Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 10

Capítulo 1.1: Misión De Exterminio Del Elk Bear

Elk Bears. Como su nombre lo indicaba, eran osos con cuernos de alce. Wataru, que era de Japón, recordó los jackalopes: ardillas y conejos con astas. Por un segundo se preguntó si sus cuernos crecieron y fueron reemplazados una vez al año como los cuernos reales de los alces, pero pronto decidió que no importaba y comenzó su viaje hacia el bosque.

Con él estaban sus dos compañeras en esta búsqueda: Niku Kuroinu y Emmymephy Laverio.

Emmymephy estaba, para ser honesto, en el nivel de un aventurero de rango D en el mejor de los casos. Ni siquiera su entusiasmo fue suficiente para evitar que ella fuera un peso muerto y nada más. Sin embargo, era el trabajo de Wataru protegerla, y podía hacerlo mejor con ella cerca que dejándola sola en la ciudad. A lo sumo, esperaba que ella aligerara sus espíritus durante la búsqueda.

Niku parecía una niña indefensa, pero tenía la velocidad y la destreza de una bestia, sin mencionar la absurda fuerza que nadie podía predecir al mirarla. Sería justo decir que ella era perfecta, fuera del estigma que llevaba su nombre de esclava. Ella estaría proporcionando una potencia de fuego significativa a la parte.

“Bien, ¿cómo deberíamos cazar al Elk Bear? Quien lo encuentre primero puede matarlo”, dijo Wataru casualmente, pero Emmymephy sacudió la cabeza.

“Oh no, no, señor Wataru. Kuro y yo no tenemos intención de pelear con un Elk Bear por nuestra cuenta. Yo digo, ¿no es así, querido Kuro?”

“¿Hm? No lo creo. Con la caza es por orden de llegada”.

“Vamos, vamos, no es necesario que te esfuerces, Kuro. Los Elk Bear son bastante fuertes, y si no puedo vencerlos, una niña linda como tú no tiene esperanza en el mundo. Yo digo, deberíamos dejar la caza a Sir Wataru y centrarnos en el apoyo.” Emmymephy sacudió la cabeza con exasperación cuando Niku ladeó la cabeza. Sorprendentemente, Emmymephy entendió su propia fuerza y no tenía delirios sobre lo que podía y no podía hacer. Sin embargo, eso no significaba que ella entendiera la fuerza de Niku.

“Bueno. Unámonos por ahora”.

“¡Oh! Kuro, yo digo, ¿podrías olerlos por nosotros? ¡Escuché que las bestias tienen las narices bastante fuertes!

“No, no sé a qué huelen”.

“¡Rayos! Qué lástima.”

“Espera…” dijo Wataru. “Eso significa que podrías si supieras a qué olía, ¿verdad? Hmm… ¡Oh! Kuro, ¿podrías ir hacia el animal más cercano que hueles? Estoy seguro de que puedes distinguir los olores de los animales”.

Niku asintió, luego guio a los otros dos a través del bosque. A veces olfateaba el aire antes de hacer giros repentinos o continuar hacia adelante. Finalmente encontraron su objetivo: un orco, no un alce jabalí. Wataru cortó limpiamente su cabeza, y Niku le cortó la cola para dar dinero al gremio.

“Un orco, ¿eh?”

“Yo digo, ¡incluso encontrar un Orco en este bosque es bastante impresionante! Cortaré la prueba del próximo monstruo que encontremos.” Emmymephy acarició la cabeza de Niku. Niku miró a Wataru con una expresión en blanco.

“… ¿Deberíamos cebar al oso con el aroma de la sangre?”

“Oh, hay una idea. Los Elk Bears son omnívoros, y este ya ha aprendido el sabor de la carne humana”.

“Espera, ¿comen humanos? Yo digo, ¿ha muerto gente?”

“Casi. A alguien le arrancaron el brazo en una pelea. Su vida como aventurero terminaría si no tuvieran fuertes conexiones con la iglesia… Oh, supongo que Keima es el papa de la Iglesia Beddhist, ¿entonces tal vez pueda usar algo de magia de Restoration de alto nivel?” preguntó Wataru, lo que le recordó a Niku que Keima había hecho previamente extremidades de golem para reemplazar las extremidades perdidas. Pero eso era un secreto, por lo que decidió no mencionarlo.

“El Maestro puede usar {Healing}, pero no sé cuánto puede curar con él”.

“Tendré que preguntarle a Keima cuando volvamos, entonces. Supongamos que dará una respuesta honesta”.

Cortaron su conversación corta. Había grandes marcas de garras en un árbol  cerca  de  donde  habían  derribado  al  Orco. El  Elk  Bear  estaba marcando su territorio. El grupo concluyó que estaban a un paso de entrar en dicho territorio, por lo que decidieron dejar el cadáver de los orcos y esperar cerca.

Después de esperar un poco, un Gran Jabalí de unos dos metros de largo salió olfateando del arbusto, aparentemente atraído por el olor.

“Oh, parece que nuestro cebo atrapó el pez equivocado. Vamos a sacarlo de aquí”.

“¡Espera, cazaré este! La voluntad real decreta que conserve su fuerza, Sir Wataru. ¡Ahora! ¡Ven a mí, asqueroso Gran Jabalí!” Emmymephy emergió frente al Gran Jabalí y lo desafió, considerando que ahora era el momento de mostrar su valía. Tanto Niku como Wataru sacudieron la cabeza, sabiendo que debería haberlo atacado con sorpresa, pero dada su confianza, decidieron vigilarla. Wataru podría salvarla fácilmente si las cosas se ponían mal, así que, en lo que a él respecta, esta era una buena oportunidad para que ella aprendiera.

El Gran Jabalí, cayendo en la burla, atacó a Emmymephy. Ella reaccionó de inmediato lanzando magia.

“… ■■■, ■■■■■■■■■ – ¡{Stone Pyre}!”

Con un golpe, una punta de piedra inclinada brotó del suelo, frente al jabalí que cargaba. Este era un hechizo que le habían enseñado a defenderse de los matones si alguna vez la atacaban en la calle.

El Gran Jabalí, incapaz de detener su carga, fue perforado de frente por la espiga; sin embargo, la punta de diez centímetros de ancho no pudo soportar el peso del cuerpo del Gran Jabalí y se rompió, permitiendo que la carga continuara.

“¿Yo digo…?” Emmymephy estaba aturdida. El Gran Jabalí estaba justo en frente de sus ojos. Me va a aplastar, pensó, momentos antes de que el jabalí fuera volado repentinamente.

“Aquí vamos. Buen trabajo, princesa Mephy.” Wataru había cambiado a la fuerza la dirección de su carga al golpearlo desde un lado.

“G-Gracias, señor Wataru”. Emmymephy suspiró aliviada. Entonces, ella inclinó la cabeza. “Sir Wataru, ¿debería {Stone Pyres} romperse tan fácilmente?”

“¿Hm? No sé. No es un hechizo lo sé, así que… ¿Tal vez ese jabalí era un monstruo demasiado grande?”

“Hmm. Bueno, no importa, entonces.” Emmymephy decidió no pensarlo demasiado, ya que todo estaba bien.

Dejando eso de lado, Niku recuperó la nariz del jabalí, su segundo premio del día. Estaba un poco dañado por la espiga, pero bueno, no era nada malo.

“Esta es mucha carne… Deberíamos comerla”.

“Sí, lo tomaré para traerlo de vuelta con nosotros. Lo que no comamos, lo podemos vender”.

Wataru metió el Gran Jabalí en {Storage}. La gran cantidad de carne llenó su {Storage} hasta el borde. Tenía que preguntarse si sería capaz de transportar el Orco y el Elk Bear que estaban buscando. Ya había confirmado que Niku y Emmymephy tenían {Storage} propio, pero si cazaban una cuarta cosa, tendrían que regresar para obtener toda la carne.

“Nnn. Huelo que viene algo”, dijo Niku mientras olisqueaba el aire. “Oh Dios. Parece ser el Elk Bear que estamos cazando”.

Esta vez llegó el monstruo que estaban buscando. Era un oso con astas de alce de pie en ambos pies, que alcanzaba hasta tres metros de altura. Teniendo en cuenta que un Elk Bear normal tenía entre uno y medio metros y dos metros, este era lo suficientemente grande como para ser llamado una especie completamente diferente.

“¡Y-Yo digo, es enorme!”

“La recepcionista dijo que era más grande que las normales. No puedo decir que estoy demasiado sorprendido. Yo me ocuparé de… Ah”.

Antes de que Wataru pudiera preparar su espada, Niku había saltado al aire. Ella pateó un árbol y corrió por el cuerpo del Elk Bear antes de sacar su cuchillo Golem de la vaina de la cadera y apuñalarlo por el cuello. El cuchillo Golem, que vibraba rápidamente, atravesó su piel endurecida y los músculos de la garganta, por lo que no podía respirar. Luego le dio un empujón al cuchillo, cortando la cabeza del oso de inmediato.

Su trabajo fue tan rápido que el Elk Bear, que había considerado que las tres presas eran fácilmente devoradas, ni siquiera pudo reaccionar. Su cabeza estaba apagada antes de que pudiera entender lo que estaba sucediendo. Al final se derrumbó con un estrépito sobre las hojas podridas esparcidas por el suelo del bosque, sin haber tenido la oportunidad de dejar escapar un rugido empapado de sangre.

“… ¡¿Kuro?! ¡Yo digo, ¿qué estás haciendo?!”

“Te lo dije. Primero llegado, primero servido.” Niku, cubierta de sangre que había rociado del cuello del oso, se paró al lado del oso e inclinó la cabeza.

“Ajaja, ahora eso era nuevo. Nunca antes había visto un ataque sorpresa desde el frente”.

“Yo era el único que aún no había hecho nada. Fue una buena oportunidad”, explicó Niku mientras Wataru le lanzaba {Purification}. Ella escondió el cadáver del Elk Bear en su {Storage} como si nada hubiera pasado, y como el Elk Bear no había podido reaccionar, era justo decir que realmente no había pasado nada. Lamentablemente, la cabeza no parecía encajar.

“Podemos traer eso de vuelta con nosotros. De acuerdo, princesa Mephy, ¿podría pedirte que pongas al Orco en tu {Storage}?

“Um, ah, ciertamente”. Emmymephy puso el cadáver de los Orcos en {Storage}.

Y así, la búsqueda de Elk Bear se completó con poca fanfarria. “… La carne de oso era débil”, observó Niku.

“O-Oh sí, olvidé que estabas entre los valientes guerreros que derrotaron al dragón, Kuro… Sabía que eras fuerte, pero digo, no tan fuerte”.

“Espera, ¿no la viste pelear en el camino aquí? Pero hombre… Realmente eres más un asesino que un guerrero, ¿eh, Kuro? No pensé que pudieras derrotar a un oso de un tiro con un cuchillo, incluso con una cuchilla tan larga. Considérame impresionado.”

Como algo irrelevante a un lado, cuando vendieron el cadáver de Elk Bear al gremio, Wataru dijo: “En realidad fue esta chica la que lo mató. Y de un solo golpe también y todos gritaron “¡Por supuesto que lo hizo! ¡Ella es la loli que es más fuerte que el tipo que es más fuerte que un héroe!” en respuesta.