Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 6

Capítulo 6: Final de la Guerra

Parte 2

La luna brillaba en el cielo azul en lo alto.

Las nubes casi habían desaparecido, y su luz dorada se derramó en el suelo.

Y debajo de esa mirada de observación, en el centro del muelle comercial de Meren, choque tras el choque de una furiosa batalla se hizo eco en los muelles. Una y otra vez la percusión clamorosa del metal sobre el metal puntuaba el aire.

—¡¡Grrrrraaaaaaaggggghhh…!!; Phryne canturreó, con su voz ronca y su rostro expuesto a la brisa nocturna. Sus gordos brazos, piernas cortas e incluso su torso redondo engullido por brillantes partículas de luz habían quedado al descubierto. A sus pies, las piezas carmesíes de su armadura yacían como metralla sangrienta, todavía brillando a la luz de la luna. Casi todas las placas de refuerzo habían sido arrancadas. La armadura de cuerpo completo de la que había estado tan orgullosa era nada mas que chatarra.

Gracias a un cierto hombre lobo.

—¡Esto es… esto es demeeeeeeeeeeeeeeeeeeeente! ¿Cómo puedes… ser más poderoso que… que la Princeeeeeeeeeeeeeeeeeeesa de la Espada…? ; Ella apretó los dientes, su rostro espantoso de rana se había vuelto más espantoso una vez que estaba manchado de sangre y vehemencia.

Frente a ella, el hombre lobo estaba en contraste a las estrellas, iluminado por la luz de la luna mientras un grueso glóbulo de baba se filtraba de entre sus labios. Las piezas de su armadura esparcida crepitaban bajo sus pies como simples piedras aplastadas.

Los ojos bulbosos de Phryne se dilataron ante el resplandor de sus botas plateadas de metal.

—¡¡Hr-hrrrrrrruuuuuuuuaaaaaaAAAAAAARRRRGHHHHHH!!

Con un rugido que partió el aire, ella embistió hacia adelante, con su hacha volando.

Ella puso todo lo que tenía tras ese golpe, dirigiéndose hacia el lobo y todavía rodeada de partículas de luz, y él respondió con amabilidad, moviéndose a una velocidad casi imposible para encontrarla con una patada de aceleración propia. Ellos chocaron.

——-

Su hacha tuvo el mismo destino que su armadura.

Cuando los fragmentos rotos se dispersaron en cámara lenta, las partículas a su alrededor se convirtieron en nada.

—¿M-mi tiempo corre—?

Pero antes de que pudiera lamentar las elecciones de su vida, las botas de metal de Bete se dirigían a su cara. Su expresión se congeló con horror, la palabra “¡Espera!” Se atoró entre sus labios, pero incluso si hubiera podido sacarlo, no habría detenido al lobo embistiendo, y con una patada que hizo que el aire gimiera, los tacones de esas botas plateadas la golpearon de frente.

—¡¡GUUUUWWOOOOOOOOOOOOUGH!!

Fue un golpe directo que envió a su cuerpo rotundo a navegar por el aire, destruyendo cada objeto que encontró en el camino. Ella voló todo el camino más allá de los muelles, hundiéndose en las aguas del lago Lolog.

Hubo una tremenda salpicadura, y los Berbera que todavía luchaban en el muelle cercano miraron con asombro. Incluso las amazonas aún escondidas en las sombras en el techo del almacén solo podían mirar con horror.

—¡¿A-Aisha…?!

—¡…!; La guerrera de piernas largas, Aisha, hizo una mueca debajo de su turbante. —¡Él se ha transformado!

Los hombres lobo se habían considerado durante mucho tiempo la raza menos adecuada para para que arrasara en el Calabozo debido a que en las entrañas del Calabozo no tenían acceso a la luna, la fuente de su verdadero poder. Este tipo de “transformaciones” se había confirmado solo en un número limitado de especies de animales y personas. Era una habilidad que desataba no solo su poder sin explotar sino también su naturaleza animal innata, “Cambiando la racionalidad por fuerza”, como decía el dicho. Y para los hombres lobo, la clave de su transformación no era otra que la luz de la luna.

Si bien esta habilidad de hombre lobo era bien conocida en todo el mundo, ninguna de las amazonas lo había visto en persona, ni nada parecido al enorme y abrumador impulso de poder que daba a sus habilidades ahora.

—¡Vanargand…!

Con una velocidad deslumbrante y golpes perfeccionados, él podía hacer añicos a su oponente en un instante, convirtiendo el campo de batalla en una pelea sangrienta. Incluso el alias del hombre lobo en sus labios era suficiente para estremecerla.

—¡¿Gngh…?!

Ella podía sentir el miedo que irradiaba su compañera velada detrás de ella.

El pelaje gris del hombre lobo estaba de pie, despidiendo la ilusión de que había crecido en longitud. Sus ojos ámbar, todavía divididos, emanaban una especie de locura salvaje.

Mirándolo ahora, la chica con velo sintió que su cola, similar a la suya, comenzaba a temblar de terror subconsciente.

——Como esperaba.

Resoplando, Bete se volteó hacia ellas, con los ojos mirando directamente a través de la oscuridad hacia donde se protegían a sí mismas en la sombra.

Ninguna de ellas respiraba—y entonces él embistió.

—¡Mierda!; Siseó Aisha, la primera en ponerse de pie, y aunque las otras amazonas saltaron para defenderlas, era demasiado tarde.

Las espadas de Pudao y otras armas vinieron hacia él, pero no pudieron ni siquiera rozar su pelaje. Su única patada voladora se conectó con el grupo de guerreras ocultas, lanzándolas lejos.

—¡Maldito animal!

—¡¡No lo intentes, Rena!!

Pero la chica no escuchó, alzando su sable y dirigiéndolo hacia uno de los guanteletes de Bete. Este apenas nada más llegó a rebotar en la armadura.

Bete se volteó hacia ella, ahora congelado en el aire, y la golpeó directamente en el estómago.

—¡Nnguuuuuh!

Su grito siguió detrás de ella cuando fue enviada a volar. Bete, sin embargo, se volteó hacia la chica animal solitaria, ahora indefensa sin sus guardias amazónicas.

—¡¡—!!

—Tú eres el que controla esa luz ¿Verdad?

Al igual  que Aiz, Bete, también, se había  dado  cuenta  del estado de nivel 6 que Phryne actualmente se jactaba. Pero tan pronto como las partículas de luz que revoloteaban sobre ella desaparecieron, se convirtió en nada más que una civil desafortunada. Sin estar a punto de abandonar la fuente de todo ese poder—esta muchacha notoriamente fuera de lugar que se parecía más a una doncella del santuario que a cualquier otra cosa—en general, él estaba dispuesto a poner toda su fuerza en su cabeza.

—Ah—

Hasta que.

Él le echó un vistazo a través del sudario pálido de su velo, y los temblorosos ojos verdes que lo miraban fijamente detuvieron su mano bruscamente.

—¡¡Hngh!!

Aisha aprovechó ese momento y la tomó, saltando hacia delante justo a tiempo para poner a la chica a salvo.

—¡S-señorita Aisha—!

—No hay tiempo para hablar. ¡¡Todas ustedes, corran!; Ordenó Aisha, con su voz sonando en el campo de batalla incluso mientras luchaba por empujar su cuerpo herido hacia adelante. Sus compañeras Berbera se apresuraron a seguir su orden, todas se retiraron a la oscuridad.

Pronto, solo quedó la Familia Loki.

—…

La batalla en el muelle había terminado. Finalmente, el silencio había vuelto a la ciudad oscura.

Todo lo que quedó fue la tranquila calma de la marea desde la dirección del lago. Con un desplome, Bete dejó que su brazo izquierdo, todavía sostenido en alto, cayera a su lado.

Si su oponente en forma de sapo se había hundido en el fondo del lago o flotó en su camino hacia algún lugar seguro, él no lo sabía, y tampoco le importaba. Él no estaba de humor para ir a correr tras ella.

Él no pudo apartar esos ojos color jade de su memoria. Con los labios encogidos de disgusto (y su tatuaje con ellos), él lanzó un puñado de saliva hacia el suelo.

—Si no está dispuesto a caer en el fuego, no saltes a la sartén…

***

De vuelta en la cueva.

El rito continuó hacia abajo dentro de la arena que la naturaleza había construido. Ya debería haber terminado, pero en vez de eso, las dos mujeres continuaron enfrentándose con toda la fuerza que tenían, acercándose cada vez más al gran final de su batalla.

—¡Hiiiii-YAH!

—¡Ngh!; Bache esquivó rápidamente el ataque entrante de Tiona. La otra amazona ya no temía a la armadura de Velgas que rodeaba su cuerpo, ni cada ataque con el objetivo de matar. Y mientras balanceaba su pierna con la fuerza suficiente para romper un hueso, intentando despistar a Bache, Bache tomó aire y levantó su propio talón para dar un golpe hacia abajo en la cabeza de Tiona.

Tiona era demasiado rápida, sus reflejos felinos la apartaban del peligro, y la patada de Bache se fue volando hacia el suelo. Su talón conectó con la piedra y la partió en dos. Por un momento, la roca se quemó y el humo se elevó por los efectos del Velgas de Bache.

—¡Hey chicos! Si gano ¿Obtengo algún premio, así como antes?; Tiona gritó mientras tiraba una piedra que había recogido durante sus evasivas maniobras en la dirección de Bache.

Bache no respondió, el puño cubierto con Velgas se levantó para encontrarse con la roca y la rompió en pedazos mientras embestía. Kali, por otro lado, frunció el ceño con curiosa duda mientras observaba los sucesos de abajo.

—Realmente eres extraña ¿Sabías eso? … Pero qué demonios. ¿En qué estabas pensando?

—Si gano… quiero que hagas que Bache y Argana no tengan que luchar más.

Esto fue suficiente para ampliar no solo los ojos de Kali sino también los de Bache.

—¡No estoy diciendo que tienes que detener  los ritos por completo, especialmente para aquellos que les gustan! Pero Bache ya no quiere pelear ¿Verdad? ¡Ella no quiere morir! ¡Al igual que Tione y yo! ¡¡Así que quiero que ella pueda hacer lo que quiera!!

Una oportunidad para que Bache escape de la orden de Kali, de la mayor parte de la sed de sangre de Argana. Incluso ahora, en medio de su duelo a corta distancia, los movimientos de Bache se debilitaron ligeramente.

—… No la escuches, Bache. ¿Crees que sería lo suficientemente estúpida para liberarte por perder? ¡No me hagas reír! La victoria es el único camino a la supervivencia.

—… Entiendo, Kali; Respondió Bache, sin emoción, y pronto sus ataques dieron el mismo golpe que antes.

—¡¿Pero por qué?!; Gritó Tiona.

—¿Crees que tus palabras significan algo? ¡Ah! Como si te concediera alguna vieja petición estúpida.

—¡Solo eres una vieja bruja codiciosa!; Tiona se quejaba ahora, discutiendo como una niña pequeña, incluso mientras era golpeada por los ataques.

—¡Y eso es lo suficientemente bueno para mí!; Kali replicó, sacando la lengua en respuesta igualmente infantil. —… Es bueno que esté aquí para vigilar tu lucha; Ella continuó, yendo estoicamente debajo de su máscara. —Al menos con Argana y Tione, sé que ellas completarán el rito. Continuarán luchando hasta el amargo final, ofreciendo el cadáver muerto de su oponente en una victoria triunfal.

—¡…!

—Porque Argana y Tione… están hechas del mismo molde. Tiona torció la cabeza hacia arriba. —¡Eso no es cierto!

—¡Sí, lo es!; Kali simplemente se rio. —Argana puede tener su espíritu de lucha implacable, pero Tione tiene su ira, y ambas son iguales, siempre duras y perdurables. Cuando esa chica realmente, verdaderamente se enoje… ella no dudaría ni un momento en terminar con la vida de su oponente.

Casi como en respuesta a las acusaciones murmuradas de Kali, una batalla similar a la muerte se intensificó, muy lejos, sobre su barco en el mar.

—¡¡————————————-HrrrruuuaaaaAAAGH!!

Tione rugió, toda su rabia y toda su furia enviando su puño al abdomen de Argana. La fuerza envió una cascada de sangre por la barbilla de Argana.

—Guh-guaagh… ¡¡ja-ja, ja-ja-ja-ja-ja-ja-ja!! Todavía estás… haciéndote más fuerte… ¿verdad, Tione?

—¡¡Creo haberte dicho que te callaras!!; La vista de toda esa sangre, el sonido de la risa cruel de Argana— esto solo sirvió para estimular a Tione aún más. No importaba cuánto de los golpe de Argana ya había recibido. No importaba cuánta sangre brotara entre los labios de Argana. Tione no pudo parar; sus puños, sus pies—todos teñidos de rojo—seguían volando.

Implacablemente, sin piedad, lanzó golpe tras golpe, el aura de aire rojo vibrante alrededor de su oscurecimiento mientras cada golpe intentaba arrancar la otra extremidad de la Amazona.

Argana tuvo su maldición. Pero Tione tenía su habilidad.

Y Argana se vio obligada a admitir que estas dos no eran exactamente las habilidades más compatibles. A medida que sus propias defensas disminuyeron drásticamente, el poder de ataque de Tione solo subió y subió.

Un golpe. Un golpe fue todo lo que tomaría. Tione se estaba convirtiendo en la espada que decapitaría a la serpiente.

Si bien había varias formas en que Tione podría haber sobrepasado a la otra Amazon utilizando su técnica y habilidades, ellas las olvidó todas—simplemente maldiciéndola una y otra vez, toda su mente, toda su atención centrada en escurrir la vida del cuerpo de Argana. Y con cada golpe, más y más sangre brotaba de la boca de Argana.

Argana lo tomó todo, sin hacer ningún movimiento para cancelar su maldición.

Tal vez fue una señal de respeto, tal vez una forma de no darle la espalda a la batalla en cuestión. Para no ensuciar los ritos sagrados de su país.

Y Argana, que se negó a poner nada más que su mejor pie hacia adelante, se estaba muriendo.

—¿Me vas a matar, Tione? ¡Bien!; Ella rio, incluso ahora temblando de emoción, con un dolor abrasador. —¡Mi sangre se convertirá en la tuya, y viviré para siempre! ¡Junto con los que ya he consumido! ¡¡Llegaremos, todos nosotros, al final de la guerra!!M Ella gritaba ahora, su estado mental prácticamente no es diferente al de Kali.

—¡¡Nos convertiremos en… la guerrera más fuerte!!

—Cállate, cállate, CÁLLATE.

Las palabras de Argana eran como un ruido para los oídos de Tione.

—-La derrotaré. La matare. La mataré con mis propias manos. Le robaré la vida de sus ojos.

Este monstruo de Telskyura, que representaba todo lo que ella y Tiona habían sufrido—iba a matarla. Y ella iba a proteger a su hermana.

Había una diferencia clave entre ella y Tiona—y esa era la forma en que condenaban a Telskyura. Tione, que nunca había sido capaz de sonreír como Tiona, no retuvo nada más que un resentimiento que se estaba acumulando, como una sombra rodeándola. Sin siquiera darse cuenta, Tione se estaba convirtiendo en la guerrera de la que había intentado escapar.

Kali había tenido razón.

Si bien podría haber un bajón temporal en el rito de Tiona y Bache, Tione y Argana nunca titubearon. Lucharon una y otra vez, sin mostrar signos de vacilación o recelo. La furia de Tione la estaba impulsando hacia el futuro de la guerra que Kali deseaba.

Kali las tenía a todas en la palma de su mano. Había sido ella quien había ordenado que la lucha de Argana y Tione se llevara a cabo en el mar, donde nadie podía interferir, y ella que había decidido permanecer en la cueva y vigilar a Bache y Tiona.

Todo iba exactamente como ella había planeado.

—¡Te mataré, Tione! ¡¡Ven aquí y déjame beber la vida de tus venas!!

—¡¡RuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaAAAAAAGGGGGHHH!!

Cuando Argana la persuadió, con la voz llena de alegría y rabia, las guerreras amazónicas que estaban a su lado levantaron sus propias voces en un clímax vociferante.

La llamada de la cortina final tan codiciada por su diosa estaba cada vez más cerca.

¡Tione…!

De vuelta en la cueva, Tiona frunció el ceño. El tamborileo constante en sus oídos era más fuerte ahora, enviando ondas de calor ondulantes hasta las puntas de sus dedos.

—¡Ngh!

Sin perder bajar la guardia, Bache lanzó un puñetazo hacia su cara, y Tiona tuvo menos de un segundo para esquivar al Velgas entrante. Ella saltó hacia atrás, evitando por poco el ataque mientras este entraba en la pared, lanzando fragmentos de humo y mandado a volar unas rocas tóxicas.

La mejilla y el pelo de Tiona, también, chisporroteaban donde la mano de Bache la había rozado, y retrocediendo, restableció la distancia entre ellos.

No puedo estar preocupándome por Tione ahora. Tengo que centrarme en ganar esta batalla primero…

Si no, ella estaría sufriendo un mundo de dolor por parte de su hermana. Ella volteó su mirada hacia Bache y la mirada helada que la otra Amazona estaba dirigiendo hacia ella. Sintiendo el sudor correr de ella en cantidades, ella dejó escapar otro suspiro de aire carmesí.

—Mis grandes golpes siguen fallando…; murmuró entre dientes, y era verdad—este era la tercera vez que ella había tratado de darle el golpe final a Bache, solo para fallar. Si bien sabía que picotear a la otra Amazona con golpes cortos y rápidos no haría nada más que su quemar su propio cuerpo por el Velgas de Bache, Bache no era tan negligente como para dejarse atacar ante un golpe crítico. —¿Qué debo hacer?

Ella no tuvo mucho tiempo. Eso lo sabía muy bien.

Podía seguir sonriendo todo lo que quería, pero el dolor seguía siendo dolor, y la angustia seguía siendo dolor.

De hecho, si tuviera alguna opción, preferiría haberse acurrucado en el suelo y tomar una buena siesta.

Me recuerda un poco a esas criaturas oruga en el calabozo. Si solo tuviera alguna arma… entonces podría encontrar algo.

No es que fuera un escenario aceptable, considerando que probablemente mataría a Bache de inmediato.

Pero si tuviera mi Urga… entonces ¿Qué haría? reflexionó, mirando su puño mientras su mente se dirigía a su amada arma aún en mantenimiento.

Este veneno era diferente al de esas orugas. Aunque su piel puede cambiar su color, perder su sensación y retorcerse con un dolor agonizante, este no se derretiría ni perdería su forma.

Su aliento se volvió más oscuro, saturado con más y más rojo.

—…

Entonces lentamente, ella comenzó a estirarse.

Doblando las rodillas, dejó escapar una profunda bocanada de aire.

—Bache.

—…

Ella miró a la otra mujer directamente a los ojos. La cara de Bache era inexpresiva, y sus labios estaban cerrados firmemente bajo el pañuelo negro.

—Vine por ti.

Y con eso, comenzó su último duelo.

El golpe inaugural de Tiona fue un puñetazo volador, directamente desde el frente.

—¡¿ ?!

Ambas atacaron, contraatacaron, bloquearon. Se enfrentaron como perros, y la masa giratoria de luz tóxica que rodeaba el cuerpo de Bache quemaba la piel de Tiona cada vez que se tocaban. Mientras ella bailaba fuera de peligro, con los pies tan desnudos como los de los elfos, Tiona estaba renunciando a todo tipo de evasión y simplemente se arrojaba a la otra Amazona con todo lo que tenía.

¿Qué está pensando ella?

Los ojos de Bache se endurecieron al ver a Tiona venir hacia ella. Era ridículo, realmente, viniendo directamente de frente así. Su Velgas no era solo un método de ataque, sino también uno de defensa. Y cada vez que el puño de Tiona se acercaba a ella, no importaba si estaba golpeando, no importaba si estaba bloqueando, no importaba si se estaba defendiendo, las toxinas la consumían poco a poco. No importaba la resistencia de estatus que pudiera tener, si no se curaba a sí misma pronto, solo le quedaban unos cinco minutos de lucha.

Y en cuanto al golpe final que había estado tratando de darle a Bache por algún tiempo, solo tenía uno.

¿La otra chica realmente se había dejado llevar esta vez? ¿Abandonó toda razón en su desesperación? Este pensamiento acababa de cruzar la mente de Bache cuando–

————

Sus ataques comenzaron a golpear nada más que aire.

Y los ataques que aterrizaron en ella se hicieron cada vez más rápidos, y la precisión de los golpes y patadas de Tiona parecía especialmente acertada.

Bache lanzó golpe tras un golpe. Pero ninguno de ellos golpeó. Tiona los había evadido. Entonces de repente ella estaría justo a su lado, dándole una patada en el hombro. Ella podía escuchar el sonido de la piel de Tiona chispeando contra sus Velgas. Una y otra y otra vez.

—Ella esta…

Su tiempo ya no coincidía.

La velocidad de Tiona estaba aumentando.

Alarmantemente así.

Y no solo eso, el poder detrás de sus golpes también aumentaba.

Los ojos de Bache temblaron en sus órbitas. Y de repente, esa cara dolorosamente sonriente apareció directamente a la vista.

Ella no puede estar—

La habilidad de Tiona, Calor Intenso.

Similar a su habilidad Berserk, cada vez que recibía daño, aumentaba los efectos de precisión de sus habilidades. Cuanto más acorralada estaba, más cerca estaba de la muerte, más su supervivencia y sus instintos de batalla se convertían en un poder puro y concentrado, que ardía dentro de ella.

—Lo que significaba que Bache no podía dejar que lanzara un ataque. Pero Bache tampoco pudo atacarla. O para decirlo de otra manera, ya sea si ella puso la otra mejilla o simplemente trata de esquivarlo lo mejor posible, el estado de Tiona simplemente seguiría aumentando.

El daño de su Velgas iba a seguir fortaleciendo a la otra amazona sin importar lo que hiciera.

¡¡Gngh!!

Las dos habilidades de Tiona se habían apilado por su cuenta.