Youjo Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 4: Operación De Asalto De Largo Alcance

Parte 3

LA NOCHE DEL 7 DE OCTUBRE, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, TERRITORIO DE LA FEDERACIÓN, BASE DE NOVO KHOLMO

El hombre conocido como Coronel Mikel acercó lentamente el cigarrillo que tenía en la boca al mechero. No era como si estuviera fumando una marca particularmente buena.

Era la misma vieja ración de “tabaco soldado”. Aun así, el tabaco era tabaco, y era libre de fumarlo… Mientras Mikel se lo permitiera, no tenía quejas. La modesta libertad de llenar sus pulmones con humo de cigarrillo barato era el paraíso en comparación con el gulag.

Mientras exhalaba los vapores violetas, Mikel pensaba en la extrañeza del destino.

Habían pasado unos meses desde que fue liberado del campo de concentración y se restableció su registro militar supuestamente eliminado. La guerra con el Imperio estaba cambiando el destino de Mikel de una manera que nunca había esperado.

Le habían quitado su orbe, pero luego el ejército le dio un nuevo modelo. Nunca pensó que volvería a volar, pero el cielo volvió a él.

Había llegado a desnutrirse, había soportado el trato más cruel, pero la patria todavía lo necesitaba. Tenía que ser una bendición de Dios.

Decir que no tenía ningún problema con el Partido Comunista habría sido una mentira.

Sus amigos colapsaron al suelo por el frío glacial… Sus cuerpos congelados que no llegaron a otro amanecer, sus rostros de sufrimiento… No le podías pedir que los olvidara.

Pero lo más importante… era un soldado de la Federación. Había jurado lealtad a su patria, por lo que, si podía luchar por ella, no estaría bien mezclar sus prioridades.

Por lo tanto, acogió con entusiasmo la decisión de los comunistas de reformar las unidades de magos… siempre que sus amigos tuvieran puestos.

Por eso, suprimiría su antipatía hacia los miembros del partido, incluso si eran más como el diablo que el diablo de la Biblia misma.

Pero… Observó tranquilamente su situación, casi burlándose. Deben habernos convocado porque están perdiendo. La derrota hace que los estados actúen sin tener en cuenta las apariencias. El estatus de los magos que eran leales al régimen anterior era tan bajo que se habían estado en riesgo de ser erradicados si no fuera por esta misma situación.

Por eso, a pesar de haber restablecido su alistamiento… nunca esperó que las circunstancias detrás de sus órdenes fueran explicadas en detalle. Las órdenes que le dio el querido grupo eran parte de un plan que estaba mucho más bien pensado de lo que cualquier “simple soldado” podría imaginar.

Posiblemente no podría pedir una explicación de cada pequeña cosa.

Mientras tuvieran sus razones y las cosas tuvieran que ser confidenciales, todos estuvieron de acuerdo en que todo lo que tenían que hacer era cumplir con las misiones que se les encomendaban. No querían volver al gulag.

Bueno, reformulemos eso.

Dudaron en expresar sus quejas abiertamente. Ese movimiento tonto no sólo los pondría en peligro a ellos mismos, sino también a sus amigos y familiares.

Había cosas buenas y malas en saborear su libertad con un cigarrillo. Los oficiales a su lado parecían bastante relajados mientras fumaban.

“Coronel, ¿está seguro de que no hay ningún error sobre las órdenes que nos dieron?”

“Utiliza ‘Camarada’. Nunca se sabe quién puede estar escuchando.”

“L-Lo siento, Camarada Coronel.”

Asintió con la cabeza a su descuidado subordinado y sin decir palabra puso una mano sobre su hombro. Podía comprender su impaciencia.

Incluso una orden de permanecer al margen podría hacer que las personas que habían pasado tiempo en un campo de concentración se sintieran ansiosas porque significaba que su futuro no estaba claro.

¿Qué crueldad sin sentido deben haber infligido esos sádicos guardias del campo con el fin de intimidarlos? Aquellos que habían estado en el gulag se volvían extremadamente sensibles a los sentimientos creados por un futuro incierto.

Aunque habían sido liberados, reincorporados y formados como una de las raras unidades de magos en servicio activo en el Ejército de la Federación, no podían relajarse ni un momento.

El batallón era, a los ojos de los comunistas, una banda del tamaño de un batallón de traidores potenciales.

Como antes, estaban bajo vigilancia, y no sería extraño que fueran purgados por capricho en cualquier momento.

Pero más recientemente, eso había comenzado a cambiar.

La mejora en su tratamiento les hizo preguntarse qué sucedía; en su unidad, especulaban que tenía que ver con el empeoramiento de la situación bélica en las líneas principales. Luego ni siquiera fueron enviados a las líneas principales, sino al norte. Y después de eso, se les ordenó que esperaran.

El propio Mikel había investigado muchísimo, pero no tenía idea de lo que estaba pasando. En otras palabras, debía ser la voluntad de alguien tan alto en la escala jerárquica que los subordinados como él nunca estarían involucrados. Pero él simplemente no sabía por qué.

La patria estaba en crisis, por lo que era extraño que no estuvieran asignados a las líneas principales.

Al principio, se preguntó si no se confiaba en ellos. Pero en ese caso, el funcionario político adjunto a ellos era extraño. El que los vigilaba era una raza muy diferente a las que habían tenido antes… del grupo Central.

¿Era posible que lo hubieran enviado no como vigilancia adicional sino para enviarlos a otro lugar? Ese era el tipo de rumor que el Comandante de Batallón Mikel tenía que cerrar día tras día.

Todos pensaban que este día sería como los demás.

“… Si pudiéramos mostrarles para qué somos buenos… Ah, supongo que estoy caminando en círculos…”

La idea de que la guerra era una salida, conduciría al futuro, era lo peor. Usar las luchas de su patria como una forma de lograr el éxito personal era deplorable.

Pero cuando pensaba en las familias que todavía estaban en el campamento… sintió que tenía que desempeñarse al menos lo suficientemente bien como para que fueran liberados. Quería darles a los hijos de sus hombres y a sus familias una vida normal.

Quiero preservar el futuro. En lo que respecta a Mikel, ese era el deber de un adulto. Esa era una lógica que ni siquiera la guerra podía socavar.

Por eso creía esto: necesitamos que nos tengan en buena estima.

 Cuando uno de los oficiales debajo de él se apresuró a entrar en la sala de fumadores para informarle que el estimado comisario de Central había preguntado por él, no era de extrañar que esperara que fuera una oportunidad.

El comisario lo recibió tan pronto como puso un pie en las instalaciones de mando, como si lo hubiera estado esperando, y su rostro estaba inusualmente tenso.

La mera visión de él sin su sombría sonrisa fue suficiente para provocarle un asombro muy natural.

“Camarada soldado, te he estado esperando. Oh…” Antes de entrar en detalles, le ofreció una silla.

Como tipo, por favor toma asiento.

 Mikel había pensado que el comisario político era prácticamente de otra raza de personas a las que nada podía molestar. Pero ahora, viéndose visiblemente nervioso, ¿le estaba ofreciendo obsequiosamente a Mikel una silla?

¿Un miembro del Comisariado de Asuntos Internos? ¿Actuando de esta manera hacia un hombre que era su enemigo en la lucha de clases?

“¿Quiere un té, Camarada Coronel?” Su mente estaba en blanco.

Té… ¿té, té?

 “Oh, correcto. No tienes que estar tenso; hay algo que me gustaría que escucharas. Es cierto, soy un funcionario del partido y eres es un soldado de carrera con muchos años de experiencia, pero ¿ahora no somos camaradas luchando juntos contra el enemigo de nuestra patria? Camarada Coronel, creo que podríamos tomar el té juntos…”

La oferta hizo que fuera difícil decirle lo extraño que parecía.

Estos oficiales políticos, pensó Mikel con una sonrisa irónica. Tiene que haber una mejor manera de que puedan entablar conversación. Son geniales para intimidar a sus enemigos, pero cuando se trata de ganarse aliados, ¿no tienen los medios? Aparentemente, tenía un defecto crítico que era difícil de tapar.

“Me encantaría unirme a usted, Camarada Comisario Político. Pero pensaba que tal vez…

¿había algo de lo que quería hablarme?”

“Oh, ¿lo sabía, Camarada Coronel?”

Habría sido fácil escupir, ¡¿cómo no podría?! Incluso sin las rebuscadas palabras, pudo verlo de inmediato. Después de todo, la expresión normal del hombre de algo así como condescendencia reprimida había adquirido un tono marrón.

… Como alguien que había vivido bajo los talones de los demás todo este tiempo, Mikel tenía que darse cuenta, incluso si no quería.

“No hay mayor felicidad para un soldado que ser útil para sus camaradas y su partido.

¿Qué pasa, Camarada Comisario Político?”

Qué tontería vacía era trabajar para un partido en el que no creías. Le dieron ganas de lamentarse, Dios mío. Seguramente incluso el Señor, aunque se estremeciera, le perdonaría algunos trucos necesarios para sobrevivir.

Entonces, ¿era esto la protección y el perdón del Señor? El comisario político empezó a hablar como si se hubiera roto un dique.

“Muy bien, Camarada Coronel… permíteme consultarle. De hecho, acabamos de recibir pedidos especiales de Moscú. Son instrucciones de la más alta prioridad del Comité Central.”

“¡¿Órdenes especiales de Moscú?! Camarada Comisario Político, no me habían notificado…” Protestó porque, después de todo, era el Comandante del Batallón. Por supuesto, sabía lo poco que Moscú confiaba en ellos. Le ponía enfermo. Pero si se les confiara una misión tan importante, él querría prepararse con mucha anticipación.

“Mis disculpas, pero era ultrasecreto, e incluso yo me entere recientemente.”

“¿Ultrasecreto?”

“Sí, se necesita una escolta, camarada, y sus propios camaradas y usted han recibido la orden de proporcionarla. Según Moscú, es un barco civil de la Mancomunidad y… debes coordinar su defensa con los magos marinos de la Mancomunidad a bordo.”

Un barco civil de la Mancomunidad. ¿No los estaban maldiciendo el partido como despreciables peones del imperialismo burgués hace apenas unos años?

¿Un barco civil de allá visitando una base naval del norte? ¿Y Moscú nos dice que lo protejamos? No parecía del todo probable.

No. La verdad absurda lo golpeó.

“¿Está diciendo que Moscú tiene órdenes especiales para nosotros?”

“Camarada Coronel, es una misión de suma importancia. Estoy seguro de que el partido y la patria tienen grandes expectativas de nosotros… Esforcémonos para conseguirlas juntos.”

La sonrisa espeluznante del comisario político mientras extendía su mano irritó a Mikel.

Moscú, los miembros del partido… ninguno de ellos nos prestaba atención hace unos meses. ¿Y ahora se supone que debo ser camaradas con este tipo de sonrisa fría? Qué giro tan dramático del destino. Es surrealista. Cliché, de hecho.

¿Y qué otras palabras hay para describirlo? Quien dijo:

“La verdad es más extraña que la ficción”, lo golpeó en la nariz.

“Por supuesto… pero… ¿Realmente sólo estaremos escoltando un barco civil?”

Aun así, ¿cuál es la razón detrás de escoltar una embarcación civil? ¿Qué diablos nos están diciendo que protejamos?

Mikel había estado haciendo todo lo posible para recopilar información desde su liberación. Pero no había forma de que los periódicos publicados por el partido contuvieran la verdad y las noticias tal como eran. Leer entre líneas para averiguar lo que no se había escrito no era tarea fácil.

“Si no es confidencial, me gustaría que me dijera: me parece un poco excesivo. ¿Son sus pasajeros o carga tan valiosos?”

Hemos estado estacionados en el norte relativamente tranquilo a pesar de que las líneas principales se han estancado.

Pensé que la única razón por la que Central enviaría a un comisario político detestable aquí era para deshacerse de él… pero aparentemente estaba equivocado.

De repente sentía mucha curiosidad por saber qué se les estaba confiando.

“Debe ser bastante carga…”

“Sí, bueno, sin duda es valiosa. Pero en comparación con el objetivo real de sus servicios, su carga probablemente no sea tan importante.”

¿Qué se supone que significa eso? Mikel se preguntó, pero el comisario político siguió hablando.

“Queremos que trate esta misión defensiva de la misma manera que trataría una misión en el espacio aéreo sobre la capital. Manténganse alerta.”

“Entiendo que escoltaremos un barco civil, pero no lo entiendo. Para empezar, incluso si nos dice que protejamos un barco, sólo puedo preguntarme qué deberíamos hacer realmente. En ese caso…” Tengo que decirle que simplemente no podemos hacer lo que no podemos hacer. Mikel continuó:

“No tenemos entrenamiento en navegación marítima, y además de eso, nuestra unidad no tiene doctrina antisubmarina. Realmente no creo que seamos una escolta de convoy útil.”

“Oh, pero Moscú no te pide que realices una escolta marítima o de convoy.”

La respuesta lo confundió. Por lo que Mikel sabía, los barcos navegaban por el agua. Si les decían que escoltaran el barco, las únicas posibilidades que se le ocurrían eran volar por encima del convoy o navegar junto a él.

En primer lugar, ni siquiera estaba familiarizado con la marina.

“Camarada Comisario Político, está siendo demasiado impreciso. Me doy cuenta de que no conozco bien los asuntos relacionados con el mar, pero le agradecería que me lo explicara.

¿No vamos a estar vigilando el barco de transporte?”

“Tiene razón, Camarada Coronel.”

No entiendo el contexto de esto en absoluto. Mikel estaba a punto de ladear la cabeza cuando las siguientes palabras del comisario lo confundieron aún más.

“Pero no es un convoy. Lo que protegeremos es un barco de transporte enorme y único que pertenece a la Mancomunidad.”

“¿Eh?” La pregunta se escapó ante esa noticia. ¿Proporcionaremos esta poderosa fuerza de guardia a un barco?

“¿Está navegando solo? Eso es terriblemente imprudente. He oído que hay submarinos imperiales acechando… Qué cosa más peligrosa de hacer.”

“Jajaja. Tiene razón. En circunstancias normales, estoy seguro de que eso sería cierto; sin embargo, Camarada Coronel. Este barco debe navegar solo. Al contrario de lo que podría pensarse, probablemente sea la opción más segura.”

¿Qué? Justo cuando Mikel estaba a punto de inclinar la cabeza, confundido, el comisario continuó vacilante.

“Fue atacado por una poderosa unidad de magos aéreos imperiales y aun así logró abrirse paso… el RMS Reina de Anjou, nombre en clave: Reina del Mar. Actualmente es el transatlántico más grande del mundo.”

“¿El RMS Reina de Anjou? Ese es un nombre que no conozco.”

Aunque supongo que debería haber oído hablar de él si es el barco más grande del mundo.

“… Es nuevo, solo hizo su viaje inaugural hace un par de años. Puede que no sea muy conocido en la Federación.”

“¿Hace unos pocos años?”

 “De cualquier manera, bueno, er. Sería genial si pudiera no preocuparse por eso.”

Oh. Fue entonces cuando Mikel se burló de sí mismo internamente por ser tan estúpido.

Por supuesto, al comisario político le costaría decir eso.

¡Su viaje inaugural hace unos años!

 Fue entonces cuando estábamos en el gulag aprendiendo hasta dónde podíamos llegar antes de que nuestra humanidad se rompiera. Se vio obligado a recordar cómo no habían podido obtener ninguna información sobre el mundo exterior.

Un silencio un poco incómodo flotaba en el aire. Pero estas no eran todas malas noticias para el Coronel Mikel. Al mismo tiempo, sabía con certeza que ahora soplaba un viento favorable.

“He superado ese desafortunado malentendido y estoy agradecido de que ahora el partido tenga un lugar para nosotros.”

Mikel estaba desesperado. Si esto salía bien, podría dar lugar a un ascenso. Parecía una oportunidad. Pero la oportunidad no salía gratis. Si fallaba en esta misión especial de Moscú, él, e incluso su familia, no saldrían impunes.

Por otro lado, si pudiera lograrlo… Si pudiera lograrlo, tal vez se le permitiría recuperar lo que tanto extrañaba. Aunque los estaban tratando mejor, su familia todavía estaba en el campamento.

Si pudiera proporcionarles una vida normal con esto…

“No es por apresurar, pero me gustaría escuchar los detalles de la misión. Por favor dígame.”

“No esperaría menos, Camarada Coronel. Tu respuesta es alentadora.”

A Mikel no le entusiasmaba la perspectiva de que este comisario político le hiciera trabajar tan duro y sonriera ante su suerte. Pero Mikel sabía por experiencia que no debía hacerse enemigos sin ningún motivo.

Le dio al comisario una sonrisa vaga y pensó que no se corrompería hasta la médula sólo por estrechar la mano. Si no estrechaba la mano del diablo y bebía vodka con él, nunca duraría hasta el regreso del Señor.

“Está dañado… pero aún puede navegar. Así fue como llegó a nuestra base naval. No obstante.” Continuó con una voz reprimiendo su disgusto.

“Los efectos del ataque imperial no pueden ser ignorados. Los ataques se dirigieron a la plataforma y al motor, por lo que el daño es profundo. Nuestros camaradas en la base están trabajando lo más rápido que pueden para solucionarlo, pero dicen que definitivamente tomará unos días.”

“Tengo una pregunta. ¿El RMS Reina de Anjou transportará las cosas que necesitamos en el futuro?”

“Sí, es correcto.”

Quizás el rumor de que el llamado Occidente nos estaba enviando equipo militar, piezas industriales y un montón de suministros médicos en apoyo de la feroz lucha en las líneas principales era cierto.

Sorprendentemente, tal vez sea mejor no descartar esos pequeños susurros.

 “Por esa razón, debemos brindar una protección completa. Esa es la misión especial para usted, camarada, y sus compañeros de los ejecutivos del partido.”

“Es un gran honor cumplir las expectativas del partido. Pero, Camarada Comisario Político, ¿qué significa ‘protección completa’?”

Era inusual especificar una sola nave y enviar un batallón de magos. Cualquiera diría que había una trampa. En cuanto a Mikel, entendía que necesitaban proteger al RMS Reina de Anjou que enviaba Occidente.

Pero no entendía la repetición particular y el énfasis en completo. En cierto modo… esa era una pregunta razonable para él como soldado.

Para el comisario político, la necesidad de la perfección estaba clara como el día. Pero, aunque estaba profundamente apenado, no dio más explicaciones.

“Es el corazón de nuestra línea de suministro marítimo. Camarada Coronel, pase lo que pase, queremos que lo defienda hasta el final.”

Eso fue todo lo que podía decir el comisario político, en su puesto. En ese sentido, su respuesta podría calificarse de concienzuda.

Dicho esto, como miembro del Comisariado de Asuntos Internos, lo sabía.

… Sabía lo que el Camarada Loria le haría a cualquiera que fracasara.

Sabía que el Comisariado de Asuntos Internos no dudaba en convertir a una persona en tiempo presente en una persona en tiempo pasado.

Y sabía lo increíblemente feroces que eran las figuras clave durante la guerra. Por eso el trabajo tenía que hacerse a la perfección.

“En otras palabras, no escatimar esfuerzo. Hacerlo que sea necesario. ¿Enviarlo de vuelta a la Mancomunidad sin dejar que le hagan otro rasguño?”

“Exactamente, Camarada Coronel. Moscú, el Comisariado de Asuntos Internos y el Camarada Secretario General Josef esperan que nuestros maravillosos amigos extranjeros disfruten de un viaje pacífico a casa.”

Aunque el verdadero significado de las horribles y repetitivas exhortaciones del comisario político no le llegaron al Coronel Mikel… fueron suficientes para darle una sensación de crisis y hacerle darse cuenta de la importancia de la misión.

En cierto modo, se podría decir que los dos estuvieron de acuerdo en algo por primera vez.

“Comprendo. Ahora comprendo muy bien los deseos de Moscú.”

Una vez que el comisario político dijo tanto, ¿qué otra opción tenía Mikel, en la Federación, que aceptar?

En el partido, no había nada más prioritario que los deseos de Moscú y el Camarada Secretario General Josef. Al menos no le habían dicho que muriera, por lo que probablemente no se le permitía quejarse.

Y entonces. En ese día.

El Coronel Mikel se paró frente a su batallón y gritó:

“Camaradas, es como han oído. Nuestro papel es ser perros guardianes. ¡Quédense cerca del barco hasta que llegue sano y salvo a casa!”

“““¡Sí, señor!”””