Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 6

Capítulo 5: La Bruja Venenosa, Ereshkigal

Parte 2

En una mirada más cercana, el caballero de ayer, Gustave, estaba de pie en el campo de nieve con una cara sonriente.

“En realidad, se me pidió disponer de estas personas. Hay un bono por cada cabeza, ¿sabes? Por lo tanto, si te parece, ¿Podrías entregarme estas presas?”

Orphelia, como se esperaba, miró a Gustave con ojos desinteresados.

“… ¿Y tú eres?”

“Me llamo Gustave Malraux.”

“Nunca he oído hablar de ti.”

Aunque Orphelia secamente dijo así, una ventana espacial de repente se abrió delante de ella.

[Oye, Orphelia. Bastarda, ¿Dónde rayos fuiste? Te dije muchas veces que no salieras del instituto de investigación, ¿verdad?]

Era una comunicación de solo voz, pero esa voz le resultaba familiar.

Era el Presidente del Consejo Estudiantil del Instituto Negro Le Wolfe, Dirk Eberwein.

“… Vuelvo enseguida.”

Al mismo tiempo que Orphelia respondió así, la abrumadora sensación siniestra desapareció de los alrededores. Y cuando ella dirigió su mirada a Gustave, dijo con un suspiro.

“Haz lo que quieras…”

“Estoy agradecido.”

Gustave se quitó el sombrero y dio una respetuosa reverencia.

Por otro lado, Orphelia permaneció en silencio y le dio la espalda a Ayato como si nada hubiera sucedido. Y así, volvió al coche sin mirar atrás.

“Dios mío, realmente tengo los pies fríos. He oído los rumores, pero pensar que fuera tal monstruo… aterradora, aterradora.”

Gustave que vio irse a Orphelia se encogió de hombros mientras bromeaba.

“Ahora bien, creo que voy a resolver mi negocio.”

Cuando Gustave dijo eso tan sonriente, cuadrados mágicos aparecieron uno a uno en ambos lados. Al igual que la noche anterior, mana se acumuló; un enorme perro de dos cabezas se deslizó lentamente hacia fuera del cuadrado mágico derecho y un perro de tres cabezas del cuadrado mágico izquierdo.

Eran aproximadamente de un tamaño más pequeño que la quimera de ayer.

Sin embargo, la fuerza del mana que se sentía de sus cuerpos era mucho mayor.

“Permítanme presentarlos. Ellos son mis obras, Ortro y Cerbero. ¿Qué les parecen? ¿No son figuras majestuosas como las transmitidas en el mito? Mis queridos perros guardianes que una vez convirtieron a todos los tipos fuertes de Stjarnagarmr en un baño de sangre… bueno, aun asi no fueron rival para la capitana sin embargo.”

Gustave, que hablaba como si pareciera decepcionado, no rompió su sonrisa.

“Aún así, gradualmente los he mejorado mucho desde entonces y serán más que suficiente para cazar a una presa herida.”

“¡Kuh…!”

Mientras Ayato adoptaba una postura cautelosa, mantuvo una estrecha vigilancia sobre los alrededores en busca de alguna posibilidad de escapar de esta situación. Aunque la habilidad de Orphelia fue cancelada, el daño debido al veneno aún permanecía. Aunque no mucho, no era una condición donde satisfactoriamente pudiera luchar. Por otra parte, si tuviera que luchar al mismo tiempo que protegía a Julis, sería simplemente imposible.

Pero, la bestia mágica de dos cabezas se movía en un círculo alrededor de Ayato, buscando una apertura mientras dejaba al descubierto sus dientes afilados.

(Esto es muy malo…)

Estas bestias mágicas parecían ser más rudas de lo que pensaba.

Sería bueno si fuese solo una bestia, pero luchar contra dos bestias al mismo tiempo sería muy difícil para el actual Ayato.

Ser capaz de utilizar a Ser-Versta a diferencia de ayer era, al menos, una gracia salvadora, pero era cuestionable sobre cuánto tiempo podría mantenerla. Después de todo, incluso el mantenimiento de este Ogre Lux era lo mejor que el actual Ayato podía hacer.

“¡Gurururururururu…!”

La bestia mágica de tres cabezas, Cerbero, mientras soltaba un gruñido, se inclinó como para comprobar si había aperturas. Era una postura en la que podría atacar en cualquier momento, pero al momento siguiente, la otra bestia mágica saltó de detrás de él.

Una simple finta, pero aunque Ayato entendió, su cuerpo no pudo seguirlo.

“¡Guh…!”

Su brazo que se movió hacia abajo mientras cortaba el viento envió a volar a Ayato junto con Julis, a quien sostenía.

El choque fue tremendo y tal vez porque también permanecía el efecto del veneno, casi se desmaya.

La bestia mágica de dos cabezas, Ortro, participó una vez más en la persecución apuntando a Ayato quien rodaba por el campo de nieve como una pelota de goma. Su enorme mandíbula que podría tragarse entera a una persona se acercó a Ayato, pero este último, midiendo del tiempo, tomó una posición defensiva y reconstruyó su postura. Entonces, en lugar de esquivar sus afilados colmillos, él dio un paso hacia adelante apuntando a su boca.

“Estilo Dragón Brillante Amagiri, Primera Técnica de Lucha con Espada, ¡Monte Fuji!”

Giró su cuerpo mientras ponía su peso en ello, bajó a Ser-Versta con todas sus fuerzas.

“¡Gaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!”

Ese golpe partió a la bestia mágica de dos cabezas que elevó un grito de agonía.

“Hou. Como era de esperar del campeón del Phoenix, eres bueno. Sin embargo…”

Ante las palabras de Gustave que aplaudía asintiendo, Ayato volvió su mirada alrededor.

En ese instante, los colmillos de Cerbero, que se deslizó directamente en posición horizontal, se acercaban frente a Ayato.

(¡No puedo… esquivar esto!)

En el momento en que estaba a punto de apartar su cuerpo con el fin de proteger al menos a Julis.

“…”

En ese momento, un agudo corte corrió cortando el espacio en sí mismo y las tres cabezas de la bestia que descubrió sus colmillos estaban volando en el aire.

Su gran masa cayó haciendo temblar el suelo y la nieve amontonada se levantó.

En medio de eso, un brillante cabello dorado se relucía.

“Lamento haberte hecho esperar, Ayato. Llegué en el último momento.”

“¡Claudia…!”

El cuerpo del aliviado Ayato perdió rápidamente su fuerza y se sentó débilmente.

En una mirada más cercana, en las manos de Claudia, un par de espadas demoníacas, Pan-Dora, estaban fuertemente sujetadas. El diseño del globo ocular puesto en el mango se sentía como si estuviera viendo a Ayato.

“Vaya, esto es un problema. Un obstáculo inesperado apareció.”

Impaciencia apareció solo un poco en la cara de Gustave que no rompía su sonrisa hasta el momento.

“¿Qué vas a hacer ahora, Gustave Malraux? No me importa ser tu oponente, pero… no es el caso para ti, ¿verdad?”

“… Ya veo, qué desagradablemente astuta señorita.”

Gustave miró a Claudia en silencio por un tiempo, pero dio un gran suspiro en poco tiempo y sacudió la cabeza.

“Haa… Tienes razón. Ciertamente me dijeron que no te ponga una mano encima. Aunque es una rara oportunidad, me retiraré razonablemente aquí.”

“Es una decisión sabia.”

En contraste de Claudia quien se rió entre dientes, Gustave desapareció en el bosque con una cara amarga.

“Haa… nos salvaste, Claudia.”

“No, me alegro de haber llegado a tiempo. Ya contacté al palacio real, así que creo que pronto vendrán a recogernos.”

“Ya veo…”

Al mismo tiempo, mientras murmuraba así, el campo visual de Ayato se hizo borroso. Y su conciencia se desvaneció rápidamente.

“¿Ayato? ¡¿Estás bien, Ayato…?!”

Oyendo los gritos de Claudia, la conciencia de Ayato se hundió en una profunda oscuridad.

***

Ese invernadero ya había perdido su función como tal hace mucho tiempo. El vidrio estaba roto aquí y allá, lleno de marcas reparadas y, en general, es innegable que daba la impresión de una vieja casa abandonada.

Pero aún así, en este país donde el frío del invierno era severo, ser aislado del aire libre significaba que probablemente tenía algún nivel de beneficio. Las plantas que crecían como para llenar el invernadero tenían un verde fresco y entre ellas, estaban aquellas que tenían lindas flores.

Dentro de el, una niña con el cabello rosa solo miraba distraídamente a la niña de cabello castaño que se esforzaba en la jardinería sin cansarse.

“… No entiendo después de todo. ¿Cómo es divertido hacer una cosa así?”

Al oír estas palabras, la niña de cabello castaño se encogió de hombros con una sonrisa.

“Hmm… bueno, si tengo que decir, serían las experiencias actuales, supongo.”

“¿Experiencias actuales?”

“Sí. Las experiencias de venir a tocar una vida.”

“Creo que ver a esos enanos sería más que suficiente para eso.”

Aunque ambas eran todavía niñas, también había muchos niños menores que ellas en este orfanato.

“Fufufu, no es lo mismo. Estos niños no pueden hablar, pero en cambio son muy honestos. Cuando se les riega con afecto, lo devolverán adecuadamente; por el contrario, si los descuidas, te ignorarán.”

“¿Las plantas? ¿Ignorar a la gente?”

La niña de cabello rosa hizo una cara que mostraba que ella no podía entender después de todo.

“Oh, ¿No lo sabes? Incluso las plantas sanas se marchitan si no reciben el cariño de la gente.”

“… No lo sabía.”

Aunque la niña de cabello rosa dijo evasivamente, todavía no tenía la intención de abandonar el invernadero.

Por alguna razón, era muy cómodo aquí.

A pesar de que era tan viejo, pequeño y andrajoso, extrañamente se sentía a gusto.

La niña de cabello rosa de alguna manera se dio cuenta de que la razón era la chica cálida ante sus ojos.

“Hey, es aburrido estar siempre mirando, ¿cierto? ¿Por qué no tratas de ayudarme de vez en cuando?”

“… ¿Te refieres a mí?”

“¿Hay alguien más aquí? Ven, toma esto.”

La niña de cabello rosa reveló una expresión de perplejidad a la chica que imperativamente le entregó una pequeña pala.

“N-Nunca he cuidado de plantas antes…”

“Vaya… de verdad no sabes nada, después de todo. Bien, te voy a enseñar desde cero.”

Diciendo esto, la niña de cabello castaño rió felizmente.

Era una calmada, gentil, y cálida sonrisa ya que parecía estar disfrutándolo mucho.