Youjo Senki (NL)

Volumen 4

Capítulo 6: Operación Aldaba

Parte 3

28 DE JUNIO, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, OFICINA DE ESTADO MAYOR, OFICINA DEL DIRECTOR ADJUNTO DEL CUERPO DE INTENDENCIA

Era común encontrar subordinados que presentaban una petición inmediatamente después de que se emitieran las órdenes. Cualquier oficial que trabajara en el Estado Mayor, sin duda, había experimentado un subordinado que les gritaba que no tenían suficientes tropas.

Pero esta vez incluso el Teniente General von Zettour no pudo entender la solicitud de su visitante.

Más exactamente, tal vez se podría decir que, aunque él entendió la solicitud en sí misma, era prácticamente la más descarada que había recibido, una que desafiaba la comprensión.

“… ¿‘Quiero una compañía de magos de reemplazo’?” Murmuró, aturdido.

Mientras sus ojos no funcionaran mal, sin importar cómo lo leyera, el formulario era una solicitud para una nueva compañía de magos. No había lugar para malentendidos allí. No hubo errores en la composición, y el documento tenía el formato adecuado y estaba perfectamente redactado.

Lentamente colocándolo sobre su escritorio, Zettour, quien últimamente sentía que su fatiga aumentaba, levantó la cabeza. Ante sus ojos, de pie, estaban la Teniente Coronel von Degurechaff y una mujer con la insignia de Teniente Primero. La Coronel von Degurechaff trajo a la otra con ella, así que ella debe ser… eh, sí, su ayudante, la Teniente Serebryakov.

“¿Es una broma, Coronel von Degurechaff?”

Sin siquiera pensarlo, él respondió que no podía comprender sus intenciones. Después de todo, el Kampfgruppe Salamander se estaba conformando con el 203vo Batallón de Magos Aéreos como su unidad clave.

“Perdón, General von Zettour, pero no es broma. Llegué a la conclusión de que, para operar con éxito de manera integrada, una compañía de magos es absolutamente crítica.”

“Coronel, ya tiene un batallón aumentado. Para decirlo de otra manera, ¿no tiene un arma de fuerza sin igual? Saque tantas compañías como quiera de eso.”

Solamente con ese batallón aumentado, el Kampfgruppe tenía la fuerza de los magos de un regimiento o brigada. A pesar de ser una unidad recién formada, le estaban dando un batallón de infantería y una compañía de unidades blindadas y de artillería. ¿Pero ella quería más?

Básicamente estaba pidiendo una brigada mixta independiente aumentada. Honestamente, hablando de fuerza abrumadora. No era el tipo de fuerza que podía confiar a un Teniente Coronel.

“Como usted lo señala sabiamente, eso es correcto. Pero si es posible, necesitamos un escudo, incluso si es débil.”

Pero ella ni siquiera parecía reaccionar a su tono molesto. Por lo que él podía ver, ella parecía genuinamente convencida de que la compañía era necesaria.

No podía creer la irritación necesaria para solicitar que una compañía de magos fuera expulsada de algún lugar en esta etapa de la guerra.

“No sea ridícula.”

“Dijo que podría.”

Ciertamente, dijo que sería algo indulgente, ¿pero esto? No, si ella realmente lo necesitara, él lo consideraría, pero ella ya tenía el 203vo Batallón de Magos Aéreos… un batallón aumentado. Le había costado bastante callar las voces solicitando compañías para operaciones que estaban desesperados por magos.

“La mayoría de las unidades de mago utilizables están en primera línea.”

La razón por la que el batallón aumentado se mantuvo con el recuento completo y la razón por la que pudieron disfrutar de un descanso en la capital era que a pesar de ir demasiado lejos y ser un problemáticos, sus logros eran simplemente tan significativos. Por eso también tenían tanta demanda en las líneas del frente.

“Esto es evidente, pero necesito que comprenda que, a pesar del rápido aumento en las unidades de magos, los comandantes en la línea del frente todavía se quejan de que no tienen suficiente personal.”

“¿En realidad es tan serio?”

“Las circunstancias han cambiado desde que se formó el 203vo Batallón de Magos Aéreos. Estamos irremediablemente bajos de magos. Los frentes oriental y occidental están prácticamente compitiendo por ellos. Cualquier persona con aptitud ya está asignada a un frente, y el resto aún no ha completado su educación.”

Francamente, los magos que habían podido cultivar eran sólo una gota en el océano de lo que necesitaban. El batallón de magos del Kampfgruppe Salamander ya estaba aumentado con una compañía adicional, por lo que darles otra era… ¿Cuánto más podría pedir algo imposible?

El ejército ya ha absorbido a casi todos los que tienen alguna habilidad mágica. Zettour gruñó en su cabeza sobre el primer lugar con una mirada a Degurechaff.

Incluso si ella fuera un ejemplo extremo, el ejército había estado trabajando agresivamente para acoger a cualquiera con capacidad para expandir sus fuerzas mágicas. El Imperio simplemente no tenía excedentes de magos.

Quizás otros países tenían la opción de reclutar grupos de talentos que aún no se habían explotado, pero el Imperio ya lo había hecho, por lo que sufría una escasez de personal. Bueno, tal vez había algunos talentos por descubrir en la próxima generación, pero les tomaría tiempo crecer.

Degurechaff, ante él con su cara de póker, era ciertamente una excepción.

De alguna manera, no creía que pudiera haber tantos niños dañados en el Imperio como esta joven adolescente que regresó del campo de batalla. Y en realidad, independientemente de cómo se sintiera al respecto como soldado, personalmente, la idea de interactuar con ellos era aterradora.

“Pero, General, los necesito.”

“Explique el por qué con un poco más de detalle.”

“General, es la relación entre el martillo y el yunque. No puedo balancear el martillo del 203vo Batallón de Magos Aéreos si el yunque es débil. Además, el batallón ha sido entrenado y está acostumbrado a operar como cuatro compañías juntas. Por favor piénselo.”

Ajá. Zettour entendía lo que Degurechaff estaba tratando de decir.

Ella quería fortalecer su martillo, el 203vo Batallón de Magos Aéreos. Aún podría llamarse una solicitud egoísta, pero el batallón probablemente fue entrenado para trabajar juntos en cuatro compañías, exactamente como ella dijo.

“Entiendo, pero espere… No es que no tenga ninguna idea. Es sólo que…”

“Sí, General.”

Hubo algunos magos que no fueron llamados porque el ejército no estaba seguro de si eran utilizables. También habían subido la temperatura para cultivar algunos fuera de temporada. Si los juntaban, podrían formar una compañía.

Incluso si fuera imposible conseguirlos, había otros candidatos a magos que no habían pasado. Probablemente podrían lograr sacar una compañía de esos. Si eso fuera todo, entonces reunir ese grupo no sería imposible.

“Lo siento, pero estos son menos como soldados y más como pollitos. Se lo digo, apenas están fuera de la cáscara. Podría dárselos, pero ¿no serían una molestia?”

“Esta vez no pediré nada lujoso. Mientras sean magos, los tomaré.”

… Pero aparentemente, ella usaría todo lo que pudiera. Ella era a la vez defensora y manifestación de esa filosofía. Antes de haber vivido incluso diez años, había saltado al ejército y estaba pasando su vida en el campo de batalla.

Quizás nadie tenía el lujo del derecho a estar cuerdo en este mundo loco. La normalidad era una extravagancia que tendrían que disfrutar después de la guerra.

“… Si los magos que apenas son capaces de proporcionar apoyo directo a la infantería están bien, puedo reunir a algunos.”

“Está bien. Por todos los medios.”

Eran nuevos reclutas que ni siquiera habían completado su entrenamiento de magos, sin importarles ser capaces de luchar en batallas de maniobras. Podrían apoyar a la infantería, pero la situación de guerra actual era peor que la feroz. Probablemente podrían usarse sólo en batallas defensivas limitadas.

Serían una unidad tan cruda que tendría que elevarse la tasa de deserción aceptable.

“Pero en realidad están verdes. Ni siquiera han completado su entrenamiento. Los instructores dijeron que eran inútiles. Realmente, estábamos planeando usarlos como infantería, pero si eso no le molesta, puede tenerlos.”

Normalmente, el período de entrenamiento era de seis meses, pero sólo habían pasado la mitad. Eran infantería que, incapaces de mantenerse al día con el intenso entrenamiento, no llegaron al nivel de mago. Por supuesto, los instructores habían acumulado el conocimiento que podían en ellos, pero sólo habían arañado la superficie de las fórmulas y el entrenamiento específico para magos.

La evaluación era que podrían ser buenos para recibir balas. “¿Tienen experiencia en escuadrón de tiro?”

“Deberían…”

“Entonces está bien. No tengo problemas mientras puedan matar al enemigo. Los reeducaré en el campo a medida que avancemos.”

Pero Degurechaff no se inmutó y preguntó acerca de su experiencia con el asesinato de personas.

Era una prueba de que ella realmente era la anomalía singular conocida como Degurechaff.

Ella veía a las personas como productos, y preguntaba si habían sido probados… ese era el matiz. ¿Se podría incluso enseñar una visión tan completamente utilitaria de las personas?

Ciertamente, el ejército era una organización que prestaba atención a las funciones individuales. La sustituibilidad y la conciencia de los costos eran dos factores que acosaban a todos. ¿Pero realmente podías juzgar a un ser humano sólo por esos criterios?

“… Muy bien. Haré los arreglos de inmediato. ¿Entonces? Si hay algo más, puede decírmelo ahora…”

“Gracias, pero creo que necesito confirmar la condición de la unidad de infantería que el Kampfgruppe Salamander está recibiendo antes de eso. Estoy agradecida por su amabilidad.”

Y recibió una cortés palabra de agradecimiento. Un saludo que exhibía la actitud modelo que un oficial debería tener.

Esa cara inocente y su espalda recta la hacían parecer algo así como una muñeca surrealista.

No…

 ¿Nadie piensa que esto es extraño?

 ……

Cuando un oficial se entera de que su superior regresó de una inspección en una furia violenta, todo lo que puede hacer es rezar para que la tormenta no los salpique.

Ese día, los oficiales de la unidad más experimentada y bastante condecorada del Imperio, el 203vo Batallón de Magos Aéreos, recibieron la aterradora noticia de la Teniente Primero Serebryakov de que la superior que temían estaba de humor que daba miedo.

¿Qué tonto jugó con fuego encima de un almacén de pólvora? Fue con este lamento que los oficiales del batallón, en un esfuerzo por evitar encender incluso la más mínima chispa, terminaron con seriedad una inspección minuciosa y perfectamente sincronizada de su equipo.

Después de prepararse para lo peor, podían descansar tranquilos sabiendo que no había defectos que la asesina Teniente Coronel von Degurechaff pudiera reprender por cuando entraba en su guarnición temporal; mentalmente aplaudieron a Serebryakov por enviar hábilmente la noticia por adelantado.

La Coronel von Degurechaff generalmente saludaba mecánicamente con una cara inexpresiva, así que, si ella mostraba abiertamente sus emociones, algo serio estaba sucediendo.

La ira de Degurechaff…

Aquellos con buena intuición escaparon al entrenamiento. Como si no pudiera comprender estar cerca, el Teniente Primero Grantz y su compañía tuvieron la idea de un ejercicio de incursión descentralizado de larga distancia y baja altitud.

Fue un vuelo extenuante que implicaba ocultarse y suprimir sus señales de maná en la mayor medida posible; normalmente incluso los miembros del 203vo Batallón de Magos Aéreos se resistirían a un entrenamiento tan difícil, pero ese día fue muy popular.

Los que pudieron huir fueron bendecidos de hecho.

Pero los que no pudieron, el personal de servicio y el Capitán Weiss, no tuvieron más remedio que entrar en la guarida del tigre a pesar del mal presentimiento.

Robando una mirada a su superior, Weiss se lamentó de todo corazón por su situación.

Ahhh

“¡Son inútiles! ¡Quiero o volver a entrenarlos de inmediato o matarlos a tiros a todos!” La Coronel debía haber estado fantaseando con ejecuciones. Quizás inconscientemente, en realidad dijo en voz alta que quería dispararle a alguien, y su mano alcanzó la pistola en su cadera.

Si fuera una niña pequeña que buscaba su bolso, habría sido una imagen bonita, pero cuando su pequeña mano inconscientemente buscaba un arma de fuego, toda la escena inspiraba era miedo.

“¿Qué pasó, señora?”

No quería preguntar, pero si no lo hacía, las cosas podrían empeorar. Sabía que era una mina terrestre, pero habló con cautela… pensando que recomendaría a Grantz, el único desertor, como ayudante de la Comandante del Kampfgruppe.

“¡Desobediencia e insubordinación! ¡Increíble!”

“… ¿Eh? ¿Alguien le desobedeció, Coronel?”

Pero su furiosa respuesta le quitó todos los pensamientos de la cabeza.

¿Desobediencia e… insubordinación? Degurechaff era tan exigente con las regulaciones que era difícil de creer para Weiss. Pero a juzgar por su cara, roja de ira, algo debe haber sucedido.

Dado que la Coronel no dudaba en equiparar la insubordinación con la ejecución del pelotón de fusilamiento, Weiss estaba realmente sorprendido de que hubiera alguien en el Ejército Imperial lo suficientemente estúpido como para desobedecerla.

Honestamente, era un gran dolor de cabeza quedar atrapado en el fuego cruzado, pero quería darle su merecido a esos imbéciles. De verdad, se preguntó cómo seguían vivos.

No lo entiendo. Explica lo que está pasando. Miró a Serebryakov, que había acompañado a Degurechaff, confundido.

“Los comandantes de infantería dicen que tienen su propia forma de hacer las cosas.”

Serebryakov respondió con el rostro tenso. Degurechaff la instó a continuar, por lo que a regañadientes continuó.

Ella tentativamente comenzó a explicar lo que sucedió en un tono práctico.

Cómo los nuevos comandantes del batallón de infantería subestimaron a la Coronel.

Cómo ignoraron respetuosamente las órdenes de la Coronel, citando su confianza como profesionales.

Cómo querían el derecho de actuar a su propia discreción.

“No podía creerlo. ¡No es como si las reglas cambiaran repentinamente cuando estamos en guerra! ¿Cómo podrían convertirse en oficiales sin comprender siquiera eso? Todos los oficiales en la retaguardia deben estar locos.” Espetó Degurechaff.

Quiero dispararles. Todo su cuerpo era una manifestación de ese pensamiento. Por la forma en que Serebryakov se estremeció y se encogió a su lado, Weiss pudo imaginar la escena de forma bastante natural. Debe haberle dado a Serebryakov un ataque al corazón.

“¿Quién hizo tal cosa?”

“¡Todos ellos! ¡Todos los oficiales del 332vo Batallón de Infantería!”

Cuando Weiss le echó un vistazo rápido a la habitación, era obvio que el personal de servicio tenía mucho miedo.

… Había escuchado rumores de que no quedaban buenos oficiales en la retaguardia. ¿Pero eran realmente tan estúpidos como para confundir un león con un gato?

Qué demonios.

 Se encontró comprendiendo muy ligeramente el por qué la Coronel dijo que quería que el pelotón de fusilamiento se encargara de los fracasos.

“Usar a esos tipos está fuera de discusión, así que voy a conseguir reemplazos.”

“¿Cómo lo hará?” Weiss fue increíblemente cuidadoso acerca de cómo preguntaba, por eso su respuesta lo petrificó.

“¡Eso es obvio! ¡Vaya y traiga de vuelta el nuevo batallón Fallschirmjäger de la División de Guardia!”

“… ¿Eh?”

… ¿Qué? ¿División de guardia? ¿Fallschirmjäger?

 ¿De qué estaba hablando ella?

 2La Segunda División de Guardia está de permiso para reorganizarse por un tiempo,

¿cierto?”

“Uh, sí, Coronel, es cierto.” Tuvo que responder Weiss.

“Maravilloso.” Degurechaff sonrió. “En el frente del Rhine, la Segunda División de la Guardia era demasiado estúpida para hacer otra cosa que esconderse detrás de nosotros. Me hace preguntarme cómo pueden proteger algo en realidad.”

“Uh, sí, Coronel, muy bien.” Weiss se encontró asintiendo, ya que sabía la relación entre las Divisiones de la Guardia y la corte.

“Vamos a hacer un uso significativo de esa fuerza. Vamos a cambiar. Incluso estos idiotas deberían ser capaces de pretender hacer misiones defensivas ornamentales.”

“Uh, sí, Coronel, es como usted dice.” Dijo Weiss con un gesto enfático. En su cabeza, rezó para que ella dejara de alcanzar inconscientemente el orbe de cómputo alrededor de su cuello.

“… ¿Entonces vas a solicitárselo al Estado Mayor?”

Por favor, por favor no explotes.

 Estaba prácticamente aferrado a Dios mientras abordaba nerviosamente la pregunta. Se habría sentido más optimista saltando a un bosque de espadas y granizos de balas.

Después de todo, en ese escenario no se enfrentaría a la Coronel von Degurechaff.

Entonces ocurrió un milagro. Al menos, los miembros del cuartel general del 203vo Batallón de Magos de Asalto Aéreo que estuvieron presentes ese día pensaron que sí.

“No hay necesidad de preocuparse. El comandante del batallón en la Segunda División de la Guardia ya lo aprobó.”

Hasta hace un momento, la expresión de la Coronel habría hecho que incluso los guardias de la prisión del infierno corrieran hacia las colinas, pero ahora ella era la imagen de la alegría. Una sonrisa sublime como la de un ángel floreció en su rostro.

“¿Cómo demonios los convenció?”

“Oh, fue fácil. Son maniacos de guerra. Tenían tanta sed que fue un jonrón.”

… Corrección: es un demonio seductor, no hay duda.

 O al menos, ella era aterradora. Ella era una gran maga. Ella era una gran comandante.

Querido Dios, permíteme agradecerte por no hacer de la Coronel nuestro enemigo.

 “Además, el encargado de la formación, el Coronel von Lergen, sabe cómo es todo. No creo que haya problemas.”

Weiss decidió mentalmente que iría a la iglesia este domingo.

Sin tener idea de lo que está pensando, Tanya sonríe feliz de lo bien que van las cosas.

Después de todo, ella finalmente tenía una idea de cómo irían las cosas. Ah. Vale la pena presionar a la gente para que responda sí o no, reflexiona. Todos dijeron que sí.

Aparentemente, hay un punto para inclinar la cabeza y decir por favor. Ahora tendrá una mejor oportunidad de sobrevivir a las peligrosas líneas del frente.

… Voy a hacer lo mejor para un futuro mejor. Si logro sobrevivir, al menos debería poder escapar hacia el oeste.

***

1 DE JULIO, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, OFICINA DE ESTADO MAYOR, GRAN SALA DE CONFERENCIAS

Fue una escena terriblemente extraña. Nos habíamos reunido para la ceremonia para establecer el nuevo Kampfgruppe. El lugar, tal vez como un signo del patrocinio del Estado Mayor, era una sala en la Oficina del Estado Mayor.

Los superiores parecían muy entusiasmados. Oficiales de alto rango fueron esparcidos entre los asistentes.

Eso estuvo bien. Simplemente significaba que teníamos invitados para presenciar el establecimiento de la unidad. La División de Guardias había estado en muchas tareas relacionadas con eventos formales, por lo que teníamos experiencia.

“… Bienvenidos, miembros del batallón. Contaré con ustedes.”

¿Pero qué es eso? La comandante tuvo que levantarse en un estrado especialmente ordenado para inspeccionar la sala o incluso ver la primera fila de asistentes.

Esa criatura absurda, inexpresiva, como una muñeca, estaba dando órdenes a personas que parecían magos sedientos de sangre que acababan de regresar de una zona de guerra.

Ella les sonrió y la observaron cada movimiento para no perderse nada; algo parecía muy malo.

“¡Coronel! ¡Comandante!”

La forma en que gritaban, tan concentrados, nos hizo darnos cuenta de cuánto confiaban en ella: la seguirían a los confines del infierno.

Incluso  nosotros,  los  Fallschirmjäger  de  la  Segunda  División  de  la  Guardia  que calificamos como “elite” teníamos que reconocérselos. Y sin embargo allí estaban…

Sí, estos soldados que se distinguieron en ese infierno en el Rhine…… estaban presentando sus respetos sinceros a esta pequeña niña.

“Mi maravilloso batallón, hermanos que han ido conmigo a pintar de rojo la ciudad. Celebremos a los nuevos amigos que se unen a nuestras filas.”

Esta figura, sonriendo como una oficial experimentada, estaba fuera del alcance de nuestra comprensión.

“Nuevas tropas, bienvenidos a la línea más avanzada.” Su sonrisa era salvaje como la de un sargento de instrucción.

¿Podría de verdad… ¿Sería realmente posible que una niña llevara esa sonrisa?

 “Bienvenido a mí, nuestro, campo de batalla. Los invitamos de todo corazón.”

Sus manos eran suaves y se verían más naturales sosteniendo una muñeca, pero en cambio, esta extraña criatura con forma humana extendió los brazos mientras pronunciaba un discurso de bienvenida.

Ninguno.

Ninguno de los oficiales de alto rango presentes pudo plantear una objeción a esta cosa.

Todos los magos veteranos obedecieron a este ser inhumano en forma de persona.

No es que debamos preguntarnos por qué nuestro comandante de batallón loco por la guerra estaría de acuerdo con esto.

Deberíamos haber venido preparados. ¡Deberíamos haber sabido que la nuez de guerra había caído bajo su hechizo!

“Sólo hay dos cosas que espero de ustedes.”

Era casi como si hubiéramos escuchado esto antes en alguna parte.

“No se metan en el camino de mi batallón. Manténganse fuertes. Eso es todo.”

Y luego la Coronel sonrió. O al menos, supusimos que eso debía ser lo que ella pensaba que era una sonrisa.

Quien dijo: “Una sonrisa es por naturaleza una acción hostil”, tenía razón.

Sonreír es, sin duda, el acto de mostrar los colmillos. Es una amenaza inconfundible.