el suelo al mismo tiempo desde las cuatro direcciones. Naturalmente, no iban en serio. Lo que desenvainaron desde sus caderas con un agudo sonido eran las mismas espadas de practica que usaban las estudiantes.

Sin embargo, en ese momento ocurrió algo que nadie pudo prever.

–¡Que peligroso!

El hombre cayó al suelo con una sincronización brillante y esquivo los ataques desde todas las direcciones.

Sin su objetivo, los maestros que golpearon el aire vacío se chocaron entre sí. Mientras sus pies se enredaban, una de las instructoras de artes marciales, abrió sus ojos con sorpresa.

En esa apertura, el hombre corrió hacia el centro de la gran catedral como si bailara.

Gritos agudos se alzaron. Las estudiantes ya estaban en gran pánico. Todas se dispersaron como arañas bebes a izquierda y derecha y casi como si fuese un patógeno o algo similar, los alrededores del hombre en esmoquin se despejaron.

–¡Hey, esperen! ¡Solo estoy buscando a mi hija!

Gritando con su voz atenuada, el hombre miro sin destino a las chicas que escapaban.

Finalmente, la mirada de la máscara de payaso se clavó en el grupo de primer año que se había quedado parado sin moverse.

–¡Si, señoritas! Por favor explíquenselo a sus amigas. ¡No soy una persona sospechosa!

–“ “ “ “ “ “¿¡K-Kyaaaa!?” ” ” ” ” ”

Ante el rostro sonriente de la máscara acercándose, las estudiantes de primer año, como si una cuerda se rompiera, levantaron un grito.

Justo después de eso, desde el punto ciego del hombre, una sombra del color de la oscuridad se deslizo, y en el momento en que se dio cuenta, un golpe resonó sin piedad. Una patada giratoria golpeo su costado con precisión y el cuerpo del hombre voló hacia atrás varios metros.

Ante el dobladillo del uniforme militar danzando con el viento, la expresión de las estudiantes de primer año se ilumino.

–“ “ “ “ “ “¡¡Kufa-sama!!” ” ” ” ”

Cuando el hombre enmascarado cayó al piso, se levantó de un salto golpeando su brazo derecho en el suelo.

Ante al joven caballero que estaba parado con una mirada fría, el hombre se encogió de hombros teatralmente con una actitud triste.

–¿Qué es esto? ¿No hay un hombre allí? ¿Por qué el trato es diferente conmigo?

El sexo no es el problema.

Era simple regresarle esas palabras, pero Kufa guardo silencio. Después de todo, pensó que mostrar incluso la más pequeña apertura sería peligroso. Por la manera en que había tomado la caída, su Agilidad había dispersado el daño.

Como esperaba, no es un simple tipo sospechoso. ¿Debería quitarle esa mascar incluso si tengo que ser un poco brusco?

En el momento en que pensó eso, una estudiante de primer año, al contrario de las otras estudiantes que aumentaban su distancia del hombre temerosamente, se acercó corriendo hacia Kufa. El inconfundible y más noble cabello dorado en el mundo. Un hermoso rostro que había alcanzado la perfección a su tierna edad. Era la Ojou-sama que amaba y respetaba.

–Sensei…

La chica sujeto su uniforme militar y Kufa inmediatamente la cubrió detrás de su espalda. Ante ese intercambio, el hombre con la máscara de payaso, pareció congelarse como si fuese una estatua.

Sin dejar saber en qué pensaba, repentinamente abrió sus brazos de una manera teatral.

Y entonces, casi como fuera a partir el cielo, grito con una gran voz que resonó dentro de la gran catedral.

–¡Te encontré! ¡Quería reunirme contigo, Melida! ¡¡Mi hija!!