Youjo Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Operación De Asalto De Largo Alcance

Parte 5

8 DE OCTUBRE, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, AMANECER, TERRITORIO DE LA FEDERACIÓN, BASE NAVAL

Para la Teniente Primera Serebryakov, la vista le recordó por un momento el frente del Rhine.

No importó cuánto intente enterrar los recuerdos de esos días, el olor a humo de armas los traía de vuelta. Nunca más podré jugar en el barro como una niña. El barro trae recuerdos irritantes pero nostálgicos.

¿Cómo podría olvidar los días que pasé escondida en las trincheras? “Oh Dios, perdona a nuestros enemigos.”

La que empezó a cantar a mi lado fue mi oficial superior, temida por nuestros enemigos como un monstruo. Tiene sentido que incluso los aliados la llamen silenciosamente Plata Oxidada en lugar de Weißsilber.

Aun así, conozco a Tanya von Degurechaff mejor que nadie en el 203vo Batallón de Magos Aéreos. De hecho, he servido a sus órdenes desde antes de que obtuviera el von en su nombre en la universidad de guerra.

Ella es la oficial que me dejó vivir mientras los chicos con los que me uní, Harald y Kurst, se convirtieron en carne molida.

Esa figura eminente, esa persona, ese miembro superior de las fuerzas…

Ella no parece creer en Dios. Sin embargo, ¿lo estaba alabando en el campo de batalla…? En el momento en que pienso, No revelen nuestra posición…, la recuerdo apretando su orbe en el frente del Rhine y rezando de ese modo. Ella no fanfarroneaba en absoluto; de hecho, era modesta. La realidad era demasiado irreal.

Está loca. Hay algo extraño en ella.

 “Oh Dios, perdona a nuestros enemigos.”

Los magos enemigos se dispersaron por todas partes.

Un solo oponente estaba jugando con dos compañías de magos aéreos de la Federación.

Su propia compañía ni siquiera tuvo tiempo de intervenir. “No es que el enemigo sea estúpido, sólo…”

Eso es lo que es murmurar una mezcla de sorpresa, admiración y asombro muy a tu pesar.

A pesar del ataque furtivo —supongo— la Federación había respondido con sorprendente rapidez.

Aunque vinieron con una fuerza de dos compañías desde una dirección diferente para causar confusión, las tropas se apresuraron a encontrarnos de inmediato. Escuché que la retaguardia del Ejército de la Federación estaba completamente relajada, pero aparentemente no.

Deberíamos haberlo anticipado, pero había escoltas de la Mancomunidad con ellos. Bueno, no, eso estaba de acuerdo con las expectativas. Sólo había un problema: su coordinación en realidad no estaba tan mal.

Era un regimiento de magos de la Mancomunidad más el mismo número de magos de la Federación. No podía negar que me sorprendió que los dos países lograran coordinarse tal como habían dicho. Pensaba que serían más descuidados, pero los subestimé.

… Nuestro batallón incluso había logrado un ataque directo contra Moscú. Sí, éramos los veteranos del 203vo Batallón de Magos Aéreos, y aun así… Casi me desespero por la tenacidad con la que los magos aéreos de la Federación y el muro de fuerzas terrestres se dedicaron a evitar que nos abriéramos paso. Todos estábamos preparados para ser sometidos y aniquilados.

Pero la feroz lucha de un solo soldado cambió las tornas. “Esos pobres corderos ignorantes.”

Los movimientos de cargar un disparo de maná, protegido por una fórmula de sellado especial, en su rifle… Ni siquiera estaba usando una bala de fórmula, sino un disparo formado por su propia energía mágica.

Sabía lo poderoso que sería.

La Coronel cacareó… no, ella rio, sonriendo como una niña. Era positivamente surrealista verla mirando al enemigo con su tierna mirada y lamiendo sus labios.

Ella se reía, pero ¿qué era tan gracioso? Ella era aterradora.

Supongo que es una distracción perfecta.

 “Me divertiré con ellos. Será de lo más divertido.” No, tal vez sea mejor llamarlo aplastamiento.

A pesar de llamarlo una distracción, cada uno de los disparos de la Coronel von Degurechaff sin duda atravesaba los caparazones defensivos del mago enemigo como si fueran delicadas esculturas de caramelo.

Las unidades enemigas se agruparon, estupefactas, muy a su pesar, y seguimos disparando sin descansar un momento, pero… los proyectiles defensivos de los magos eran prácticamente la definición de fuerte. Era difícil imaginar algo con suficiente jugo para romperlos tan fácilmente.

Había tenido noticias de la Coronel. La había visto enfurecerse en el frente del Rhine. Pero fue ahora que tenía más experiencia que en ese entonces entendía lo atípico que era ese poder.

Entonces, ¿esta es la potencia total del Tipo 95?

 Cuando escuché que sólo había una persona en todo el ejército que podía usarlo, pensaba que era una mentira terrible, pero no.

… ¿No es demasiado para que lo maneje una persona?

 “Divertido, muy divertido.”

Ella se reía mientras disparaba el intenso aluvión de fórmulas. Al contrario de su tono alegre, las fórmulas de la Coronel von Degurechaff estaban llenas de trucos ingeniosos. Cuando miré más de cerca, vi que había fórmulas ópticas de francotirador y fórmulas guiadas engañosamente modificadas para ser más difíciles de detectar.

Si sólo esquivaras las líneas ópticas de fuego, estarías plagado de agujeros. Pero, sorprendentemente, los magos de la Federación se dieron cuenta de eso.

“¡Coronel Mikel a todas las unidades! ¡Dispérsense! ¡Dispérsense! ¡Salgan de aquí lo más rápido que puedan! ¡No podemos contra esta! ¡Ni siquiera lo intenten!”

No tenía idea de cómo lo había descubierto, pero el comandante enemigo a la cabeza de su grupo gritó por el canal abierto que todos debían esquivarla. Al mismo tiempo, él mismo manejó la situación de manera brillante. Dobló su trayectoria de vuelo con tanta fuerza y perdió tanto impulso en el proceso que casi se cae del cielo.

Entonces, el comandante de la Mancomunidad también rugió órdenes de evasión.

Ambas instrucciones resultaron en cambios claros en los movimientos de sus unidades.

La evasión de emergencia estaba estrictamente prohibida en el manual. La Federación se había visto obligada a hacerlo no una vez, sino repetidamente, y ahora los magos de la Mancomunidad también. Sus formaciones comenzaron a desmoronarse.

Cualquiera podía ver que el espacio aéreo era extremadamente peligroso; las unidades, muy apiñadas, estaban realizando maniobras evasivas erráticas de gran movilidad, y quién sabía dónde esquivarían a continuación.

Cuando era visto desde arriba, sus movimientos desesperados para escapar de la guadaña del Dios de la Muerte simplemente parecían una lucha torpe. Eran tan lentos. No iban lo suficientemente rápido. Llegaban demasiado tarde para esquivar la hoja que se acercaba.

“Cantaré alabanzas al Señor.” Con entusiasmo.

Prácticamente con alegría, la Coronel von Degurechaff comenzó a cantar con una voz alta y de alguna manera que sonaba pura. Con una sonrisa alegre, pareció deleitarse con eso. Era una sonrisa sin una pizca de reproche. Una sonrisa verdaderamente encantadora, fuera de lugar, bonita como un cuadro.

Si no la conocieras, la comandante del batallón… era una sonrisa alegre como la que encontrarías en un cuadro.

Pero detrás de esa sonrisa había una voluntad absoluta de luchar. “Vamos a jugar con el archienemigo del Imperio. ¡Qué divertido!”

Lo que formó fue una fórmula de manifestación, vertiendo mucho más maná que nunca. La composición de la fórmula de cuatro capas increíblemente densa era una energía mágica extraordinariamente espesa.

La mayoría de la gente se sorprendería.

No obstante, sabía… que la Coronel von Degurechaff en realidad no tenía una gran cantidad de maná. Tenía sólo un poco más que el promedio.

Era muy posible que tuviera más. Si alineabas a un grupo selecto de magos como su batallón por cantidad de maná, sería más rápido contar desde abajo para encontrar a la Coronel.

Pero incluso cuestionar el significado de eso era absurdo. “Nuestro archienemigo ha de teñir la tierra con su sangre.” Con un grito de júbilo, disparó esa cosa.

Habiendo aumentado su densidad a medida que gestionaba su tamaño, lo desató. En ese mismo momento, se dispersó.

Un rojo, algo rojo salpicó la tierra en grandes cantidades. “El juego es secar eso… ¡disfrútenlo!”

Goteando un líquido rojo. Cosas rosadas que solían ser humanos, volando por todas partes. Y frente a esa escena estaba una niña radiante. Era tan surrealista que tenía más sentido para mí suponer que me había vuelto loca.

No, tal vez realmente me volví loca.

 Mientras pensaba esto y aquello, mantenía mis manos ocupadas haciendo fórmulas ópticas de francotirador para hacer agujeros en los enemigos que caían por las grietas de los ataques de mi comandante. El mago enemigo llamado Mikel, que había gritado órdenes de evasión antes, todavía se movía.

Así que necesitaba apuntar al comandante enemigo. También fui bautizada en el Rhine, recordé.

Los reflejos condicionados que había absorbido, optimizándome para el combate… Ahora que estaba acostumbrada, era raro que no supiera qué hacer.

“Ohhh, alabado sea el Señor.”

La visión de mi oficial superior asintiendo con satisfacción y comenzando una confesión de su fe era horrible. No podía ver ni un destello de locura en sus hermosos e inocentes ojos. Eran los ojos de un obstinado servidor de la lógica, lleno de pura razón.

Pero eso es lo que era tan horrible: esos ojos se clavaron en esa cara de muñeca.

Aun así, era el oficial superior que ya conocía, y los magos que se retorcían en el suelo eran sólo soldados enemigos que necesitaban ser eliminados.

Incluso los magos marinos de la Mancomunidad, que nos dieron un poco de amarga derrota, terminaron así cuando fuimos a cazarlos. La reputación del 203vo seguía vivita y coleando.

El renombre que adquirimos en Norden, en Dacia, en el Rhine, en el continente meridional, continuaría aumentando las glorias.

“La tierra prometida se abrirá.”

Los magos enemigos desmoralizados intentaban separarse, pero ya era demasiado tarde.

Los ataques de seguimiento del batallón dieron en el blanco.

Estaba lanzando fórmulas ópticas de francotirador inconscientemente. En ese vacío silencioso, los enemigos caían tan fácilmente. Sólo unos pocos —incluido, irritantemente, el comandante— todavía estaban bien.

Dicho esto, probablemente ya no tenían la energía para resistir.

Se suponía que esto era una distracción, pero se convirtió en una masacre. Estaba tan silencioso, como para no interrumpir la oración.

“Ahora canten, ahora canten.”

No importaba que este fuera un campo de batalla… Aunque fuera un campo de batalla… En este campo de batalla silencioso…

“Alabaré la voluntad de Dios.”

Nuestra superior tenía una enorme mueca de desprecio en su rostro.

Eso significa, pensé, de repente.

“Grantz, si sale bien, eso es genial, pero… Si no logramos destruir la nave, no creo que ella se detenga de patearnos el trasero en este estado de malevolencia.” Refunfuñé por la radio sin pensar.

Me respondió la voz de un hombre, temblando hasta la medula. Por supuesto, era Grantz.

“05 a mi cohorte pintando una imagen tan espantosa del futuro. Dame un respiro. Estoy tan, tan asustado que prácticamente estoy temblando.”

“¿Eh? ¿Están listos?”

El Teniente Grantz asintió. “Sí. Esto no será un problema. Quiero decir, la Coronel nos dio una distracción increíble. No me quejaré si algún tonto que recibe ese tipo de apoyo y aún falla es enviado al pelotón de fusilamiento. Bien, supongo que ya es hora. Sincronicemos nuestros relojes: tres, dos, uno, boom.” Ni siquiera tuvo que decir: “¡Miren esto!”

Desde el puerto llegó el estruendo de… una explosión masiva.

“¿Ven?” Escuché su voz de fondo y estaba seguro de que lucía una sonrisa orgullosa.

Ahora bien, pensé. Estoy segura de que al menos la tripulación del U-152 compartirá algo de comida enlatada con nosotros. Si las cosas van bien, puedo conseguirnos una botella y naipes. Si tenemos suerte, ¿incluso habrá postre?

Muy bien. Eso la entusiasmo.

Una comida sabrosa, algo dulce y vino. En lugar de preocuparnos por las cosas difíciles, divirtámonos un poco por ahora.