Youjo Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 6: Libertador

Parte 2

Aunque desconcertados, los que gritaron negativas eran los líderes veteranos del partido.

Incluso los que habían luchado durante los tiempos difíciles estaban angustiados.

Wow, sus exclamaciones no tienen individualidad e inteligencia., pensó Loria con una mueca de dolor. ¿Las situaciones extremas limitan de alguna manera las habilidades verbales de los humanos?

Por otro lado, lo entendía. No era de extrañar. Con expresión severa, se volvió hacia el Secretario General y le mostró el último informe. “Camarada Secretario General, por favor mire esto.”

El informe tenía varias páginas. Era tan peligroso que no se podía hacer una copia de él. La Federación estaría en problemas si no lograba que el Ejército Imperial fueran crueles invasores.

No, ni siquiera era hipotético en este momento.

Si esto era cierto, entonces su estado multiétnico estaba siendo socavado en tiempo presente.

La única forma de mantener el apoyo al Partido Comunista era luchar contra la tolerancia con tolerancia.

Si fueran más permisivos con el nacionalismo que nunca, esa podría ser una forma de alentar la resistencia contra el Imperio.

Pero una vez que el presidium alcanzó esa idea en sus contemplaciones, tenía que rechazarla. Sería una auténtica pesadilla.

“La situación es terrible.”

“¿Así que no hay error alguno, Camarada Loria?”

“No, Camarada Secretario General. Los datos del informe se han analizado con mucho cuidado.”

Lo máximo que se permitiría en su estado multiétnico era la acción afirmativa. La generosidad a la par con la del Imperio, con elogios incondicionales del nacionalismo,

equivaldría a la destrucción de la Federación. O tal vez el partido incluso colapsaría y la causa del comunismo se vería socavada.

“… Hmm. ¿Estás seguro de que puedes confiar en la fuente?”

“Está basado en informes de nuestro agente encubierto y oficiales políticos. Hicimos todo lo posible para verificar y garantizar su precisión.”

¿Estoy manteniendo mi voz, aunque sea superficialmente tranquila?

Era difícil incluso para Loria.

“Los datos de ambos lados coincidieron. Todos los informes sugieren fuertemente que el Imperio y los separatistas han formado una alianza política.” Así que lo afirmó con firmeza. “No hay lugar a dudas.”

Todos los indicios que había podido adquirir el Comisariado del Interior apuntaban a la verdad de que los dos pueblos supuestamente hostiles empezaban a trabajar juntos.

La conmoción en ese momento era tal que ni siquiera Loria podía creer la conclusión. Pero había demasiados indicios de que esto era una realidad para ignorarlo. La mayor prueba era la solicitud de rescate de emergencia que había llegado como un grito desde una unidad partisana.

Deberían haber estado nadando en un mar de gente, pero la asombrosa noticia era que estaban siendo eliminados.

Los resultados de la investigación de seguimiento habían sido aún más angustiantes.

Los que estaban en tierra con la misión de acabar con los partisanos no eran del Ejército Imperial sino de una unidad de mantenimiento de la paz. Y cuando lo investigaron más a fondo, ¡era la unidad de mantenimiento de la paz local con el apoyo del Ejército Imperial!

En ese momento, se hizo evidente que había una alianza. Tenían que reconocerlo. “Se está produciendo un cambio dramático dentro del Ejército Imperial.”

La máquina de la violencia pura había brotado un brote de comprensión del contexto político. Y estaba creciendo a un ritmo aterrador.

Las raíces seguramente eran demasiado profundas, por lo que era demasiado tarde para cortarlas.

El Imperio estaba aprendiendo a ver desde el punto de vista de la política. El estado militar a niveles extremos se basaba en sus experiencias pasadas. Eso era más una amenaza que si la máquina de violencia hubiera recibido cincuenta divisiones de refuerzo.

No darse cuenta de los primeros signos de estos cambios cualitativos había sido un grave error. Entonces Loria tenía que aceptar las miradas de reproche de los ahora pálidos participantes en la reunión.

“… Pero el cambio es demasiado rápido. Pensamos que conocíamos al Ejército Imperial, pero ¿quizás las circunstancias extremas de la guerra han permitido una rápida transformación?”

Viajando en su automóvil por las calles de Moscú, pensó Loria para sí mismo.

En el fondo, la crisis que tenemos ante nosotros es la imposibilidad de que la estructura de nuestra nación mantenga su legitimidad.

No importaba cuánto hablaran sobre los “invasores malvados” del Imperio… si los nacionalistas felizmente desertaban al lado del Ejército Imperial, la Federación sería el hazmerreír, aullando en vano. Fácilmente podría imaginar el peor de los casos. Un periodista de una tercera nación seguramente sería el detonante.

Se darían cuenta por sí mismos de que los nacionalistas estaban del lado del Imperio y escribirían un artículo. Incluso negar ese único artículo requeriría una enorme cantidad de trabajo.

“Más apremiante aun… nuestra imagen en el extranjero es horrible.”

Las miradas dirigidas hacia la Federación Comunista desde los gobiernos de Occidente eran  terriblemente  frías.  Públicamente  proclamaban  que  eran  compañeros  en  una  lucha conjunta, pero estaba seguro de que por dentro no sentían ni el más mínimo atisbo de amistad.

Unimos nuestras manos sólo a regañadientes para combatir a nuestro inmensamente poderoso enemigo, el Imperio.

Incluso el Partido Comunista tenía ese punto en común con los de Occidente. Reprimiendo su antipatía, habían fingido unirse a una nación capitalista en la que no confiaban.

En pocas palabras, los dos poderes estaban conectados sólo por intereses compartidos. Los dos bandos se estrechaban la mano en contra un demonio que estaban desesperados por acabar.

“Probablemente esperan que el Imperio y nosotros nos eliminemos. Si estuviera en su lugar, felizmente haría lo mismo. Mierda. Tuve que aguantar esas pesadillas molestas, ¿y esto es lo que consigo?”

Hijos de puta.

Loria escuchó su propia voz discutiendo en su cabeza.

Enfrentar a su poderoso vecino, el Imperio, sería una crisis catastrófica para la Federación sin importar cuándo sucediera.

La decisión del Camarada Secretario General de iniciar la guerra como medida preventiva había sido válida.

Pero desde una perspectiva de defensa nacional, deberíamos haber hecho lo que fuera necesario para evitar esta pesadilla: un enfrentamiento con el Imperio, que reina en el centro del continente después de derrocar a los países vecinos con su poder marcial.

“Estábamos preparados para soportar la peor parte.”

El problema es que esos belicistas multidireccionales realmente son buenos en la guerra, por lo menos.

Su ejército, que debería haber superado en número al Ejército Imperial, era aplastado por el contraataque en un abrir y cerrar de ojos. Cuanto más investigaba Loria, más se veía obligado a darse cuenta de que estos vecinos eran demasiado peligrosos.

“… Y nos quedamos sin aliados… por ahora.”

En una crisis, quieres muchos amigos. Desafortunadamente, en el aula de la sociedad internacional, la Federación era la niña pobre y solitaria condenada al ostracismo por los demás.

Sea como fuere, no podemos confundir nuestra situación.

 Sin duda, no era inconcebible ganarse la amistad si trabajaban por ello. En otras palabras, la amistad era alcanzable. La búsqueda de nuevos amigos no era una causa perdida.

“Hagamos que el maravilloso amigo al que llamamos opinión pública trabaje para nosotros. ¿No es la democracia simplemente maravillosa?”

Incluso si apelara a las emociones de este gobierno lógico dedicado a la raison d’état, todo lo que sacaría de él sería palabrería.

Pero… Loria esbozó una sonrisa genuina como si hubiera localizado la debilidad de su enemigo.

“Hasta ahora, incorporar idealistas parece ir bien… Incluso si no podemos engañar a los diplomáticos, podemos conseguir a los soldados y a los aficionados. Es demasiado genial.”

Había innumerables personas con malas impresiones de la Federación, pero seguramente comenzarían a dudar cuando notaran la disparidad entre esa imagen y los soldados y miembros del partido de la Federación que realmente conocieran.

Esa brecha psicológica era la clave de la estrategia de propaganda de la Federación.

Cuanto más inteligente y sincera era una persona, más probable era que interpretara su situación como si tuviera prejuicios, sin ninguna ayuda adicional.

“Sí, emplear idealistas como funcionarios políticos es muy útil.”

Los idealistas ganaban respeto no por su habilidad sino por su personalidad. Una vez que adquirirían algo de experiencia, eran perfectos.

Pero un idealista hacía una gran historia incluso si todo lo que había hecho era morir en su puesto. Sólo mostrarles el cumplimiento de su deber podría tener un efecto.

“La gente de la Federación es tan inspiradora, heroica y devota. Convirtamos a los idealistas en mártires por docenas. Los haremos santos de la mitología comunista.”

A todo el mundo le gustan los héroes. Todo el mundo ama a la gente honesta. Todos respetan a los guerreros sinceros.

Las máquinas de relaciones públicas caminantes de la Federación dedicadas a sus ideales, tan nobles y buenos. Últimamente, el amor de Loria por los idealistas no tenía fin.

Eran el arma secreta que aseguraría la maravillosa opinión pública de Occidente como aliado de la Federación.

Si el Imperio va a formar equipo con los separatistas de la Federación, uniremos firmemente nuestras manos con Occidente.

“Puede ser divertido ver qué amigo es más fuerte. Oh, que interesante.”

Esto era una guerra… una competencia de estafadores para ver qué tan bien podían manipular a las personas ocultando sus sucias intenciones con palabras vacías.

Hablemos de ideales. Alabaremos las actitudes de cara al público. Y luego competiremos… para ver quién obtiene más apoyo popular. Tengamos un choque de apariencias y fachadas triviales.

Todo el mundo ama las cosas hermosas. Te daré ilusiones si tanto las quieres. Repartiré sueños.

“Ja, ja, ja, entonces, ¿eso me convierte en Papá Piernas Largas*?”

(Nota: Es una novela de Jean Webster publicada en 1912. El libro consta de dos capítulos, titulados Miércoles Negro y Cartas de la señorita Jerusha Abbott al Señor Papá Piernas Largas.)

Probablemente el amable y gentil Papá Loria. Todo un bufón, ¿no es así?

 “O tal vez Santa Claus. Ja, ja, ja, esto es delicioso. Cualquiera de los dos parece divertido.

Supongo que entregaré esperanzas, sueños y hermosas fantasías.”

Los idealistas entregan ilusiones y espejismos.

 Dado que soy yo quien los administra, ¿eso me convierte en Director de la Oficina de Correos? No, no, debería ser un poco más elaborado y llamarme el Santa Claus de la Esperanza.

Ohhh. Allí, Loria lo pensó mejor.

“No, los hombres y mujeres atractivos son más populares. Probablemente serían más fáciles de usar.”

Estaba claro que, para repartir hermosos sueños, lo mejor sería que las personas amadas y hermosas impulsaran la propaganda.

Considerando su propia apariencia objetivamente, reorganizó su plan.

Definitivamente no debería estar de cara al público. Loria se rio de sí mismo. No tenía intención de dejarse llevar tan tontamente por el impulso de ser el centro de atención que no pudiera hacer ese juicio.

“Pensar que llegaría el día en que mi proceso de selección de comisarios políticos fuese la búsqueda del idealismo con énfasis en la apariencia… La vida es, sin duda, impredecible.”

Ahora bien, eso es lo que lo hace interesante. Cada día está lleno de nuevos descubrimientos… ¿Es esto lo que llaman rejuvenecimiento?

Pero no era reacio a admitir que no todo era bueno. No pudo evitar excitarse.

En ese punto, encontraba mucho de lo que arrepentirse de sus gustos personales, y era difícil no desanimarse.

Por ejemplo, tomemos a la oficial de comunicaciones que envió al Ejército de la Mancomunidad, Liliya Ivanova Tanechka. Qué trágico desperdicio. Diez años antes, hubiera querido hacer que sus ojos despejados se pusieran vidriosos, que su respiración se agitara…

“¿Por qué todo el mundo tiene que madurar más allá de mis gustos…?” Lamentablemente, cuando la conoció, ya era demasiado tarde.

“Dicen que el amor es una vez en la vida, pero supongo que no se pueden tomar a la ligera estos dichos del Lejano Oriente. Cada encuentro debe ser muy apreciado para tu corazón.”

A Loria también le habían enseñado a no llorar por agua derramada. Por eso, con renovada determinación, Loria sonrió.

“Espérame, mi hada. Te atraparé; estoy seguro de ello.”

Esta vez, esta vez no la dejaré ir. Estar de pie mientras esta flor suprema se marchita sería la mayor locura de toda la historia— no puedo hacerlo.

Las cosas bellas deben apreciarse mientras son bellas.

 No tengo ninguna duda de que ese es mi deber más importante.