Youjo Senki (NL)

Volumen 5

Capítulo 3: Operación Del Norte

Parte 7

Como están muy juntos, la señal dentro de la unidad se transmite claramente. Al escuchar la sugerencia de Grantz, Tanya sonríe. Ajá, no está mal.

Cuando aceleras, es imposible disparar a la mayoría de los objetivos en movimiento. Pero un objetivo enorme como este barco es una historia diferente.

Estaban pegados al RMS Reina de Anjou, pero ahora que lo mencionas… Para los escoltas, este barco es preciado. Así que deberíamos darles la oportunidad de proteger lo que es preciado para ellos. Tengo la seguridad de que estarán encantados.

“… ¡Buena idea! ¡Fórmulas de explosión de largo alcance menos el efecto aplastante!”

Sólo se nos ordenó detener el barco. Ella es la princesa. Incluso estos odiosos caballeros piratas no pueden abandonar a su princesa.

“¡Pongan todo su maná en las llamas! ¡Prepárense para manifestar! ¡Fuego al unísono! Deben tener frío en el Mar del Norte; ¡vamos a darles algo de calor!”

“¡Entendido! ¡Déjenoslo a nosotros!”

Justo cuando está a punto de gritar: ¡Aquí vamos! Tanya siente que un enemigo la ataca precipitadamente. ¡Ella simplemente no se rendirá!

“¡E-Espera!”

“Me conmueve que me hayas extrañado, ¿pero…?”

Necesito darme prisa. No puedo dejarme atrapar por esta obstinada pseudo-acosadora y perder la oportunidad de retirarme.

“No tengo chupete, ¡así que chúpate esto!”

El truco que evoco es uno de los machacadores de papas cuidadosamente diseñados por el Ejército Imperial.

Normalmente, sólo explotan en un área de diez metros de ancho, pero este tiene una bala de fórmula incrustada en su cabeza.

Con la fórmula absorbida e increíblemente condensada, Tanya arroja casualmente la granada.

Sí, el objeto que lanzó hacia su perseguidor parece una granada de mano normal.

“Qué…… ¡Fútil!”

En el momento en que la idiota sobreestima su película protectora…… La bala de fórmula se activa de cerca. Además de la fórmula explosiva, la cabeza de la granada se dispersa.

“¡Agh……! ¡Gah…!”

“¡Ja! ¡Eso es lo que te ganas!”

“¡Uno abajo! ¡Brillante!”

Justo cuando Tanya está a punto de asentir con un sí, se da cuenta de algo. La maga había comenzado a caer, pero ahora se había estabilizado torpemente. ¿Podría eso significar…?

… ¿Que ella se recuperó?

 “Mm, nop, uno sin confirmación.”

“Parecía que le había dado.”

“Ella pareció recuperarse en el último segundo. Si no estás seguro de un logro, es mejor no contarlo. Es mejor estar contento con una puntuación más baja que se reían de uno por inflar los números.”

Es difícil decir con certeza que le di. Y si aterriza en el agua, hay una pila de magos enemigos volando alrededor, por lo que el rescate es probable.

Incluso si cayera al mar helado, la posibilidad de que sobreviviera no era baja.

“¡Vaya, era terca como una cucaracha! ¿Y cómo está tan segura de que maté a su padre?¿Odia tanto a los soldados imperiales que todos tenemos el mismo aspecto?”

“Jajaja. Es porque… ya sabe. Recuerde su apariencia, Coronel.”

“Pero dicen que no debes juzgar un libro por su portada.”

Desearía que no me miraran así, como si quisieran decir algo. Entiendo la realidad muy bien.

“Sí, lo sé, pero no se trata de eso.”

Además, ¿no es parecer una niña pequeña mi característica distintiva?

La famosa frase de no juzgar un libro por su portada sólo significa que no debes especular sobre lo que contiene. La apariencia es un dato muy útil a la hora de identificarlo.

No me gusta sobresalir en el campo de batalla sólo por ser pequeña.

“Me echaron del club de oficiales por ser demasiado joven para fumar y beber… lo entiendo.”

“Tendrá que disculparme, Coronel, pero eso fue muy gracioso.”

“Realmente lo fue. Mientras esperábamos que apareciera, ¡estaba seriamente preocupado de que el Mayor Weiss fuera a arruinarse jugando a las cartas!”

¿Quizás  están  tratando  de  disipar  la  atmósfera  pesada?  Mi  vicecomandante  hace payasadas y mi ayudante se ríe y sonríe. Supongo que tengo que aceptarlo.

“Me dan ganas de apurarme y crecer… aunque fumar y beber son cosas malas para tu salud. Al menos quiero recuperar la libertad de arruinar mi salud como me plazca.”

“¡Ja, ja, ja, ja! Es una libertad maravillosa, Coronel. Como subcomandante de este batallón, garantizo que no faltan maníacos que arriesgarían sus vidas para rebelarse si se les quitara esa libertad en particular. Espero que lo tenga en cuenta.”

En el momento en que se convence de que se han alejado lo suficiente para tonterías como esta, le llega.

… Hemos tenido pérdidas bastante importantes.

 Una unidad de magos está lejos de ser una gran familia.

En una compañía son doce. En un batallón son treinta y seis. E incluso el 203vo Batallón de Magos Aéreos aumentado tiene sólo cuarenta y ocho.

Puede saber con sólo mirar cuántos faltan.

“Lo sé, Mayor. Incluso yo no trataría de mantener a raya a los soldados fuera de servicio… Tengo la seguridad de que los que están fuera de servicio en el Valhala deben estar bebiendo como peces.”

“… Apuesto a que lo están.”

Para bien o para mal, era un mundo pequeño. Para decirlo en términos extremos, somos del tamaño de una clase en la escuela o un poco más grande.

“Tsk… supongo que tuvimos más caídos de lo que esperaba.”

Es por eso que incluso antes de que regresaran a la base y los hiciera alinearse, podía ver que faltaban caras conocidas.

“Sí, señora. Cuatro muertos, tres incapaces de volar, tres heridos de gravedad.”

“Qué pérdida tan horrible.”

***

5 DE OCTUBRE, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, TARDE, CUARTEL GENERAL DE LA ARMADA IMPERIAL

“Coronel,  el  regreso  del  batallón  está  completo.  También  enviamos  a  los  heridos  a  la retaguardia e hicimos arreglos para los artículos de los fallecidos.”

Las personas que estaban bien esta mañana se habían ido a cenar.

El Mayor Weiss hace su informe con voz uniforme, y Tanya responde con calma:

“… Realmente es una pérdida horrible.”

Un complemento completo es cuarenta y ocho. Perdimos diez personas. Y no sólo diez personas. Son del tipo que nunca considerarías desechables, porque son difíciles de reemplazar… son de élite. Eran de élite.

Eran lo mejor de los magos aéreos. Dejando de lado su capacidad de entrenamiento y basándola solo en sus habilidades, mis subordinados podrían ser empleados mañana como agresores en la unidad de instructores, son tan competentes.

Hablando objetivamente, mis subordinados tienen la experiencia de combate más impresionante del Imperio.

“Básicamente, perdimos una compañía. Eso es suficiente para decir que fuimos parcialmente destruidos.”

Era posible que hubiesen escapado de la muerte, pero los heridos graves aún debían contarse como fuera de servicio. Eso significaba que el valor de una compañía de nuestro invaluable personal había desaparecido… el valor de una compañía de élites verdaderamente incomparables.

La sola idea de reorganizar y reponer nuestros números me tiene en un mar de desesperación.

¿Reemplazar casi una cuarta parte de mi unidad altamente capacitada con novatos? Será difícil cooperar por un tiempo, incluso si lo intentamos.

Julio César odiaba reponer unidades con nuevos reclutas y en su lugar creaba ejércitos completamente nuevos; él estaba en lo correcto. No, tengo la seguridad de que la pepita de conocimiento histórico que cruzó por mi mente hace un momento… era escapismo.

“… Quizás fui arrogante. Tal vez pensé… que si fuera mi… el batallón que entrené, que, si fuera el 203vo Batallón de Magos Aéreos, que entre enemigos…”

“No es culpa suya, Coronel. Nosotros… también los tomamos a la ligera. Pensamos que, si alguien podía acabarlos, nosotros podríamos…”

“No, Mayor Weiss.”

El encargado existe para asumir la responsabilidad. Por supuesto, si no es mi culpa, entonces… necesito encontrar al hijo de puta ofensor y hacer que pague.

Pero, ¿quién creyó en las tonterías de inteligencia? Puedo afirmar con seguridad que no fui yo.

Creer en esos parásitos, en otras palabras, fue mi error. Es innegable que me proporcionaron información defectuosa. Pero eso era sólo algo a tener en cuenta. No era una razón para eximirme.

Estos idiotas que huyen de la responsabilidad desprecian por completo el principio moderno fundamental de la confianza…

Actué de acuerdo con mi propio juicio. Entonces, en última instancia, es mi responsabilidad. Prefiero ser considerada una persona inepta que una persona degenerada y despreciable.

“Ríase de mí. Búrlese. Fue mi error.”

“Fueron órdenes del ejército… No fue su culpa.”

“Fue un error intentar hacer ataque relámpago con una unidad que estaba desgastada por un vuelo de larga distancia. Habíamos estado en el aire durante horas, y luego, en ese estado de agotamiento, nos lanzamos al combate, y encima numéricamente en desventaja. Estoy segura de que cualquier manual nos diría que evitáramos todo eso.”

Sé que me ridiculizarán como un tonto clásico.

“No es como si no hubiéramos logrado nada.”

“Mayor Weiss, es casi nada.”

“Pero cumplimos con los requisitos mínimos de la misión. ¡Los ralentizamos! En las fotos que tomamos antes de irnos, definitivamente puede ver que le dimos al motor.”

Siento más que agradecimiento de que alguien con sentido común como Weiss sea amable conmigo.

Pero, aunque aprecio lo considerado que es… tenemos que mirar las cosas objetivamente, no subjetivamente.

¿Me contuve allá? ¿Me esforcé mucho? ¿Hice mi mejor esfuerzo? ¿Y qué?

 Las acciones en sí mismas no tienen sentido. Las intenciones no importan.

De buena fe, de mala voluntad… puedes guardar tus verdades subjetivas para el juez de la corte.

Son los resultados.

Los resultados: Sin ellos… todo es en vano.

Este es un problema entre mi buen sentido y cómo debería ser. Como individuo moderno, racional y libre, para mí, es una cuestión de conciencia, buena voluntad y ego.

Esto es basura. Inmersión en la autosatisfacción y luego lamer las heridas es prueba de ineptitud.

“… ¿Y el informe de que nuestros submarinos hicieron un trabajo maravilloso al detener el barco?”

La respuesta a mi consulta es el silencio.

En respuesta al doloroso silencio de mi vicecomandante, vuelvo a hacer la misma pregunta lentamente. Lo que quiero saber es el resultado.

“¿Y bien, Mayor Weiss?”

“Emm…” Frunce el ceño, teniendo dificultad para responder. En este punto, eso es suficiente. Puedo imaginar los resultados con una facilidad insoportable.

Incluso interpretándolos a través de ilusiones, va a ser malo.

“Bien. Entonces Teniente Serebryakov, Teniente Grantz, les preguntaré. ¿Escucharon si hundimos el barco?”

Sólo pregunto para estar segura, pero me encuentro con su silencio contundente.

Cortésmente fingen problemas de audición y miran hacia otro lado para escapar de la respuesta. No hay forma de que sean buenas noticias.

“Entonces eso es todo. Nuestras acciones no produjeron resultados.”

Un intento de consuelo a medias no va a hacer nada. Es tan malo que Tanya desearía poder estar en cualquier lugar menos aquí.

La verdad es la verdad. Tengo que aceptarlo.

“No quiero… admitir que todo fue en vano, pero…” Habla desapasionadamente… tan desapasionadamente como puede.

“Nuestra unidad ha sufrido graves bajas. Y después de todo eso, los resultados no llegaron. Los submarinos no hundieron el barco.”

Estas palabras son necesarias para aceptar la verdad.

Perdí a veteranos del 203vo Batallón de Magos Aéreos. No era mi preferencia elegir locos por la guerra. Pero eran un talento esencial para cumplir con mi deber… para hacer la guerra. Eran huevos de oro enloquecidos por la batalla que, después de pasar una revisión exhaustiva, experimentaron todas las líneas principales del Imperio y se forjaron en combate.

“Puse tanto en ellos, y ahora mis hermanos de armas se han ido. Se han ido.” Eran veteranos, la raza más rara durante la guerra.

Y ellos, de todas las personas…

Después de agotarse durante un largo vuelo, se vieron obligados a combatir con un enemigo cuyo número superaba con creces al nuestro, y yo perdí casi una compañía.

“Me siento a la deriva. Sigo pensando, si hay alguien con quien hacerlo, eran ellos, entonces… o si son ellos los que harán el trabajo, entonces…”

Este era un grupo confiable que conocía su trabajo por dentro y por fuera, había sido bien capacitado y, sobre todo, comprendía mis intenciones de inmediato. Con parte de ese grupo alejado de mí, no podía mantener la compostura.

Los negocios se basan en la eficiencia con la que puede utilizar la cantidad de personal a tu disposición. Cualquier acción que reduzca el número de personas optimizadas y más útiles es… lo peor. Ya sea deliberado o por error, no debe pasarse por alto.

“Voy a hacer que esos bastardos de Inteligencia y esos bastardos de nuestros países enemigos paguen por esto.” En este momento, la Teniente Coronel Tanya von Degurechaff está furiosa. Con sus pequeños puños cerrados y sus ojos ardiendo de rabia, expresa en voz baja su determinación.

“… ¡Mis hombres murieron!”

Ella mira la cruz del campo de batalla erigida en las ruinas y se lamenta.

Aunque ordenó al batallón que los dejaran, nadie podía abandonar a los caídos y los llevaron de regreso. Tendría que enviar sus efectos personales y cartas a las familias en duelo.

“¡Tengo que escribir esas cartas…!”

Ella extiende su mano. Y lo que busca es el casco colocado encima del arma para formar la cruz del campo de batalla. Está deformado, abollado y tiene un agujero. No había reparación de una herida de bala en la cabeza.

“Lo siento, tropas, supongo que he estado desvariando un poco. Necesitamos volver a nuestra misión.”

“¿Coronel?”

“Que sus almas estén con nosotros. Compañeros soldados, deseamos la protección divina de la patria… pero sólo después de que nos hayamos ido.” Ella insinúa silenciosamente su rencor.

Tanya von Degurechaff no cree en dioses.

Mientras se permita que ese monstruo en varios sentidos, el Ser X, ande libre, no es posible que exista un ser sagrado en este mundo.

Para Tanya, eso es prácticamente axiomático.

Por eso, pensando lógicamente, la confianza debe estar puesta en las personas. Cree en el poder de las personas, y si todo se derrumba, entonces puedes intentar arrojarle el problema a Dios o a quien sea.

Si te salvas, genial. Si no, estarías en lo cierto, así que es mejor que la alternativa. De cualquier manera, no pierdes nada.

“¡Pedir ayuda a Dios no es nuestro estilo!”

“Exactamente, Weiss.”

“Entonces, ¿cantamos una canción vieja?”

“Sí, es una buena idea.” Tanya sonríe.

“… ‘Teníamos un Compañero’, tropas. Sus voces gruesas y sordas servirán, así que cantémoslo para ellos.”

Con voces roncas y temblorosas, los soldados cantan una canción triste.

Cuando siente que es el momento, Tanya se lamenta.

“Pasaron por un bosque de espadas y granizos de balas, compañeros. Descansen en paz. Perdónennos, porque no podemos tomar Sus manos. Quedan en nuestros recuerdos. Gloria a ustedes, compañeros.”

Pistolas desenfundadas. salvas disparadas hacia el cielo. Un saludo de tres voleas. Luego, Tanya carga una sola bala real y la apunta a la Gran Cruz de Hierro de Alas Blancas.

Estúpido seccionalismo, todos reprimiéndose unos a otros.

 ¡Qué maldita molestia es trabajar con Inteligencia!