86 [Eighty Six]

Volumen 4: Bajo Presión

Capítulo 4: Triage

Parte 8

El rifle de asalto desató una lluvia de rondas perforantes de 7,62 mm a una velocidad de 700 disparos por minuto en la unidad de alta movilidad. Las rondas de rifle de este calibre tenían suficiente potencia de fuego para volar las extremidades de una persona, pero no eran tan efectivas contra una unidad blindada. Incluso un Ameise, con una armadura relativamente ligera, desviaría los proyectiles si su blindaje frontal fuera alcanzado.

Sin embargo, la armadura no era igualmente gruesa en todos los lados. Un arma blindada hecha con la suposición de que enfrentaría al enemigo de frente estaba blindada muy poco excepto por el frente.

Como, por ejemplo, en su parte inferior. O… la sección superior de su parte trasera.

Especialmente al tratarse un arma especializada para el combate de alta movilidad, lo suficientemente liviana para soportar su peso en un solo cable y que parecía evitar excesivamente los fragmentos, era probable que no estuviera muy blindada. Y, sobre todo, los fragmentos le habían destruido su parte trasera antes, creando una muesca en su armadura.

Las rondas de rifle, que viajaban al doble de la velocidad del sonido, llovieron sobre la espalda de la unidad de alta movilidad, apuñalando la grieta en su armadura como estaba planeado. La armadura rota se movió como las escamas de la piel de un lagarto, y más rondas de aleación de tungsteno cavaron en el agujero ahora más grande de su armadura, penetrando su estructura y rebotando en sus sistemas de propulsión y control.

Shin pensó que podía escuchar un grito sin voz sacudiendo el aire.

Su cargador de treinta rondas se vació en tres segundos. Justo cuando la última bala entró en la recámara, expulsó el cargador y cargó uno nuevo, continuando su bombardeo. Era una recarga táctica. Una técnica para disparos consecutivos que no le daba al enemigo el tiempo que le tomaría cargar la siguiente bala.

El enorme retroceso de un rifle de tamaño completo disparando en modo automático se hundió en su hombro. Reprimió el cañón que se sacudía con todas sus fuerzas mientras seguía disparando. Y después de seis segundos, que parecían durar una eternidad…

La unidad de Alta Movilidad se tambaleó para mirarlo de frente, con su armadura en ruinas y sus miembros traqueteando.

***

<Disparos detectados.>

<Modificación de datos transmitidos previamente. Se confirma la supervivencia del indicativo Báleygr.>

***

Wehrwolf aplastó al Ameise final con su martinete, y el cañón de perdigones de Cyclops voló una bandada de minas autopropulsadas.

— ¡Despejado!

Todos los enemigos cercanos al eje habían sido eliminados. Todo lo que quedaba era dirigirse al eje principal y ayudar con la batalla final que tenía lugar.

Pero un débil sonido se había hecho eco, entre las ondas de choque de ese pisotón y las explosiones del cañón de perdigones, sin que nadie lo notara.

La unidad de alta movilidad se dirigió hacia él, doblando su cuerpo como una pantera preparándose para abalanzarse sobre su presa. Expulsando su cargador agotado, Shin insertó su segundo cargador de repuesto en la entrada del cargador. Era una maniobra extra que tardó menos de un segundo en realizarse, pero en ese largo momento, Shin se dio cuenta de algo.

El enemigo fue más rápido. Lo mejor que podía esperar era derribarlo ya que lo mataría. E incluso cuando sabía esto, su dedo se movió para apretar el gatillo, cuando…… Un único sonido metálico, tan silencioso que normalmente sería inaudible, llegó a sus oídos. El lanzacohetes múltiple escondido dentro de los restos de “Kaie”, que yacían esparcidos en la esquina del pasillo, de repente brilló y explotó.

Los repetidos estruendos de la batalla que tenía lugar en el eje probablemente habían hecho que se cayera el interruptor, y la lucha continua había hecho que disparara y activara su mecha, y el hombre y la máquina que luchaban no se dieron cuenta.

Los proyectiles de cohetes estallaron y explotaron dentro de los restos del cañón en ruinas. Fragmentos chisporroteantes provocaron que los proyectiles circundantes y el propio fuselaje en ruinas explotaran en respuesta. Un destello de luz llenó las profundidades del eje, precediendo a las fuertes ondas de choque que seguirían. La luz intensa, que incluso superaba a la de un misil HEAT, se reflejó y dispersó en las superficies de los espejos colocados a lo largo del eje.

Un destello de luz pálida y cegadora llenó el fondo oscuro del eje. Para aquellos que utilizaron la información óptica como base para percibir el mundo exterior, la luz abrumadora no era diferente de la oscuridad total. La cantidad de luz sobre su sensor óptico hizo que la unidad de alta movilidad perdiera de vista a Shin.

Shin, por otro lado, cumplió con sus instintos animales y cerró los ojos por reflejo. Tampoco podía ver a la unidad de alta movilidad, pero había una gran diferencia entre los dos. La unidad de alta movilidad había luchado solo por este día. Shin, sin embargo, había luchado durante siete años.

Si.

Era una diferencia crucial en el tiempo que habían pasado en el campo de batalla y la experiencia de combate que habían acumulado.

La unidad de alta movilidad quedó congelada, incapaz de juzgar adecuadamente lo que debería hacer en esta situación impredecible. Pero Shin apretó el gatillo. Con los ojos cerrados. Incluso sin visión, su capacidad para escuchar las voces de los fantasmas transmitía con precisión la posición del enemigo. Y a través de siete años de experiencia en el manejo de un rifle de asalto, su mira no vaciló a esta distancia, aunque no podía ver.

Por un momento, pensó que podía ver a una chica Orienta de cabello negro con una cola de caballo sonreírle.

El rifle de asalto disparó en modo automático, su retroceso y rugido reverberaron a través de las paredes del eje. Desde la oscuridad detrás de sus párpados, Shin escuchó el sonido de algo agachado, demasiado ligero para ser de la Legión y demasiado pesado para que fuese un ser vivo.

***

<El daño acumulado excede los parámetros permitidos>

<Unidad exterior abandonada. Iniciando cambio de forma: Anulación forzada. Ejecución del artículo especial Omega.>

***

Había cerrado los ojos por reflejo, pero sus retinas aún no se habían recuperado del destello. Su campo de visión todavía estaba algo deslumbrado. Entrecerrando los ojos, que todavía le dolían por el dolor agudo, Shin sacó la pistola de su funda. La unidad de Alta Movilidad yacía arrugada, su interior ardía con el color de las llamas. Pero el sonido indescifrable de su gemido mecánico no se había apagado. No podía moverse, pero aún no estaba completamente rota.

Esta unidad de la Legión era demasiado amenazante como para mirarla hacia abajo, incluso estando herida. Con su rifle, que estaba sobrecalentado por el fuego rápido, y también sin munición, en una mano, Shin se detuvo cuando estaba a solo unos pasos de distancia, justo fuera del alcance de sus hojas. Las miras precisas de su pistola apuntaban directamente a la unidad de alta movilidad.

Fue entonces cuando los rayos de luz plateada comenzaron a brotar de los agujeros de bala en su espalda. Esa luz eran Micromáquinas líquidas. La vida misma y el sistema nervioso de la Legión burbujeaban en forma líquida, saliendo de su herida como sangre. Luego salieron a chorros de la máquina violentamente, como un géiser.

Cuando Shin se alejó con cautela, una figura flotó fuera de los escombros y se estiró en el aire, pareciendo desafiar las leyes de la gravedad. Como un capullo que madura en un abrir y cerrar de ojos o una mariposa que sale de un capullo, la figura levantó la cabeza, inclinándola hacia atrás como si mirara al cielo.

Sí, era su cabeza.

Su largo cabello se arrastraba sobre la oscuridad como un claro arroyo. Tenía la frente prominente, ojos suaves, nariz delgada, labios finos y mandíbula puntiaguda. El contorno de su garganta expuesta hasta el pecho hacía que la figura pareciera claramente femenina. Y, sin embargo, cada parte de su cuerpo tenía un brillo metálico cuando brotó repentinamente de la oleada de Micromáquinas líquidas.

Sus párpados se abrieron revoloteando. Con sus ojos plateados mirando al vacío, desvió su forma esbelta. La forma en que su extraña mirada no parecía enfocarse en nada hacía que Shin se estremeciera de un miedo incomprensible. La Legión no tenía globos oculares, por lo que probablemente no tenían la percepción de enfocar su mirada.

Parecía humana, pero no lo era.

Y como si llevara el mensaje de que este ser no era un monstruo mecánico torpe, sino algo mucho más siniestro e incomprensible, sus labios se movieron.

VEN A BUSCARME

Ven a buscarme.

No tenía nada parecido a las cuerdas vocales, por lo que no tenía voz con la que hablar, solo los movimientos de sus labios formaban silenciosamente cada palabra. Sus ojos estaban desenfocados e inhumanos, con el iris y escleras de color plateado. Y, sin embargo, tenían forma humana.

El enfrentamiento le pareció extremadamente largo a Shin, pero solo tomó varios segundos. El rostro femenino se desvaneció repentinamente y la totalidad de las Micromáquinas líquidas se dispersaron silenciosamente, convirtiéndose en motas de luz que volaban como semillas de flores de bálsamo dispersándose en el viento. Las partículas se detuvieron en medio del vuelo por un momento y cambiaron de forma nuevamente, tomando la forma de una bandada de mariposas plateadas, lo suficientemente pequeñas como para sentarse en la palma de la mano.

Batían sus alas delgadas, quebradizas y parecidas al papel, que eran demasiado largas para pertenecer a las mariposas reales. Las alas plateadas montadas en el viento y se elevaban, girando en un patrón de hélice ascendente, como el brazo espiral de una galaxia, a través de la apertura del eje principal antes de volar y desaparecer.

— ¿Qué…?

Escapó.

Se dio cuenta de eso cuando su habilidad una vez más recogió los lamentos de la unidad de alta movilidad desde lejos, mezclándose con la Legión en retirada.

¿Abandonó su unidad en ruinas y desmontó su procesador central para escapar…?

La idea hizo que todo encajara de forma extraña. Si uno fuera a llevar las cosas lo suficientemente lejos, no sería una exageración decir que la forma real de la Legión son las Micromáquinas líquidas que componen sus procesadores centrales. Al ser líquidas, podían cambiar su forma en cualquier cosa, como redes neuronales humanas, que eran radicalmente diferentes de sus procesadores centrales originales. Su hermano, que se había convertido en un Dinosauria, había transformado las Micromáquinas en innumerables manos humanas extendidas.

Un sistema, un programa, era fundamentalmente una agregación de innumerables módulos, por lo que separarlos y volver a ensamblarlos no debería haber sido imposible. Sin embargo, sacar un cerebro humano, desarmarlo, volverlo a armar y devolverlo a donde estaba no era una idea que una mente humana pudiera concebir.

¿Ni siquiera una mente humana, hmm…?

Una inteligencia artificial destinada al combate probablemente no lo veía como una locura. Shin pensó que finalmente podría entender un poco la ansiedad de Lena. La Legión aprendía y se mejoraba constantemente para aumentar sus habilidades de combate y su eficiencia. Los Pastores tenían inteligencia humana, pero a veces mostraban un comportamiento ilógico debido a los recuerdos que tenían de ser humanos, como Ray y Kiriya.

Pero los Pastores producidos en masa, a los que se les quitó la memoria, carecían de esa tendencia. Y la unidad de alta movilidad, que tenía una inteligencia basada en un cerebro humano, pero no en uno específico, carecía de recuerdos para empezar. Si el resultado final de cortar esos recuerdos… era ese tipo de unidad de Alta Movilidad completamente inhumana, eficiente, especializada para el combate… Y si Shin continuara olvidando los deseos que le habían confiado y se convirtiera en el mismo tipo de máquina de guerra como la Legión…

Como había dicho Frederica una vez, tres cosas hacen a un hombre: La patria en la que nació, la sangre que corría por sus venas y los lazos que formaba. Y Shin nunca pensó en internalizar lo que ella había dicho. Nunca había deseado recuperar las cosas que había perdido en el fuego de la guerra. Pero tal vez por los que encontraron el camino de regreso a él… los que se le acercaron… tal vez cuidar de esas conexiones sería lo correcto.

Fue lo que pensó Shin.

Fue cuando pensó en decirle a Lena que la batalla había terminado cuando se dio cuenta de que su dispositivo RAID se había caído cuando se había escabullido en algún momento. Al regresar al Undertaker, rebuscó en la cabina, buscando dentro hasta que lo encontró y se reconectó a la Resonancia.

— ¡Shin! ¿¡Estás bien!?

— De algún modo.

— ¡Gracias a Dios…!

Lena dejó escapar un suspiro de alivio. Frederica estaba diciendo algo en el fondo, pero su voz aguda le raspó un poco los oídos en ese momento. Shin habló, contorsionando su rostro por la constante cacofonía que llegaba a sus oídos.

— Lena, tengo un favor que pedirte.

— ¿Qué es?

Aparentemente, podía notar lo mal que se sentía por su tono. Escuchar su voz de campana plateada llenarse de tensión hizo que Shin se sintiera aún más patético.

— ¿Podrías enviar a alguien a buscarme…? No estoy lesionado, pero no puedo moverme.

La Legión probablemente ya se había retirado, a juzgar por cómo los lamentos de los Pastores se alejaban más. Lo que debería haber hecho que Shin se sintiera un poco mejor, pero el hecho de que toda la tensión desapareciera de su cuerpo solo lo hacía sentir aún peor. El ruido blanco asaltaba sus sentidos, y cuanto más fuerte se volvía la sensación, más difícil era mantenerse de pie.

Mientras se apoyaba en la armadura del Undertaker, podía sentir a Lena sonreír con alivio.

— Si. Si eso es todo, le pediré a alguien…

Antes de que pudiera terminar, escuchó un parloteo familiar y el sonido de fuertes pasos acercándose a él. Venían de dos puntos diferentes. De un rectángulo que servía de salida al mismo piso y de una abertura más arriba en el eje aparecieron dos Juggernauts, cubiertos de polvo. Ambas cubiertas se abrieron aproximadamente al mismo tiempo, y dos rostros familiares se asomaron por ellos.

— Vaya. Hace tiempo que no te veía sí de demacrado.

Dijo Raiden, de pie en la parte superior del eje. Su unidad también estaba en muy malas condiciones, con sus dos ametralladoras destruidas.

— Escuché que necesitabas a alguien que te llevara, ¿Diosecito de la Muerte? ¿Quién quieres que te cargue, el Wehrwolf o la princesa Cyclops?

Shiden sonrió con sus dientes, mostrando sus caninos, mientras descansaba su barbilla contra el borde de su armadura.

En algún lugar de la niebla en la mente de Shin, pensó que ambas opciones sonaban bastante horribles.