Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 3

Capítulo 3: Una Belleza Horrible

Parte 3

 

 

El sable plateado, Desperate, silbó en el aire.

— ¡Roooo-!


Este se conectó en un ángulo con las cornamentas en forma de espada de un monstruo ciervo-

–un Swordstag—y se incrustó directamente en la cabeza de la criatura.

El monstruo agitó sus patas traseras antes de colapsar en el piso del Calabozo con un fuerte ruido.

—Whoaaa. Sabía que eras fuerte, pero… ¡Guau!

Lulune observó la victoria instantánea de Aiz y quedó impresionada.


Su objetivo había caído, pero Aiz no bajó la guardia. Al examinar el área en busca de más amenazas, ella miró por encima del hombro a sus aliados. Su nuevo grupo temporal ya había terminado de limpiar la última oleada de monstruos que encontraron.

Las paredes que los rodeaban estaban cubiertas con una corteza de árbol, y parches de brillante musgo de color azul iluminaban su camino. A medida que los monstruos que se habían vuelto más fuertes con cada piso que pasaban cayeron atrás de ella, Aiz y los miembros de la Familia Hermes llegaron al piso 24.

Este piso estaba muy cerca de ser considerado uno de los niveles más bajos del Calabozo. Si bien carecía de intersecciones y caminos torcidos de los niveles superiores y el resto de los niveles medios, era mucho más grande que cualquier piso anterior. De hecho, los pasillos y las habitaciones eran tan amplios que el grupo de dieciséis aventureros podía luchar libremente sin sentirse confinado.

Al mismo tiempo, el número de monstruos y la frecuencia de encontrar a uno de ellos también aumentaron. Sin embargo, Lulune y el resto de la Familia Hermes apenas sudaron ya que eliminaron sistemáticamente a sus objetivos.

—Lulune… tu familia es bastante fuerte también…

—No tienes que ser tan reservada. Tenemos prácticamente la misma edad ¿Sabes?

Al explicar que tenía dieciocho años, Lulune dijo que quería mantener las cosas casuales.

Aiz asintió con la cabeza mientras el líder del grupo, Asfi, daba órdenes desde el frente de la formación. —Avancen; Ella ordenó.

Tomó unos momentos para que el grupo se formara, y luego avanzaron como una unidad.

—Bueno, no estamos ocultando nuestros niveles solo para que podamos presumir, sabes. Por supuesto que soy bastante buena, pero Asfi y la tripulación pueden luchar tan bien como alguno de los mejores.

En su posición en el medio de la formación, Aiz y Lulune estaban lo suficientemente cerca como para continuar su conversación mientras avanzaban.

Aiz ya sabía cómo entrar, pero el estilo acrobático de Lulune y sus habilidades con los cuchillos eran impresionantes. Como ladrón, a ella no le gustaba participar en intensas batallas campales. Pero cuando llegaba el momento decisivo, ella ayudó a sus aliados con unas tácticas de guerrilla disruptivas, apuntando a las extremidades de un monstruo y aterrizando un ataque a la vez.

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Todos son fuertes, exponencialmente más fuerte con un trabajo en equipo bien organizado…

Cuando se trataba de la Familia Hermes, era difícil señalar cualquier defecto. Incluso los apoyos con las mochilas atadas a sus hombros podrían defenderse.

Un tigre de guerra empuñando tanto un gran escudo y espada, hobbits con hechizos perfectamente sincronizados, elfos con una amplia gama de arcos cortos y hachas de mano a su disposición… Ellos ejecutaron diferentes formaciones y tácticas en batalla tras batalla en su camino a este piso. La primera vez que Aiz vio algo de acción fue derribando a ese monstruo ciervo de antes, prueba de la habilidad de la Familia Hermes en el combate.

Su trabajo en equipo reflejaba la personalidad de su líder. Cada parte de su línea de batalla (vanguardia, centro y retaguardia) tenía un papel específico que jugar. Asfi se hizo cargo de las filas del medio por sí sola, lo que es particularmente temible. Con luchadoras como Lulune, ellos eran extremadamente capaces de coordinar ataques y de responder rápidamente a las siempre cambiantes mareas de combate. Con un centro sólido y confiable anclando a su grupo, los aventureros en las líneas delantera y trasera podrían concentrarse en darlo todo.

Eliminar los movimientos sin sentido y poner énfasis en la eficiencia podría ser su doctrina, pero, por encima de todo, eran fuertes.

En términos de su fuerza como grupo, ellos estaban a la par con los aventureros de primera clase, incluida Aiz, y tan fuertes como las tropas centrales de La Familia Loki, incluso serían más fuertes.

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Aiz nunca le había prestado mucha atención a la Familia Hermes, pero ahora los admiraba.

Especialmente…

Ella miró a la mujer de cabello color azul agua y la capa blanca sobre sus hombros.

Asfi usualmente solía emitir órdenes durante la batalla, casi nunca se unía a la refriega. Pero cuando lo hizo, la forma en que manejaba su espada corta era un espectáculo para los ojos.

Incluso como la líder de unos luchadores hábiles, sus habilidades estaban por encima del resto.

— ¿Oh? ¿Asfi llamó tu atención?

—…Lulune ¿Cuál es su nivel?; Aiz preguntó en voz baja, inclinándose los más cerca que pudo.

—Nivel cuatro; Respondió Lulune sin pensarlo dos veces.

Era justo como Aiz esperaba. Sin embargo, no pudo evitar sentir que había más. La habilidad de Asfi en la batalla casi confirmó esto, y sin duda fue cautelosa para revelar lo menos posible.

La Familia Hermes es mucho más fuerte de lo que todos piensan, ella concluyó en silencio. Aiz decidió hacerle una pregunta a Lulune para averiguar su alcance en el calabozo.

— ¿Qué tan abajo has ido?

—Hasta el piso 30. Pero esos monstruos son bastante fuertes, así que no llegamos muy lejos.

Si ella recordaba correctamente, según los anuncios del Gremio, la Familia Hermes había llegado solo al piso 19. Su progreso real fue casi el doble. Escuchar que la Familia Hermes había puesto un pie en los niveles profundos era sorprendente.

Eso llevó a Aiz a su segunda pregunta, algo por lo que estaba muy curiosa.

—Es increíble que hayan logrado ir tan al fondo sin que otros aventureros lo noten…

Un grupo tan grande yendo tan lejos dentro del Calabozo seguramente atraería la atención y expondría su secreto sobre los niveles ocultos. Al menos, eso fue lo que pensó Aiz.

Lulune sonrió orgullosamente y se jactó, —No lo olvides, nuestro jefe es Perseo. Ella puede hacer increíbles objetos mágicos, y hay uno que evita que nadie más vea—

—Para de hablar, Lulune.

Asfi silenció a Lulune con una aguda advertencia. Su penetrante mirada por detrás de sus gafas plateadas transmitió el mensaje alto y claro: No digas lo que no se puede decir.

—L-Lo siento, Asfi.

—Que dolor…

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Lulune, que había estado aturdida por la emoción hace un momento, intentó hacerse lo más pequeña posible.

Asfi suspiró, asombrada de que una ladrona pudiera ser tan descuidada con esa información confidencial. Ella vino al lado de Aiz.

—Princesa de la Espada, me gustaría tu honesta opinión sobre esta misión.

—… ¿Qué quieres decir?

—Lulune me ha informado sobre el ataque en Rivira, específicamente cómo comenzó. Un extraño vestido con un capa oscura lanzó una misión que involucraba un orbe misterioso…

¿Crees que este asunto sea peligroso?

Asfi insinuó que el asunto de la capa negra significaba que el inusual brote de monstruos también podría estar relacionado con el orbe. Ella quería saber si esta misión podría conducir a otro evento como el que casi destruyó Rivira.

Aiz esperó brevemente antes de asentir afirmativamente. Por lo menos, su opinión como aventurera era que esto no debía tomarse a la ligera.

Asfi hizo todo lo posible para contener otro suspiro al oír eso.

—Entonces, nos metimos en un verdadero lío, ¿No…?

Lulune escuchó todo el intercambio de palabras, y sus hombros cayeron aún más. Sin embargo, Asfi no presionó el punto. Como líder del grupo, era su trabajo mantener a todos unidos.

La Familia Hermes usó su excelente trabajo en equipo para despachar rápidamente a los monstruos que esporádicamente intentaban bloquear su camino cuando Aiz y el grupo avanzaban a través de la ruta principal del piso 24.

La entrada al piso 19 del calabozo estaba debajo del enorme árbol en el medio del piso 18, el punto seguro. El área que se extiende desde allí hasta el piso veinticuatro era conocida como El Colosal Árbol Laberinto

Las paredes y el techo de los pisos estaban cubiertos por una gruesa capa de corteza de árbol, y el patrón en el piso hacía que pareciera que viajaban a través de un tronco de árbol ahuecado. En lugar de las fuentes de luz fosforescente que ocupaban los pisos de arriba, el Colosal Árbol Laberinto estaba iluminado por una suave iluminación azul de parches aleatorios de musgo en la pared.

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Extraños tipos de hojas, hongos grandes y flores con savia plateada se alineaban en los pasillos y habitaciones por donde los aventureros tenían que pasar. La mayoría de las plantas aquí no existían en la superficie. Cada lugar visitado por los aventureros tenía su propia combinación única de colores, algunas habitaciones incluso contenían exuberantes macizos de flores.

Al mismo tiempo, los monstruos que aparecen en este piso son mucho más agresivos que los de arriba, algunos equivalentes o más fuertes que los aventureros de Nivel Dos. Más que nunca, se requirió un trabajo en equipo y cooperación preciso para pasar de manera segura al piso 24.

— ¡Oh! ¡Mira eso! ¡Hojas blancas! Asfi, ¿Te importa si tomo unos pocos?

—Déjalos. Los monstruos te tenderán una emboscada en el momento en que intentes recolectar alguno. No podemos desperdiciar energía o recursos antes de que nuestra misión se complete.

—Las tiendas de toda la ciudad se están quedando sin ellos, también. Podríamos haber hecho una… que desperdicio.

Lulune había divisado un Árbol Blanco cuando cruzaron un pasillo y entraron al fondo de la habitación. Ella inmediatamente se movió para recoger las hojas, pero Asfi la detuvo. La chienthrope era reacia al dejar pasar beneficios fáciles, con la cola caída.

La diversidad de plantas de este piso a menudo proporciona ingredientes deseables para los químicos, dando como resultado muchas misiones que se emiten para esta área. Muchas de las hojas y raíces tenían propiedades curativas tan potentes que comerlas crudas podía restaurar la salud o curar lugares adoloridos. Útil como el componente principal para la curación de artículos, estos coleccionables fueron increíblemente valiosos. Incluso el musgo luminiscente que crece en las paredes podría venderse a un precio decente en la superficie.

El grupo descubrió un árbol de joyas increíblemente raro, un árbol que producía deslumbrantes gemas rojas y azules que podrían venderse por una gran cantidad de dinero, enviando una ola de emoción a través del grupo. Incluso los ojos de Asfi se iluminaron. Les dolió a todos saber que tenían que seguir adelante sin recoger aunque sea uno. Estos árboles estaban protegidos por dragones verdes, los monstruos más fuertes en este piso y un buen enfrentamiento incluso para los aventureros de Nivel Cuatro. Al igual que con los dragones Cadmus en el piso 51, era común que las poderosas criaturas conocidas como guardianes del tesoro cuidaran objetos raros.

Aiz vio un dragón verde tirado en la base del árbol de joyas. Un disparo de adrenalina la atravesó cuando sus ojos verdes se encontraron con los de ella. Sin embargo, ella no quería causar problemas a sus compañeros y no se detuvo a desafiar a la bestia.

El dragón verde cerró los ojos en el momento en que la espadachín rubia y de ojos dorados se alejó, su gran cuerpo se movía repetidamente como si retrocediera por miedo.

—¡…!

—Deténganse.

Aiz fue la primera en reconocer la presencia más allá del pasillo, pero los otros no se quedaron atrás. Asfi inmediatamente levantó su mano, indicando a su grupo que se detuviera.

Dos pasillos se intersectan directamente en su camino. Era difícil distinguirlo con la suave luz azul del musgo, pero unas incontables sombras se movían en la oscuridad. Los aventureros solo necesitaron un momento para reconocer lo que estaban viendo.

Era una procesión de monstruos tan numerosa que era imposible saber dónde terminaba un cuerpo y dónde comenzaba el siguiente. El ancho pasaje estaba completamente lleno.

—Ughh…

La voz de Lulune se apagó al lado de Aiz.

El espectáculo de los monstruos agrupados en el pasillo era tan abrumador que los otros aventureros dieron un paso atrás. Las espantosas bestias continuaban interminablemente como si se tratara de una madriguera oculta, y solo verlo era suficiente para enviar un escalofrío a cualquiera.

Aiz los observó, pensando que tantos monstruos concentrados en un lugar no podían ser natural. Ella nunca había visto a tantos en una sola área, mucho menos yendo por un pasillo en una columna.

El grupo brevemente se quedó asombrado antes de que algunos de los monstruos se dieran cuenta. Algunos se separaron de la corriente, otros siguieron detrás.

—Asfi, ¿Qué hacemos?

—Debemos acabar con ellos de a poco. Acabemos aquí.

La línea de visión de Lulune estaba fija en los enemigos que se aproximaban cuando se dirigió a Asfi. El líder llamó a su compañía: — ¡Prepárense para la batalla!

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Cada miembro preparó un arma, y los aventureros designados llegaron al frente para tomar su lugar en la pared escudo.

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—Usuarios mágicos, comiencen a conjurar. Necesitamos reducir sus números antes del primer contacto—

—Esperen.

Aiz interrumpió a Asfi en medio de sus órdenes.

La mujer de cabello azul lanzó una mirada furiosa a su dirección, pero Aiz dijo tranquilamente:

—Déjamelo a mí.

  • ¿Qué?

Sacando a Desperate de su funda, Aiz embistió hacia la ola que se aproximaba a toda velocidad.

  • ¡H-Hey! ¡¿Qué estás haciendo?!

Los preparativos de la Familia Hermes se detuvieron repentinamente cuando la Princesa de la Espada avanzó sola.

Aiz se enfrentó a sus primeros oponentes casi al mismo tiempo que los gritos de incredulidad de Lulune llegaban a sus oídos.

Un amplio ataque de su sable plateado, y los aullidos de varios monstruos indicaron el comienzo de la refriega.

—¡Oooooooooo———!

El exterminio estaba en marcha.

Los monstruos fueron eviscerados con cada poderoso ataque de su espada, muchos colapsando sin vida. Un ataque mató a tres a la vez mientras ella esquivaba las garras de otra bestia y contraatacaba a mitad de su evasión. Ella se levantó, una melena dorada se extendió detrás de ella mientras cortaba a su atacante con un destello de luz.

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Ella enfrentó al enjambre de frente, encontrando garras y colmillos con acero.

Con cada paso yendo a adelante, las bestias alrededor de Aiz desaparecieron, más exactamente, ensuciaron el piso con sus cadáveres y pequeñas montañas de cenizas.

Su sable era como una barrera. Cualquiera que entrara en su rango se encontró con un destino despiadado. Las cabezas, las extremidades y los trozos de torsos volaban en todas direcciones.

El título de “Princesa de la Espada” ya no parecía apropiado. Aiz usó pura fuerza para dominar los ataques y las defensas de los monstruos, enfrentando a varios enemigos a la vez y dejando un camino de devastación a su paso.

Los rugidos sanguinarios que resonaban en el pasillo unos momentos antes se habían convertido en aullidos de terror.

—……

—……

—… Parece que podemos dejarle todo, ¿No?

—… ¿Quieres ir a casa?

—Sabes que no podemos hacer eso…

Mientras el resto del grupo la observaba en silencio, Asfi murmuró para sí misma y respondió la pregunta de Lulune en voz baja. Ella había reprimido el impulso de asentir antes de rechazar la idea.

Al observar la masacre desplegada ante ellos, los miembros de la Familia Hermes no pudieron evitar preguntarse si su presencia era necesaria.

—¡!

Aiz era vagamente consciente de las muchas miradas que la miraban desde muy atrás, pero no estaba dispuesta a rendirse.

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Si bien nunca permitió que una sola bestia diera un golpe limpio, ella periódicamente tuvo que hacer un gran esfuerzo para bloquear, empujando su cuerpo para moverse aún más rápido.

Si solo hubiera más…

A pesar de los rostros monstruosos que se reflejaban en sus ojos dorados, ella estaba más centrada en las sensaciones de su propio cuerpo.

Aiz estaba poniéndose a prueba, viendo lo que podía hacer. La forma ideal era tener un combate real con monstruos.

Ella se había nivelado.

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