Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Let´s Party?

Parte 1

El sol estaba alto en el cielo. Los relojes alrededor de la ciudad mostraban más de las 10.

Los aventureros que habían pasado por el Gremio rumbo al Calabozo habían desaparecido hacía tiempo, y el vestíbulo estaba prácticamente vacío.

Desde los grupos totalmente equipados hasta los que llegaban tarde, los aventureros restantes se amontonaron frente a un gran tablero de anuncios para encontrar una solicitud que pudieran manejar. Mientras tanto, muchos compartían sus mejores historias del Calabozo, aunque los que escuchaban no estaban seguros de que tanto de esas historias eran cierta.

En medio de todo eso, una mujer joven caminó directamente hacia el tablero de anuncios sin siquiera mirar a los demás.

Ella era una bella elfa con largo, sedoso y negro cabello, y piel blanca. Su equipo de combate se parecía a lo que usaban las sacerdotisas en templos aislados, en su mayoría blancos con muy pocos adornos. Un cuello alto alrededor de su  cuello ocultaba  toda la  piel debajo de su barbilla. Ella era un ejemplo andante de cómo los elfos deben verse y vestirse.

Sus ojos rojos recorrieron el tablero de anuncios, revisando cada publicación individualmente.

Después de un examen exhaustivo de cada solicitud en el tablero, ella frunció el ceño ligeramente. Ella estaba buscando información específica, tan pronto como se dio cuenta de que ninguna de las búsquedas disponibles involucraba el piso 24, se alejó del tablero de anuncios.

Ella continuó hacia el mostrador de recepción.

— ¿Puedo decir algo? La solicitud para investigar el piso 24 no está en el tablero. ¿Que hay sobre la alarmante cantidad de monstruos?

Ella eligió sus palabras cuidadosamente, lo que implicaba que había hecho tal pedido en un intento de engañar a la recepcionista para que confirmara sus sospechas. La semihumana detrás del mostrador se congeló en el acto.

Las orejas caídas sobre su cabeza se crisparon.

—Por favor, espere un momento.

Con eso, la recepcionista desapareció en la oficina detrás del mostrador. La trabajadora del Gremio salió cautelosamente después de unos minutos y calmadamente regresó a su lugar.

—Eso está bajo deliberación mientras hablamos… Me disculpo por las molestias. La joven elfa giró sobre sus talones y se fue sin decir una palabra más.

Mientras se abría paso por el vestíbulo de mármol blanco, la elfa lanzó una sutil mirada sobre su hombro y vio que la recepcionista parecía  confundida, murmurando las palabras bajo deliberación para ella misma.

—¿El Gremio está deliberadamente ocultando información concerniente al piso 24…?

La elfa intentó adivinar las intenciones del Jefe del Gremio basándose en la reacción del empleado.

Una irregularidad en el Calabozo—hubo algunos que querían que esa información se mantuviera en secreto. Ella silenciosamente susurró para sí misma, —… Lord Dionysus debe ser informado.

Un miembro de la Familia Dionysus, la elfa Filvis salió de la Sede del Gremio.

***

En una cuadra de la Calle Principal Norte en el primer distrito de Orario…

En la calle había una tienda de flores con una cantidad decente de tráfico, dirigida por un grupo de chicas semihumanas que no eran miembros de ninguna familia. Un lindo letrero de madera colgaba sobre la puerta que decía DIA FLORAL.

La tienda estaba llena de aventureros—sin afeitar y toscos—que no parecían ser de los que les interesan las hileras e hileras de hermosas flores. Sus verdaderos motivos eran transparentes, pero era bueno para los negocios de cualquier manera.

Una cierta deidad estaba visitando la florería.

—Perdón por molestarte, pero ¿podrías elegir algunas buenas para mí?

—Ah… ¡S-sí, sí! ¡Inmediatamente!

Una joven hobbit se encontró perdida en los ojos deslumbrantes de la deidad por un momento, volviéndose de un color rojo brillante antes de finalmente soltar una respuesta. Mientras agitaba frenéticamente a sus compañeras de trabajo, varias de las chicas cooperaron para armar un ramo.

Mientras tanto, cada una de las trabajadoras trató de robar miradas al dios de  cabellos dorados que se encontraba al frente de la tienda. Dionysus tenía el aspecto de un príncipe de un reino lejano, e hizo que sus corazones saltaran de un latido.

Él no era como los otros dioses con su sentido del humor enfermizo. El equilibrio de sus rasgos faciales perfectos era suficiente para indicar que Dionysus poseía dignidad y gracia excepcionales. Un simple mortal nunca podría rivalizar con él.

Frente a la tienda rebosante de hermosas flores, todos los movimientos de la deidad llamaron la atención de todos.

Con su bouquet completo, Dionysus pagó la cantidad total y agradeció a las chicas por su arduo trabajo. No pasó mucho tiempo antes de que el personal lo rodeara y se armó de valor para hablar con él.

—¿Este es un regalo para una dama?

—Me encantaría que un dios me diera flores.

—¿Oh ho? Pero ustedes son más hermosas que cualquier flor. En ese caso, ¿Por qué no regalo a cada una de ustedes un ramo?

Las chicas solo habían estado bromeando, pero la respuesta de la deidad sonó sincera. Sus expresiones se iluminaron, como si sus deseos se hubieran hecho realidad.

Dionysus entrecerró sus ojos de color cristal y se inclinó más cerca del grupo de chicas emocionadas.

—Provocar caras felices—Eso podría ayudarme justo ahora.

Las chicas chillaron de placer ante la voz suave de Dionysus, como cariño, pero entonces—- Ellas miraron detrás de la deidad, y todo se detuvo.

—……………

Una bella elfa, que aparecía de la nada, los miraba con un rostro perfectamente inexpresivo y sin emociones.

¡Crick! ¡Crick! ¡Crick!/sfx:quebrar

Un sonido antinatural provenía de sus apretados puños.

Las chicas recobraron el juicio y volvieron a la seguridad de su tienda. Dionysus estaba solo, su encantadora cara se desvanecía con cada latido de su corazón. Poco a poco, él se volteó hacia el miembro de su familia que estaba detrás de él.

—E-Eso fue rápido, Filvis…

—Sí. Obtuve información valiosa para ti, Lord Dionysus. Así que volví lo más rápido posible, Lord Dionysus.

Dionysus trató de evitar que su voz temblara como un punto de orgullo como un Dios, y Filvis respondió con un tono frío y serio.

Una oscura emoción se arremolinó silenciosamente en lo profundo de sus ojos carmesíes. Su pesado silencio se apoderó de él, Dionysus se puso tenso… Pero el momento pasó. La deidad dejó que sus hombros se relajaran y le sonrió.

Él sacó una sola flor del interior de su chaleco, completamente separada del ramillete en su mano izquierda.

—Aunque no sé cuánto tiempo llevas parada allí… todo lo que sucedió es lo que las deidades llamamos “servicio oral”. También me ayudaron a elegir esta flor para ti.

Los ojos de Filvis se agrandaron cuando Dionysus le regaló la flor.

En un cambio completo, la elfa se volvió tan dócil que parecía una persona completamente diferente de la chica que había llegado momentos antes.

Un tenue destello de color rosa apareció en las mejillas de la elfa mientras miraba el regalo blanco en sus manos.

—Puedes  ser  una  deidad,  pero  usar  palabras  engañosas…  Estas  solicitudes  superfluas  de afecto son impropias.

— ¿Qué pasa? ¿Estás celosa?

—…Lord Dionysus es la única persona que muestra afecto a alguien como yo.

Filvis pareció encogerse mientras murmuraba en voz baja. Dionysus sonrió de nuevo y habló.

—Ja, ja, ja, qué linda.

—……

La elfa se puso aún más roja cuando la deidad acarició su flequillo. Su toque prácticamente la derritió de adentro hacia afuera.

Parpadeando con otra sonrisa, Dionysus alzó la vista.

—Bueno, ¿debemos irnos? Voy a escuchar cualquier información que me hayas traído, así como cualquier otra cosa en tu mente una vez que lleguemos.

Dionysus detuvo un taxi tirado por caballos con el ramo de flores en el brazo. Él y Filvis subieron un momento después.

***

Había un cementerio lleno de innumerables lápidas ubicadas en la parte sureste de la ciudad.

Oficialmente llamado el Primer Cementerio, se lo conocía comúnmente como el Cementerio de Aventureros, dedicado a aquellos que perdieron la vida todos los días en el Calabozo. Con más piedras que se agregan constantemente, se construyeron dos cementerios más, el segundo y el tercero, en la cima de una pequeña colina al norte, fuera de la muralla de la ciudad, para acomodarlos a todos.

Los aventureros que dejaron su huella en la historia, aquellos conocidos como héroes, que datan de los Tiempos Antiguos, recibieron monumentos más grandiosos frente a la Sede del Gremio. Grandes monumentos construidos en su honor decoraron los jardines. Gente de todas las razas y familias se reunieron aquí para rendir homenaje a sus antepasados dejando unos ramos de flores.

Dionysus y Filvis bajaron por la escalera y caminaron entre las tumbas.

—……

Ellos llegaron a un terreno que la familia había comprado en un rincón del cementerio. Ya había muchas lápidas dentro. Dionysus dio un paso hacia tres de las tumbas más recientes y colocó el ramo de flores frente a ellos con sus propias manos.

En realidad, había muy pocos cuerpos descansando debajo de la superficie. Era raro que las condiciones en el Calabozo lleno de monstruos permitieran que los cuerpos de los aventureros asesinados volvieran a la superficie. Por lo tanto, la mayoría de las tumbas no eran más que una representación simbólica de los aventureros. Ese no era el caso de los antiguos niños de Dionysus, que habían conocido su destino sobre el terreno no hace mucho tiempo.  Sus cuerpos habían sido colocados en ataúdes y enterrados en un área relativamente desocupada del lote.

Como deidad, Dionysus sabía que el acto de colocar flores en una tumba en última instancia no tenía sentido. Las únicas cosas debajo del suelo eran cuerpos de carne y hueso sin vida. No hubo arrepentimientos que debían ser aliviados, ni espíritus temerosos buscando venganza. Sus oraciones deberían haber sido por la misericordia de las deidades en Tenkai. Él hizo estas ofrendas principalmente por respeto a las costumbres de este mundo.

Pero también era la forma en que Dionysus expresaba su gratitud a sus seguidores.

—Restringir información sobre el piso 24, ¿Estarán ellos…?

—Sí. Ni una simple solicitud se ha publicado.

Después de colocar el ramo frente a la lápida, Dionysus se detuvo por un momento y le pidió a Filvis que le diera los detalles detrás de su hombro.

Ellos estaban completamente solos en el cementerio mientras la conversación continuaba.

—Durante mi reciente viaje a Rivira, muchos estaban preocupados con la alarmante tasa de avistamientos de monstruos. Ellos opinaban que sería aconsejable evitar viajar por debajo del piso 20 hasta que el Gremio proponga un plan para corregir la situación.

La razón por la cual la Familia Dionysus estaba al tanto de los acontecimientos que ocurrían en el piso 24 fue porque Filvis había viajado al piso dieciocho, un punto seguro, para adquirir información.

La deidad escuchaba todo lo que su seguidor tenía que decir.

—Estoy  de  acuerdo.  Es  extraño  que  el  Gremio  no  haya  emitido  una  misión  bajo  estas circunstancias…

Murmurando para sí mismo, Dionysus agregó que sería de sentido común para el Gremio investigar un Irregular de esta naturaleza.

El Gremio era lo más cercano que Orario tenía a un cuerpo gobernante, y tenía la autoridad para solicitar el poder y los recursos de cada familia al emitir una “misión”—–una búsqueda urgente.

—Los miembros de más alto rango del Gremio… no, ¿Quizás Ouranos está detrás?

¿Es esta una forma de prevenir el pánico generalizado? ¿O un plan para resolver rápidamente este problema que involucra a la menor cantidad posible de personas?

Dionysus frunció el ceño ante la posibilidad de que el dios al mando del Gremio, Ouranos, pudiera tener su propio ejército privado y que se estuviera movilizando en este mismo momento.

—¿Qué haremos, Dionysus -sama?

Dionysus permaneció en silencio incluso después de que su seguidor hiciera la pregunta. Al final, él se volteó para mirarla.

—¿Por qué no vemos lo que Loki puede hacer?