Youjo Senki (NL)

Volumen 4

Capítulo 3: Una Victoria Magnífica

Parte 2

26 DE MARZO, 1926 DEL AÑO UNIFICADO, CAMPAMENTO TEMPORAL 21 DEL GRUPO EJÉRCITO ORIENTAL DEL EJERCITO IMPERIAL

Después de la incursión de Moscú, el 203vo Batallón de Magos Aéreos pasó unos diez días en combate no convencional, luego volvió triunfante a un área bajo control aliado… el regreso de un héroe.

En el momento en que llegaron a la base, el personal de la retaguardia que los esperaba dio un brindis y aplausos ensordecedores.

La celebración de la victoria era el lugar para estar, tanto es así que el comando de la base incluso llegó con una de sus botellas favoritas. Pero lo que más deleitó a los miembros del batallón fue que su superior aprobó tácitamente que celebraran.

La Mayor von Degurechaff normalmente requería adherencia a la regulación tan estricta que es como si las reglas estuvieran vivas. Después de proponer un brindis como una formalidad, rápidamente hizo su salida, alegando que se sentía “repentinamente indispuesta”.

“Definitivamente, tomará más de veinticuatro horas para que se recuperen de esto.” Declaró con calma, y agregó: “No me despierten por nada que no sea asunto militar.”

El batallón aprovechó la oportunidad para brindar por la salud de su comandante… y drenar botella tras botella.

El Capitán Weiss, con su habitual sentido de autocontrol como oficial, estaba de servicio… lo que significaba que, para decirlo sin rodeos, todos los oficiales excepto él disfrutaban de todo corazón una reunión con su amada cerveza.

Y por eso soñaban con la paz en sus acogedoras camas… o más bien, se suponía que debían hacerlo. Sueño profundo en una cama tibia… Sólo tomó medio día para que se rompiera esa tranquilidad…

“¡Todas las unidades, a despertarse y formarse!”

… Por el sonido de una corneta y esa adorable pero temible voz a la que todos los miembros del 203vo Batallón de Magos Aéreos se acostumbraron a los pocos días de unirse.

Por lo tanto, cuando los antiguos soldados de la Mayor von Degurechaff, el Capitán Weiss y la Teniente Primero Serebryakov, saltaron, tomaron su equipo y se apresuraron al cuartel general del batallón, la unidad se preparaba para el combate, ya fuese que tuvieran resaca o estuviesen indispuestos.

“¡Batallón, reúnanse! ¡Reúnanse, tropas!”

“¿Capitán Weiss…? ¿Qué es todo el ruido?”

“¡Ahí estás… perfecto, Teniente Grantz! ¡Reúna al batallón de inmediato!”

“Pero…”

Al ver a Grantz, que aún está medio dormido, y a Weiss, que debe haberlo sacado de la cama, Tanya está furiosa por el estado de sus oficiales.

Es cierto que ella les dijo que podían beber tanto como quisieran.

Pero Grantz aparentemente tiene una debilidad. Es un oficial, pero había estado durmiendo acurrucado con una botella. Incluso si fue ahí donde se desmayó después de disfrutar la celebración de la victoria… Tiene mucho valor si aún está indispuesto para el combate.

“¡Teniente Grantz! Pensé que le había entrenado en el frente del Rhine, ¡pero parece que no fue suficiente! ¡Será reeducado!”

“Er, ¡¿M-Mayor?!”

“¡Arrastra a todos fuera de sus camas! ¡Quince minutos! ¡La sesión informativa es en quince minutos!”

“¡S-Sí, señora!”

La penetrante intimidación en sus ojos debe haberle alertado de que este no era un estado normal de cosas. Aunque todavía aturdido, Grantz tiene el cerebro para ponerse de pie y reconocer la orden.

“Le dejo esto a usted, Teniente.”

“¡Entendido!”

“Teniente Serebryakov, contacto de emergencia del gobierno. Quiero que recoja los documentos del Grupo del Ejército. Si les lleva esto, deberían entregarlos.”

“¡Inmediatamente! Entonces, ¡con permiso!”

Grantz huye presa del pánico, y Serebryakov se aleja rápidamente. Bueno, se han convertido en personas que puedo usar.

No puedes crear personas con talento de la noche a la mañana.

Es por eso que tenemos que superar esta crisis con quienes tenemos a mano…

Tengo la seguridad de que tengo mala suerte con las personas que me están delegando sus problemas.

Hemos recibido un aviso general sobre la situación en el este, así como órdenes de reserva del Estado Mayor.

Los sentimientos internos de Tanya mientras mira por el mapa con Weiss, sorbiendo gruñidamente café ersatz en el cuartel general del batallón, coinciden exactamente con su expresión.

Desde que comenzó la guerra, han pasado de retrasar la defensa en el este a una batalla en retirada, buscando la oportunidad de contraatacar. Entonces, las líneas frontales que retroceden son… suficientemente permisibles.

Pero el problema es la velocidad y el ritmo. Si me preguntaras si las líneas del frente deberían retroceder exactamente en la medida en que se empujan, realmente tendría que cuestionármelo.

“… La frontera oriental es un desastre.”

“No hay nada que podamos hacer al respecto. Por supuesto, incluso el Grupo del Ejército del Este tendría que retirarse ante esta disparidad cuantitativa. Antes tenía algunas ideas, pero el Ejército de la Federación es realmente enorme…”

“Sí, le hace preguntarse si los comunistas crecen en los árboles. Aun así, se las arreglaron para juntar una pila de soldados.”

Weiss y ella se están quejando de un informe sobre el estado actual de la guerra que acaba de llegar. Hasta donde sabemos, la proporción de divisiones imperiales con respecto a la Federación en el frente oriental es actualmente de uno a dos.

“Esto es lo que quieren decir cuando dicen que abrumar a tu oponente con estrategia al hacer de los números tu táctica. El Ejército de la Federación está mucho mejor mantenido de lo que imaginamos. Qué molestia.” Comenta Weiss con el ceño fruncido.

Pero Tanya estalla en carcajadas. Esto es lo que significa reírse de sus preocupaciones cuando has estado demasiado ansioso.

“… Jajaja, Capitán Weiss. Es un excelente soldado, pero es porque eres un excelente soldado que parece que está olvidando algo importante.” Ante su mirada perpleja, Tanya responde: “No le culpo por no saber qué. Debo recordarle esto, Capitán: los muchachos que traen problemas desde la retaguardia al campo de batalla no tienen ninguna posibilidad de ganar. En el Imperio, el Estado Mayor y el gobierno mantienen su distancia entre sí, por lo que nuestro ejército tiende a olvidarlo, pero un soldado no tiene nada que ver con la política interna.”

“Pensé que lo sabía, pero…”

“La Federación es un gigante con los brazos y las piernas atadas. Picarle los ojos será fácil.”

Los comisarios políticos supervisan las cosas e informan a la retaguardia, por lo que es esta terrible estructura de mando donde nadie quiere admitir la derrota. ¿Qué tan malo es? Probablemente tan duro como pelear bajo Tsugene en el antiguo Ejército Imperial o estar en una unidad que reportada al General Basura-guchi.

… Aparte de los números y la potencia de fuego, no hay nada aterrador en estos tipos. Por supuesto, esas dos cosas requieren que estemos en guardia, pero, aun así.

“Y luego, una vez que el gigante con los brazos y las piernas atadas no puede ver, ¿lo matamos?”

“Debemos hacerlo, antes de que se desaten sus ataduras.”

En ese momento, la voz de un subordinado solicita permiso para entrar, y Tanya mira con un: ¿Oh?

Ella llama hacia la entrada para que él entre, y el soldado mensajero le dice que Grantz ha terminado de reunir a las tropas. Tanya responde con un “Bien” y ordena que estén listos para salir. Me alegro de que las cosas vayan bien, pero, aun así, murmura para sí misma.

Mientras observa que el mensajero gira sobre sus talones y se va, Tanya se enfoca en comprender la situación para cuando lleguen las órdenes del Estado Mayor. Al luchar contra los comunistas, es mejor estar preparado.

“… ¡Mayor von Degurechaff! Mensaje del Ejército Oriental… es urgente.”

Pero su línea de pensamiento con respecto a los documentos en cuestión se interrumpe cuando Serebryakov regresa prácticamente gritando su informe.

“¿Qué pasa?”

“La tercera y la trigésima segunda división… la retaguardia para el retraso en el combate de los ejércitos orientales, ¡han sido rodeadas en Tiegenhoff y necesitan ayuda para liberarse!”

“Dame el mapa. Quiero verificar la situación de guerra.” Pero entra un mensajero del comando.

“¡Mayor von Degurechaff! ¡Tengo sus órdenes del Estado Mayor! ¡Prepárese para una misión móvil y fórmese para un avance de largo alcance!”

“Gracias, entendido.” Con esa breve respuesta, Tanya levanta el mensaje, lo mira y se da cuenta de que está atrapada entre la espada y la pared.

“Espere un segundo, Teniente Serebryakov.”

“Sí, señora.”

Ante su tranquila subordinada, Tanya considera en silencio la situación y sus cartas.

Quiero rechazar la solicitud de rescate, pero si hay una misión de combate esperando del Estado Mayor, entonces la pregunta importante es si el rescate puede usarse como una excusa para salir de una tarea más agotadora. Si voy a correr y trabajar demasiado de cualquier manera, también podría mantenerlo al mínimo.

Ahora aquí está la pregunta: ¿Rescatar a las tropas rodeadas en Tiegenhoff es una razón suficiente para saltarse la misión móvil?

Por un momento, se siente tentada… pero después de considerarlo más, Tanya niega con la cabeza. Su conclusión es que, por un lado, no es posible. Si se trata de salvar a todo el ejército, ella sabe que un par de amigos en peligro no les impedirá ordenarle a su batallón que vuelva a hacer el rescate más grande.

“Salvar a nuestros amigos en Tiegenhoff también es importante…”

“Sí, Mayor. Pero el Estado Mayor nos ha ordenado que nos preparemos para la operación y que salgamos lo antes posible.”

Ya sea el Teniente General von Zettour o el Teniente General von Rudersdorf, los generales del Estado Mayor pueden tratar de evitar adoptar una política para minimizar el daño, pero no son el tipo de personas que evitan activamente la idea. La razón por la que dudan en aceptar pérdidas es moral, y no son del tipo que se emocione tanto que la moral supere las necesidades de la realidad. Y seguramente, tengo la suerte de que no sean el tipo de superiores que confunden sus prioridades.

Pero tampoco puedo salir de esta misión con la excusa de salvar unidades amigas.

“Es una lástima, pero… nuestros aliados en Tiegenhoff simplemente tendrán que…” Weiss suena contrito, pero insta a la difícil conclusión de abandonar a sus compañeros soldados, cuando Tanya enfatiza: “¡Esperen!”

Si eso es lo que ordena el Estado Mayor, entonces ignoramos la solicitud del Grupo del Ejército Oriental para rescatar a las dos divisiones o nos negamos. Pensando responsablemente, esto último es probablemente lo correcto.

Pero una cosa la molesta: la ubicación de Tiegenhoff. Por lo que ella puede ver en el mapa, la ciudad donde están escondidas las dos divisiones está en un lugar muy interesante. Cuanto más lo mira, más se parece un terreno clave14.

“Hmm, esta ubicación es interesante.”

“… Pero está tan alejado de todo.”

“Tiegenhoff está un poco aislado, ¿no es así?”

El comentario de Weiss es correcto. Tiegenhoff es una ciudad en la retaguardia en la que las tropas que se retiraban de la frontera oriental de casualidad se escondieron. Bueno, las 14 Un importante pedazo de tierra que los geógrafos militares quieren tomar a toda costa. Por ejemplo, el Monte Tennōzan en la Batalla de Yamazaki, la Colina de 203 metros en el asedio de Puerto Arturo. Si esos lugares fuesen tomados, la batalla se perdería.

Pero en la historia, hay una anomalía, Napoleón, que usó el terreno clave como cebo para atraer al enemigo. Abandonó los Altos de Pratzen y golpeó al enemigo cuando se paseaban por allí… Normalmente, no funciona así. líneas se estaban retrasando más allá del plan de defensa original, por lo que probablemente era imposible esperar que establecieran un punto de parada por aquí.

“Pero la ubicación no está mal. Teniente Serebryakov, búsqueme un mapa detallado de la ciudad. Y no olvide el informar al Teniente Grantz.”

Serebryakov comienza con un “Sí, señora”, y mientras su ayudante va a buscar lo que le han pedido, Tanya vuelve al mapa para intentar comprender mejor la situación.

“Es lo que ve aquí, Capitán Weiss. Mientras el Estado Mayor no tenga la intención de hacer de esta una batalla de retirada total, ¿no cree que Tiegenhoff se convertirá en una posición de vida o muerte?”

“… Tiene razón. Pero suponiendo que ya esté bajo un fuerte asedio, será difícil rescatar a esas tropas.”

Tiegenhoff es una ciudad fácil de defender porque está en un río… y también está cerca del mar, lo cual es útil. Además de eso, tiene cierta distancia desde la frontera y está extremadamente cerca de un centro de transporte. En un momento, debe haber estado en una ruta comercial desde una ciudad portuaria.

De esta manera, sería fácil para la ciudad recibir apoyo marítimo… y presionaría a ese centro de transporte por el que todo el mundo estaría luchando en una batalla móvil.

“No puedo dejar que se olvide de que nuestros compatriotas están atrapados allí. Soldados imperiales y civiles. Tiegenhoff no es una ciudad de la Federación, ¿sabe?”

“Lo siento.”

“Prácticamente hablando, Capitán Weiss, usted hace un punto válido. Definitivamente están rodeados. Pero permítanme señalar algo más: Tiegenhoff aún no ha caído.”

Las dos divisiones podían esperar cierto grado de apoyo de la retaguardia, dado que una ciudad de su propio país estaba bajo asedio. Incluso los civiles podían oponer resistencia en una batalla urbana. Bueno, si la artillería pesada decidiera incendiar toda la ciudad, sería una resistencia inútil, pero, aun así.

Incluso con el General von Zettour haciendo los arreglos, era imposible tomar artillería pesada en el avance contra la República. Las armas de asedio siempre terminan estando disponibles una vez que las cosas ya se han calmado.

“D-Disculpe por hacerlos esperar.”

“Gracias, Visha… Uh, ¿qué es todo esto?”

“Los ejércitos orientales me dieron estas fotos aéreas junto con el mapa, Capitán. Quieren que comprendamos la situación en que se encuentran las tropas atrapadas.”

Respondiendo a la pregunta de Weiss, Serebryakov muestra un fajo de documentos categorizados y enlucidos con todo tipo de etiquetas.

… Cuando su recuento es bajo, es fácil entender por qué los ejércitos orientales nos darían tales materiales. Deben estar desesperados porque los ayudemos con este rescate.

“Gracias. ¿Y el teniente Grantz?”

“Actualmente está ocupado con las interminables súplicas de un oficial de comunicaciones del Ejército Oriental para que salvemos a esas tropas. Si es necesario, puedo traerlo…”

“Espere un momento.”

Salvar a las tropas aliadas… no es realmente nuestro trabajo. Pero debemos ser fieles a los compañeros luchadores por la libertad que se enfrentan al mal del comunismo. Un liberal que abandonaría a los guerreros que luchan por la libertad y el mercado no es un liberal en absoluto.

No puedes defender al mundo si pierdes esa obstinada negativa a dar un paso atrás contra los comunistas.

Si ese es el caso… Tanya está decidida.

“Capitán Weiss, alinee todas las fotos aéreas y los resultados de reconocimiento. Veamos también los informes completos de la Tercera y la Trigésima Segunda Divisiones.”

Si existe la posibilidad de que el rescate tenga éxito, Tiegenhoff debería salvarse. Tanya pide a Serebryakov y Weiss que miren el mapa. “Consideremos el área alrededor de Tiegenhoff como si fuéramos a hacer el rescate.”

Al menos, así es como funcionaba el campo liberal que Tanya conocía. Ahora, sin amenaza de guerra nuclear, ahora era el momento para que las buenas personas tomaran las armas y pusieran sus cuerpos en la línea para cortar el comunismo de raíz. Por supuesto, sólo hay razones limitadas para que Tanya se ofrezca voluntariamente. Estaría bien para ella apoyar desde la retaguardia.

Pero estar de pie mientras está en condiciones de echar una mano es imperdonable.

Mientras eso sea cierto, entonces es tu deber prestar una si puedes. “Mayor, ¿qué está buscando?”

“Artillería pesada, Capitán. Es algo que aprendimos en el Rhine… Las grandes armas enviadas a las líneas del frente desde posiciones en la retaguardia siempre llegan tarde. Espero que el Ejército de la Federación no lo haga mejor.”

“Con el debido respeto, Mayor von Degurechaff, no creo que nuestras operaciones cuenten demasiado con que el enemigo cometa un error.”

Cada palabra que decía Weiss era absolutamente cierta, y Tanya sonríe y le dice: “Por supuesto que no.” Que tu enemigo sea un tonto y esperar que tu enemigo sea un tonto son dos cosas diferentes. Incluso si parecen lo mismo, es un riesgo demasiado grande para subestimar a un enemigo potencial.

“No pretendo menospreciar el principio básico de prepararse pesimistamente y actuar de manera optimista. Estoy de acuerdo en que debemos asumir que no funcionará. Pero…” Continúa Tanya con un poco de convicción en su voz. “… Si consultan sus buenos recuerdos de nuestra batalla para someter al Ejército Republicano, ¿no estábamos bajo órdenes estrictas de asumir que no teníamos artillería pesada? El Ejército Imperial tiene una tendencia a olvidar esto, ya que ganamos, pero… las piezas de artillería pesada son irremediablemente lentas. Nunca llegan a tiempo.”

Los lentos artilleros siempre llegan tarde a las coyunturas decisivas. Son un crédito para la defensa, y contribuyen a la ofensiva, pero… el poder de fuego en las batallas críticas nunca logra alcanzar el picor.

“El General von Zettour se esforzó por arreglarlas para nosotros, pero a menudo aun así nos faltaba poder de fuego. Veamos si el Ejército de la Federación es capaz de tener artillería pesada que acompañe a su avanzada infantería.” Después de fruncir el ceño en los mapas por un tiempo, Tanya vuelve a hablar como si dijera: ¡Tenía razón!

“La artillería enemiga parece estar rezagada… Hay dos pruebas aquí que lo respaldan: no puedo ver ninguna artillería pesada en las fotografías aéreas, y no hay informes de nuestras tropas de que hayan sido bombardeados.”

Asumir una ausencia de artillería pesada enemiga es una ilusión.

Pero en esta situación, existe una posibilidad real de que en realidad esté ausente. En cualquier caso, podemos estar seguros de que aún no se ha detectado.

“Entonces no estaban avanzando con la intención de una batalla de asedio, ¿eh?”

En el momento en que Weiss, que también frunce el ceño ante el mapa, asiente con la cabeza que cree que pueden hacerlo, Tanya murmura su acuerdo.

Los comunistas tienden a tener grandes en ejércitos con mucha potencia de fuego, pero esta vez incluso no tienen la artillería pesada de la que están tan orgullosos. En la guerra, si falta la especialidad del otro lado, la artillería, y hay suficientes recursos para librar la especialidad de nuestro lado, las batallas móviles, entonces esto es fácil. Obligamos a nuestros enemigos a hacer lo que son malos y en lo que somos buenos.

“Entonces, si ese es el caso, Capitán Weiss, ¿Tiegenhoff no haría una posición de avance aún mejor de lo que pensamos?”

“¿Para la misión móvil, quiere decir? Si, como dice, la artillería pesada enemiga realmente no ha avanzado…”

Tanya y Weiss murmuran que pueden atacar la ciudad, pero luego Serebryakov, que no les ha prestado atención, su atención se centraba en silencio en el mapa, habla con cautela.

“Por favor esperen. Ciertamente, así es como parecen estar equipados, pero ¿podemos realmente descartar la posibilidad? Por ejemplo, hay una serie de movimientos a lo largo de la frontera. Tengan en cuenta la posibilidad de que se puedan desplegar unidades de largo alcance, incluidos cañones ferroviarios.”

“Teniente Serebryakov, me resulta difícil imaginar que avancen los cañones ferroviarios. ¿De verdad crees que nuestros enemigos son lo suficientemente estúpidos como para mover equipos tan grandes a través de un área donde no tienen supremacía aérea?”

“No estoy hablando de sus intenciones, señora. Por favor considere su habilidad.”

El Ejército de la Federación ya ha colocado varios cañones ferroviarios a lo largo de la frontera. La unidad contra la que combatió el 203vo Batallón de Magos Aéreos, o más bien pisoteo,  anteriormente  eran  las  armas  de  ferrocarril  de  la  Federación.  “Y.”  Continúa Serebryakov con una expresión grave en su rostro.

“Incluso en el Rhine, los cañones ferroviarios enemigos en la retaguardia eran una seria amenaza. Tenga en cuenta que incluso las posiciones de artillería y las trincheras de comunicaciones fortificadas con hormigón no podrían recibir un golpe directo de un cañón ferroviario.”

Ciertamente, ni Tanya ni Weiss podían negar eso. Quizás recordando su tiempo en el Rhine, Weiss hace una mueca amarga, mientras Tanya recuerda cómo se enfureció Dora en Varsovia.

“Mayor, Tiegenhoff tiene defensas mucho más débiles que las que teníamos en el Rhine. Y si esta estimación de la posición de su cañón ferroviaria es correcta, hay una buena posibilidad de que estemos dentro del alcance.”

Aunque carecen de la artillería que avanza mucho, tienen un alcance extendido con sus cañones ferroviarios. El comentario de Serebryakov de que apenas podríamos ingresar es correcto.

Por un momento, Tanya teme que la escasez de poder de fuego enemigo sobre el cual se basaría el rescate podría ser de corta duración, pero finalmente se da cuenta de… Oh.

“Teniente Serebryakov, tiene razón al señalar la posibilidad de que exista artillería pesada enemiga, pero no creo que sea una amenaza significativa. Deja que su experiencia en el Rhine influya demasiado en su pensamiento.”

“Disculpe, Mayor, pero ¿qué quiere decir con eso?”

“Capitán Weiss, ¿siente lo mismo?”

Tanya sonríe irónicamente. Han aprendido demasiado de sus experiencias.