Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Hell and Hell

Parte 5

——

El vórtice de viento proporcionó poca resistencia contra la hoja carmesí, cediendo al instante.

Una red de grietas corrió a través de la bota de metal desde donde las dos armas colisionaron.

La pierna dentro de la bota se rompió. La sangre salpicó en el aire cuando la piel y el músculo se partieron y los huesos se astillaron.

Un intenso dolor siguió rápidamente después del impacto. Los ojos de Bete se hincharon como platos.

—Incinera, espada de Surtr— ¡Mi nombre es Alf!

—Ese fue el momento en que Lefiya completó su hechizo.

Un repentino destello de luz esmeralda alcanzó a Bete y cambió el color del campo de batalla. La magia había sido convocada.

—¡¡Rea Laevateinn!!

Una gran conflagración estalló en el círculo mágico.

Los pilares de llamas comenzaron donde Lefiya y los aventureros estaban manteniendo la línea. Llegando hasta el techo, el fuego infernal casi no alcanzó a los otros combatientes mientras consumía a todas las violas en un incendio gigante. El rugido de las llamas era tan fuerte que ahogó sus últimos aullidos.

La magia increíblemente destructiva no dejó rastro de los monstruos detrás, quemando sus piedras mágicas y cenizas en el olvido. La cámara se había convertido en un reino de fuego.

—— ¡Heh!

Una sonrisa se formó en los labios de Bete cuando la luz roja iluminó su rostro en el inmenso calor. La feroz muerte de los monstruos, la chica responsable y las alabanzas de sus protectores—sus ojos color ámbar lo reflejaban todo. Concentrando todo lo que tenía en su

pierna izquierda—herida de mala manera por la sangre, a punto de ceder ante la espada carmesí—Bete aulló lo suficientemente fuerte como para rivalizar con las alabanzas de los débiles.

—¡¡AWWWOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

La bota plateada empujó hacia atrás la espada carmesí.

— ¿Qué—?

Una volteada imprevista.

Aunque la colisión lanzó a Bete al aire, el impulso del arma también abrumó la parte superior del cuerpo a Levis. Sus ojos verdes se agrandaron en el paisaje de fuego.

El ataque sacrificado de Bete había sido lo suficientemente fuerte como para tumbar a Levis. Entonces.

Una veloz sombra se precipitó hacia la mujer, rodeada de chispas.

Abriéndose paso entre los imponentes pilares de llamas, una chica rubia de ojos dorados regresó a la batalla con un sable de plata agarrado en sus manos.

La punta de la hoja apuntaba a Levis.

— ¡Despierta, Tempestad!

Las corrientes de aire arremolinándose alrededor de su cuerpo arrojaron a Aiz hacia adelante como una bala de cañón.

Su aliado le había dado una oportunidad y no iba a dejar que eso se desperdiciara. Con Desperate en su posición, ella golpeó.

— ¡GaHA!

La espada arqueada en diagonal a través del aire—-

Y cortó el arma que se había sido llevado apresuradamente para defender.

—¡¡—!!

Su técnica fue perfecta.

Apenas fallando en golpear el centro del pecho de Levis y su piedra mágica, la espada creó una nueva herida que envió gotas de sangre al aire cuando la mujer pelirroja se lanzó hacia atrás.

—¡¡—AAAHHHHHHHHHHH!!

Un último ataque en arco se dio para finalizar la pelea.

Con ambas manos agarrando firmemente la empuñadura de Desperate, Aiz enfocó las corrientes de aire hacia abajo de la espada para crear un torbellino furioso mientras saltaba en

el aire.

Y bajó el arma directamente a Levis debajo de ella.

—¡¡—!!

Levis se cruzó de brazos frente a su pecho y tomó toda la fuerza del golpe.

El aire mismo alrededor del arma gritó con el increíble poder de ataque cuando la espada se abalanzó sobre su objetivo.

Un segundo más tarde, Levis se lanzó hacia atrás, como atrapada en la corriente de un río embravecido.

Incluso golpear con los pies en el suelo no detuvo su impulso. Dos cortaduras largas aparecieron en el piso mientras el viaje de ida de Levis al fondo de la cámara continuaba sin cesar.

Ella finalmente se detuvo con la espalda contra la base del pilar de cuarzo. Una vez lo suficientemente brillante como para iluminar la caverna, su débil luz roja parpadeó silenciosamente sobre su cabeza.

La victoria estaba en manos de Aiz.

—Haaahh… haaah…

Ella contuvo el aliento, con el sable apretado en su mano derecha.

Las corrientes de aire protectoras alrededor de su cuerpo se callaron cuando ella las soltó, la rubia espadachín caminó firmemente hacia la base del pilar donde Levis estaba esperando.

La magia que Lefiya había convocado para el campo de batalla había convertido la despensa en un páramo carbonizado y ardiente lleno de calor sofocante. Los aparatos de parto que alguna vez salpicaron el techo y las paredes crepitaron mientras se quemaban y caían al suelo. La superficie rocosa de las paredes originales del Calabozo comenzó a reaparecer. Los aventureros, esta vez seguros de que las fuerzas enemigas habían sido eliminados, colapsaron en el suelo, muy por detrás de la espalda de Aiz.

Levis, apoyada en una rodilla cuando la chica rubia se acercó, se levantó lentamente.

Un vapor brillante flotaba al borde de las heridas que cubrían su cuerpo cubierto de sangre— residuo de energía mágica—cuando ella se comenzó a sanar. Con los ojos un poco más anchos de lo normal con incredulidad, ella abrió la boca para hablar.

—… Parece que no puedo ganarte ahora mismo.

Sus ojos verdes no mostraron emoción mientras ella hablaba.

Levis admitió abiertamente que consumir la piedra mágica de Olivas no le daba suficiente poder para vencer el viento de Aiz. Ella estaba sola sin aliados ni monstruos, pero aún hablaba con una confianza tranquila.

Aiz mantuvo su distancia, mirando a la pelirroja con recelo mientras su oponente levantaba la vista hacia la columna de cuarzo detrás de ella.

—Este es un pilar que soporta el peso. Si colapsa… Bueno, estoy segura de que puedes suponer lo que pasaría.

—¡!

—Ella no lo haría.

Levis deslizó sus dedos por la superficie del cuarzo. Aiz se lanzó hacia adelante en un intento de detenerla, pero ya era demasiado tarde.

La mujer apretó su puño y golpeo desde la cintura, golpeando toda su fuerza directamente en la base de la columna.

La grieta gigante corrió por el cuarzo rojo débilmente brillante hasta el techo, como el corte de una garra de dragón. El estruendo agudo resonó por toda la cámara, y el soporte dañado se derrumbó un momento después.

El techo de la despensa comenzó a derrumbarse casi de inmediato. Las piezas grandes cayeron en picado al suelo.

—¡……!

—Serás enterrada viva si te quedas aquí. Especialmente esos amigos tuyos que no pueden moverse.

Levis miró casualmente a los miembros malheridos de la Familia Hermes; luego a una exhausta Lefiya, que había llevado su Mente al límite; y finalmente a Bete, cuya pierna rota necesitaba desesperadamente atención.

Aiz se mordió el labio cuando los primeros pedazos del techo se estrellaron contra el piso detrás de ella. Lo más probable es que Levis tuviera esto en cuenta cuando absorbió la piedra y se aseguró de que ella terminara cerca del pilar como resultado.

Más fragmentos comenzaron a caer.

Los aventureros comenzaron a retirarse presas del pánico.

—¡Ayuden a los heridos! ¡Dejen todo atrás, escapar es lo más importante!

Entrando en acción, Asfi llamó a sus aliados y dirigió los movimientos de la Familia Hermes.

—¡No soy un patético perro callejero! ¡Diablos, necesito tu ayuda!

—¡Maldición, eres un gran dolor en el trasero! ¡Es exactamente por eso que odio lidiar con hombres lobo!

La chienthrope de mala gana prestó su hombro a Bete a pesar de sus quejas. Intercambiando insultos, los dos corrieron hacia la salida.

—¡Viridis!

Mientras tanto, Filvis estaba tratando de ayudar a Lefiya, que se había derrumbado debido a que gasto toda su Mente.

Sin embargo, sus brazos extendidos se habían detenido, temblando en su lugar.

Era como si dudara en tocar a su familia con sus brazos sucios, y su orgullo como elfa le impedía avanzar.

Lefiya extendió la mano y tomó ella misma la mano extendida.

—¡…!

—No te preocupes…

La mirada de la joven elfa estaba nublada, con una débil sonrisa en su rostro. Los ojos de Filvis se agrandaron.

La elfa mayor atrajo a su pariente más joven en un abrazo antes de levantar a Lefiya del piso. Sosteniendo su delicado cuerpo contra el suyo, Filvis corrió hacia la salida.

—¡……!

Aiz observó a los aventureros ayudarse unos a otros mientras caían hacia atrás, y ella se decidió unirse a ellos.

Su deseo de ayudar a sus aliados heridos tenía prioridad sobre la mujer que tenía delante.

—Aria, ve al piso 59.

Eso fue justo antes de que ella le diera la espalda para irse.

Aiz miró por encima del hombro cuando oyó la voz de la mujer pelirroja.

—Las cosas se están poniendo interesantes en este momento. Debería responder muchas de tus preguntas.

—… ¿Qué quieres decir?

— ¿Seguramente tienes una idea? Si los rumores acerca de ti son ciertos, la sangre en tus venas te lo dirá.

—……

—Sería mucho más fácil si fueras por tu cuenta; Dijo Levis, insinuando que llevarla allí por la fuerza era más problemático de lo que valía.

Ella miró a Aiz con una mirada estrecha.

—Hay personas en la superficie que intentan usarnos… pero dos pueden jugar ese juego.

Levis murmuró como si hablara sola. Cayendo en silencio, todo lo que ella hizo fue quedarse en su lugar.

—¡Oye, princesa de la Espada!

—¡Aiz, muévete!

Solo cuando las voces de Lulune y Bete cortaron el estruendo de las rocas cayendo, Aiz rompió el contacto con los ojos verdes de la mujer.

Luego ella despegó a toda velocidad para la única salida sin obstáculos, donde los otros aventureros se habían reunido.

Aiz miró por encima del hombro una última vez justo antes de salir de la caverna para siempre.

La mujer pelirroja no se había movido de su lugar en el otro extremo. Ella solo miraba en su dirección, con sus ojos verdes sin pestañear hasta que desapareció detrás de una pila de rocas caídas.

Al darse la vuelta, Aiz ayudó al último de los heridos a resguardarse. La despensa norte del piso veinticuatro colapsó ese día.

El grupo de aventureros logró escapar antes de que fuera demasiado tarde.

***

Después de sobrevivir a una serie de feroces batallas que permanecerían en gran parte desconocidas, Lefiya y los aventureros hicieron una breve parada en Rivira antes de regresar a la superficie más tarde ese mismo día.

Una preocupada Loki fue rápida en castigar a Aiz a su manera una vez que los miembros de la Familia Loki regresaron a casa, pero todos habían regresado de una pieza. La pierna gravemente herida de Bete se recuperó por completo gracias a los curanderos de la Familia Dian Cecht, y Lefiya se recuperó después de dormir durante todo un día.

Filvis no dijo mucho cuando se dirigió a la Familia Dionysus, compartiendo solo una sonrisa rápida con su compañera elfa. Ella sintió que la distancia entre ellas se había reducido drásticamente y quería otra oportunidad para hablar de muchas cosas con Lefiya en un futuro cercano. Según Loki, su dios, Dionysus, tuvo dificultades para lidiar con este incidente y aparentemente “pasó el día con los ojos abiertos”.

Desafortunadamente, varios miembros de la Familia Hermes no lograron salir con vida. Lefiya no sabía qué decir, pero Lulune y Asfi sonrieron suavemente y solo le pidieron que por favor pusiera flores en sus tumbas. También tranquilizaron a la elfa diciendo que cada uno de ellos se convirtió voluntariamente en un aventurero y que eran plenamente conscientes de los riesgos involucrados. Las chicas sabían que sus aliados estaban preparados para morir. Lulune, la que había aceptado esta misión en primer lugar, estaba claramente apenada… pero Lefiya no estaba en condiciones de preguntar.

Este incidente dejó cicatrices considerables en cada familia, pero lenta y seguramente, todos volvieron a la vida como de costumbre.

—Han sucedido muchas cosas…

En el segundo día desde su regreso…

Lefiya, sintiéndose mucho más como ella, yacía en la cama de su habitación sin nada que hacer, mirando fijamente al vacío. Ella compartió la habitación con otros miembros femeninos de la familia, pero los cuartos espaciosos se sentían excepcionalmente vacíos sin su compañía.

—Aria, ¿Eh…?

El orbe con el feto femenino. Los restos de The Evil.

Su cabeza todavía giraba por todos los descubrimientos impactantes, y tantas preguntas que no fueron respondidas. Sin embargo, ese nombre estaba en la parte superior de la lista.

Eso era como Olivas había llamado Aiz en medio de la caverna.

Lo mismo había sucedido durante el ataque a Rivira. La mujer pelirroja, Levis, también la llamaba Aria. Parecía que estaban buscando a alguien con ese nombre.

Al no saber la conexión entre su ídola y estos seres misteriosos la tenían inquieta, por lo que fue a Aiz para pedir una respuesta. Desafortunadamente, esto no ayudó. Aiz no le contó nada sobre lo que sucedió en la caverna, lo que le dijo Levis, o quién era esta “Aria”.

Un “Lo siento” fue todo lo que la chica rubia ofreció. Con la voz inestable, Aiz probablemente no entendió la situación por sí misma.

—Uwahh… sé que está mal presionar para obtener respuestas, pero…; Ella gimió.

Plop/caida. Ella rodó en la cama.

Su pelo dorado se desplegó debajo de ella mientras miraba hacia el techo.

—Lefiya, ¿estás bien allí?

—… ¿Señorita Tiona?

Al oír una voz suave al otro lado de la puerta, Lefiya se levantó.

Ella se acercó y abrió la puerta para encontrar no solo a Tiona sino a Tione también.

— ¿Estás realmente bien? ¡Eso debió haber sido duro! ¿Deberías estar de pie?

—Y-Ya me he recuperado, como pueden ver…

Tiona saltó por el marco de la puerta, haciendo una pregunta tras otra. Lefiya retrocedió unos pasos.

¡Smack/golpe! Tione golpeó a su hermana en la parte posterior de su cabeza para callarla. La sonrisa de disculpa de la joven Amazona le permitió a Lefiya saber que las hermanas estaban preocupadas por ella y que habían venido para ver cómo estaba.

Los dolores de cabeza y la fatiga por haber sufrido esa Caída de Mente habían sido tan horribles el día anterior que Lefiya se había quedado encerrada en su habitación.

—Solo escuché pocas cosas de Aiz y Bete, así que lo que realmente sucedió está más allá de lo que sé.

—No, idiota. Estas demasiado densa para descubrirlo.

—Ah, ja, ja… Lo acabo de recordar. Ustedes dos fueron parte del grupo que ingresó a los sistemas de alcantarillado, ¿No? ¿Encontraron algo?

Las gemelas amazonas habían acompañado a Finn para investigar la antigua red de alcantarillado debajo de la ciudad al mismo tiempo que Lefiya había estado luchando en el piso 24.

—Encontré algunos de esos monstruos florales, pero nada que yo llamaría útil. Volver a entrar fue una pérdida de tiempo.

Tione se encogió de hombros.

Lefiya se detuvo por un momento, sumida en sus pensamientos… Ver las jaulas de monstruos listos para ser transportados en la despensa significaba que The Evils eran los que los habían traído a la superficie.

Pero había una pregunta diferente en su mente.

—Um, señorita Tiona, señorita Tione… ¿El nombre “Aria” significa algo para ustedes?

Lefiya se sintió horrible por preguntar esto a espaldas de Aiz, pero la idea de permanecer para siempre en la oscuridad sobre este asunto no le permitiría permanecer en silencio.

Tiona y Tione conocían a Aiz mucho antes de que Lefiya la conociera. Pensando que existía la posibilidad de que supieran algo, ella decidió arriesgarse y preguntar.

—¿Aria? Nunca escuché ese nombre ..; Dijo Tione mientras inclinaba su cabeza.

—¿Aria? ¡Oh! ¡Lo sé!; Tiona saltó adentro.

—¡¿Eh?! ¡¿Lo sabes?!

—Sí, lo séeeeeee.

En verdad, Lefiya no había tenido mucha esperanza de que las gemelas pudieran proporcionar alguna información. Entonces el hecho de que Tiona de todas las personas tuviese la respuesta la tomó por sorpresa. —P-Por favor dime todo lo que sabes; Dijo Lefiya con un paso adelante.

—¡Claro!; Respondió Tiona sin pensarlo dos veces.

De repente, la Amazona comenzó a caminar hacia la puerta.

—¿S-Señorita Tiona? ¿A dónde vas?

—¡Oh, a los archivos!

—¿Qué? ¿Por qué querrías ir allí?

Lefiya y Tione la miraron con confusa sospecha, pero a Tiona no le importó. — ¡Porque es más rápido si yo tratara de explicarlo!; Dijo ella mientras avanzaba por los estrechos pasillos con un poco de energía en su paso.

Las tres llegaron a los archivos, abiertos para que los miembros de la familia los usen en cualquier momento, unos minutos más tarde.

Con el aroma de la madera colgando en el aire, las tres chicas se acercaron a filas de estanterías en el medio de la habitación. Las estanterías estaban repletas de libros sobre el Calabozo, estrategias para usuarios mágicos y otros estilos de combate, así como libros increíblemente antiguos que Loki coleccionó por capricho, todos los recursos de la Familia Loki. Las tres chicas encontraron grimorios usados metidos en los estantes de vez en cuando.

—Vi ese nombre todo el tiempo cuando era una niña… Ahora…

Tiona rebuscó en sus recuerdos mientras se abría paso entre los estantes, buscando uno en específico.

Lefiya y Tione observaron a Tiona retroceder varias veces.

—Sé que está por aquí en alguna parte… ¡Ah, ahí estás!

La voz de Tiona se volvió vertiginosa cuando sacó por encima de su cabeza un libro del estante superior.

Sorprendentemente gruesa, la cubierta del volumen mostró una gran cantidad de desgaste acumulado durante muchos años.

Tiona hojeó algunas páginas al azar hasta que encontró lo que estaba buscando. — ¡Sí!; Exclamó con alegría y se lo tendió. Lefiya, más confundida que nunca, ella le quitó el libro.

Las gemelas amazónicas miraron por encima de sus hombros izquierdo y derecho mientras la elfa leía la página.

— ¿No es esto… una historia de héroes?

El libro estaba abierto a la imagen de un héroe y una mujer con el pelo largo parado cerca de él.

La imagen en blanco y negro la representaba con una túnica angelical. El nombre escrito debajo de ella era…

—… La hada Aria.

Junto con la hada, el héroe unió fuerzas con un alto elfo, enanos, semi-humanos, hobbits,

—Ella es un poco diferente cada vez, pero Aria aparece en muchas historias.

—Casi lo olvido. Cuando éramos pequeñas, tu siempre te metías en los libros sobre mitos y leyendas, ¿verdad?

— ¡Claro que sí, hee-hee!

Lefiya ignoró la conversación que se desarrollaba sobre su cabeza y se centró por completo en la ilustración.

… ¿Esta mujer… se parecía a Aiz?

No, esta imagen en blanco y negro no proporcionaba suficientes detalles para estar segura.

La historia en sí se basó en los acontecimientos que tuvieron lugar en los Tiempos Antiguos… una historia que se desarrolló hace más de mil años.

Hadas…

Niños favorecidos por los dioses. Ellos eran prácticamente deidades en sí mismas. Aunque no completamente inmortales, sus vidas podrían abarcar muchos siglos.

Al igual que los elfos, ellos compartían una afinidad con la magia. Sin embargo, las hadas excedieron a los elfos como usuarios mágicos, poseyendo magia superior y la habilidad de realizar milagros.

— ¿El “viento” de Aiz?

Imposible. Lefiya sonrió para sí misma mientras descartaba su conclusión.

Cualquiera podría reconocer inmediatamente a un hada por lo que era, de la misma manera que podría identificar a una deidad. Aiz era ciertamente distante y tenía un aire misterioso a su alrededor, pero carecía de una presencia divina.

Las hadas compartían otra similitud con las deidades en el sentido de que no podían tener hijos. Lefiya descartó todas sus tontas teorías de inmediato.

Tenía que admitir que la belleza elegante de Aiz estaba a la par con las deidades— ¡Pero ese es simplemente su potencial oculto! El corazón de Lefiya declaró para la persona que ella adoraba.

Ella sonrió con un poco de decepción, dándose cuenta de que era solo un caso de identidad equivocada.

Lefiya lentamente cerró el libro.

El título grabado en su portada decía DUNGEON ORATORIA.