Youjo Senki (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: Operación Aldaba

Parte 4

2 DE JULIO, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, OFICINA DEL ESTADO MAYOR, OFICINA DEL DIRECTOR ADJUNTO DEL CUERPO DE INTENDENCIA

El Teniente General von Zettour estaba revisando los informes desde el frente mientras cenaba tarde en su oficina. Unos pasos tensos y apresurados lo interrumpieron en sus deberes.

Cuando levantó la vista y vio a su subordinado de pie allí, se sintió confundido por un momento.

Era el prometedor talento del Coronel von Lergen. El Cuerpo de Intendencia y las Operaciones en el Estado Mayor habían peleado por él, y el propio Zettour tenía en alta estima al hombre.

Cuando voló furiosamente a su oficina, Zettour frunció ligeramente el ceño y preguntó: “Qué pasa?”

“¡General von Zettour! ¿De verdad pondrá a la Coronel von Degurechaff a cargo de un Kampfgruppe?”

La pregunta se aclaró en el momento en que Lergen abrió la boca. Para bien o para mal, era uno de los oficiales sensatos del ejército. Para decirlo de otra manera, era alguien que tenía miedo de las acciones más exageradas de Degurechaff… Durante la investigación, había defendido la conducta de Degurechaff, pero finalmente pensó que ella inevitablemente los arruinaría; por lo tanto, no confiaba en ella.

Y sus temores estaban bien fundados. Como se sabía tanto dentro como fuera del Estado Mayor, incluso Zettour, que la valoraba tanto, originalmente tenía las mismas preocupaciones que Lergen.

Pero para él, tales preocupaciones ya no tenían sentido. Para ganar, estaba preparado para tragar cualquier píldora, no importa cuán amarga fuese.

Esto era la guerra. No podían ser exigentes con sus métodos. Zettour había decidido que incluso si los efectos secundarios fueran agonizantes, podrían arrepentirse tanto como quisieran después de ganar la guerra.

“Lo que me gustaría saber.” Dijo Zettour. “Es donde escuchó sobre esto, Coronel von Lergen. ¿Cómo obtuvo acceso a esta información de Operaciones? Debería ser confidencial incluso dentro del Cuerpo de Intendencia.”

“General, perdóneme por decirlo, pero la Coronel von Degurechaff ya ha ido demasiado lejos. ¡Acabo de recibir un informe de que ha cooptado un batallón de la Segunda División de la Guardia guarnecida en la capital con la excusa de que es necesario para su indagación de investigación para el Estado Mayor!” La saliva salió volando de su boca, estaba tan furioso.

Aparentemente, se había enterado de la formación del Kampfgruppe a través de un incidente que afectaba a su propio departamento.

Bueno, supongo que es tan sobresaliente como siempre, pensó Zettour con un suspiro.

“Pero esa debe ser la forma en la que la Coronel von Degurechaff de ‘apropiadamente’ manejar las cosas.”

En el ejército, el uso “apropiado” esencialmente significaba explotar todo lo disponible.

Aunque había dicho “una forma” de discreción, esto sucedió directamente después de que le dijo que se lo darían. Se dio cuenta de que tenían suerte de que ella no hubiera cooptado armas.

Se trataba de una interferencia límite en el mando supremo, pero esta era Degurechaff. Seguramente, ella tenía algún tipo de justificación preparada. En cuyo caso, no había ningún problema. No tenía ganas de quejarse.

“De cualquier manera, la Segunda División de la Guardia, junto con la Primera, está encargada de defender la capital. Teniendo en cuenta sus conexiones con la corte, nunca se desplegarían en combate, pero tienen equipos de alta calidad. Tal vez deberíamos estar impresionados con ella aprovechando lo que está a la mano.”

“… Es cierto, la Segunda División de la Guardia no está haciendo mucho de nada en este momento, pero claramente está sobrepasando su autoridad.”

“Eso es suficiente. Probablemente no debería decir nada más, Coronel.” No tenía ganas de escuchar nada más, y lo hizo entender fuerte y claro. “¡¿General?!”

“La Coronel von Degurechaff es una oficial de campo experto. Los soldados de las Divisiones de la Guardia son de élite… a diferencia de los miembros clave conectados a la corte. ¿No cree que es una combinación óptima?”

“Pero…” Lergen trató de protestar, pero Zettour le suspiró. “No podemos permitirnos que se queden de brazos cruzados.”

Las solicitudes de las líneas del frente transmitían la gravedad de la situación. Degurechaff había ofrecido un plan para mejorarla. Y era emplear con flexibilidad un Kampfgruppe compuesto por múltiples ramas militares en el método eficiente preferido del Ejército Imperial.

Dicho esto, aunque el informe de Degurechaff fue brillante, era innegable que, a este ritmo, seguiría siendo la teoría de escritorio. ¿Cuánta doctrina puedes realmente proclamar si no ha sido probada?

“Para verificar realmente su practicidad en el combate y mitigar las dificultades en las líneas del frente, es difícil evitar emplear la unidad en una prueba, y la única forma de hacerlo es poner al que se le ocurrió la idea a cargo.”

Entiende eso, ¿verdad? Zettour preguntó con sus ojos, y Lergen se quedó sin palabras. Eso era cierto; era de entendimiento común que prácticamente no había oficiales mágicos que también fueran comandantes tan sobresalientes.

No, se podría decir que simplemente no existían.

Y Degurechaff era esencialmente la única que podía utilizar el equipo de lucha contra incendios del Estado Mayor General, el 203vo Batallón de Magos Aéreos, en todo su potencial. Si el batallón formado por esa gran comandante iba a ser el núcleo del nuevo Kampfgruppe, entonces, en última instancia, su comandante tendría que ser Degurechaff.

“Como ese es el caso, he decidido que ahora es el momento de implementarlo en las líneas del frente. Coronel von Lergen, no creo que un funcionario de su calibre requiera más explicaciones que eso, pero ¿qué dice?”

“Humildemente le agradezco su amabilidad y los elogios inmerecidos. Pero si así es como se siente, perdóneme por ofrecerle mi opinión: ¡Al menos debería colocar a la Coronel von Degurechaff y su Kampfgruppe en el sur del continente!”

“Ya no podemos aguantar más allá. El General von Romel ha estado luchando durante casi un año, pero no podemos ser arrastrados a una guerra de material.”

El Cuerpo de Ejército Expedicionario del Sur del Continente había sido enviado como una forma de sacudir suavemente el status quo de la lucha.

Zettour tomó la decisión de enviarlos de mala gana; fue con fines políticos. Se las arreglaron para lograr victorias tácticas continuas… pero como se esperaba, los informes que llegaron dijeron que estaban luchando contra la fuerza de suministros del enemigo.

La Mancomunidad estaba abasteciendo sustancialmente a los Republicanos, y la postura neutra poco sincera del querido aliado del Imperio, el Reino de Ildoa, era increíblemente sospechosa.

Y además de eso, debido a las frecuentes incursiones en la flota de transporte de la Armada de la Mancomunidad y los magos marinos, la situación del suministro de las fuerzas expedicionarias poco extendidas había pasado de ser lamentable a casi desastrosa.

El General von Romel era un experto en la guerra de maniobras, pero con un desequilibrio de fuerza fundamental, había pocas esperanzas de que pudiera contrarrestar la inferioridad estratégica con victorias tácticas.

Como ya habían logrado su objetivo inicial de crear una distracción, la idea de comprometer más tropas en este punto solo se pudo resolver con confusión.

“Pero podemos apuntalar la disparidad de suministros. ¿No sería ese el lugar para que Degurechaff brille, como cree que lo hará? ¿No podría enfrentarse a los magos marinos de la Mancomunidad?”

“Por un tiempo, estoy seguro de que podría, pero sólo sería una gota en el océano.”

Las cantidades fundamentales de compromiso de suministros eran demasiado diferentes. Todo lo que Zettour podía hacer fue hacer una mueca como si hubiera estado chupando limones y lamentar la vergüenza del Ejército Imperial.

“Múltiples informes dicen que el material está siendo suministrado directamente al Ejército de la Mancomunidad y los restos del Ejército Republicano… er, la República Libre, ¿cierto? De una fuente no confirmada.” Era exactamente como habían temido.

Quería llorar, ¿es Degurechaff un demonio? Tal como lo había predicho su informe, cantidades masivas de bienes militares fabricados por los Estados Unidos fluían hacia el sur del continente a través de la Mancomunidad como camuflaje.

Y aparentemente, venían directamente de los Estados Unidos.

Lo que es peor, estaban haciendo acuerdos a propósito con empresas privadas y transportando cosas en barcos de nacionalidad neutral. Incluso si el Imperio quisiera hundirlos, los barcos eran de un tercer país. O ese.

El hundimiento o la inspección podrían invitar a los Estados Unidos a la guerra. Al menos, eso es lo que afirmaba el artículo de Degurechaff de hace tanto tiempo.

Su afirmación de que los ejecutivos de los Estados Unidos esperaban que el Ejército Imperial hiciera exactamente eso tenía una alta probabilidad de ser cierta.

“… Coronel von Lergen. Sabemos, debido a una curiosa filtración, que cierto país está enviando suministros directamente al sur del continente.”

“¿Huh?”

“La filtración se hizo a propósito.”

Básicamente, alguien de la Mancomunidad o de los Estados Unidos con un interés pervertido en provocar un ataque imperial a los barcos de los Estados Unidos tuvo la amabilidad de avisarles.

La única forma de evitar un conflicto sería bombardear el puerto de descarga.

Pero en el sur del continente, incluso eso sería difícil. Tendría que ser una incursión desde gran altitud. Dadas las escasas posibilidades de alcanzar su objetivo, la única forma de hacerlo sería bombardear el área.

La flota aérea imperial ya estaba totalmente comprometida en los frentes occidental y oriental.

Dadas las circunstancias, era imposible concentrar la cantidad necesaria de bombarderos en el sur del continente.

Y también estaban atados por magos. Sería demasiado difícil sacar una unidad completa de las líneas principales.

Por lo tanto, actualmente, no tenían movimiento para hacer.

“Hay una filtración con respecto a la asistencia de ese país. Aparentemente, la cantidad de suministros que fluye es indudablemente enorme. De manera irritante, no tenemos forma de detenerla.”

“¿Los Estados Unidos están enviando suministros directamente al sur del continente? Sabemos que tienen tropas trabajando con las fuerzas de la Mancomunidad, pero… el apoyo directo a una zona de combate es… ¿No era política del Congreso ser un tercero neutral?”

“El presidente parece haber tomado una postura diferente.”

Aparentemente, las buenas damas y caballeros de los Estados Unidos consideraban que su país era neutral. Y era un verdadero dolor de cabeza, pero incluso querían continuar las relaciones comerciales normales con el Imperio.

Si eso fuera todo… Zettour hizo una mueca.

Si eso fuera todo, seguramente serían socios comerciales deseables. Pero el presidente de los Estados Unidos parecía tener una opinión diferente a la de los votantes.

“… ¿Qué hará?”

“Nuestro Imperio puede ser grandioso, pero tenemos nuestras manos llenas con la Federación y la Mancomunidad. Quiero evitar comenzar cualquier otra cosa.”

Finalmente, si no tuvieran forma de mitigar el daño, involucrarse sería demasiado costoso. Sólo podía pensar que la facción pro guerra de los Estados Unidos los estaba provocando abiertamente. No había necesidad de que el Imperio mordiera esa manzana envenenada por su cuenta.

“Por supuesto, es agravante ver impotente a nuestro enemigo disfrutando de esos beneficios.”

Por eso tenían que ganar en el este. Si eso se podía lograr, nada estaba fuera de los límites. Todo lo que importaba era si beneficiaría al Imperio o no. Todo tenía que ser considerado en consecuencia.

“Así es, Coronel. Para ganar, necesitamos obtener resultados en el este. Así que voy a tener a Degurechaff causando estragos en las líneas orientales.”

“… Sí, señor.”

……

A mitad de la Gran Guerra, surgió un serio conflicto dentro del Estado Mayor del Ejército Imperial con respecto a la política general de guerra. El General von Zettour, que había liderado sus esfuerzos en el frente del Rhine en general, y sus seguidores formaban la facción occidental.

Abogaban por una estrategia de sangría, drenando al enemigo con el tiempo hasta que muriera.

Por otro lado, la facción oriental, compuesta principalmente por personas involucradas en el ejército oriental, priorizaba el frente oriental.

Abogaban por una estrategia decisiva para terminar la guerra rápidamente con cerco y aniquilación.

La facción occidental condenaba enérgicamente la idea de una batalla decisiva como demasiado arriesgada. Zettour, especialmente, que seguía la Doctrina de Contención de Desgaste, quería evitar las ofensivas a gran escala. La guerra de trincheras les había enseñado el mérito de los avances descentralizados y las tácticas de cerco, pero era extremadamente escéptico de ir a una ofensiva mientras su enemigo tenía la ventaja.

Mientras tanto, la facción oriental propuso su estrategia sobre la premisa de que la Federación tendría superioridad numérica. Bajo esa suposición, el plan propuesto de la facción occidental debía considerarse poco realista.

A continuación, lo que pretendían era una estrategia de atracción y aniquilación que empleara su movilidad a lo largo de líneas interiores.

Era una aplicación de un método propuesto por Zettour, que había rodeado y aniquilado al Ejército Republicano ensangrentado y debilitado al final de la primera batalla en el Rhine. La facción oriental se centraba en los aspectos móviles y veía la tentadora perspectiva de un cerco.

Mientras que la Doctrina de Contención de Desgaste acumulaba cadáveres sin cesar, la Doctrina de Batalla Decisiva limitaría las pérdidas al terminar todo en una sola victoria. La facción oriental utilizaba esa lógica para rebelarse contra la pasividad de la facción general del

Estado Mayor. Terminó probando su teoría en una operación en el frente oriental contra el Ejército de la Federación que había roto las líneas imperiales después del ataque furtivo inicial.

Lograron rodear a una fuerza invasora de 400.000 soldados de la Federación con sólo

150.000  en  Trouncenberg.  En  comparación  con  las  pérdidas  imperiales  de  10.500,  la Federación perdió 150.000 (90.000 de los cuales fueron hechos prisioneros).

Aunque las tablas no habían anulado completamente su inferioridad numérica, y dejaron escapar algunos restos de su enemigo, la batalla se consideró un precedente sólido para la teoría de la facción oriental.

Tras ese éxito, la facción oriental comenzó a planificar cómo aumentar sus ganancias y llevar la guerra a un final temprano. En ese momento, un movimiento que apoyaba cualquier perspectiva de un final temprano de la guerra apareció en oposición al gabinete y los temores de la familia imperial de grandes bajas.

Como el grupo principal en el Estado Mayor, la facción occidental trató de argumentar en contra de ellos, pero la facción oriental hacía hincapié en su éxito en la Batalla de Trouncenberg.

Más que nada, los logros de la facción oriental eran mucho más persuasivos que la victoria de la facción occidental en el frente del Rhine, que había costado una montaña de cadáveres imperiales.

Así, el Estado Mayor propuso y llevó a cabo un plan único. Se llamó “Operación Lakeside”. La idea era empujar las líneas del frente a través de una gran ofensiva. Fue criticada enfáticamente desde varios sectores por ser de alto riesgo y alto rendimiento, pero al final, aplastaron a la oposición y la empujaron.

Fue ordenado como la Orden No. 41. Por lo tanto, la gran ofensiva del Ejército Imperial en el este se conoció como la Operación No. 41, o coloquialmente como la Operación Lakeside.

La Orden No. 41 del Estado Mayor del Ejército Imperial era confidencial; fue entregada por los propios oficiales.

El combate defensivo en la Federación estaba llegando a su fin. Ya habíamos destruido las reservas de la Federación en Trouncenberg. La situación era fluida, pero las fuerzas excedentes de la Federación se estaban agotando, y prácticamente había perdido la ventaja que había aprovechado en el ataque furtivo inicial.

En medio de estas circunstancias, el Ejército Imperial tuvo la tarea de tomar la iniciativa tan pronto como el clima y las condiciones del suelo mejoraron. El objetivo era aniquilar a fondo las fuerzas restantes que el Ejército de la Federación había estado reteniendo y, en la medida de lo posible, incapacitar a su ejército de campo crítico.

Para lograr eso, primero envió a sus fuerzas principales a la operación principal en el este. Luego, para defender sus líneas expandidas, se formó un cuerpo móvil. El plan general era eliminar a los enemigos en el frente y tomar el camino y la base de suministros a lo largo de la antigua línea más avanzada.

Sin embargo, la principal prioridad era eliminar a las fuerzas enemigas restantes. Y al final, había un comentario que decía:

“Tropas, nuestro contraataque está a la mano.”