Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 4: El Viento de la Espada Llama

Parte 7

 

 

——No; Dijo Tiona simplemente, levantando la cara mientras el resto de su grupo se resistía a los inimaginablemente poderosos vientos. Porque con el viento vino una voz, una voz serena y suave que trajo visiones a los ojos de su mente.

Trigo ámbar, nubes suavemente flotantes y un espíritu, sus labios moviéndose al canto—una doncella de cabello dorado corriendo por una colina ventosa.

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El viento los estaba llamando.

—¡Es Aiz!; Gritó mientras la sonrisa regresaba a su rostro fatigado.

Y entonces la chica Amazona impulsada por su instinto corrió por el pasillo.

—¡Aiz nos está llamando!

—¡Señorita Tione, este viento! ¡¿Qué es…?!

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Mientras tanto, en otra sección del laberinto, Tione, Cruz y el resto de su grupo también se habían encontrado con la tormenta.

—Ah—

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A medida que su largo cabello se deslizaba sobre su cara, la luz se extendió por los rasgos de Tione.

El viento furioso e incesante también había invocado un recuerdo en su mente.

—Esto es… ¡Aiz! ¡¡Este es el viento de Aiz!!

—Las cuevas en las montañas estaban llenas de corrientes de aire, por lo que era fácil usarlas como guías.

—Básicamente, o sigues el viento o vas en contra de él. Así es como evitas terminar en un callejón sin salida.

Sí, de eso estaban hablando cuando habían pisado este laberinto por primera vez. Era exactamente como Gareth les había dicho. Podrían usar las corrientes de viento como guías.

Por supuesto, no habría corrientes naturales que pasen por el calabozo hecha por el hombre directamente debajo de la superficie de la ciudad. En cambio, las carreras de viento que pasaban junto a ellas ahora estaban siendo creadas por el Airiel de Aiz.

—¡Ella nos está guiando! ¡Nos está diciendo dónde estamos… y dónde podemos unirnos con los demás!

Las poderosas ráfagas de Aiz no dejaron rastro del laberinto intacto, pulsando a través de todos sus rincones y grietas como la sangre bombeando a través de las venas. Fue una hazaña positivamente ridícula, una que Tione apenas podía creer, y sin embargo, esta era Aiz. Aiz podría hacer algo como esto, y ese pensamiento solo le trajo una sonrisa brillante a la cara.

Incluso separados como estaban en una encrucijada tras otra, Aiz había podido crear una sola carretera para conducirlos juntos. De esta manera, el viento parecía llorar. Los llevaría directamente a Aiz como un llamamiento para reunir a todos los de la Familia Loki actualmente atrapados dentro de ese enorme laberinto.

Tione respondería a esa llamada, corriendo por el túnel con los demás pisándole los talones.

—¡Andando!

—¡¡Estoy justo detrás de ti!!

—¡Esa chica imprudente! Ella está de acuerdo con esta tontería de nuevo ¡Ya veo! Gareth echó humo, enfrentando el viento que llenaba el gran salón de frente.

—¿Quieres decir…Aiz? ¿Este es el viento de Aiz…? Pero eso es… ¡Eso es imposible!; Gritó Narfi con incredulidad.

Eso era cierto. Pensar que un solo aventurero sería capaz de alcanzar la totalidad de esta enorme mazmorra era simplemente absurdo.

Pero eso era exactamente lo que estaba sucediendo, y el poder ridículo detrás del Airiel de Aiz y el espíritu de la espada de la chica era suficiente para ponerla a la par con un jefe de piso.

Sin embargo, Gareth se dio cuenta de algo—que Aiz estaba quemando su propia fuerza vital para crear este camino de viento. Tenía que ser eso, o ella nunca podría producir un vendaval como este. Lo que solo podía significar una cosa: que se había ido y se había puesto en grave peligro otra vez.

—¡Dejando eso de lado, ahora no hay tiempo para holgazanear!; Gareth gritó al resto del grupo, con el viento silbando más allá de las grietas de su pesada armadura. —¡Arriba y en marcha, novatos! ¡Perdemos ese viento y no tendremos oportunidad!

—¡¿Qué demonios es todo este viento?!

La misma ráfaga soplaba junto a Valletta y al resto de sus tropas enemigas, también. Ella levantó un brazo para cubrir su rostro con un gemido cuando el violento vendaval azotó contra ella.

—¡Raúl!

—¡Me leíste la mente!

No muy lejos, Aki y Raúl, todavía vagando por el laberinto, agarraron a Finn y corrieron en dirección al aullido del ciclón, también.

—Señor Bete, no tan… ¡Rápido…!

—¡Grr!

—¡¿Se-señor Bete?!

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Bete, también, hizo una mueca brusca ante la repentina aparición de la tormenta de Aiz. Detrás de él, Rakuta intentó desesperadamente igualar su ritmo vertiginoso con el resto del grupo.

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—¡Este viento…! ¡Señorita Filvis, este es el viento de la Señorita Aiz, es su magia!

—¡No seas ridícula! ¿Cómo diablos una persona podría producir un viento tan fuerte? ¡Eso es inconcebible!

Cuando Lefiya gritó de emoción, las mejillas se tiñeron de rojo, Filvis palideció a su lado. Pero eso no evitó que el dúo elfico también se dirigiera hacia la fuente del viento.

—Increíble…

Y finalmente, en lo más profundo de Knossos, en la guarida de The evil.

Barca se encontró sin palabras mientras observaba la escena que se desarrollaba en la capa acuosa que tenía delante.

—¿Viento? ¿Viento, dices? Pensar que una simple niña podría producir este tipo de magia… volteando el tablero sobre no solo nuestra ambición de mil años… sino en la gran obra maestra de nuestro antepasado en sí.

Había un límite a las puertas de orichalcum, después de todo. Más lejos que la adamantina, el material se había instalado solo en puntos clave a lo largo del laberinto, lo que significaba que sería imposible para él cerrar completamente el río de viento que serpenteaba de túnel a túnel, de escalera a escalera, ya que evitaba todo laberinto.

—Todo será… deshecho.

El Dédalo de la antigüedad había sostenido una cierta estética.

Un arte en el caos que conformaba el laberinto. Al incrustar una sola luz de orden en medio de su anarquía, uno podría revelar su belleza interior. Era un principio que Barca y el resto de los descendientes del gran arquitecto siguieron incluso ahora, sin apartarse de los planos maestros mientras se esforzaban por completar su obra maestra.

Por eso, al igual que en otro Calabozo, Knossos había escondido en su interior una ruta principal. Una “guía Ariadna”, para decirlo de otra manera.

Y no importa cuántas de las puertas de orichalcum haya cerrado Barca, esa ruta principal seguiría existiendo, derramando el viento de esa chica y guiando a sus compañeros directamente hacia ella.

—¿Se reunirán a su alrededor, entonces…? ¿Con su último aliento?

Ellos ciertamente mantenían un ritmo increíble. Sorprendentemente así.

Y como todos ellos convergían en el mismo lugar, Barca no pudo detenerlos. Tratando de cerrar las puertas en su camino, ni siquiera pudo frenarlas—Tiona y su grupo se deslizaron debajo de cada puerta justo a tiempo, y Gareth bloqueó sin esfuerzo su descenso con sus grandes brazos. Todo lo que probó resultó ser demasiado pequeño, demasiado tarde en vista de su voraz velocidad. Incluso había algunas puertas que no podía cerrar, gracias a las violas y otros monstruos del laberinto que reaccionaban al viento y se amontonaban en los túneles, lo que hacía imposible cerrarlos. Él simplemente no pudo conseguirlo con sus manos.

La única fuente de viento había devuelto la vida a los aventureros medio muertos. Era la prueba de la fe de la niña en sus compañeros.

—Se suponía que estaban separados…

Increíble. La palabra pasó de nuevo por sus labios.

—Este es el verdadero poder de la Familia Loki…; murmuró mientras su ojo real y el ojo que llevaba una D escondida debajo de su flequillo se ensancharon. —… El verdadero poder de la Princesa de la Espada.

El rugido de la furiosa ráfaga de la chica le hizo estremecer el cuerpo.

Y ahora, de vuelta en el presente.

—Hey.

Levis se giró al oír los pasos detrás de ella.

Había una franja de piel gris separando la oscuridad de una de las muchas salidas de la habitación.

——Fenómeno de la naturaleza.

Fue Bete, el primero de los aventureros de la Familia Loki en llegar a la fuente del viento.

Mirando a Aiz delante de él, ensangrentada y magullada, y a punto de ser cortado por Levis, su pelaje se erizó. Con el tatuaje de la cara retorciéndose de rabia, el hombre lobo enseñó los dientes con un salvaje rizo de su labio.

—¡¡Vete al infierno!!

—¡Eres ese hombre lobo…!

Levis maldijo entre dientes, preparando su contraataque cuando Bete se dirigió directamente hacia ella.

Ninguno de ellos quiso renunciar al primer golpe. Pero fue Levis quien no anticipo el ataque.

———–

Puede que se haya dado un festín con piedras mágicas, pero no fue la única que había ganado poder desde su lucha en la despensa, Bete también había ganado nivel y ahora era un Nivel 6.

Y sus colmillos ya se habían hundido en el viento de Aiz.

—¡¡Ruuuuuuuuuoooooooooooaaaaggggggggghhhhhhhhhhhhhh!!

—¡¿?!

En un instante, su Frosvirt se impregnó con el vendaval.

La nueva velocidad y potencia detrás de sus botas de metal superaron todo lo que Levis podría haber esperado, y la espada que ella había levantado en su contraofensiva fue derribada de sus manos.

Era una abertura, y nuevas sombras ya se habían reunido alrededor de la criatura femenina para aprovechar la brecha en sus defensas.

—Te divertiste acosando a nuestra hermana ¿Verdad?

—¿Una Amazona…?

—Inmediatamente después de Bete, Tione saltó hacia adelante como una serpiente, sacando sus cuchillos Kukri. En una ráfaga de repetidos destellos, extrajo una lluvia de sangre del cuerpo de Levis, haciendo que la criatura pelirroja cayera al suelo.

Pero la ola de ataques no terminó ahí.

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—¡No te lo vamos a poner fácil!

Directamente en lo alto, la otra mitad de la Amazona voló hacia ella con su arma de gran tamaño, su sonrisa normal desapareció al ver las heridas de Aiz. Ahora, nada más que pura rabia sin adulterar ardía en los ojos de Tiona, y Levis no pudo hacer nada más que mirar en shock cuando una Urga de doble hoja la atacó con toda su fuerza.

—¡¡Toma esto——–!!

—¡¡Guurraaagh!!

La espada monstruosa se partió a través de la espada larga de Levis, y su brazo con ella. Su antebrazo giró en el aire, cortado limpiamente desde el codo.

———–

Antes de que Levis tuviera la oportunidad de recuperarse, todo lo que podía ver era un puño parecido a una roca que navegaba directamente hacia su cara.

—Lárgate de aquí. Fue Gareth.

—¡¿Gunnghh?!

El puñetazo pasó fácilmente sobre el brazo que había levantado para intentar defenderse, entrando en su cuerpo y enviándola a volar por el aire con la fuerza de un río embravecido. Cuando se estrelló contra la pared más alejada, una nube de polvo y suciedad con forma de hongo surgió del impacto, y el pasillo se sacudió a su alrededor.

Una vez terminada la batalla, los aventureros de primer nivel de la Familia Loki bajaron sus armas y corrieron hacia Aiz.

—¡Aiz!

—¡¿Estás bien?!

—¡Como demonios va a estar bien! ¡Maldita sea, las amazonas son tan ciegas como tontas!

—Tiona… Tione… Señor Bete…; Murmuró Aiz, con una sonrisa dirigiéndose a su cara al ver a sus compañeros, que habían sido guiados por su viento. Ella aceptó la poción que lucharon para darle con un —Gracias…

—Por mucho que me gustaría decirte… lo hiciste bien, muchacha.

—No… no fui yo. Fue… gracias a todos ustedes…

Aiz solo pudo negar con la cabeza ante los exagerados elogios de Gareth. Pero incluso mientras estaban sentados allí, ya se podían escuchar innumerables pasos que se acercaban a la habitación.

—¡Señor Gareth! ¡Así que aquí están!

—¡Raúl! Es—¿Es ese el capitán? ¡¿En los santos nombres de los dioses que sucedió aquí?!

—¡Tranquilízate, Tione!

Primero aparecieron Raúl y Aki, llevando consigo al herido Finn, y Tione entró en un pánico muy diferente a cualquiera producido por los peligros del laberinto. Un momento después,


Rakuta, Elfie y el resto de los grupos de Bete y Tiona lo siguieron, todos se filtraron en la habitación uno tras otro.

—¡Diablos! ¡Finn ha sido maldecido! ¡Se ve mal, también!

—¡Sí, lo sé, lo sé! Y que hay de ustedes muchachos ¿En qué estado están?

—¡Arcus y yo hemos sido envenenados! ¡Me atacó un poco de esa vermis venenosas!

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—¡Lefiya, Leene y los demás aún no lo han logrado!

En medio de las actualizaciones rápidas, Gareth rápidamente comenzó a dar órdenes, y la Familia Loki respondió con una gran experiencia. Al llevar a cabo las medidas de emergencia con la misma precisión que habían tenido en muchas de sus expediciones, los miembros de la familia que se habían reunido se pusieron en marcha de inmediato para trabajar.

—… ¿Qué están haciendo esos tontos incompetentes en la Familia Thanatos?

—¡!

Todos se giraron para ver a Levis levantarse de la nube de polvo. Aunque golpeada por los ataques anteriores de la Familia Loki, su ardor asesino aún no había desaparecido.

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—No te molestes. Yo mismo sacaré estos bichos… aquí y ahora.

—… ¿Tú y qué ejército?; Tione sonrió, lista con sus cuchillos Kukri, Zolas, mientras la criatura pelirroja comenzó a exudar un incomparable sentido de presencia y maldad.

Levis, sin embargo, se limitó a entrecerrar los ojos fríamente ante los más de diez aventureros.

—Sería una tarea simple eliminarte cómo estas ahora. Pero llamaré a ese ejército si lo deseas.

Lesiones de vermis venenosa, fatiga inducida por habilidad, un brazo aplastado por una puerta—ciertamente ellos no estaban en condiciones de luchar, y al darse cuenta de que Levis había visto su agotamiento, Tiona, Bete y los demás cerraron la boca mientras el sudor goteaba por sus sienes. Incluso ahora, sus artículos se habían agotado casi por completo, lo que significa que no tendrían forma de curar las heridas que Knossos les había causado.

Levis comenzó a consumir energía mágica para reparar su cuerpo herido mientras presionaba su brazo amputado contra el muñón ensangrentado desde su codo. Este se conectó de inmediato, devolviéndole la vida al puño y la palma como si no hubiera estado tirado en el suelo, y Raúl y los otros miembros de la familia de nivel inferior tragaron saliva.

—…Un hacha de repuesto, muchacha. Tíralo hacia mí; Dijo Gareth a uno de los apoyos.

—¡S-Seguro!

El soldado enano, equipado con una armadura medio destrozada y con lesiones considerables, aceptó el arma ofrecida, preparándose para la batalla.

Aiz, también, preparó su espada, mirando directamente a Levis.

Justo entonces.

Las paredes de la habitación—se estrellaron contra el suelo.

—¡¿Huh?!

Sucedió sin previo aviso.

Una franja de piel de acero de repente ocultó un lado de su visión. Y mientras la gran bestia descomunal se dirigía hacia ellos en una lluvia de piedras y adamantina, ninguno de ellos podía respirar.

Incluso Levis parecía sorprendida. Pero fue Gareth quien sacó primero su voz, gritando a todo pulmón.

—¡¡COOOOOOOOORRRRRRRRRRAAAAAAAAAAANNNNNN!!

Y lo hicieron, abandonando todo y retirándose de la habitación.

Ellos volaron hacia la salida en grupo. Y en cuanto a los miembros de menor rango que no pudieron ponerse de pie tan rápido, Aiz, Tiona, Tione, Bete, Raúl y los otros aventureros de mayor rango los agarraron por la ropa y los tiraron para que los llevaran.

—¿Cómo llegó Gugalanna? ¡Mierda…!

Levis reveló que esto también era irregular para ellos, antes de desaparecer dentro de la pared laberíntica en mal estado.

Aiz la observó irse, pero eso era todo lo que podía hacer, porque la criatura gigante que ahora bloqueaba su visión estaba pisándole los talones a la Familia Loki.

—¡¿Qué está pasando?! ¡¿qué está pasando?! ¡¿qué está pasando?! ¡¿Qué demonios es esa cosa?!

—¡¿Cómo diablos se supone que debo saber?!

Bete respondió al desconcierto de Tiona con un grito de enojo cuando la destrucción furiosa a su alrededor se tragó el túnel. Sin saber qué estaba pasando, todo lo que podían hacer era encontrarse con otra habitación grande más adelante.

Una explosión del tamaño de un terremoto rompió el aire detrás de ellos.

—¡¿——————?!

La onda de choque les golpeó la espalda, haciéndolos volar.

Ellos se cayeron por el suelo, niveles inferiores y élites por igual, de alguna manera levantándose para darse la vuelta… justo cuando una silueta colosal emergía de las sombras.

Cuatro piernas increíblemente grandes y poderosas sostenían su mitad inferior, dos cuernos destrozados se retorcían de su cabeza y su piel era el enfermizo verde amarillento del acero corrosivo. Era alta, más de seis metros desde el suelo hasta sus hombros, y de su espalda brotó una cola que se partió en dos por el medio, ambas puntas afiladas como una espada.


En general, se parecía mucho a un buey, salvo por una cosa—el cuerpo de la mujer sobresaliendo de la frente de la criatura. La mitad superior de su cuerpo era femenino, con sus labios curvados en una sonrisa desconcertante.

—¡¿Simplemente…rompió las paredes de adamantina—como si no fuera nada…?!; Murmuró Raúl con un asombro horrorizado cuando los aventureros de primer nivel sintieron una inquietante sensación de déjà vu sobre ellos.

Y entonces, como si volviera a traer la pesadilla a la realidad, Aiz dijo su nombre.

—¡Un demi-espíritu…!

Danmachi: Sword Oratoria Volumen 7 Capítulo 4 Parte 7 Novela Ligera

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