Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: Entrenamiento

Parte 2

Cuando la voz automatizada anunció el comienzo del combate de práctica, Ayato se adelantó para liderar la vanguardia.

Fue una formación orientada a la ofensiva, con la vanguardia compuesta por Ayato, Kirin, y la líder del equipo, Claudia. Saya formó la retaguardia mientras Julis era su apoyo, responsable de monitorear la situación y de ayudar cuando se presentaba la oportunidad.

El equipo de Kyouko, por el contrario, tenía una muñeca armada con un rifle de asalto y otra con dos pistolas como retaguardia; una muñeca armada con una espada larga y otra con dos espadas cortas como vanguardia; y la propia Kyouko, armada con su habitual bate de clavos, como jefa del equipo. Las dos vanguardias se mantuvieron preparadas mientras Kyouko las apoyaba como apoyo del equipo. Dos en primera línea, dos en la espalda y uno en el apoyo, lo que generalmente se consideraba la formación más equilibrada para un equipo.

Los combates por equipos terminaron con la destrucción de la cresta de la escuela del líder del equipo, la pérdida de conciencia del líder del equipo, o el anuncio de su rendición o la consideración desde otro ángulo, siempre y cuando el líder del equipo permaneciera de pie, el combate podría continuar.

“¡Haah!” Ayato tenía a Ser Veresta sobre su mano, la muñeca con una espada larga a la vista.

La muñeca dio un paso atrás, y balas de luz rociaron en su dirección. Parecía que había caído por una simple distracción.

“¡Tch…!”

Gracias a su elevada percepción al haber entrado en el estado de shiki, Ayato pudo invocar una perfecta conciencia de las condiciones del campo de batalla, por lo que no tuvo dificultad en evadir el bombardeo que se avecinaba. Pero se vio obligado a dejar ir a su presa.

¿La retaguardia se centra sólo en mí…?

“¡Ha Ha! ¡Mira eso, Amagiri! ¿Creíste que sería tan tonta como para enfrentarme a ti directamente?” Kyouko llamó al otro lado del escenario, mostrándoles una sonrisa intrépida. “Tú eres la persona a la que la gente va a estar principalmente mirando y pensando más en contrarrestar, ¡tú y esa Ser Veresta! A menos que el otro equipo tenga un Orga Lux igual de fuerte, ¡ni siquiera podrán cruzar espadas contigo! ¡No hay necesidad de que nadie se moleste en tratar con ese tipo de ventaja directamente!”

“Veo tu punto…”, murmuró Ayato mientras desviaba la interminable descarga de balas con el Ser Veresta.

Sin duda estaba diciendo la verdad.

Lo mismo ocurrió con el Pan-Dora de Claudia, pero Kyouko probablemente no sabía nada de eso. La única información que tenía el público era que le daba a su usuario algún tipo de precognición, pero gracias a la elaborada estrategia de desinformación de Claudia, era difícil ver cómo se podía contrarrestar eso por sí solo.

Contrarrestar al Ser Veresta era, en cambio, relativamente sencillo: sus oponentes podían simplemente intentar evitar el combate directo y centrarse en los ataques de larga distancia.

Además, con ambos miembros de la retaguardia centrándose exclusivamente en él,
teniendo en cuenta su precisión y oportunidad, le resultaría difícil tratar con ambos.

Si se centrara en la defensa o la evasión, sus oponentes sin duda dedicarían parte de su atención a los miembros de su equipo, pero si se dedicara por completo al ataque, se dejaría vulnerable a un disparo cuidadosamente cronometrado.

Quizás sintiendo su apuro, Julis atacó desde lejos con su Rect Lux, pero las muñecas tuvieron poca dificultad para esquivar los ataques de sus remotas terminales de su línea de fuego sin romperse.

“¡Ayato no es el único de quien preocuparse!” Kirin gritó mientras ella y Claudia se acercaban para rodear a Kyouko desde ambos lados.

Si pudieran derrotar a Kyouko, el líder del equipo contrario, el combate habría terminado.

Sin embargo…

“¿Crees que no estaba preparada para eso?”

“¡…!”
La vanguardia, que antes había retrocedido, ahora se movía para bloquear su avance.

Ninguna de las dos chicas titubeó, cruzando espadas con las muñecas de frente. Kirin se enfrentó al que tenía una espada larga, mientras que Claudia se enfrentó al que tenía espadas cortas. Para sorpresa de Ayato, las dos muñecas no eran de ninguna manera inferiores en habilidad a sus dos compañeras de equipo. No había duda de que Kirin y Claudia tenían una ligera ventaja, pero las muñecas eran excepcionalmente buenas para saber cuándo golpear y cuándo retroceder. Además, la pareja que formó la retaguardia de Kyouko lograba disparar de vez en cuando Ayato bajaba la guardia hacia sus compañeras de equipo. A este ritmo, sería difícil para cualquiera de ellos deshacerse de sus oponentes.

Sin embargo, gracias a su elevada percepción, se dio cuenta de que había un movimiento detrás de él.

“…Ayato, apártate.”

Para cuando Saya terminó de hablar, ya había saltado fuera del camino.

“Boom”.

En ese momento, una enorme ráfaga de luz que salía del Helnekraum de Saya le pasó a toda velocidad, provocando un impacto directo en Kyouko y enviando enormes ondas de choque por toda la sala.

Usando el Ser Veresta para protegerse de la interminable lluvia de balas, miró alrededor de la habitación, buscando cualquier señal de ella al otro lado de la calurosa ráfaga de aire.

No debería haber tenido tiempo para contrarrestar el ataque, pero cuando la densa nube de humo comenzó a desvanecerse, había un muro de arena que se elevaba ante ella.

Esa debe ser la habilidad de otra persona, ¿verdad…?

La arena se derrumbó lentamente al volver a convertirse en maná crudo.

Si cada uno de los clavos de su bate contenía una habilidad diferente, el equipo de Ayato tendría pocas posibilidades de derrotarla. Después de todo, no tenían información para tratar de elaborar contramedidas o estrategias efectivas.

Y fue entonces cuando

“¡Estalla en flor Amaryllis!” La voz rica y distinguida de Julis resonó por toda la habitación.

Julis debe haber aprovechado el ataque de Saya para colarse en el punto ciego de Kyouko, donde construyó una enorme bola de fuego al final de su espada extendida, todo mientras giraba los terminales remotos de la Rect Lux contra la retaguardia. La extraordinaria percepción espacial necesaria para llevar a cabo tal ataque dejó a Ayato sin habla.

¡Ahora es mi oportunidad…!

Aprovechando la distracción momentánea de la retaguardia, acortó la distancia entre él y Kyouko.

Varias de sus balas todavía lograron marcar un golpe, pero un poco de daño no se pudo evitar ahora.

Si Kyouko intentara esquivar la bola de fuego de Julis, aprovecharía esa apertura para poner fin al encuentro en ese momento.

Además, incluso si lo esquivara, Julis podría simplemente detonar su amaryllis a voluntad. Sería imposible evitar la explosión resultante. Había una posibilidad de que Ayato también se viera envuelto en ella, pero en el estado de shiki, todavía había una posibilidad de que tuviera tiempo suficiente para defenderse.

Las condiciones estaban a su favor.

“Oye, oye, no estás bromeando, ¿eh?” Pero Kyouko no parecía muy preocupada.

Miró tranquilamente hacia la bola de fuego, esquivándola ágilmente.

“¡En ese caso, explota!” gritó Julis, tal y como Ayato había anticipado.

Un terrible rugido tembló en el aire mientras las llamas ardían, pero….

“¿No crees que es un mal movimiento, conmigo como tu oponente?”

El fuego fluía directamente a la palma de la mano de Kyouko, como si el agua fuera absorbida por un remolino en las profundidades de un lago.

“¿¡Qué!?”

“Heh, eso son los tres más, Riessfeld. Fuertes ones, también.”

Kyouko agarraba tres clavos largos, idénticos a los que sobresalían de su bate, entre sus dedos.

¡Así que así es como lo hace…!

No debería haber esperado menos de una campeona del Festa de la que se rumorea que es capaz de sellar todas y cada una de las habilidades.

“¡Pero a esa distancia…!”

Podría haber fallado, pero el ataque de Julis aún le había dado tiempo suficiente a Ayato para que preparase uno de los suyos.

Pero justo cuando estaba a punto de lanzarse hacia la cresta falsa de Kyouko con el Ser Veresta

“Supongo que será mejor que los use ahora mismo.”

Ayato sintió un escalofrío correr por su espina dorsal e inmediatamente detuvo su ataque, saltando hacia atrás.

En ese instante, una luz blanca azulada destelló en la palma de la mano de Kyouko, una bola de fuego enfurecida disparando directamente hacia él con una terrible explosión.

Era la amaryllis de Julis.

“¡Ugh…!”

Consiguió protegerse, pero la fuerza fue tal que lo lanzó a través de la sala de entrenamiento, rebotando en el suelo antes de hacer un aterrizaje incómodo.

“Oh, eso fue muy inteligente de tu parte. Buen trabajo.” Kyouko sonrió, poniendo el bate sobre su hombro.

“Aceptaré el cumplido…” Ayato se levantó lentamente, limpiándose el sudor de su frente, antes de mirar a su alrededor.

Las muñecas que habían estado luchando contra Kirin y Claudia se habían retirado a la parte trasera de la sala de entrenamiento, y la retaguardia había cesado su bombardeo de proyectiles. Todo, al parecer, había vuelto a ser como al principio del combate.

“Hmm, no está mal. Te daré una nota aprobatoria, ya que fue tu primer intento. Podrías calificar fácilmente, al menos. Y hay una gran diferencia entre ustedes y el último equipo de Enfield”. Kyouko les hizo un cumplido en el mismo tono apático y vagamente amenazador que caracterizaba su enseñanza. “Pero si quieres ganar…eso es otra cosa.” Al hacerlo, bajó la voz, mirándolos desde el otro lado de la habitación. ” Escuchen! Podrás ser más fuerte y rápido que yo, especialmente tú, Amagiri, y tú, Toudou, por no mencionar que eres mejor en el combate cuerpo a cuerpo. Pero, Toudou, no pudiste pasar a una muñeca que carece de mi habilidad, y tú, Amagiri, no fuiste capaz de derribarme. ¿Sabes por qué?”

“…porque la coordinación de tu equipo era mejor?” Preguntó Saya, hinchando sus mejillas de decepción.

Kyouko puso una mano sobre su cintura, soltando un suspiro de tristeza. Parecía como si estuviera relajando su guardia, pero el prana que estaba canalizando a través de su cuerpo no cambió. Las muñecas también parecían estar listas para reanudar la lucha en cualquier momento.

“Bueno, eso es obvio, pero no sería un buen sermón, ¿no? Básicamente, sus habilidades y experiencias con las batallas de grupo son diferentes. Tú primero, Sasamiya. Obviamente, la retaguardia debe apoyar a la vanguardia, pero también se supone que hay que mantener a raya a la retaguardia del otro equipo. Si hubieras presionado más a mis hombres, Amagiri, Toudou y Enfield habrían podido moverse un poco más fácilmente”.

“…ya veo.” Saya asintió, mirando ligeramente sorprendido.

“Tú sigues, Toudou. Tu movimiento de las Grullas Vinculadas puede ser bastante llamativo, pero no es adecuado para el combate en equipo. Si tu oponente es fuerte, te llevará mucho tiempo derribarlo. Y si pueden retenerte, como hicieron esas muñecas, alguien más va a explotar eso para sacarte”.

“Ya ya veo…”

“Y Riessfeld…. Eres demasiado imprudente. ¿O tal vez me subestimabas? ¿Es eso todo?”

“Quería ver si eres tan fuerte como dicen que eres”, respondió Julis, mirando de frente a la mirada de Kyouko.

No había duda de que, en contra de un Strega que podía capturar las habilidades de la gente y devolvérselas, había sido una jugada bastante descuidada. Sin embargo, si hubiera dudado, habría perdido la oportunidad de ver por sí misma cómo funcionaba la habilidad de Kyouko.

“Ha-ha, tienes valor. Te dejaré ir esta vez, entonces. Piensa antes de hacer algo la próxima vez”. Kyouko volvió su mirada hacia Ayato. “Amagiri, eso fue impresionante, la forma en que sentiste lo que te rodeaba. pero eres un poco demasiado bueno en eso.”

“¿Demasiado bueno…?”

“Por supuesto, en una batalla por equipos, hay que prestar atención no sólo a los rivales que tienes delante, sino también a tus compañeros de equipo y a la retaguardia del otro equipo. Eres el mejor que he visto en ese aspecto… Pero ha afectado a tus reflejos. Estás tan metido en todo lo demás que te ha entorpecido el juicio. Si no hubieras prestado tanta atención a mi propio ataque, podrías haberme alcanzado primero”.

¿Entonces me salió el tiro por la culata…?

Había pensado que la técnica sería más valiosa en las batallas de equipo, pero parecía que tendría que replantearse cómo la usaba en diferentes situaciones.

“De todos modos, tu coordinación no es tan mala, así que supongo que mejorarás con la práctica.”

Ayato se quedó estupefacta al saber que podía detectar tan fácilmente las áreas que necesitaban mejorar, incluso después de tan poco tiempo de observación. Aunque, quizás debería haberlo esperado de una ex campeona del Gryps.

“¿Tienes algún consejo para mí?” Claudia, la única persona que Kyouko no había mencionado, levantó la mano.

“…eres tan encantadora como siempre, ¿eh, pequeña cachorrita? Eso fue demasiado perfecto. Me enferma sólo de pensarlo”, escupió Kyouko encogiéndose de hombros. “Y además, incluso reteniéndote así, estabas esperando una oportunidad para hacer tu jugada, ¿no es así? No podía permitirme bajar la guardia contigo”.

“Me temo que no hubo tal oportunidad.” Claudia, todavía sosteniendo el Pan-Dora, dejó salir una risa ligera.

Siendo la única con experiencia real en batallas de equipo, ella parecía estar un nivel por encima de los demás.

“Si realmente quieres que diga algo, ¿qué tal si tratas de usar a Pan-Dora por una vez? Si hubieras hecho eso, habrías podido romper con mis muñecas de inmediato, y yo no habría sido rival para ti y Amagiri”.

“Ciertamente. Si hubiera sido un combate real, lo habría hecho”.

“Lo que estoy diciendo es que no debes contenerte, ni siquiera en los preliminares. Eres demasiado ingenua, pensando que puedes guardar tu energía para el próximo combate. La Festa no es tan fácil”.

“…lo tendré en cuenta”, contestó Claudia vagamente, mostrando una sonrisa a Kyouko. No parecía en absoluto inclinada a seguir su consejo.

“Hmph“, resopló su profesora, dejándolo así. “Entonces, ¿qué tal si intentan tener eso en mente para la segunda ronda? Te lo digo ahora, si no subes de nivel, te patearé el trasero”. Y con eso, su boca se retorció con una feroz sonrisa mientras colocaba su arma en su hombro.

Sus palabras podrían haber sonado como una broma, pero probablemente estaba siendo completamente seria. En otras palabras, quería que fueran tras ella con todo lo que tenían.

El corazón de Ayato se elevó con una oleada de gratitud mientras preparaba a Ser Veresta.

Durante los meses siguientes, continuaron su formación especial con Kyouko cada semana. Aunque al principio eran prácticamente sus juguetes, en el momento en que llegaron las vacaciones de verano, pudieron más o menos defenderse de ella.