Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Volumen 11

Capítulo 4: Preparándose Para La Batalla Decisiva

Parte 9

Después de escapar de la multitud, Hajime y sus camaradas se dirigieron a la azotea de la fortaleza. Una vez allí, transmutó una silla de piscina para sí mismo y se echó en ella mientras esperaba la llegada de los ejércitos de Ehit. Mientras tanto, Tio, Kaori, Suzu, Aiko, Yuka, y todos los compañeros de Hajime continuaron entrenando con sus nuevos artefactos utilizando el Cristal de Hora para sacar todo el tiempo que pudieron.

Todavía faltaban unas horas para el amanecer, pero todos estaban demasiado nerviosos para dormir. Afortunadamente, la actitud laxa de Hajime ayudó a evitar que la gente se estresara tanto que se cansara. Sólo con verle recostarse en su silla y cerrar los ojos era suficiente para calmar los nervios de todos. Gracias a la atmósfera que creó, había mucha más gente que se sentía cómoda acercándose a Hajime.

La primera persona que habló con él fue un viejo comerciante vestido con ropa cara. Tenía el cabello castaño oscuro atado con una cola de caballo, y había traído a una hermosa chica de la edad de Hajime con él.

“¿More, Qué estás haciendo aquí?” Preguntó Hajime cuando lo vio.

“Negocios, ¿qué más? Aunque, por el momento, estoy ofreciendo todas mis mercancías a los soldados de forma gratuita.”

“Así que intentas ganar favores con todos los peces gordos de la nación, ¿eh? Supongo que estás más interesado en sacar provecho después de la guerra que durante ella.”

Algunos de los compañeros de clase de Hajime se giraron para escuchar su conversación. Shea y Kaori se habían encontrado con More, así que explicaron a los demás la relación de Hajime con él.

More levantó una ceja, impresionado por la perspicacia de Hajime.

“Lo sospeché cuando te conocí, pero parece que realmente eras uno de los héroes convocados por el reino. Creo que fue el destino el que nos unió por primera vez, así que espero que estés dispuesto a trabajar conmigo en el futuro.”

“¿Es todo lo que has venido a decir?”

“Cada acción que tomas afecta drásticamente al futuro. Una vez que esta guerra termine, ¿qué dices de usar tus conocimientos del otro mundo para abrir un negocio aquí? Naturalmente, mi compañía comercial le ofrecerá todo su apoyo.”

“Nunca te das por vencido, ¿verdad?” Preguntó Hajime con una mirada irritada en su cara. Aún así, el hecho de que More pensara en el futuro significaba que estaba seguro de que Hajime tendría éxito, así que su visita tuvo un trasfondo agradable.

“Oh sí, esta vez he traído a mi nieta conmigo. Permítame presentarla.”

La hermosa joven se adelantó con gracia y le hizo una reverencia a Hajime.

“Es un honor conocerle, Hajime-sama. Soy Samia Nos, la secretaria oficial de la compañía comercial Nos. Si alguna vez desea abrir un negocio, estoy dispuesta a ayudarle.”

“Bien, se acabó el tiempo, ¡fuera de aquí!”

“¡Gracias por venir, pero Hajime-kun es un tipo ocupado! La salida está por ahí, ¡así que por favor úsenla y váyanse!”

Dándose cuenta de lo que More y Samia estaban buscando, Shea y Kaori se apresuraron a impedir que otra chica entrara en el harén de Hajime.

“¡Maldita sea, esa chica es tan linda!” se quejó Yoshiki.

En respuesta, Shinji dijo: “Todo se trata de la fama. Si podemos conseguir algunos logros durante esta batalla, ¡tendríamos oportunidades como esa!”

Mientras los dos hablaban de asuntos tan triviales, aparecieron nuevos visitantes.

“¿Estás en medio de algo?”

“No puedo creer que estén tan relajados justo antes de la batalla final.”

Un tigre familiar subió a la azotea, seguido de una joven arpía y un osito de mediana edad.

Las orejas de conejo de Shea se levantaron al verlas y dijo, “¿Oh? Es el anciano Mao, el capitán de la guardia de Verbergen y… el barbudo de mi familia…”

“¡Eeek, un Haulia!”

El corpulento guerrero osuno, Regin, se agachó y se cubrió la cabeza.

Todos se giraron silenciosamente hacia Shea.

“¡No es mi culpa! ¡Fue Papá el que lo traumatizó!” balbuceó.

Hajime miró al cielo y murmuró: “Tu nombre era… Gil, ¿verdad?”

“Me sorprende que me recuerdes. No soy más que el capitán de los guardias de Verbergen”, respondió Gil mientras sonreía tímidamente. Era el primer hombre-bestia que Hajime había visto las dos veces que había visitado a Verbergen.

“En realidad, Gil es ahora uno de nuestros generales, Nagumo. Su rango es el segundo después del comandante supremo del ejército, y sólo hay cinco generales incluyéndolo a él.”

“Huh, seguro que has llegado lejos.”

“Todo es gracias a ti. La verdad es que le rogué a Mao que me permitiera acompañarle porque quería hablar contigo.”

“¿Qué hice?”

Mao explicó que después de que el ejército demoníaco atacara a Verbergen, necesitaban elegir un nuevo general para reemplazar al que había muerto. La razón por la que Gil fue elegido para el puesto fue porque había sido capaz de manejar con calma la situación con Hajime la primera vez que se encontraron.

La única razón por la que Verbergen aún existía era gracias al entrenamiento de Hajime con los Haulia. Por ello, los ancianos decidieron que Gil, el hombre que había hecho un buen trabajo en el primer encuentro de Verbergen con Hajime, era el más adecuado para ser el nuevo general. Ya era lo suficientemente fuerte, y su tranquila toma de decisiones demostró que tenía lo necesario para liderar.

“Una vez que esta batalla termine, la relación entre los hombres-bestia y los humanos va a cambiar drásticamente. No sé cómo terminarán las cosas, pero espero que estés dispuesto a ayudarnos de nuevo si surge la necesidad. Rezaré por tu éxito.” Después de decir su parte, Gil dio un paso atrás y permitió que Mao hablara. Como siempre, fue franco con sus palabras.

Mao sonrió torpemente y dijo, “Esta batalla pasará a la historia. Me doy cuenta de que es una tarea difícil, pero por favor permítame entrevistarlo una vez que termine, señor Nagumo.”

Mao era la jefa del periódico de Verbergen, así como uno de los ancianos del consejo.

Sonriendo, Hajime contestó: “Eso no va a pasar.”

“¿¡Por qué no!?”

¡Porque siempre amañas la verdad en tus artículos, duh!

Hajime había sido testigo de primera mano de cómo Mao fabricaba y adornaba historias para hacer que su periódico se vendiera.

“¡Ya he empezado a anunciar que el próximo número tendrá una entrevista contigo! Se va a titular, ‘Especial de la victoria’. ¡Un futuro brillante espera a las amantes de Nagumo! Sigue estos sencillos pasos, y podrás unirte a su harén también!’ ¿Que piensas? ¿¡No despierta tu curiosidad!?”

“Me despierta el deseo de matarte.”

Para sorpresa de Hajime, la mayoría de sus compañeras se animaron cuando escucharon las palabras de Mao. Parecía que su último artículo tendría una gran demanda. Justo entonces, apareció otro visitante.

“¡Shizuku-oneesamaaaaaa!”

“¡Ahhh!, ¿¡cómo me encontraste!?”

“Llegué aquí siguiendo tu olor.”

La caballera que saltó a los brazos de Shizuku era una de las antiguas guardaespaldas de Liliana. Debido a todos los escándalos que había causado, había sido continuamente degradada y ahora su rango era el mismo que el de un soldado común. Adoraba a Shizuku hasta el punto de que estaba dispuesta a lanzar magia negra sobre Gahard para mantenerlo alejado de su preciosa hermana mayor. Naturalmente, era parte de la sociedad secreta de acosadores locas de Shizuku, Hermanas del Alma (Soul Sisters).

“Sniff, sniff… ¡Aaaah, ha pasado tanto tiempo desde la última vez que olí tu fresco aroma! ¡Haaah… Haaah!”

“¡Hajime! ¡Sálvame, Hajime!”

“¿Hm? ¿Ahora lo llamas Hajime? ¿No Nagumo-kun, sino Hajime? ¡Nagumo, bastardo!”

La caballera quitó su cara del pecho de Shizuku y miró a Hajime. Yuka y las demás gritaron y retrocedieron. La expresión de la caballera era tan aterradora que se les puso la piel de gallina en los brazos.

Suspirando, Hajime chasqueó los dedos. Un segundo después, unos cuantos Haulias salieron de las sombras. Cam se inclinó reverentemente ante Hajime y le preguntó: “¿Sus órdenes, jefe?”

“Nadie echará de menos a una simple caballero. Deshazte de esa monstruosidad. Oh, y deshazte de la periodista mentirosa mientras estás en ello, también.”

“¡Sí, señor!”

“¿Qué he hecho? ¡Espera, Cam-dono, por favor no! ¡Nooo!”

“Así que este es el violento clan de los conejos del que todo el mundo ha estado hablando. Bien por mí. ¡Te mostraré que nuestras Hermanas del Alma son más que una competencia para tu escuadrón de asesinos personales, Nagumo!”

Mao huyó inmediatamente, mientras la joven caballera intentaba lanzar un hechizo de magia oscura sobre Cam. Más Haulias se reunieron en la azotea, rodeando a su presa. Empezaron a cantar, “¡Cortadles la cabeza!” mientras Shizuku intentaba desesperadamente impedir que hicieran algo demasiado extremo.

Sin embargo, incluso después de que Mao y la caballera fueran despachadas, los visitantes siguieron viniendo. David y los otros caballeros vinieron a preguntarle a Hajime sobre su relación con Aiko, Crystabel y sus discípulos trataron de coquetear con él, y así sucesivamente. En realidad, la mayoría de las personas que se habían convertido en discípulos de Crystabel eran antiguos hombres cuyas pelotas Hajime y Yue habían aplastado. Cuando Hajime supo que había contribuido a la creación de más Crystabels, su alma casi abandonó su cuerpo.

Después de que la masa de travestis se fuera, varios dragones vinieron a desafiar a Hajime. La nodriza de Tio, Venri, también parecía querer tener una charla privada con ella. A juzgar por su expresión, el repentino cambio de Tio le había causado un gran shock.

En algún momento, los compañeros de clase de Hajime dejaron de entrenar y empezaron a verle tratar con la gran cantidad de visitantes.

“A pesar del frío rostro que pone, sigue rodeado de gente…” Yuka murmuró, una leve sonrisa en su rostro.

Ahora que lo pienso, él era así en Japón.

Antes de que fueran convocados, Hajime todavía era popular, tanto en las buenas como en las malas. Kaori y Shizuku siempre habían hablado con él, mientras que el grupo de Hiyama siempre lo había intimidado.

“Siempre ha sido ese tipo de hombre. Nunca nos dimos cuenta”, respondió Ryutarou de manera casual.

“¿Crees que Nagumocchi pueda ganar?” Preguntó Nana con indecisión mientras giraba su mirada hacia Yuka. Todos los demás le siguieron en seguida.

Miró a cada uno de sus camaradas a los ojos y dijo: “Por supuesto”.

Una sonrisa confiada se extendió por su rostro, y los demás estudiantes simplemente le sonrieron.

***

Finalmente, llegó el amanecer. Los rayos del sol coronaron el horizonte, causando que todos arrojaran largas sombras. La luz cálida impregnó el aire, y justo cuando el sol se hizo completamente visible, Hajime abrió los ojos.

“Están aquí”.

Un segundo después, maná carmesí oscuro llenó el aire, borrando el amanecer anaranjado. Algo inherentemente repulsivo se mezcló con la luz, y magnificó el miedo y la inquietud que todos sentían. Los ojos de los monstruos tenían exactamente la misma luz, lo que probablemente explicaba por qué se sentía tan espeluznante.

El sol no era más que un pequeño punto en el cielo ahora, su luz fue completamente erradicado por el torrente de color carmesí oscuro. El aire crujió y la tierra tembló.

Las miradas de todos fueron atraídas a la cima de la Montaña Divina.

“El cielo… se está agrietando…” murmuró alguien. Hubo un estruendo ensordecedor, y el cielo sobre el templo divino se fracturó como un cristal.

Por fin había llegado el momento. Ehit estaba aquí para acabar con el mundo, mientras que las razas mortales estaban decididas a poner fin a su tiranía. No importaba cómo terminara, esta sería la batalla final.