Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 3

Capítulo 5: Las Hermanas de Le Wolfe

Parte 2

El sorteo de la Combination se realizaba en el Domo Sirius con el que Ayato ya estaba completamente familiarizado.

«¿Cómo estás, Ayato? Bienvenido.»

Cerca del escenario, en un asiento reservado, que estaba separado de los asientos de la audiencia general.

Cuando entró allí siguiendo el pasaje, que se le dijo, Claudia le dio la bienvenida con una sonrisa.

«Había un asiento tal, eh. No lo sabía.»

Aunque de ninguna manera amplio para un espacio, era bastante cómodo ya que había pocos asientos.

Por encima de todo, ya que sólo estaba Claudia, era casi un estatus alquilado.

«Debido a que este es un asiento dedicado para la presidenta del consejo estudiantil de Seidoukan. Por favor, por aquí.»

Al sentarse en un asiento como se le recomendó, Claudia, que estaba sentada cerca, inclinó la cabeza.

«En primer lugar, enhorabuena por la calificación a la batalla principal.»

«Ah, sí. Gracias.»

Ayato regresó a toda prisa una reverencia también.

«También espero tu éxito en la batalla principal. Buena suerte.»

«Voy a hacer mi mejor esfuerzo tanto como sea posible… bueno, será difícil, ya que solo hay personas increíbles.»

«Fufufu. Eso es normal, ya que todas las personas, que llegaron a la batalla principal, son participantes con capacidad fiable. Pero por lo que veo creo que no hay muchos equipos que puedan combatir a la par contigo. Es por eso que este sorteo es tan importante y una gran responsabilidad.»

«Oh, eso me recuerda, ¿es correcto que me quede aquí?»

En el sorteo, Claudia tenía que echar una lotería. Se preguntó si él mismo, el interesado debería estar tranquilamente charlando aquí.

«Vamos a sortear al final. Hasta entonces, solo hay cosas aburridas como saludos de peces gordos y el resumen de la primera mitad de la competición.»

Ciertamente, en el escenario alguien, que parecía ser miembro del Comité de Dirección, estaba haciendo una especie de discurso ferviente delante de una gran pantalla espacial. Al parecer, él parecía explicar la comparación entre la tendencia de este torneo y el anterior torneo; pero, honestamente, el contenido no era muy interesante de escuchar.

Sin embargo, las gradas del público parecían estar llenas como durante un encuentro.

De hecho, la mayoría de los espectadores probablemente vinieron a ver el sorteo, por lo que parecía que nadie estaba escuchando con mucha atención.

«Aún así… ha sido un largo tiempo desde que he estado sola así con Ayato.»

«¿Eh…?»

Ante Claudia, que de repente acercó su cuerpo, sin querer se puso rígido.

«Últimamente he estado enterrada de forma continua en el trabajo y Ayato era monopolizado por Julis y las otras… me sentía sola ¿sabes?»

Mientras Claudia tomaba el brazo de Ayato, pegó aún más su cuerpo al de él.

«No, eso es… um…»

Ya que estaba fuertemente presionado contra su abundante y suave pecho, Ayato estaba colgándose en ansiedad.

Al mismo tiempo, una dulce fragancia indescriptible hizo cosquillas en su nariz.

Luego, en un buen momento, llegó una llamada a su terminal portátil.

«… Oh, ¡Claudia lo siento!»

Mientras él se separaba su cuerpo del de ella, aprovechando la llamada, y abría una ventana espacial se proyectó el rostro de Kirin quien fruncía el ceño como preocupada.

[U-Um, Ayato-senpai, ¡lo siento por llamarte de repente…!] Kirin fue claramente presa del pánico.

«¿Qué pasa?»

Parecía que se produjo alguna situación inesperada.

Mientras se preguntaba qué era y se inclinaba hacia delante, Kirin, en un estado nervioso, continuó hablando.

[Errr, en realidad hoy, vine a la zona comercial con Saya-san, pero… a-antes de darme cuenta, la perdí de vista…]

«Ah, ya veo.»

Con sólo eso, ella ya había transmitido el mensaje por completo pero presionó solo por si acaso.

[Y-Y luego, cuando me comuniqué con ella en su terminal portátil, ¡ella dijo que se perdió…! No sé qué hacer…]

«Está bien. Entonces, también te ayudaré a buscarla, así que vamos a encontrarnos primero. ¿Dónde estás ahora mismo?»

[¡G-Gracias! Ahora estoy…]

Y luego, decidiendo el punto de encuentro con Kirin, cortó la comunicación.

Ya que por lo menos Kirin estaba en un lugar no muy lejos de donde estaba él, probablemente, la encontraría de inmediato.

Sin embargo, el problema era más probablemente Saya. Después de todo, el carente sentido de dirección Saya era nada menos que asombroso; en días de escuela primaria cuando trató de ponerse en contacto con ella porque nunca regresó después de decir que iba a comprar jugo. Hubo una ocasión en que incluso se había perdido en el pueblo vecino al otro lado de la montaña. A pesar de que de hecho no había salido de Asterisk, no sería de extrañar si ella se extraviara dondequiera que fuera en esta enorme ciudad.

«Lo siento, Claudia. Es justo como has oído, así que…»

Cuando Ayato miró hacia atrás mientras decía eso, se sorprendió.

«…»

Claudia, haciendo un puchero con una mirada malhumorada, lo miraba ferozmente.

«E~errr, ¿Claudia…?»

Ya que era su primera vez viendo a Claudia así Ayato no podía evitar estar perplejo.

Claudia, por lo general estaba con una sonrisa, calmada y serena…

«…A pesar de que era una rara oportunidad de estar juntos después de tanto tiempo.»

Su tono de reproche era algo infantil, también.

No, más bien, hay que decir que era adecuado para su edad.

«Estaba muy entusiasmada por esto, ¿sabes?»

«Ah, uh, eso es…»

Cuando la voz de Ayato, que no sabía qué decir, se hizo ronca, Claudia de pronto volteó la mirada.

«¡R-Realmente lo siento! Me aseguraré de compensar esto, ¡así que!»

Ayato apresuradamente se disculpó pero aun así Claudia, mientras todavía miraba hacia la inversa, no dijo nada.

Cuando Ayato, quien estaba sinceramente preocupado, estaba casi al extremo de su ingenio preguntándose qué podía hacer. De repente se dio cuenta de que los hombros de Claudia, que todavía miraba hacia la inversa, estaban levemente temblando.

«Ah…»

«… Fufufu, Lo siento. Me excedí un poco.»

En ese momento, Claudia, que se dio la vuelta, sacó la lengua.

«…De verdad, dame un respiro, Claudia.»

Ante Ayato, que involuntariamente se hundió, Claudia reveló su sonrisa habitual.

«Es cierto que estaba entusiasmada por esto, pero te perdonaré esto mucho.»

«Ugh…»

«Dicho esto, no podemos dejar a Sasamiya-san, que se ha perdido.» Ella dijo eso levantándose.

Claudia abrió suavemente la puerta.

«Esperaré que compenses esto.»

«…Está bien.»

Mientras Ayato respondía con una sonrisa irónica, salió de la cabina y corrió a la estación de metro.