Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 13

Capítulo 2: Después de la Clausura

Parte 6

 

 

¿Peligroso? ¿De qué estás hablando, Wataru? Supongo que la gente del imperio realmente no entiende cómo es la vida aquí.

Me volví casualmente hacia el dueño de la tienda, que estaba empuñando un cuchillo.

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“Eh, tú.”

“¿Eh? ¿Yo?”

“Wataru está trabajando como nuestro guardia en este momento, pero si apuestas todos los pergaminos mágicos en tu puesto, te dejaré batirte en duelo con él”.

“¡Bien! ¡Suena bien!” respondió el dueño del puesto antes de apresurarse y traer todos los pergaminos mágicos del puesto.

“Ahí lo tienes, Wataru. Sácalos uno por uno. Cualquiera que quiera enfrentarse a Wataru, ¡traiga algo para apostar! ¡La arena será esa plaza de allí!” Anuncié, y la multitud se dispersó, buscando cosas para apostar para que ellos también pudieran batirse en duelo.

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“¿Eh? ¿Qué? ¿Qué diablos está pasando?” Wataru dijo, parpadeando sorprendido.

Bueno, no puedo culpar a alguien que no esté familiarizado con la cultura del Reino de los Demonios por estar sorprendido. Hace una semana yo reaccionaba de la misma forma. Desde la perspectiva de Wataru, una multitud enojada se dispersó en un abrir y cerrar de ojos.

“Todos ellos también tenían tanta sed de sangre… ¿Qué demonios pasó?”

“Todos ellos solo querían enfrentarte a ti, Wataru. Eso es todo. Ahora, vamos para que no nos interpongamos en el camino de estos propietarios de stands que intentan hacer negocios”.

“¿Qué-qué?”

Llevé al confundido Wataru hacia la plaza. Las ciudades del Reino de los Demonios tenían muchas plazas abiertas con forma de arena para acomodar los muchos duelos que estallaban en todo momento. Ostle y los demás me lo habían contado todo. No pasó mucho tiempo para que se formara una fila, llena de gente esperando para luchar contra Wataru.

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“¡Graaah! ¡Toma esto, Genocida Sonriente!” rugió un retador.

“Hyah,” gritó Wataru mientras enviaba retador tras retador volando sin siquiera usar su espada. Los vítores estallaron de la multitud cada vez, y la siguiente persona en la fila corrió hacia adelante ansiosamente para luchar. Todos  lucían amplias  sonrisas  llenas de sed de sangre. Los retadores derrotados maldijeron su derrota y dejaron la arena sin un escándalo, hablando de cómo ganarían la próxima vez. Sus sonrisas también eran amplias, pero carecían de sed de sangre.

“Okaaay, todos los retadores por favor firmen aquiii. ¡Esto es muy lindooo!” Neruneh exclamó. Ella trabajaba como recepcionista, recibiendo el pago de todos los retadores.


Rokuko y yo, además de Uzou y Muzou, miramos todo esto mientras comíamos un poco de caña de azúcar que se había apostado. Eran dulces y agradables.

“¿E-Eh? Er, ¿Keima? ¡¿Que está pasando aquí?! ¡Explique!” Wataru gritó mientras golpeaba a un retador en la cara y enviaba a otro volando.

“En realidad, Keima, yo tampoco lo entiendo. ¿Qué está pasando aquí?” Preguntó Rokuko, inclinando la cabeza de una manera linda. Estaba ignorando las preguntas de Wataru, pero si Rokuko también quería saberlo, también podría responder. Después de todo, mi trabajo consistía en entretenerla como invitada.

Lazy Dungeon Master Volumen 13 Capítulo 2 Parte 6 Novela Ligera

 

“Lo importante aquí es saber que los ciudadanos del Reino de los Demonios piensan en cosas fundamentalmente diferentes a las nuestras”, comencé. Para ellos, los duelos eran una expresión de amor. Era un proceso de pensamiento que los imperiales apenas podían entender, pero los ciudadanos del Reino de los Demonios generalmente querían tener duelos a muerte con las personas que amaban. Fue así:

“Esta persona es mi amiga y me gusta”. → “¿Me pregunto qué tan fuertes son?” → “Pelearé contra ellos (¡esto es divertido!)” → “¡Estoy aún más cerca de ellos, y me gustan aún más!” → “Me pregunto qué tan fuertes son cuando se toman la pelea completamente en serio”. → “Lucharé contra ellos hasta la muerte (¡esto es increíblemente divertido!)”

Y eso era todo. Si su oponente realmente muriera, el sobreviviente simplemente lo aceptaría casualmente, teniendo un momento similar a una yandere en el que se regocijaron por el hecho de que solo ellos sabían cuán fuerte se volvería el difunto cuando luchara hasta la muerte literal. Aunque, naturalmente, eso seguiría contando como asesinato si los términos del duelo no estuvieran firmemente establecidos de antemano. Las personas lo suficientemente cercanas para luchar hasta la muerte estarían de acuerdo, ya que querrían saber el poder máximo del otro. También estaría bien cancelar el duelo a muerte si estuvieran enfermos el día de o algo así.

“¿Entonces, básicamente, Wataru es súper popular?”  “Eso es exactamente correcto, Rokuko. Es súper popular”.

“¡¿Eh?! ¡Pero no hay ninguna razón para que les guste! ¡Debería ser un criminal de guerra aquí!”

“Permítanme decir esto de manera simple: a los ciudadanos del Reino de los Demonios les gustan las personas en gran parte por lo fuertes que son. Hecho”, le expliqué. Wataru el Héroe era fuerte, por lo que era natural que fuera extremadamente popular en el Reino de los Demonios.

Sin mencionar que todos esos apodos de antes eran los apodos de Wataru: el Genocida Sonriente, la Pesadilla Sonriente, el Funnyman Berserker, etc.

Le pregunté a uno de los retadores al respecto, y aparentemente había recibido esos apodos debido a que siempre mataba a sus enemigos en el campo de batalla con una sonrisa en su rostro. El número de sus víctimas era tan enorme que incluso era una especie de celebridad en el Reino de los Demonios, atrayendo mucha atención.

“¡¿Se supone que esos apodos son algo bueno?! ¡Hacen que parezca que soy su peor enemigo!”

“Pero en realidad, son tus fans. Te aman, hombre. ¿No es así?” Llamé a la multitud y ellos respondieron a su vez.

“¡Sip!”

“¡Seguro que sí, así que déjame luchar contigo ya!”

“¡Mataste a mi amigo, Wataru! Yo también quería matarlo, ¡pero tú lo atacaste primero!”

Cada llamada de la multitud estaba llena de emoción y adoración. “… ¡Todos me suenan violentos!”

Eso requirió un cambio en el encuadre. “¡Atención, todos aquellos que quieran la firma de Wataru! ¡Firmará lo que quieras si puedes hacerlo!”

“¡Oh, quiero eso!”

“¡¿Conseguimos firmas para ganar?! ¡Demonios sí!” “¡Ahora estoy emocionado!”

Con suerte, eso dejó más claro que realmente les agradaba.

“Es difícil de creer, pero… supongo que es cierto. Ahahaha… ¿Ahaha?” Wataru se rio, incómodo.

“Oh ya veo. Eso explica Aidy”, dijo Rokuko. Aidy ciertamente le gustaba mucho. Siguió desafiando a Rokuko a duelos a pesar de que no podía luchar en absoluto.

“Keima, he estado en el Reino de los Demonios durante bastante tiempo, pero esa es la primera vez que escucho eso. ¿Verdad, Uzou?”

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“Sí, Muzou. Pensé que estábamos muertos con seguridad,” respondió Uzou. Los dos hermanos se sintieron aliviados de que el peligro hubiera pasado, pero no entendieron exactamente cómo.

“Veamos… Supongo que ambos se ven lo suficientemente débiles como para que nadie piense que vale la pena perder el tiempo en duelo contra ustedes. Los seres humanos son despreciados aquí, así que”.

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Uzou y Muzou se congelaron con el ceño fruncido. Probablemente se estaban haciendo algunas realizaciones en sus cabezas.

Pero hombre, Wataru realmente es fuerte, ¿eh?

Tenía mucho más respeto por él ahora que había entrenado por debajo del Core 50. Los héroes se convirtieron en ejércitos de un solo hombre especializados después de entrenar a diario, pulir sus habilidades y correr constantemente a mayores alturas. De ninguna manera serían débiles. No había considerado que Wataru fuera débil antes, pero supongo que había desarrollado un mejor sentido de quién era fuerte y quién no. ¿Había sido culto? Algo como eso.

En cualquier caso, mis pensamientos fueron interrumpidos por Uzou señalando mi cadera. “Oye, Keima. Me he estado preguntando por un tiempo, pero es esa espada en tu cadera, ya sabes… ”

“¿Hm? Uzou, qué estas… ¡Oh! De ninguna manera, ¡¿es eso lo que creo que es?!” Muzou también miró mi cadera, o mejor dicho, mi vaina con Siesta en ella. Lo levanté un poco para que pudieran verlo mejor.

“Sip. Es la espada mágica que ustedes dos me dieron.”

“¡Siesta, la Espada de las Siestas de la Tarde! ¡No puedo creer que todavía lo estés usando…! ¿Verdad, Muzou?”

“¡Uzou, no creo que alguna vez haya sido tan feliz como lo estoy ahora…!”

A estos dos seguro que les gusta exagerar, pensé justo cuando sacaban sus Espadas Golem. Eran cuchillos de una mano; Recordé dárselos como regalo a cambio de Siesta.

“También hemos estado usando las espadas mágicas que nos diste”.

“Si. Son nuestro tesoro. Aunque dejaron de funcionar últimamente porque los usamos demasiado”.


“¿Hm? Déjame verlos” dije, tomando las dos espadas mágicas de ellos.

… Ahhh, estos Golems están muertos. Usarlos como espadas significa inevitablemente golpear cosas, y aunque tienen forma de espadas, siguen siendo Golems. Los golpes físicos les harán perder su HP o lo que sea. No eran criaturas vivientes, por lo que no regeneraban HP de forma natural. En resumen, eventualmente morirán y dejarán de moverse.

Y los Golems de estas dos Espadas Mágicas habían muerto. Los había diseñado con algunos contrapesos para esto, pero las hojas se habían usado tanto que no había forma de evitar su muerte. Se siente un poco agradable saber que algo que he hecho se ha estado utilizando tanto.

“… {Revitalize}.” Lanzo sigilosamente {Create Golem} en las espadas para revivirlas. Mientras estaba en ello, arreglé las partes astilladas de las cuchillas, fingiendo lanzar {Revitalize}, que era un hechizo de Supervivencia que devolvía la vida a la tierra. Había visto a Kantara hacer esto en Goren.

“Está bien, arreglado. Ustedes dos tienen suerte de haberme visto”, dije, devolviéndole las Espadas Golem después de usar maná para verificar que estuvieran funcionando nuevamente.

“… ¿Eh? ¿Q-Que? ¡Espera un segundo, Keima!”

“¿Qué hiciste? ¿F-Fue el hechizo de supervivencia {Revitalize} justo ahora?”

Uzou y Muzou se sorprendieron. Bueno, no puedo culparlos por sorprenderse de que sus Espadas Mágicas rotas fueran reparadas con solo un movimiento de mis manos.

“Si. Un herrero de mi pueblo me contó esto, pero piénselo. Las espadas son de metal, ¿verdad? Y el metal viene de la tierra. Es básicamente la tierra misma. Entonces, a veces, lanzar {Revitalize} en las espadas los animará. Es una suerte que tus espadas estuvieran apenas vivas”.

Por cierto, ya había confirmado a través de la experimentación que el hechizo realmente curó un poco a los Golems. En otras palabras, en realidad alargaría la vida útil de Espadas Golem. Aunque no serviría de nada si estuvieran muertos.

“… Guárdese esto para usted, ya que es una especie de secreto comercial”.

“C-Cierto… Gracias. Empezaré a transmitir {Revitalize} todos los días a partir de ahora”.

“E-Er. ¿Cuánto tenemos que pagar?”

“Nada, nada. Siesta ha estado trabajando mucho para mí. Considere esto como un regalo”, respondí. En serio, Siesta es una espada bastante loca.

Tanto es así que ha sido adoptada como Holy Blade del Beddhism. “Lo cual me recuerda. Hemos estado hablando por un tiempo, pero supongo que tienes un lugar para estar hoy, ¿no?”

“¿Eh? ¡Oh! ¡C-Cierto! ¡Vamos, Muzou!”

“¡Gah! ¡Olvide todo sobre eso! ¡Shironaga se va a enojar! ¡Vamos, Uzou!”

En el momento en que señalé la hora, prometieron devolverme el dinero más tarde y se fueron corriendo.

“… Seguro que fue amable de tu parte arreglar sus espadas gratis,” dijo Rokuko, acercándose más a mí.

“¿Qué puedo decir? Les debo por encontrarme a Siesta”. Oh, Wataru acaba de derribar a otro de ellos. Seguro que es fuerte.

“Por cierto, Keima. ¿Crees que podrás conseguir la Pijama Divina?”

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“Uhhh…” me detuve, mirando hacia arriba. Eso por sí solo fue suficiente para que Rokuko supiera que las cosas no habían salido según lo planeado. “Terminó accediendo a dármelos si puedo conseguir un golpe limpio durante la práctica, pero no lo logré”.

Le informé a Rokuko sobre la situación y le conté cómo entrenaba todos los días.

“Eso es Lord 50 para ti. Las estrategias normales no funcionarán en él”. “Resulta que él también puede leer la mente”.

“Uh-huh. Definitivamente puede”. “Espera, ¿ya lo sabías, Rokuko?”

“El ducado de Aidy solía estar gobernado por Core 42, y tenía notas sobre sus batallas con Lord 50 adentro. Escribió que el Detachment al estilo del Rey Demonio era bueno para luchar contra él”.

“Interesante. Estoy bastante seguro de que Lord 50 le dijo a Niku que aprendiera eso”. Puedo suponer que Aidy y Sebas le están enseñando el Detachment en este momento. Estoy bastante seguro de que el Detachment se refiere a, como… liberar tu mente de todos los pensamientos y emociones para luchar por puro instinto. Sin embargo, no estoy seguro de cómo funciona en la práctica.

El sol había empezado a ponerse, así que puse fin a la pelea de duelos. “¡Muy bien, eso es todo! ¡Váyanse a casa!” Anuncié mientras aplaudía. Todos los retadores miraron hacia arriba, solo entonces se dieron cuenta de la hora que era.

“¡Gaaah! ¡Eres demasiado fuerte, Wataru! ¡Hasta la próxima! Hombre, eso fue divertido”.

“¡Vendré a ti con todo mi poder la próxima vez! ¡No mueras hasta entonces!


¡Tu vida es mía!”

“Hombre, Wataru era otra cosa. Eso era justo lo que esperaba del Genocida Sonriente y su espada mortal… Espera, ¡¿no usó su espada con ninguno de nosotros?!”

Todos los retadores se fueron de buen humor. Wataru, que parecía un poco cansado, los despidió con su habitual sonrisa. “Ahaha. Este es un país, ¿eh? Creo que podría haber juzgado mal el Reino de los Demonios. Es como si todo el país fuera tan absurdo como Goren”.

“Estás haciendo que parezca que mi ciudad está loca o algo así, Wataru”. “Bien, porque eso es lo que quise decir”.

Pero mi ciudad es súper normal… Extraño.

“¡Wataruuu, esto es increíbleee! ¡Hay tantos pergaminos mágicooos, graciaaas!”

“Oye, me alegro de que estés feliz, Neruneh”.

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Wataru se derritió como un cachorro ante la sonrisa de Neruneh. No te dejes engañar, hermano. Te ganaste todo ese botín y ella se lo quedará.

Sin embargo, no sería tan grosero como para decir eso. Wataru había luchado contra todos ellos pensando en darle el botín a Neruneh, así que estaba bien.

“De todos modos, vayamos a casa”, dije.

“Uh-huh. Creo que debería hacerlo por hoy,” respondió Rokuko con una sonrisa. Todo lo que terminamos haciendo fue ver a Wataru arrojar a los rivales fuera de la arena todo el día, pero está bien.

Por cierto, nos sirvieron udon de res para la cena, pero debido a que comí con Rokuko antes, decidí guardarlo en {Storage} para que Ichika lo comiera más tarde.

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