Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 7

Capítulo 3: Festín de la Muerte

Parte 1

—¡Esto no es bueno! La puerta está cerrada… ¡No podemos entrar!

El grito de uno de los miembros de nivel inferior hizo eco en la piedra del pasadizo oculto fuera del laberinto. Este nuevo desarrollo fue suficiente para agitar a los demás en el grupo—Riveria y el resto de la Familia Loki , actualmente parados fuera de la puerta principal, en un frenesí.

Habían pasado siete horas desde que Finn y su equipo habían entrado en el laberinto, lo cual, combinado con el silencio más allá de la puerta, fue suficiente para confirmar que algo había sucedido.

—Están atrapados allí, entonces… No es del todo inesperado, pero ¿En qué estás pensando, Riveria?

—Podrían estar separados por todas las puertas de orichalcum del mundo, y Gareth aún sería capaz de romper las paredes de adamantita en el peor de los casos. El hecho de que no lo haya hecho… me lleva a creer que se han quedado atrapados en una trampa; Reflexionó Riveria, mirando hacia la oscuridad. —No es como que calculen mal el momento ideal para retirarse; Sus ojos color jade se estrecharon bruscamente cuando miró a sus asustados compañeros.

—Cierto. Déjame ponerlo de esta manera, entonces—Si realmente han caído en una trampa…

¿Podrán salir?; Preguntó Loki.

—Si este fuera un laberinto común, diría que sí sin cuestionarlo. Sin embargo…; Ella se detuvo, avanzó hacia la pared cercana y le dio un fuerte golpe con el extremo de su bastón para exponer el brillo subyacente de adamantita. Ella recogió un pedazo de la piedra caída en su mano. —Justo como pense…

—¿Qué es eso? ¿Se mezcló con algo raro?

—En efecto. Materia de soldado de obsidiana.

Mientras Loki miraba con curiosidad, Riveria respondió nombrando el objeto caído.

Los soldados de obsidiana eran un tipo de monstruo de roca que apareció en el trigésimo séptimo piso del Calabozo. Con cuerpos de roca repelentes a la magia, tenían la capacidad de reducir severamente los efectos de cualquier hechizo mágico que se les lanzara. El objeto caído para estas bestias lapidarias era de una suma considerable de dinero en la superficie y se  usaba a menudo para hacer escudos y armaduras de calidad superior y resistentes a la magia.

—Solo puedo suponer que está mezclado con la totalidad de la cara de piedra que cubre la adamantita, lo que la hace no solo sólida sino también resistente a la magia; Continuó antes de aplastar el trozo de obsidiana anti mágica entre sus delgados y blancos dedos. Sus cejas se fruncieron. —Es decir, si yo atacara desde el exterior, solo causaría daños a la Calle Daedalus y la alcantarilla. Si ni siquiera soy capaz de irrumpir, solo puedo imaginar el trabajo que necesitaría desde dentro… la lanza de Finn, también, es probablemente inútil; Concluyó con frialdad. El resto del grupo tragó saliva ansiosamente.

—¿En serio?; Los ojos de Loki se ensancharon ligeramente mientras volteaba su mirada hacia el laberinto.

—El laberinto que enfrentamos actualmente no tiene precedentes. Sin embargo, no sé qué llevó a su creación… Lo que sí puedo decir con certeza es que se basa en una creencia muy arraigada que va mucho más allá de lo que podemos imaginar; Afirmó Riveria, apoyando sus teorías anteriores de que este Calabozo no era más que una fortaleza enemiga.

Siguiendo esta suposición, la elfo y la diosa comenzaron a intentar activamente un plan de acción.

—Hmm… ¿Riveria? Tu circulo mágico ¿No tenía, o sea, algún tipo de radar en él?; Preguntó Loki.

—Si bien no estoy segura de lo que es esa “cosa que llamas radar”… si estás hablando de mi Rae Laevateinn, puede, de hecho, discernir si hay humanos o monstruos dentro de su círculo mágico. Sin embargo, el efecto es meramente horizontal. No puedo garantizar que funcionará en los pisos debajo de nosotros.

—¿Qué hay de esto: haz el maldito círculo mágico más grande que puedas pero lo cancelas antes de que empiecen a aparecer las llamas, y simplemente… lo haces una y otra vez? que es desperdicio e ineficiente como el infierno, lo sé, pero vale la pena intentarlo. Al menos podemos revisar este piso ¿Sí?

—Entendido. Lo intentaré; Respondió la maga antes de comenzar rápidamente su conjuro.

Cuando el enorme círculo mágico de color jade se formó bajo sus pies, Loki rápidamente comenzó a emitir más órdenes. —¡Alicia! ¡Agarra a algunas personas y comienza a i improvisar un mapa! No tengo absolutamente ni idea de cuán grande será este lugar ¡Pero usaremos ese círculo mágico para averiguarlo!

—¡E-Entendido!; Reconoció la elfo antes de pedir ayuda a sus compañeros.

Loki la miró sombríamente mientras el brillante resplandor verde del círculo mágico de Riveria bañaba su cuerpo con luz.

***

Una suave fosforescencia azul iluminó las caras de las dos figuras envueltas en la oscuridad.

—La Familia Loki ha caído al octavo piso, tal como le ordenaron.

—Gracias, querido Barca. Has sido de maravillosa ayuda.

Barca y su dios, Thanatos, se encontraron y comenzaron su conversación.

Ellos estaban en una de las muchas habitaciones del laberinto, a una profundidad muy por debajo de sus intrusos. Alrededor de ellos yacía un espantoso surtido de espadas y lanzas, y de las numerosas salidas, figuras encapuchadas entraban y salían. Era la guarida de The Evils, que había sido anexada al laberinto después de la finalización. Estaba bañado por la sombra, apenas una linterna de piedra mágica a la vista, tal como a Thanatos le gustaba.

—Tengo que salir por un momento. Tú te encargarás de tu pequeña operación ¿No es así?

—Como desees…

Barca observó cómo Thanatos abandonaba la habitación y luego se encaminaba hacia un cierto pedestal. Aunque estaba hecho de piedra, se parecía al tocón de un árbol, cubierto de capas de hiedra y prácticamente fusionado con la vegetación en sí. En la parte superior, había una capa acuosa de color blanco azulado, que recordaba a la luna, y se había colocado una joya carmesí en la parte delantera de la estructura, similar a las incrustadas en las puertas de orichalcum del laberinto, aunque de un tamaño más grande.

Este fue el dispositivo. El dispositivo más importante de todo el laberinto. Solo Barca y unos pocos elegidos podrían operarlo.

——Knossos ciertamente está vivo hoy.

Uno de esos pocos elegidos apareció por un pasaje lateral.

La voz pertenecía a un humano alto y bien formado. Una mirada a su sonrisa malhumorada fue todo lo que se necesitaría para identificarlo como un sinvergüenza, y enmascarando sus ojos estaban un par de gafas de cuarzo ahumado. Su ojo izquierdo, el mismo color rojo que el de Barca, apenas era visible a través de las lentes negras.

—¿Pasa algo, hermano?

—Déjame en paz, Dix; La molestia de Barca fue palpable cuando le lanzó a su inoportuno invitado una mirada de desdén. —Y no me llames así. Ni siquiera en broma. Podemos compartir la misma madre, pero eso es todo.

—¡Sólo quiero un poco de diversión! ¿Crees que en realidad me gustaría estar relacionado con esclavos con la maldición como tú? Me pone enfermo solo en pensarlo; Se burló el hombre llamado Dix.

Barca se volteó hacia el pedestal sin otra palabra, desinteresado.

—De todos modos ¿Qué diablos está pasando aquí hoy? ¿Cómo se supone que vamos a escabullir a esos espeluznantes bichos con todo este grito y chillido?

—La Familia Loki está aquí… buscándonos.

—¡¡Wow, Wow, Wow… un momento! ¿Me estás diciendo que tenemos algunos imbéciles viniendo por nosotros?

Las imágenes comenzaron a aparecer en la capa acuosa sobre el pedestal: pasillos desérticos al principio, luego tomas de la cara preocupada de Aiz mientras se apresuraba por un tramo de escaleras, luego Tiona y Tione miraban alrededor en la oscuridad. Las flores blancas azuladas  se habían escondido en todo el laberinto, dentro de los ojos macabros de las estatuas del laberinto y entre los relieves que representan las plantas en las paredes. Eran similares a los que habían surgido en toda la despensa mutada del piso veinticuatro después de que apareciera la flor parasitaria gigante. Estas nuevas flores reflejaron escenas de todo Knossos en la pantalla de agua del pedestal. Levis y las otras criaturas habían introducido la tecnología en el laberinto hecho por el hombre.

—Perfecto. ¿Dame una mano, Dix?

—¿Eh?

—Gracias a la negligencia de Valletta, tenemos un lobo y un hada escapando de nuestras manos. Míralos, correteando por… Deben ser tratados adecuadamente, como nuestro ancestro lo desearía.

—Para eso están los monstruos y esa criatura con apariencia de señorita ¿No? Que se ocupen de ello.

—Desafortunadamente, esa deplorable monstruosidad de mujer se ha vuelto pícara… Es muy poco probable que responda a alguien.

La escena en el agua cambió para mostrar primero a un hombre lobo, pateando a una serie de monstruos que habían aparecido en su camino, seguidos por dos elfos que corrían por un túnel, y finalmente a una Levis silenciosa.

—Si esto sigue así, no solo fracasarán nuestros esfuerzos de transporte subterráneo de monstruos, sino que también afectará tu pasatiempo antiestético…; Continuó Barca, observando la mirada de Dix.

Dix se quedó en silencio por un momento, luego se echó a reír. —Bien, bien. Me convenciste. No puedo decir que haberme involucrado con la Familia Loki sería algo alto en mi lista de deseos antes de morir, pero… ¿Qué pueden hacer? Este es nuestro hogar, después de todo. Y las probabilidades están definitivamente de nuestro favor; Dix estuvo de acuerdo, con su voz sonando como una carcajada. Él sabía muy bien lo implacable que podía ser Knossos. —Dame una nueva lanza, entonces. Estaba aquí para conseguir una de todos modos. Me puse demasiado salvaje con la última y lo rompí.

—…Están por ahí. Toma lo que quieras.

—Eh, no esperaría nada menos de un portador de la habilidad Misterio. Siempre vienes preparado, O Gran Hexer; Dix agarró una lanza de entre sus camaradas apoyados contra la pared. Era una larga lanza roja, su punta era retorcida. Y aunque su forma ya era lo suficientemente nefasta, fue el color de sangre profunda lo que realmente evocó la maldición que la atravesaba.

Dix le dio unos pocos giros de prueba a la inquietante arma, Dix golpeó el mango contra su hombro en aparente aprobación.

—Me iré, entonces. Tengo que hacer algo de cacería con la Familia Loki.

***

—¡Capitán! ¡Capitán, abre los ojos!

Los gritos asustados resonaron en las paredes del laberinto.

Habiendo caído aproximadamente seis pisos de los niveles superiores, Raúl, Aki y otros tres lograron escapar de la ira de Levis y estaban atendiendo a un Finn gravemente herido.

—No sirve de nada, Raúl. Nada está funcionando.

—¿¡Pero por qué!? ¡Ya le hemos dado bastantes pociones! Entonces ¿Cómo es que… cómo es que…?; Raul balbuceó, observando cómo sus colegas administraban un elemento tras otro a su capitán apenas consciente.

No importa cuántos usaron, las heridas de Finn se negaron a sanar. Los riachuelos rojos siguieron recorriendo su cuerpo, llevándose su vida con ellos, y su pequeño pecho revoloteaba hacia arriba y hacia abajo con respiraciones superficiales—evidencia de que estaba aguantando, aunque solo fuera por un hilo—y sus ojos verdes se veían borrosos y desenfocado hacia el techo.

—¡Una maldición…!; Aki se mordió el labio con fuerza mientras observaba sus intentos.

—¿Una maldición? Pero… ¿pero de dónde? ¿¡Y cuándo!? ¡Si hubiera habido un hechizo

extraño o lo que sea, también nos habría atrapado a nosotros…!

—¡Piensa por un momento, Raul! ¡La espada que usaba esa mujer! Definitivamente fue de grado superior. ¡Y probablemente maldecido, también!

Aki había identificado la larga y malévola espada de color negro azabache que habían visto sostener a Levis.

—Una espada maldita…; Raúl se estremeció ante la revelación, el resto de sus compañeros, también, palideciendo de miedo.

Un Superior imbuido con una maldición: sin duda el trabajo de algún hexer, a diferencia de un mago, haciendo un arma atroz. Las armas malditas ya eran bastante raras, pero el hecho de que el arma fuera un Superior lo hacía aún más extraordinario. En cuanto al hexer, es probable que se tratara de una Maldición Incurable—que impide que los que la padecen reciban tratamiento.

—Entonces… entonces ¿El capitán…?

—Me temo que sí. A menos que podamos romper la maldición, nuestros objetos y magia son inútiles…; se lamentó Aki, haciendo que Raúl cayera de rodillas.

Era verdad, entonces—la condición de Finn no iba a mejorar. Y si no rompían la maldición rápidamente, nunca se despertaría.

No tenían nada que pudieran usar. No había artículos. No había curanderos. Eso significa—

—¡Tenemos que sacarlo de aquí…!; Declaró Aki.

El rostro de Raúl pasó de pálido a blanco puro. ¿Escapar? ¿De este infierno lleno de crueles enemigos y monstruos? ¿Sin Finn? No tenían idea de dónde estaban y tampoco tenían la capacidad de trazar un mapa. Si ni siquiera podían ubicarse ¿Cómo se suponía que iban a encontrar la salida? No tenían a nadie que los ayudara. Sin Aiz. Sin Gareth. Ninguno de los otros. Sus posibilidades de supervivencia bien podrían haber sido nulas.

¿Cómo diablos se suponía que iban a hacer esto? ¡Solos, sin nadie más!

—¡Raúl! ¡Raúl, mírame!

—¡!

La sensación de las manos de Aki en sus hombros sacó a Raúl de sus pensamientos, con su cabeza saltando hacia arriba.

—¡Tenemos que salvar al capitán! Sin Aiz. Sin nadie más. Solo nosotros. ¡Somos los únicos que tiene!

—Aki…

—Entonces, no… no dejes que te pierda, también… ¡No ahora…!

Las manos de Aki temblaban.

Aki era la que aún mantenía la cordura, quien siempre podía mantenerla tranquila sin importar cuánto se deshicieran Raúl y los demás, e incluso ella estaba teniendo problemas para contener su pánico. Era todo lo que podía hacer para mantener su cabeza fuera del agua. Y de alguna manera, al ver su intento de ocultar su propia fragilidad, Raúl volvió a sus sentidos. Pero aun así. Aun así. Aun así.

—Capitán ¿Qué debo hacer?

Raul lanzó una mirada desesperada a Finn, cuyo aliento apenas era más que un susurro. Alrededor y alrededor de sus pensamientos corrían; cuanto más luchaba por encontrar una respuesta, más desesperada parecía su situación.

—¡Oh, Fiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinn! ¿Dónde EEEEEEEESTAAAAAAAS?

—¡!

La voz fuerte y resonante cortó los pensamientos de Raúl como un cuchillo. Sus hombros dieron un salto y se dio la vuelta, dándose cuenta con horror de que Valletta estaba en camino para terminar el trabajo que Levis había comenzado.

Ellos se movieron rápidamente para poner su lugar de aterrizaje detrás de ellos. Eludir a sus enemigos era la máxima prioridad en este momento, incluso con los riesgos que surgían de la progresión aleatoria a través de los pasajes del laberinto—si Levis o Valletta los atrapaban, perderse sería la menor de sus preocupaciones.

Valletta estaba todavía a una buena distancia… pero si los estruendosos pasos que la acompañaban eran una indicación, ella tenía todo un ejército a su lado.

—¡No te vayas a morir antes de que te encuentre! ¡No quisiera que estires la pata antes de que MASACRE a tus pequeños seguidores justo ante tus ojos! ¡¡Ja-ja-ja-ja-ja-ja!!

—¡…!

Los gritos sádicos provocaron un terror dentro de ellos que los impulsó aún más rápido.

—¡Sigan corriendo!; Gritó Raúl, lo único que podía hacer cuando la situación se deterioraba a su alrededor.

—Maravillosa trampa en la que hemos caído…

—¿¡Qué hacemos, Tioneeeeee!?

Mientras tanto, en otra esquina del laberinto, Tione y Tiona intentaban guiar a sus camaradas perturbadps a través de la oscuridad.

—¡Esto no es para nada como el Calabozo! ¿¡Dónde estamos!? Oye, estamos en un gran problema ¿¡Verdad!?

—¡Cálmate! ¡Perdemos la cabeza y solo estaremos jugando justo como ellos planearon!; Tione gritó detrás de ella en un intento por ocultar su propia ansiedad.

La trampa a gran escala a la que habían sucumbido se había arreglado específicamente para atacarlos, un grupo sin la intuición de Finn para mantenerlos fuera de peligro. Su enemigo estaba claramente bien preparado con cualquier número de planes improvisados que pudieran desplegar prácticamente en cualquier lugar del laberinto en cualquier momento.

¿Finn estaba bien?

¿Y el otro grupo?

Tengo un mal presentimiento sobre esto, pero… Estás bien ¿Verdad, capitán?

Tione se dijo a sí misma que no tenía por qué preocuparse por alguien que era mucho más fuerte que ella. Sin embargo, como si estuviera en oposición directa a sus pensamientos, una masa gigante de metal se estrelló detrás de ella con un golpe repentino.

—¿Q-Qué diab–?