Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 9

Capítulo 3: Igni Y Wataru

Parte 5

# La Perspectiva De Keima

Las llamas rojas brotaron de la barbilla del Dragón de Llama mientras se preparaba para lanzar fuego sobre el Héroe. Pero el Héroe se dio cuenta y se deslizó debajo de la cabeza del dragón para golpear la empuñadura de su espada contra su barbilla. El fuego explotó dentro de la boca cerrada a la fuerza del dragón. Pero los dragones de llamas eran avatares de fuego. Ni siquiera el fuego más poderoso del mundo, ni siquiera su propio aliento de fuego podría lastimarlos. Para el Dragón de la Llama, era como si hubieran suspirado con la boca cerrada y nada más.

“¡Déjenme esto a mí! ¡Salgan de aquí!” “¡¿Cómo vas a manejar esto?!”

“¡Voy a… derrotar al dragón!” El héroe se enfrentó al enorme dragón sin dar un paso atrás, porque detrás de él estaban sus aliados. “¡Estaré bien!

¡No te preocupes, estoy seguro de que se calmará una vez que le corte la cola y haga un filete!” Bromeó, y el dragón escupió fuego como si se riera.

“¡Graaah! ¡Me diviertes! ¡Déjanos ver si tu mordisco puede estar a la altura de tu ladrido! ¡Jaja, qué día tan fantástico! ¡Estaré por siempre agradecido por este encuentro casual! ¡Ahora, divirtámonos!”

“¡Deberías saber cuán peligrosa es mi mordida! ¡No me digas que olvidaste quién te hizo ese rasguño en el cuello!”

“¡Oh, lo recuerdo! ¡Y eso es exactamente por qué estoy tan feliz! ¡Eres fuerte, y eso es lo que amo! ¡A ver si puedes seguirme, pequeño…! ¡Y trata de no morir!”

“¡UWOOOOOH!”

El dragón y el héroe bromearon  entre ellos.  Era como si estuvieran hablando diálogo directamente desde una obra de teatro. Era una escena de leyendas, aptas para el coraje del héroe. De hecho, fuimos testigos del nacimiento de una leyenda…

… O al menos, desearía que eso fuera lo que estaba pensando. En cambio, mi mente se llenó de un pensamiento mientras observaba vagamente a Igni y Wataru luchar a niveles sobrehumanos: ¿Cómo salió todo tan mal? Ya casi estábamos allí, luego Igni lo arruinó todo. ¿Qué le pasó a ella? Por qué está actuando como una villana barata con todo eso ‘Muéstrame tu poder!’ ¿Basura?

“¡Vamos, Keima, tenemos que salir de aquí! ¡Vamos a ser un peso muerto para él!”

“Ahhh, sí, claro…” Oh, ahora lo entiendo. Wataru es el tipo del que hablaba Ittetsu, el que cortó a Igni. Supongo que no puedo culparla por volverse loca aquí. Para ser honesto, parece que su único amor verdadero llegó para casarse con ella.

“Ni siquiera te importa, ¿verdad, Keima? Si tuviera bolas, desearía que fueran tan grandes como las tuyas”, dijo Roppe.

“Sí, así es el Maestro”, dijo Ichika encogiéndose de hombros. “Estamos muy orgullosos de él”, agregó Niku.

Gozou me agarró del brazo y me arrastró fuera de la sala del jefe. Muy bien, qué hacer ahora. Es una broma. Hice un plan B con Ittetsu específicamente para esta situación. Probablemente va a tratar de echar a Wataru por lastimar a su hija, pero bueno, estoy seguro de que Wataru sobrevivirá. Y puedo confiar en Ittetsu para evitar lastimar a uno de mis aliados. Seguro. Sin lugar a duda. Quiero decir, tal vez no lo hará. Tal vez una probabilidad del uno por ciento de que lo suelte. Tal vez.

“Escuchen, equipo. De hecho, tengo un truco más bajo la manga. Ahora es un buen momento para sacarlo”.

“¡Oh! C-Cierto, mencionaste algo así”.

“Convenientemente, hay una pequeña habitación cerca. Vamos a movernos allí por seguridad primero”. Guie a Gozou y a los demás a la pequeña habitación, eliminando así a todos los invasores del pasillo, lo que permitiría a Ittetsu ubicarse allí. Luego saqué un pergamino con lo que parecía un círculo de invocación de {Almacenamiento} y lo tiré al pasillo.

Una tormenta de fuego rodeó el pasillo. El humo blanco voló en el aire, bloqueando nuestra visión. Cuando se despejó, había un lagarto gigante del tamaño de un pequeño camión en el pasillo: Ittetsu la Salamandra. Sus escamas rojas eran evidencia de su sintonización de fuego. Estaba cubierto de cicatrices intimidantes, pero en realidad era un gigante gentil. Y justo después de ser convocado…

“¡Maldito idiota! ¡Invócame más rápido!” Gritó antes de cargar en la habitación donde Igni y Wataru estaban peleando. Hmm, me pregunto de cuál de ellos se apresurará para sacar la mierda. ¿Probablemente Wataru, ya que estaba escuchando?

“¿K-Keima? ¿Qué demonios fue eso?” preguntó Gozou vacilante. “… Uhhh, él es un amigo mío”.

“Oh mierda. ¡Heeey, Wataru! ¡Ese tipo lagarto es un amigo, no lo lastimes!” “¡¿Qué?! ¡Oh, lo siento!”

“¡¿Guh?!” Me asomé a la Habitación del Jefe y vi que llegué un segundo tarde. Wataru acababa de aterrizar un golpe limpio en Ittetsu. Probablemente un contrataque, por lo que parece. Como era de esperar, Igni se había congelado después de verlo.

“¡Muy bien, Wataru! ¡Ven aquí!” “¡¿Qué?! ¡P-Pero el dragón…!”

“¡No te preocupes por eso! ¡Ven! ¡Ittetsu, encárgate del Dragón de las Llamas!”

“Beh, guh, eso-eso duele un poco… Tch, ¡está bien! ¡Déjamela a mí!” Levantó su garra como si alguien pudiera levantar el pulgar, lo cual era bastante confiable. Sin embargo, escuché el chasquido de la lengua. Parecía que estaba corriendo para golpear a Wataru después de todo.

“¡No te metas con mi vida! Vete, Pa…” “¡GRAAAAH!”

“¡¿Nghaah?!” Antes de que Igni pudiera terminar de decir ‘Papá’, Ittetsu le dio un puñetazo en la mejilla.

“¡¿Por qué haces eso?! ¡Idiota!” Levantó su cola en forma de tronco y la golpeó contra Ittetsu.

“¡Eso duele! ¡Para ya!” Pero Ittetsu recibió el golpe sin pestañear. Dijo que dolía, pero seguro que no lo parecía. Supongo que un golpe humano con esa cola habría sido enviado volando hasta que se estrellara contra la pared y se convirtiera en pasta, ¿sí? Los papás seguro son fuertes.

Y así, otra batalla inhumana comenzó entre Ittetsu e Igni… literalmente inhumana esta vez. Era como dos monstruos gigantes peleando en una película, pero lo ignoré y me concentré en sacar a Wataru de la Sala del Jefe. Una vez afuera, cerré la puerta detrás de nosotros.

“E-Er, ¿Keima? ¿Qué demonios fue eso…?”

“Ese, mi amigo, era mi plan de respaldo. Lo mencioné en el camino aquí,

¿recuerdas?”

“Ohhh… te recuerdo hablando de tener otro plan. Pero, er, ¿eso era realmente?”

“Hey, ¿te mentiría? Esa fue mi carta de triunfo.” Abrí la puerta de la sala del jefe y miré adentro. Ittetsu estaba en medio de ejecutar lo que se parecía mucho a un lanzamiento de judo Kubi-Nage sobre Igni. Wow, tiene algo de habilidad.

Seguí mirando la acción por un momento, hasta que finalmente Gozou me dio una palmada en el hombro. “Hey, Keima. Ya sabes, solo estoy preguntando esto para estar seguro, pero, ¿sería eso Salamander, el espíritu del fuego?”

“Bueno, definitivamente es una salamandra. Somos amigos”, respondí, lo que hizo que los ojos de Gozou se abrieran de par en par por la sorpresa.

“¡Ti-Ti-Tienes que estar bromeando conmigo! ¡Esa es la maldita Salamandra! ¡El espíritu del fuego mismo!”

“Oye, no me grites así en el oído. Ya puedo oírte bien.”

“Agua, tierra, fuego, aire. ¡Cada uno de los cuatro elementos principales está regido por espíritus, y Salamander es el espíritu de fuego! ¡Es una leyenda que incluso los niños conocen! ¡¿Y son amigos?!” Uhhh, en realidad es un Dungeon Core de tipo Salamander, así que no estoy completamente seguro de qué decir al respecto. Lo estás haciendo sonar como si solo hubiera una Salamandra, pero uh… Huh.

“Salamandra… Ya veo. Los dragones de llamas son puro fuego, lo que significa que no podrán arañar a Salamander”. Wataru analizó la situación con calma.

“¡Ah, maldito infierno! ¡Siempre me sorprendes Keima, pero ni siquiera esperaba que tuvieras un as como este bajo la manga! Pensar que tienes a Salamander sirviéndote…”

“¡Hey, maldito enano! ¡Puedo oírte, y no estoy sirviendo a nadie!”

“¡Gaaah! ¡Perdóname, Salamandra! Yo, er, ¡quería decir que pensaras que NO tienes a Salamander sirviéndote! ”

Ittetsu tenía orejas sorprendentemente afiladas, y Gozou se arrojó instintivamente al suelo para disculparse después de que le gritaran. A pesar de que dicho suelo estaba extremadamente caliente. No estaba al nivel de una sartén calentada, pero al menos estaba tan caliente como una sauna.

“Los enanos viven en una armonía tan estrecha con el fuego y la tierra que deben lealtad a Salamander, el espíritu de fuego y Gnome, el espíritu de la tierra”, explicó Wataru.

“Por cierto, lo golpeaste con fuerza en la boca”.

“¡Él fue quien me sacó de la nada! ¡Mi cuerpo reaccionó antes de que pudiera pensar! ¡Ayúdame a disculparme con él, Keima!”

“Claro, pero ese será otro favor que me debes”. Miré hacia atrás en la habitación y vi que Ittetsu sostenía a Igni contra el suelo. Bien, debería ser seguro entrar allí ahora.

“De todos modos, no te preocupes, Ittetsu es más agradable de lo que parece. Estoy seguro de que te perdonará”. Después de algunos golpes, al menos.

***

# Perspectiva De Ittetsu

Ittetsu, que finalmente fue llamado por Keima y se le dio la oportunidad de actuar, entró en la Sala del Jefe. Pero su primer objetivo fue el humano llamado Wataru. La razón es que, según lo que había escuchado, Wataru era el hombre que había lastimado el cuello de Igni; en otras palabras, el hombre del que se había enamorado a primera vista.

“¡Toma esto!” “¡¿Eh?!”

Ittetsu lanzó un puñetazo a toda potencia directamente con su puño derecho (pie con garras). Cuando se dio cuenta de que un golpe así aplastaría a un humano y comenzó a reconsiderarlo, su puño ya estaba a centímetros de Wataru. Pero Wataru se agachó al instante para esquivar el golpe y acercarse a Ittetsu. Oh sí, acabo de ver que le hago esto a Igni. Este tipo es bueno para acercarse y…

“¡Heeey, Wataru! ¡Ese tipo lagarto es un amigo, no lo lastimes!” Keima gritó.

“¡¿Qué?! ¡Oh, lo siento!”

“¡¿Guh?!” Salió el uppercut. El hecho de que golpeó más fuerte de lo que Ittetsu esperaría de un humano probablemente tuvo que ver con su propio impulso. Se sentía como si una estaca hubiera sido clavada en su cráneo. Lo cual, pensando en ello, significaba que el puño del humano era lo suficientemente fuerte como para detener el peso total del cuerpo de Ittetsu y enviarlo a volar.

“¡Muy bien, Wataru! ¡Ven aquí!” “¡¿Qué?! ¡P-Pero el dragón…!”

“¡No te preocupes por eso! ¡Ven! ¡Ittetsu, cuídate del Dragón de las Llamas!”

“Beh, guh, eso-eso duele un poco… Tch, ¡está bien! ¡Déjamela a mí!” Ngh, no esperaba un contrataque así. No queriendo mostrar las lágrimas patéticas en sus ojos, Ittetsu levantó los pulgares sin darse la vuelta.

“¡No te metas con mi vida! Vete, Pa…” “¡GRAAAAH!”

“¡¿Nghaah?!” Ittetsu le dio a Igni un fuerte golpe en la mejilla antes de que pudiera decir algo incriminatorio.

“¡¿Por qué haces eso?! ¡Idiota!”

“¡Eso duele!” ¡Cállate ya!” Igni estaba pasando por uno de sus ataques habituales. Todas las cicatrices que cubrían el cuerpo de Ittetsu provenían de Igni. Criar hijos era una batalla (literalmente), y él ya estaba acostumbrado a luchar contra ella.

Keima cerró la puerta de la habitación del jefe. Con ese héroe llamado Wataru fuera de la habitación, Ittetsu finalmente pudo hablar con Igni. Él siguió adelante y usó el lenguaje del dragón solo para estar seguro.

“Heya, Igni, ¿estás despierto ahora? ¿Eh?”

“¿De qué estás hablando, papá…? ¡No estoy medio dormido ni nada!” “¡Jajaja! Pero jodidamente arrojaste el plan de Keima a la cuneta”.

“E-Eso fue solo… quiero decir, ¡no esperaba que Wataru viniera! Le prometí que le daría la bienvenida, ¡y él también se estaba metiendo! Además, estaba hablando de comerme la cola y todo… ¡Aprieta!” Igni movió su enorme cuerpo de dragón con entusiasmo. De hecho, era la imagen de una chica enamorada.

“¡¿Eh?! ¡Ese cabrón no solo te cortó el cuello, ¿sino que estaba hablando de ese tipo de basura?!” En efecto. En el mundo de los dragones, comer partes del cuerpo de alguien tenía una connotación bastante lasciva. Era una declaración de que los estarías dominando y haciéndolos tuyos. Dicho en términos más simples, era una propuesta. No muchos dragones realmente se cortaron y comieron partes el uno del otro, pero las colas de dragón volvieron a crecer si solo se cortaba una pequeña parte, por lo que cuando se comió fue con colas. También había magia de restauración.

“¡Eso no sucederá en un millón de años!”

“¡¿Por qué no?! ¡Él acaba de apagar tus luces! ¡Wataru es fuerte! ¡Es especial!”

“¡Cállate!” Ittetsu arrojó a Igni sobre su hombro para callarla. “¡Nghaah!”

“Sé que hay algunos humanos fuertes, ¿de acuerdo? Lo entiendo.” “E-Entonces, ¿cuál es el problema…?”

“¡No me gusta! ¡Mi alma me está gritando que le diga que se vaya a la mierda!” Ittetsu estaba haciendo un berrinche paternal. En ese momento, escuchó al enano de antes: “Pensar que tienes Salamander…” Oh, mierda, la puerta está abierta. ¿Cuándo sucedió eso?

“¡Hey, maldito enano! ¡Puedo oírte, y no estoy sirviendo a nadie!”

“¡Gaaah! ¡Perdóname, Salamandra! Yo, er, ¡quería decir que pensaras que NO tienes a Salamander sirviéndote!” Ittetsu rugió por instinto para protegerse. Eso funcionó, ¿verdad? Si, seguro.

“Tch, hablaremos más tarde. Igni, solo cállate y déjame sujetarte.” “Nuh-uh”.

“No me nuh-uh. Sabes que nuestro plan se ha arruinado por ti, ¿verdad?” “Lo haré si dejas que Wataru y yo estemos juntos”.

“… Muy bien, lo pensaré”.

“¡¿De verdad?!”

“De verdad. Oh, lo pensaré bien. Así que volvamos a poner en marcha este plan. ¿Suena bien?”

“¡Bueno!”

Lo pensaré, pero estoy seguro de que no dejaré que suceda, pensó Ittetsu con una sonrisa oscura en el interior. Él inmovilizó a Igni, y no pasó mucho tiempo antes de que Keima entrara con sus compañeros.

“Oye, ¿todo está bien aquí?”

“Sí, solo échale un vistazo. ¡Bien! Escucha, ¿Dragón de llamas? ¿Quieres morir aquí o quieres salir de la montaña? ¡Escoja realmente cuidado ahora!”

“Ngh, grrr… me voy a ir… ¿Mm? ¿Mmmm? ¡Espera, ahora que lo pienso, nunca dijiste que nos aceptarías!” Oh no. La hija de Ittetsu, que a veces solo era inteligente de la manera más extraña, comenzó a gruñir. Si tan solo se hubiera dado cuenta después de que todo hubiera terminado.

“¡ME ENGAÑASTEEEE!” Ella rugió, disparando directamente al techo. Parecía blanco, una señal de que estaba realmente enojada. Ittetsu le puso una mano (garra) en la cabeza.

“Uh, Ittetsu, ¿de qué va todo eso?”

“Mi error, Keima. Parece que no pude comunicarme con ella. Voy a intentar hacer una terapia de puño, dame cualquier ayuda que puedas”. ¡Tenemos que noquearla y arrastrarla lejos de la montaña! No sé cuánta ayuda serás, Keima, ¡pero trata de no morir!