Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 6

Capítulo 5: Un Duo de Sol y Luna

Parte 1

El puerto de Meren estaba a ras de la curva elíptica que rodea la extensión salobre del Lago Lolog. Al este del puerto se alzaron sus muelles de comercio y pesca, fácilmente sus barrios más concurridos, y al oeste, su enorme muelle y astillero, donde los galeones gigantes navegaron y anclaron.

En las ocasiones en que el muelle no estaba lleno, estas mismas se abrió para desbordar barcos de pasajeros desde el muelle comercial. Incluso ahora, suficientes barcos para formar una flota estaban amarrados a sus páramos. En el astillero, que se adentraba en tierra firme, una serie de barcos, ya sea en reparación o en mitad de construcción, esperaban.

Ahora que los ataques de monstruos en alta mar eran demasiado comunes, se había vuelto común en estos días que los constructores navales cubrieran los barcos, especialmente el fondo, en varios tipos de lingotes robustos, aunque los lingotes más caros (y más efectivos) como mythril estaban reservados para los Barcos de los ricos y otros buques de gran escala.

Minerales y hierros del Calabozo como el resistente acero noh se venden especialmente bien aquí. Y debido a que el intercambio y la venta de objetos caídos del Calabozo fueron manejados por familias comerciales y comerciantes, esto dio lugar a algunas negociaciones bastante agresivas en relación con los minerales que compraron a los aventureros.

Actualmente, el astillero estaba desprovisto de cualquier tipo de buque bajo el velo de la noche. Las linternas de piedra mágica habían sido apagadas, y los contornos deformado de los barcos de madera flotaban contra el cielo nocturno. Un silencio misterioso, inadecuado para la “puerta de entrada a Orario” que era Meren, se había asentado sobre el perímetro.

Fue en este astillero que encontraron a Argana.

—Las he estado esperando; Los saludó en la lengua de su país. Detrás de ella, muchas otras amazonas esperaban.

—¿Qué pasó con toda la gente aquí, eh?; Tione respondió de la misma manera. La sonrisa de Argana nunca vaciló. —Pensé que normalmente trabajaban hasta altas horas de la noche.

—Ellos… decidieron irse temprano. Tione frunció el ceño.

—¿Dónde está Lefiya?; Tiona preguntó a su lado.

—Ella está con Kali y Bache. Aquí no está.

En comparación con su escaso Koine, la lengua amazónica de Argana era versa y fluida, sin un solo tartamudeo. Ella levantó el brazo, señalando en dirección contraria a la ciudad propiamente dicha.

—Vas a continuar, Tiona. El camino se aclarará. Bache te está esperando. Las dos hermanas se miraron.

Entonces, cabecearon.

No tuvieron más remedio que obedecer la demanda de su oponente y separarse, negando efectivamente cualquier posibilidad de que pudieran haber tenido que trabajar juntas.

—No pierdas, Tiona; Susurró Tione detrás de ella justo cuando la luna se asomaba por un hueco en las nubes, bañándola en su luz. Sus ojos nunca dejaron a Argana.

—… No lo haré. Tú tampoco pierdas; Respondió Tiona brevemente antes de salir corriendo. Separándose de su hermana, ella se fue en la dirección que Argana había indicado.

—Me seguirás, Tione.

—…

Permaneciendo vigilante, Tione se dirigió hacia la otra Amazona.

Ellas abordaron un gran galeón actualmente atracado en el muelle, los cuerpos se fundían en la oscuridad.

—¿Vamos a pelear aquí? ¿No crees que esto es un poco llamativo?; Tione comentó, frunció el ceño, pero Argana simplemente se rio. El resto de las amazonas desaparecieron rápidamente dentro de la nave.

—Vernos no les hará ningún bien si no pueden seguirnos. Casi como en el momento justo, el barco comenzó a moverse.

Cuando Tione dio un salto, grandes remos salieron de la bodega del barco y aterrizaron en el agua, y pronto estuvieron navegando, cada vez más lejos del muelle.

—Es un campo de batalla improvisado, así que me temo que no nos dará tanto espacio como en casa.

La nave atravesó la superficie del lago cuando los remos de las poderosas amazonas que estaban debajo de la cubierta lo impulsaron hacia adelante.

—Han podido pensaren esto ¿Eh…?; Tione murmuró por lo bajo mientras la nave se estremecía bajo sus pies. No hay manera de que alguien se interponga entre nosotras tan lejos en el mar… No terminará hasta que una de nosotras caiga.

Teniendo en cuenta que el “motor” de la nave era una gran cantidad de guerreras telskyuranas (cada una de los cuales era tan poderosa como un aventurero de primer nivel), incluso si otra nave impulsada por remo partiera de la costa ahora, nunca podrían igualar su velocidad

Era una arena inalcanzable, una arena sobre el mar.

El lugar perfecto para realizar el rito que Argana lo deseaba. Y tenía el nombre de Kali escrito en todas partes.

——Los encontré.

Al mismo tiempo que Tione estaba abordando la nave, Aiz se estaba enfocando en un cierto destello de luz en la distancia. Ella se levantó de su escondite en lo alto de un edificio cerca del muelle, alertando a la chica detrás de ella.

—Narfi, ve por las demás; Ordenó Aiz.

—¡Entendido!; Respondió Narfi, pero Aiz ya se había ido. Saliendo por delante del grupo, corrió hacia el astillero.

¡Tione…!

Ya podía darse una idea del plan de la Familia Kali en el momento en que vio a Tione abordar el barco junto con el grupo de amazonas. Ella tuvo que alcanzarlos antes de que el barco cruzara el barranco en el lago y desapareciera en mar abierto.

Sus piernas se movieron aún más rápido, convirtiéndola en una bala dorada mientras aceleraba. Justo entonces—

—–¡¡Guuuuuwwwwooooooooooooooooaaaaaaaaaaaaaaaaggghhhh!!

—¡¿—?!

Un rugido atronador sacudió el aire que la rodeaba.

—¡¿Violas?!

—¡¿En un momento como este?!

Sus compañeras gritaron sorprendidas desde lo alto del techo detrás de ella.

Había siete de ellos, emergiendo con un explosivo auge desde el área de carga donde múltiples barcos habían descargado su carga. Pétalos de colores vibrantes se separaron para revelar unas mandíbulas escalofriantes, enviando temblores a todo el pacífico puerto.

—¡¿Wh-whhhhuuuuaaaaaaaaaaagh?!

Habían aparecido en el centro del puerto, cerca del muelle comercial, y al ver las flores monstruosamente grandes que alcanzaban el cielo, los pocos marineros que permanecían cerca soltaron gritos de terror y corrieron para salvar sus vidas.

¿Por qué ahora? No podría ser una coincidencia ¿podría ser…?

Pero Aiz no tuvo tiempo de procesar la multitud de preguntas que se le cruzaban por la cabeza. Ella tenía que actuar. Y tenía que actuar ahora.

Delante de ella, podía ver la nave de Tione poniendo más y más distancia entre ellos.

Detrás de ella, las violas ya iban hacia la ciudad en los barcos de pasajeros actualmente amarrados en el muelle, con los tentáculos volando.

Los gritos se agitaban en todo el muelle comercial, y aunque le dolía, Aiz gritaba instrucciones detrás de ella.

—Gngh—¡Cuida de ellos primero!; Gritó ella, deteniéndose antes de darse la vuelta.

Aunque el barco de Tione ahora estaba desapareciendo detrás de ella, ella tenía el deber de proteger la vida de los civiles de la ciudad.

—¡¿Violas?!

Tione miró hacia fuera desde su nave que se aceleraba rápidamente para ver a Aiz y al resto de sus compañeras enfrentándose contra el enjambre de flores devoradoras de hombres. Mientras estaba allí, con la boca abierta, la voz de Argana se elevó para encontrarse con ella.

—Esos no son más que una distracción. Nada más y nada menos. No le hagas caso.

—… Entonces… ¿Entonces estás involucrada con esos monstruos?

—Me temo que no tengo idea de lo que estás hablando. Aquí no sabíamos nada del método de desviación anterior a ahora; respondió la otra amazona de manera no combativa, con una mirada feroz.

Tione sintió que su rabia comenzaba a crecer cuando el barco cruzó el barranco del lago y se adentró en el mar abierto. Meren se hizo cada vez más pequeño en el horizonte, junto con los acantilados que lo acompañaban.

—Pero suficiente sobre eso. Vamos a empezar; Argana sonrió con una especie de alegría pura, sin adulterar, ahora que el momento había llegado.

Tione se dio la vuelta, con la boca aún cerrada mientras se enfrentaba a su oponente para el rito.

—…

La espadachín de cabello dorado y ojos dorados golpeó las gigantescas flores devoradoras de hombres. Un tentáculo volador arrancó un barco en dos y se volcó de lado; los marineros huyeron para salvar sus vidas—los pescadores señalaron el espectáculo con un miedo congelado—gritos agudos empezaron a resonar desde todos los rincones de la ciudad.

Él observó todo esto mientras caminaba contra el flujo  de la multitud de demi-humanos huyendo y alejándose de la escena.

—Riveria.

Loki notó al hombre en cuestión.

El muelle pesquero estaba envuelto en una cacofonía catastrófica cuando la gran cantidad de personas corrían una tras otra fuera del muelle comercial, uniéndose a los pescadores mientras corrían hacia la seguridad de la ciudad en su terreno más alto.

Riveria y su pequeño grupo estaban de pie junto al muelle de pesca, asegurándose de que Aiz y las demás pudieran mantener a los monstruos firmemente dentro de la red del muelle. Ella acababa de empezar a abrirse paso para ayudarlos a luchar cuando Loki la detuvo.

—¡Justo ahora! ¿Qué sucede, Loki?; Riveria y sus camaradas se giraron hacia la diosa con un sobresalto.

—Me retiro. Tengo que ir a perseguir a un culpable… el que soltó esas violas en el lago. ¡La detective Loki ha llegado!; Aunque sus palabras eran divertidas, sus ojos tenían un sentido de sinceridad muy real.

—¿Entonces también vamos? ¿Pero qué hay de esos monstruos?

—Aizuu y el resto pueden manejar esas criaturas. Además, todas nosotras agrupadas es exactamente lo que el enemigo quiere; Explicó Loki. El momento era simplemente demasiado perfecto para que fuera algo más que una distracción, y Loki lo sabía.

—También lo notaste ¿No?; Continuó, lanzando una mirada a la silenciosa Riveria. —Ni siquiera nuestro oponente sabe lo que está pasando… Tal vez incluso solo está corriendo hacia su cola.

—¿Entonces estás diciendo que ahora es nuestra oportunidad?

—A eso me refiero. Es hora de presentarles alguna evidencia con la cual no se puedan defender; Los ojos de Loki se voltearon hacia donde el hombre que había estado viendo previamente, habiendo desaparecido.

Aunque la mayoría del grupo no tenía idea de qué estaba hablando Loki, Riveria recordó su conversación anterior y los “hilos” que Loki había esperado seguir.

—… Tienes razón en que Aiz y las demás no deberían tener problemas para resolver la situación por sí mismas. ¿Pero qué hay de Tione y Tiona?; Preguntó después de un momento de silencio. Toda la razón por la que Riveria había elegido eliminar las violas inmediatamente en lugar de esperar, incluso a pesar de la trampa obvia, era para que Aiz o ella pudieran seguir persiguiendo a Tione y su hermana.

Loki podía ver que la alto elfo estaba preocupada, quizás pensando que Loki simplemente estaba dejando de lado a las dos hermanas. Ella respondió con optimismo de todos modos.

—¡Tengo fe en mis hijos! Todo estará bieeeeeeeeeeeen. Riviera no tuvo una respuesta a eso.

En cambio, ella simplemente suspiró.

—¡Ademas! No te gusta ir quemando cosas con tu magia en el centro de la ciudad ¿Verdad?

¡Incluso lo dijiste antes! Dejen la destrucción de la ciudad a Aiz y los demás.

—… Supongo que no hay nada para eso, entonces. Entendido.

—Genial. Entonces te dejo a ti a cargo de eso.

—Déjamelo a mí. ¡Alicia!

—S-sí ¿Mi lady? … ¿Qué sucede?

Riviera rápidamente se inclinó para susurrar en la oreja larga y delgada de la joven elfo. Los ojos de Alicia se abrieron de forma sorprendida, y luego ella asintió.

Mientras las dos magas salían corriendo, Loki se volteó hacia el resto del grupo. —¡Rakuta! ¡Elfie!

¿Podrían venir conmigo? Sé que acaban de recuperarse, pero serán mi amuleto de buena suerte. Leene, tú y las otras sanadoras se quedarán aquí para cuidar de cualquiera que salga herido.

—¡En-entendido!

Entonces Loki se apresuró en correr, seguido por una conejita y una elfo muy nerviosa.

—¡Ya estamos al final del juego, chicas!

***

Tiona continuó recto por el camino que Argana había indicado.

Ella salió por la parte trasera del astillero, subió y caminó sobre una pila de partes de barcos en la esquina más alejada, y luego se internó en un afloramiento de árboles silvestres cerca de los acantilados del lago.

El camino se aclarará. Eso es lo que Argana le había dicho. Justo cuando empezaba a preguntarse de qué demonios había estado hablando la otra amazona, un repentino olor hizo que su nariz temblara.

—Este olor…

Ella conocía este olor.

Sniff, sniff/olfatear. Su nariz se crispó como la de un perro mientras se abría camino entre los árboles, cuando de repente algo cruzó su mente.

Hierro. Era hierro. Hierro mezclado con óxido.

Era un olor con el que estaba muy familiarizada, su olor diario en su habitación de piedra en Telskyura.

Era el olor del hogar.

Ella entendió lo que Argana había querido decir ahora. Sin duda, ellos le habían dejado un rastro de sangre de heridas cortadas con cuchillas oxidadas. Siguiendo el olor inolvidable a través de los arboles, ella comenzó a correr.

—¿Aquí…?

Ella salió de los árboles y se encontró cara a cara con una pequeña entrada, muy similar a la que habían jugado ella y el resto de la familia cuando llegaron a Meren.

Era un poco más pequeño, haciéndolo incluso menos perceptible que su oasis anterior, y más profundo, también, más como un barranco en miniatura. La mayor diferencia, sin embargo, fue su falta de playa. En lugar de mirar hacia el lago, esta entrada sufrió la mayor parte del mar, y las aguas saladas cortaron sus paredes de roca.

—¿Una cueva marina…?

Ella vio una pequeña abertura en la roca, esculpida por las olas y lo suficientemente grande para que un grupo de personas la atravesara. Descendiendo por el acantilado, ella se dirigió hacia la cueva y descubrió que no se detenía allí, sino que bajabas aún más profundamente en la tierra. La roca negra formó una especie de túnel cavernoso, y después de permanecer allí estudiándola por un momento, Tiona se abrió paso hacia adentro.

El agua salada apenas llegó a sus rodillas, tal vez debido a su proximidad al lago, y después de caminar un rato, ella descubrió que desaparecía por completo, ya que el terreno más alto retenía el agua. Pronto, el túnel mismo comenzó a dividirse en todas direcciones, casi como una colonia de hormigas, y sus pies descalzos golpearon contra la roca oscura mientras continuaba avanzando.

—Caray, aquí abajo es como el Calabozo.

No había manera de que alguien pudiera encontrarlos. Incluso si uno fuera a tropezar a través de la cueva, encontrar a alguien escondido dentro de sus pasillos sería casi imposible. No era de extrañar que Kali y los demás hubieran elegido esta cueva para ocultarse, y ahora Lefiya también estaba aquí abajo.

La mayoría se formó naturalmente, pero… la mano del hombre ciertamente lo ayudó, pensó mientras miraba las linternas de piedra mágica que colgaban  del techo.  La luz  se estaba mezclando con la tenue luz de la luna asomándose a través de pequeñas grietas de arriba. El olor a sangre que había estado siguiendo continuó por uno de los túneles, y Tiona aceleró su paso, descendiendo ocasionalmente hacia la larga y vasta caverna.

Finalmente.

—Así que llegaste.

—¡!

Ella se encontró en una gruta grande y abierta.

Por encima de su cabeza, el techo tenía una forma cilíndrica ancha. La piedra de color negro azabache del resto del túnel continuó hacia la extensión, haciendo que la cueva se sintiera casi como el interior de un ataúd de piedra gigante.

En la cima de las pilas de roca a su lado se encontraban sus antiguos colegas, las guerreras de Telskyura, y sentada con las piernas cruzadas en lo más alto de los picos estaba la fuente de la llamada de bienvenida—la propia Kali.

Delante de ella, sin embargo, estaba la que más importaba.

La amazona de cabello arenoso, con el rostro medio oculto por el velo negro, permaneció allí en silencio, esperándola.

—Bache…

—…

Bache no respondió, en lugar de eso, simplemente dirigió su mirada hacia Tiona. Sus ojos brillaban bajo los mechones de su flequillo arenoso.

—… ¿Dónde está Lefiya, Kali?

—La tenemos en otro lugar. Pero no te preocupes. La dejaremos ir… una vez que se haya terminado el rito; Explicó, sus ojos ensangrentados se estrecharon en una mirada no muy diferente a la de un niño que acababa de recuperar su tesoro perdido. —Debo admitir que nunca pensé que este día llegaría. La oportunidad de ver a los alumnos desafiando a los maestros, para ver hasta qué punto se han desarrollado cada uno; Sus palabras crepitaron con un ferviente entusiasmo.

Ella miró hacia el pecho de Tiona, entrecerrando sus ojos con decepción.

—Aunque algunas partes no se han desarrollado tanto como me hubiera gustado…

—¡¿Podemos parar con los comentarios sobre mi figura ya?!; Tiona gritó de vuelta con un enojado gesto de sus manos.

Dejando eso de lado, mientras que los tamaños del busto de Argana y Tione eran aproximadamente iguales, los de Bache los superaron a ambas. Entre las dos hermanas menores, Bache había derrotado a Tiona por muy poco.

——Prepárate, Tiona; Dijo Bache, pronunciando sus primeras palabras desde que la ahora cara roja Tiona había entrado en la habitación. Su voz era desanimada, una señal de que las bromas habían terminado. —Esta es una lucha a muerte; Continuó de manera casual mientras sacaba su brazo derecho para establecerse en una posición lista para la batalla.

—… ¿Realmente tenemos que hacerlo?

—Es demasiado tarde para eso ahora ¿No es así, Tiona?; Dijo Kali desde arriba.

—Sí, pero… no quiero matar a Bache…; Tiona respondió sin mirar, sus ojos se enfocaron directamente en la mujer frente a ella. Era muy similar a cuando ella había expresado su falta de voluntad para matar a Tione todos esos años atras.

—Nunca debí haberte leído esos libros…; Dijo Bache, con su tono insensible. Ella ni siquiera se movió.

Tiona frunció el ceño, pero incluso mientras lo hacía, no podía dejar de notar algo. Bache era fría, mucho más de lo que había sido hace diez años. De hecho, casi parecía que ahora estaba tan fría que el aura helada de antipatía a su alrededor era tangible.

Ahora era más poderosa y despiadada de lo que Tiona podría haber imaginado. Tan cerca de convertirse en una “verdadera guerrera” de Telskyura.

—Tú… mataste a Elnea ¿Verdad?

—Sí. Así como Argana mató a Belnas… Es lo que nos permitió alcanzar el Nivel Seis.

Elnea y Belnas fueron las otras dos candidatas en la carrera por la capitanía de la familia. La última vez que Tiona las había visto, habían sido de Nivel 5, lo suficientemente poderosas como para hacer que Tiona se estremeciera de miedo y temor. Matar a Elnea había sido la prueba final de Bache, el rito que la había llevado al Nivel 6.

Al igual que Argana.

Ambas se habían convertido en monstruos fabricados por Telskyura, las únicas sobrevivientes en el barril lleno de ratas, canibalizando a las otras para llegar a la cima.

—No te daré más remedio que luchar. Si Argana fuera la serpiente…

… entonces en este momento, la guerrera con la sed de sangre impregnando sus ojos era…

——Die Asura.

El conjuro ultra corto de los labios de Bache cortó sus pensamientos. Era similar al hechizo de Aiz. La única magia de Bache.

—Velgas.

Bache sacó su mano derecha, una capa de luz negruzca púrpura que lo rodeaba.

Luego se solidificó, volviéndose lo suficientemente intenso y viscoso como para ocultar completamente la imagen radiante inicial convocada por el conjuro—este se movió y se retorció para formar una espiral furiosa.

Esto fue Velgas. Un conjuro que Bache arrojó sobre su mano derecha. Elemento: veneno.

Un colmillo venenoso e indefendible que ya había usado para incapacitar a tantos de sus hermanos en los ritos.

Sí, si Argana era la serpiente, entonces Bache era el insecto venenoso.

Incluso su propia magia había sido apropiadamente apodada la “Reina Venenosa”.

—¡¡ !!

Como si esperaran solo este momento, la multitud de amazonas que las rodeaban pisoteaban en coro. En medio de los temblores y los gritos, la emoción y los rugidos, una sensación volátil de pasión y fervor estalló en todo el ataúd de piedra, dando vida a los ritos de Telskyura ante sus ojos.

—¡¡…!!

El veneno en la magia de Bache garantizaba una muerte rápida.

Si Tiona no se defendiera, estaría muerta antes de empezar. No tenía más remedio que preparar sus propios puños cuando su ex maestra—y otra hermana menor—apuntaban por su vida.

De pie allí, en medio de su campo de batalla—no, arena—sus miradas se encontraron.

—Heh. Perfecto. Vamos a empezar.

Kali sonrió mientras las miraba—

Entonces las dos amazonas atacaron.