Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 13

Capítulo 2: Después de la Clausura

Parte 5

# Perspectiva de Keima

Después de una semana de vivir como esclavo, me había acostumbrado bastante a su forma de vida, si lo decía yo mismo. Probablemente tenía un conocimiento suficiente de los sistemas como para empezar a buscar una forma de conseguir los pijamas divinos. Ah, y fue entonces cuando apareció Core 50 durante la práctica de la mañana.

“Muy bien. Entrenar con el corazón, ya veo”, dijo. Primero Ostle, luego todos los demás esclavos dejaron de entrenar para inclinar la cabeza. “Levanten la cabeza y continúen”, continuó antes de caminar hacia mí. “Keima, te enfrentarás en duelo conmigo esta tarde. Mantén tu entrenamiento al mínimo para que tengas suficiente energía cuando llegue el momento”.

“Oh, buen momento… quiero decir, entendido”.

“Veré cuánto has crecido como esclavo de rango especial”, dijo, y con eso se fue de inmediato. Al instante, un grupo de esclavos me rodeó.

“¡Felicidades, Keima! ¡Puedes luchar contra Lord 50 él mismo!” exclamó un esclavo.

“Gah, yo también quiero pelear con él… ¡Ustedes esclavos de rango especial tienen suerte!” gritó otro.

“Oh, pero todavía no hemos tenido hijos. ¿Quieres follar? Estoy listo para hacerlo aquí mismo, ahora mismo”, dijo Aknera.

Espera, ¿qué pasa con esa última línea? No hagas que parezca que no voy a volver con vida. Y además, no, no vamos a tener hijos. Va a ser una pelea difícil, pero estoy tratando con Core 50. No me va a matar.

O eso pensé, pero aparentemente muchos esclavos habían sido convocados por Core 50 solo para no ser vistos nunca más. Bueno… De cualquier manera, todavía no voy a tener hijos contigo.

“¡Bien! ¡Necesitarás estar en plena forma! ¡Comencemos con un poco de ejercicio ligero!” Ostle gritó con entusiasmo.

“Espera, espera, espera. Solo voy a conservar mi energía aquí. Todos saben la poca resistencia que tengo, ¿verdad?”

“Correcto. Entonces optaremos por un curso más ligero. Vamos, Aknera, ayúdanos”.

“¡Déjalo a mí! ¡Lo calentaré tan bien que incluso le dará una buena pelea a Lord 50!” Aknera, el Arachnoid de seis brazos, dijo antes de agarrar mis cuatro extremidades y aflojar a la fuerza sus músculos. ¡Nghuuh!

… Y así, después de pasar la mañana balanceándome como un animal de peluche infantil, llegó el momento de mi duelo de la tarde. Me enfrentaba a Core 50 en una de sus mansiones. Niku estaba lleno de motivación para la revancha.

“Ahora bien, Keima. Su trabajo esta semana ha recibido grandes elogios de todos los involucrados”, comenzó Core 50.

“Er, genial. ¿Eso me da una recompensa o algo así?” Respondí.

“Hm. Ahora que lo pienso, viniste al Reino de los Demonios para adquirir la Ropa de Cama Divinos. Les he encontrado de poca utilidad, ya que no duermo con ropa de cama”, reflexionó Core 50 en voz alta con una mano en la barbilla. “Muy bien. Si le das un golpe sólido a mi persona, te otorgaré la Ropa de Cama Divino”.

“¡¿De verdad?!”

“Con ese fin, puedes atacarme con todo lo que tienes. Ese es el papel que los esclavos de rango especial deben cumplir en primer lugar”.

No había audiencia mirándonos en esta arena, y Core 50 sabía todo lo que Core 6 le decía. En otras palabras, él sabía que yo era un Dungeon Master y un héroe, y aquí estaba diciendo que no necesitaba contenerme en usar los talentos especiales que esas dos posiciones me brindaban.

“¡Ahora bien! ¡Ven a mí!” Core 50 declaró. “¡Hyaaaah!” Rugí.

“¡Aquí voy…!” Dijo Niku.

Y así perdimos. Nosotros dos. Terriblemente.

¿Seriamente?  Incluso  usé  {Ultra  Transformation}  esta  vez.

Esquivó {Element Burst} en su primer intento y contuvo sus ataques para que solo me enviaran volando mientras me golpeaba una y otra vez. Evitó el corte crítico del cuello de Niku mientras rechazaba los hechizos lanzados desde sus puntos ciegos. Me transformé en un Slime en el instante en que me agarró, pero casualmente tiró de mi brazo e interrumpió la transformación.

Todo esto a pesar de que {Ultra Transformation} es mi último movimiento y solo puedo usarlo cinco veces al día. Gaaah.

Naturalmente, no dimos un solo golpe en Core 50, y básicamente habíamos estado bailando en su palma.

“El cachorro es un poco más fuerte, pero tú, Keima, de hecho te has debilitado desde la última vez que peleamos. Tu poder supera claramente tu habilidad para manejarlo. Sería prudente perfeccionar su técnica… o más bien, supongo que este es el resultado de perfeccionar sus técnicas a un nivel medio cocido. Mmm, podría necesitar reconsiderar todo tu plan educativo. Pensé que te volverías más fuerte si tus puntos débiles fueran resueltos, pero en cambio te volviste más débil… ¿No te harás más fuerte con mis métodos? Tal vez necesito confiarte a otra persona”, Core 50, tintineando un poco su casco como si dejara escapar un suspiro.

¡Maldito seas, Core 50! Es tu culpa por esquivar mis ataques como si pudieras leer mi mente o algo así. Siempre haces esquivas imposibles como si supieras exactamente lo que estoy a punto de hacer.

“Bastante. No estás lejos de la verdad, Keima. Puedo leer la mente, como te imaginas”.

“… Espera, ¿qué?” ¿Seriamente? Espera, espera, espera. De ninguna manera. ¿Por qué me diría eso ahora?”

“Tenías todo lo que necesitabas para deducir esto, excepto la confianza en tu creencia, y una cuarta parte de tu esclavitud ha pasado sin que eso cambie. Caramba. ¿No soy conocido en todo el Imperio Laverio? Una vez me llamaron el Caballero del Ojo Mental, ya sabes… Aunque supongo que no he luchado en el frente durante toda una década. No puedo culparlos a los humanos por olvidarme ya, considerando su poca capacidad de atención”.

Esa fue la primera vez que escuché eso. Ciertamente explicó mucho sobre su comportamiento y acciones pasadas.

Niku se puso de pie, cubierto de heridas y moretones. “Ya veo. Eso explica varios movimientos que hiciste”, dijo.

“Sí, de hecho. Realmente aprendes rápido en medio de la batalla, cachorro”, respondió Core 50. No estaba exactamente seguro de qué estaban hablando, pero podía suponer que eran cosas como Core 50 esquivando ataques de lo que deberían haber sido puntos ciegos ilegibles. “Ahora bien, eso será suficiente por hoy. No pediré el pago de su pérdida en consideración a sus logros durante la semana pasada”.

Ah bien. En el Reino de los Demonios, siempre tienes que batirte en duelo mientras apuestas algo por tu parte. No estoy exactamente seguro de a qué logros se refiere aquí, pero bueno, lo tomaré como si dijera que una semana de trabajo vale la pena intentar vencerlo en un duelo.

“Cachorro. He hecho arreglos para que llegue pronto un instructor adaptado a sus talentos. De ahora en adelante puede entrenar con ellos. Dedícate a aprender el Detachment al estilo del Rey Demonio,” ordenó Core 50, y Niku asintió con una mirada frustrada. No se sentía frustrada por sus órdenes, sino por el simple hecho de que no había podido ganar. Niku siempre estaba hambrienta de fortalecerse y no había dudado en abrazar las enseñanzas de Ostle y los demás. A los ciudadanos del Reino de los Demonios no les gustaba robar las técnicas de los demás, ya que no se sentía tanto como hacerse más fuerte en tus propios términos, pero Niku no tenía tales recelos.

“… Por cierto, Keima. ¿También puedes leer la mente?” Preguntó Core 50.

“¿Uh no? De ningún modo.”

“…Muy bien. Si insistes.”

Y así, mi trabajo de la tarde llegó a su fin. O lo habría hecho, si no tuviera más trabajo que hacer después. Core 50 me lanzó magia de Restauración y me dirigió a un salón para mi próximo trabajo.

“¡Espera, ¿Keima?! ¡¿Por qué estás tan golpeado?! Oh, es solo tu ropa. Explícate tú mismo.”

“¿Rokuko…? ¿Por qué estás aquí?”

Allí, en el salón, encontré a Rokuko. Ella estaba con Aidy, Sebas, Wataru y Neruneh.

“¿Por qué están todos aquí, en realidad…?”

“¿Qué quieres decir con ‘por qué? Obviamente vine a verte porque estaba preocupada,” dijo Rokuko con su pecho inflado con aire de suficiencia.

“Bien entonces. Gracias. Pero, uh, me llamaron aquí para hacer algún tipo de trabajo”, respondí.

“Y eso es exactamente correcto, barón Keima”, dijo Aidy. Me llamaba barón Keima desde que Wataru estaba con nosotros, aunque si me preguntaste, no sentí que encajara en mí en absoluto. Los barones se sentían más como villanos de dibujos animados que como un noble bajo en la jerarquía política, pero de todos modos. “Tu trabajo es entretenernos como invitados”.

“Entretenerlos, ¿eh? Entonces, no estoy seguro de lo que tengo que hacer”.

“Ya he hablado de asuntos con Lord 50. Me quedaré aquí para ver hasta dónde se puede entrenar a ese cachorro tuyo. Puede concentrarse en servir a Rokuko, barón Keima”, continuó. Sebas serviría a Aidy, mientras que Wataru y Neruneh estaban atrapados con Rokuko.

“¡Eso hace que esta sea una cita doble, Keima!” Wataru exclamó, pareciendo emocionado por todo esto por alguna razón. En el papel, él era un esclavo aquí al igual que yo, así que tal vez se había acostumbrado a la cultura del Reino de los Demonios como yo.

“Claro, pero no sé mucho sobre este lugar. Puede que ya haya pasado una semana aquí, pero los esclavos no tienen mucho tiempo libre para hacer lo que quieren”.

“Vamos a caminar, entonces. Estaremos bien con Wataru cerca”, dijo Rokuko. Eso fue justo. Un paseo por una ciudad del Reino de los Demonios sería mejor si tuviéramos un guardaespaldas confiable como Wataru alrededor.

“…Maestro. ¿No soy confiable después de todo?” Preguntó Niku.

“¿Eh? No, no, eres confiable a tu manera, Niku”, respondí. Es solo que este es el Reino de los Demonios aquí. Niku era tan fuerte como cualquiera de los esclavos de alto rango de Core 50, claro, pero no era increíblemente fuerte. Quiero decir, era alucinante si considerabas que ella era una loli, pero no verse realmente fuerte era un punto negativo en el Reino de los Demonios.

“Bueno. Me volveré mucho, mucho más fuerte. Entonces… Aidy,” dijo Niku, mirando hacia Aidy.

“En efecto. Me gustan mucho los que tienen tanto talento como determinación para crecer, para que lo sepas. Te entrenaré, oh, tan a fondo, pequeño cachorro”.

“Si. Gracias.”

No estaba seguro de qué había motivado a Niku exactamente, pero bueno, me alegré de verla tan metida en esto.

“¿Nos vamos entonces, cachorro? Diviértete ahí afuera, Rokuko”.

“Gracias, Aidy. ¡Adiós!”

Y así, después de dejar Niku con Aidy, me fui a la ciudad baja de la mansión tipo castillo de Core 50 junto a Rokuko, Wataru y Neruneh. Dicho esto, realmente no sabíamos a dónde ir desde allí. Los cuatro no estábamos particularmente bien informados sobre las ciudades del Reino de los Demonios.

“¿Por qué no simplemente intentar caminar por la calle principal hasta ahoraaa? Podríamos encontrar algunos puestos o tiendas interesantes a lo largo del caminooo”, sugirió Neruneh.

“¡Genio, Neruneh!” Exclamó Rokuko. Así comenzó nuestro deambular sin rumbo por la calle principal. Todos podíamos ver un mapa de la ciudad en nuestro menú de mazmorras, por lo que ninguno de nosotros tenía que preocuparse por perderse excepto Wataru.

La ciudad del Reino de los Demonios era en gran medida similar a una ciudad imperio. Ambos se sentían como ciudades de fantasía normales para mí, pero lo que los separaba era la falta de muros exteriores que rodearan la ciudad del Reino de los Demonios, y también lo que se sentía como una capa de tierra sobre todo. Realmente no pensé demasiado en ello, pero Rokuko con aire de suficiencia me informó que la falta de muros era para atraer a los monstruos para cazarlos fácilmente, tanto por trabajo como por diversión. El hecho de que consideraran que los ataques enemigos eran un entretenimiento era muy parecido al de Reino de los Demonios.

“¡Keima, hay un mercado ahí! ¡Vámonos!” Exclamó Rokuko. “Por supuesto.”

Me dirigí al mercado con Rokuko tirando de mi mano. El mercado vendía comida, pero no tardó en darse cuenta de los precios extremos. Los ingredientes crudos eran tan baratos que era como si los estuvieran tirando, pero la comida preparada era mucho más cara. Sin mencionar que las armas, armaduras y pergaminos mágicos se vendían casualmente junto a las verduras. Tuve que cuestionarme si se venderían, pero luego alguien realmente compró algo justo en frente de mí. Pregunta respondida.

“Las armas se rompen y se desgastan tan a menudo aquí que la gente necesita reemplazos todo el tiempo”, observó Wataru.

“Interesanteee”, respondió Neruneh mientras miraba un pergamino mágico. Wataru notó su mirada y alcanzó su monedero abrochado. Guardó la mayor parte de su dinero en el hechizo mágico del espacio-tiempo

{Wallet}, pero aparentemente también andaba con un monedero físico. “¿Estás seguro de esto, Wataru? Ella te tiene un poco por las pelotas aquí”.

“Está bien. Ahora que ya no tengo más deudas contigo, puedo gastar mucho más en ella de lo normal”.

… Soy alguien para hablar, pero trata de mantener tus ofrendas monetarias al mínimo, ¿de acuerdo? Es una aprendiz de bruja, no una diosa a la que apaciguar.

De todos modos, los cereales y las verduras son baratos aquí, ¿eh?

“¿Porque eso?” Yo pregunté.

“Aidy mencionó que la comida era barata gracias a los ejércitos de muertos vivientes que mantenían granjas masivas,” respondió Rokuko. Imaginé una horda de zombis cultivando granjas con azadas, y… no funcionó del todo para mí. Parecían más fertilizantes que cualquier otra cosa. Fertilizante de carne podrida… ¡Qué asco! Ojalá estén usando esqueletos aquí.

De cualquier manera, su respuesta hizo que algunas cosas encajaran. Precisamente porque tenían hordas de no-muertos haciendo trabajo manual y apoyando al reino con comida, podían concentrar toda su energía en perfeccionar sus espíritus y cuerpos guerreros. Ese fue un misterio del Reino de los Demonios resuelto.

“Espera, ¿eres tú, Keima? ¿Qué estás haciendo todo el camino hasta aquí?” vino una voz.

“¿Hm?” Me di la vuelta y vi a dos aventureros (¿o más bien, cazadores?) Mirando hacia aquí. ¿Quiénes sois vosotros dos? Ni siquiera bromeo aquí. Espera… ¿Siento que esto exactamente sucedió una vez antes?

“¡Soy Uzou! ¡Me salvaste la vida!”

“¡Soy Muzou! ¡Lamento no haber podido visitar Goren todavía!”

“…Correcto. Creo recordar haber conocido a dos personas con ese nombre. ¿Pero qué es todo esto sobre una promesa?”

Uzou y Muzou. Yo los recordaba. Eran un par de hermanos aventureros de rango C que fueron los primeros clientes de la Posada Dancing Doll y las primeras personas que salvé de la mazmorra. Se habían quedado atascados en la sala de pruebas de la Espada Mágica de una manera inesperada, lo que nos hizo ganar un montón de DP. Para agradecerme por salvarlos, fueron a buscar una Espada Mágica para reemplazar la Espada Golem, antes de finalmente encontrar mi mejor espada, Siesta. Era una espada valiosa que esparcía el sueño dondequiera que fuera. No pasó un día sin él en mi cadera, incluso hoy. No había nada mejor contra los enemigos sin Sleep Resistance.

“Lo que quiero saber es por qué ustedes dos están aquí. ¿No son ustedes los aventureros del imperio?” Yo pregunté.

“Bueno, nos quedamos atrapados aquí debido a un percance durante una misión”.

“Salvamos la vida de un demonio noble, pero nos lastimamos en el proceso, y hemos estado haciendo misiones para tratar de devolverles los honorarios médicos”.

En ese momento eran visitantes de la finca del noble demonio, trabajando para pagar los honorarios médicos. Habían participado en las preliminares del Torneo de Luchadores (que en sí mismo era una preliminar para el Torneo del Infierno), pero perdieron rápidamente. Vieron a uno de sus amigos cazadores participar en el torneo propiamente dicho, luego se detuvieron en esta ciudad para hacer turismo en su camino a casa.

“Ustedes seguro que lo tienen difícil, ¿eh?” Comentó Rokuko, sonando un poco sincera. Bueno, no es tan malo como estar esclavizado como yo, así que realmente no puedo comentar al respecto.

“Keima, ¿son amigos tuyos? Vamos, preséntame”, dijo Wataru mientras intervenía.

“¡W! ¡Wataru el héroe! ¡¿Qué estás haciendo aquí?!”

“¡¿El Wataru el Héroe?! ¡¿El Wataru que ganó en el Torneo de Luchadores?!”

Cállate, ustedes dos, están hablando en voz alta, pensé, pero en ese momento ya se había extendido la noticia de que Wataru el Héroe estaba aquí. El endeble disfraz de sombrero de oso no funcionaba en un nativo del Imperio Laverio, y cualquiera que lo mirara pensando que era Wataru el Héroe reconocería instantáneamente que realmente era él.

“¡¿Wataru el héroe, el humano del imperio?! ¡¿También conocido como el Genocida Sonriente?! ¡¿El Bufón de la Muerte?!”

“¡¿La Pesadilla Sonriente está aquí?! ¡Te desafío a un duelo!”

“¡Espera! ¡Yo soy el que va a batirse en duelo con Wataru the Funnyman Berserker!”

Una multitud se reunió al instante. El mercado ya abarrotado se llenó aún más, pero más de la mitad eran residentes demihumanos del Reino de los Demonios, por lo que alrededor del setenta por ciento de la multitud era indistinguible de los monstruos. En el centro de la multitud estábamos yo, Rokuko, Neruneh, Wataru, Uzou y Muzou. La multitud se extendía dos metros sólidos en todas direcciones, y la mayoría de ellos tenía sonrisas sedientas de sangre con armas en sus manos.

“Bien… Lo siento, todos. Sabía que era odiado en el Reino de los Demonios, pero esto es más de lo que esperaba. Un guardia soy yo. Los metí a todos en problemas”.

“… ¡L-L-L-Lo siento, Wataru!” “¡No pensamos en esto!”

Muzou y Uzou cayeron al suelo en disculpa mientras Wataru alcanzaba su espada, con una mirada melancólica y distante en sus ojos. Los residentes cercanos del Reino de los Demonios exudaban intención asesina, entusiasmados como si una fiesta entretenida estuviera a punto de comenzar. Sí, siento que necesito detener esto antes de que la mierda se ponga mala.

Miré a mi alrededor y vi entre la multitud al dueño del puesto que había estado vendiendo los pergaminos mágicos que Neruneh había estado mirando.

“Tiempo perfecto. Oye, Wataru. Quieres lucirse frente a Neruneh, ¿verdad? Sólo déjamelo a mí.”

“Whoa, ¿Keima? ¿Tiene algún plan para salir ileso de este peligroso aprieto?”