Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 8

Extra 1: Wataru El Héroe Y Su Experiencia En Goren

Parte 1

Wataru el Héroe fue, como su nombre lo indica, un Héroe convocado de otro mundo. Mientras estaba en el proceso de ser convocado, un dios le pidió que destruyera las mazmorras. Pero fue convocado al Imperio Laverio, donde le enseñaron firmemente que las mazmorras no deben ser destruidas. Dos puntos de vista en conflicto. ¿Debería creerle al dios o al pueblo?

Para ser honesto, Wataru no se preocupó demasiado por eso. La razón es que el dios quería que destruyera las mazmorras porque bloqueaban el flujo natural de maná almacenándolo para sí mismos. Pero el Imperio le enseñó que las mazmorras liberaban libremente el maná en forma de monstruos y objetos, lo que significaba que no había necesidad de destruir las mazmorras con suficientes personas que las exploraran. De hecho, perjudicaría la calidad de vida de las personas. Con eso en mente, podía entender por qué el dios quería que las mazmorras desaparecieran y por qué estaba bien dejar algunas en paz.

Básicamente, Wataru veía las mazmorras como fábricas. Si se dejaran solos, destruirían  el medio  ambiente, pero  si se  manejaran adecuadamente, serían esenciales para una alta calidad de vida. Se podría decir que Wataru tuvo mucha suerte aquí. Si hubiera comenzado a destruir mazmorras sin que sus invocadores le hubieran enseñado a no hacerlo, Haku Laverio, el fundador del Imperio, lo habría ejecutado en el momento en que ella le pusiera las manos encima.

De todos modos, una cosa llevó a la otra y Wataru comenzó a patrullar regularmente los caminos y mazmorras del Imperio para adelgazar a los monstruos mientras mantenía el orden. Fue un trabajo duro que le exigió matar a un número extremadamente alto de monstruos, y habría estado condenado si no fuera por sus poderes de héroe, pero necesitaba las cien monedas de oro al mes. Después de todo, tenía una deuda de juego de dos mil trescientos oros. Pero para que quede claro, no era un adicto al juego. Terminó con esa deuda después de equivocarse solo una vez.

“¡Bien! ¡Goren, aquí vengo! ”. Tenía que pagar su deuda cien monedas de oro a la vez, una vez al mes. Básicamente estaba perdiendo su paga de Haku en el momento en que la recibió. La mayoría de las personas se deprimirían y sentirían que estaban trabajando para nada, pero Wataru estaba emocionado. A decir verdad, visitar la ciudad de Goren una vez al mes era una de las pocas cosas que Wataru realmente esperaba.

Entró en la ciudad, pensando brevemente en cuánto se había desarrollado desde que entró por primera vez, y se dirigió directamente a la posada. La posada era propiedad del mismo hombre que había pisoteado toda la habilidad de engaño Hero de Wataru {Ultra Good Fortune} y lo había llevado al infierno de la deuda. Mirando hacia atrás, fue una experiencia valiosa en la que aprendió que las habilidades de engaño de Hero no eran invencibles. Trágico en este momento, pero nostálgico ahora.

Por otro lado, la Posada Muñeca Danzante también era donde trabajaba el enamoramiento de Wataru.

“¿Hmmm? Oooh, holaaaa.”

“¡Qué bueno verte, Neruneh!” Cada vez que Wataru venía a visitarnos, Neruneh estaba convenientemente sentado detrás del mostrador de la recepción. El momento siempre fue tan conveniente que en realidad preguntó una vez si vigilaban el camino para su llegada. Resulta que en realidad la hicieron salir y sentarse detrás del escritorio cuando él llegó. Ella misma no parecía demasiado entusiasmada, pero lo hizo de todos modos.

“Esta vez te alojarás en la gran suite, ¿verdad?”

“No lo siento. Me gustaría una habitación normal”.

“………” Neruneh se calló con una sonrisa perezosa todavía en su rostro. Su silencio pesaba mucho. Si se ve con suficiente prejuicio, podría parecer que ella lo estaba mirando con un corazón enamorado. Pero por lo demás, estaba bastante claro que ella le estaba diciendo que gastara más dinero.

“E-Er”.

“Te vas a quedar en la gran suite, ¿verdad?”

“¡Me gustaría una habitación normal!”

Neruneh repitió su pregunta y Wataru repitió su respuesta. Por cierto, Wataru no se había quedado en la gran suite ni una sola vez desde que se endeudó. Y solo como referencia, en cualquier otra ciudad, los recepcionistas de la posada gritarían: “¡Kyaaah! ¡Nunca te haríamos quedarte en una habitación normal, Wataru el Héroe! ¡Por favor, ven a nuestra mejor habitación!” Sin falta. Eso también fue un hecho. No a él engañándose a sí mismo. Wataru era extremadamente popular en todo el Imperio por su servicio dedicado a mantener la paz y la estabilidad dentro del Imperio, incluso si era solo un trabajo por el que le pagaban.

“… ¿Cuántos días?” “Solo uno.”

“¿Estás seguro de que es suficiente?” Para ser sincero, quería quedarse allí treinta días al mes. Si tan solo no estuviera tan ocupado. ¡P-Pero! Si trabajó muy duro, ¡debería poder liberarse un día o dos más!

“…Dos días.” “Uno maaaaas”. “¡Tres días!”

“Gracias por su negocio”. Una vez más, lanzó el trabajo sobre su futuro yo para poder quedarse por tres días. Ni siquiera un héroe siempre puede vencer a la tentación. Wataru sacudió la cabeza y sonrió para sí mismo.

Por cierto, ninguna otra posada presionaría para que se quedara varios días en contra de su voluntad. Si él dijo que se quedaría por un día, lo dejarían así. En situaciones donde tuvo que extender la estadía a dos días, solo en Goren sería presionado para agregar un día adicional.

Neruneh dijo: “Tres noches” a la herramienta mágica de registro frente a ella, y el precio apareció en la parte superior.

“Una plata y cincuenta cobres, por favor”.

“Aquí tienes”. Wataru sacó una plata y cinco cobres grandes de una bolsa de cuero y se los entregó. Neruneh tomó las monedas y las metió en agujeros abiertos en la herramienta mágica, haciendo que la llave de una habitación cayera en un plato.

“Aquí tienes”.

“Gracias, Neruneh”. Ella le entregó la llave. Sus dedos se tocaron brevemente. Luego, casualmente, retiraron las manos. Esta interacción fue muy valiosa para Wataru, pero fue difícil negar que, en general, recibió un trato bastante pobre.

Por cierto, en otras posadas los recepcionistas gritaban: “¡Kyaaah! ¡El Héroe me tocó!” Con entusiasmo.

“Ah, ¿y tú comida?” Normalmente, las posadas tendrían que mencionar que la comida no venía con las habitaciones antes de cargar, pero no se había molestado ya que sabía que Wataru era un habitual. Ciertamente no se había olvidado de eso.

“Uhhhh, una comida de rango D por favor”.

“Una comida de rango S para un Héroe de rango S, ¿verdad?” “… U-Una Rango-C, ¡por favor!”

“Gracias”.

Por cierto, en otras posadas (ya entiendes el punto).

Ahora, era justo decir que la posada estaba siendo completamente desconsiderada con Wataru, pero en realidad le gustaba eso. La razón es que Wataru había sido una persona japonesa normal antes de ser convocado. Simplemente nunca se sintió bien acerca de que las personas en este mundo lo trataran como alguien especial. No hace cuatro años, y no ahora.

Pero esta posada era diferente. Wataru no estaba ocultando que era un Héroe. Era solo que a ellos no les importaba. Esa apatía era importante para él para mantener la paz en su corazón.

Aquí, no necesitaba esconderse. Aquí, él podría ser él mismo, como solía ser. Wataru había obtenido poderes especiales como héroe y aprendió a matar a su prójimo, pero aquí no tenía nada que temer, nada de qué preocuparse.

La mayoría de Goren lo trató de la misma manera, tal vez debido a la influencia del jefe de la ciudad, la persona que había cargado a Wataru con su deuda en primer lugar. Era un héroe orgulloso amado por todo el Imperio, pero en esta ciudad solo fue tratado como un aventurero especialmente fuerte. Su compasión le calentó el corazón.

“Oh, Wataru. ¿Esa época del mes  ya?” Keima, el jefe de la ciudad, simplemente pasó caminando. Se rascó el pelo negro con una mirada soñolienta en los ojos, parecía listo para volver a dormir. Naturalmente, los jefes normales de la ciudad lanzarían sus brazos al aire y celebrarían la presencia de un Héroe en su ciudad.

… En este mundo, el cabello negro era extremadamente raro, con solo héroes y sus descendientes en la mayoría de los casos. Keima mismo afirmaba ser descendiente de Héroes, pero Wataru pensó con certeza que estaba mintiendo. Así de extraño era ser apático hacia los Héroes en este mundo.

“Hola, Keima. Aquí está lo del mes”.

“Mmm”. Wataru le entregó una bolsa de cien oros. Eso también estuvo fuera de lo común. Hemos estado hablando de grandes cantidades de oro aquí, pero cuando se convirtió (aproximadamente por supuesto) a yenes japoneses, un solo oro valía aproximadamente un millón de yenes. Cien monedas serían naturalmente cien millones.

En momentos como este, Wataru no pudo evitar pensar en juegos en los que el oro era la forma básica de la moneda. Una hierba verde que se vende por siete millones de yenes sería demasiado.

“Por cierto, Keima, ¿recuerdas cuántas veces he pagado?”

“¿Eh…? No me digas que has olvidado tu propia deuda, Wataru”. Keima se mostró tranquilo, pero claramente estaba evitando el contacto visual. Un amigo de Wataru (a quien conoció en esta ciudad) le advirtió sobre esto, pero pensar que Keima realmente lo olvidaría.

“Jajaja, no, estoy bastante seguro de que he pagado quince veces”. “No, no, no podría ser más de siete veces”.

“¿Por qué no se comprometen y dicen que han pasado nueve años?”, Intervino Neruneh, ofreciendo uno de los peores compromisos de la historia.

Espera, estoy bastante seguro de que comencé a pagar el año pasado y… En realidad, no importa.

Wataru decidió no presionar el punto. Aceptar nueve veces significaba que tenía una excusa para venir aquí catorce veces más. Aunque para ser honesto, él vendría de todos modos. Es curioso cómo cien monedas de oro, una suma más que suficiente para que un ciudadano normal se mantenga durante toda la vida, fue un pequeño cambio para Keima y Wataru.

“Entonces te quedan mil cuatrocientos oros. Intenta y recuerda eso, porque olvidar solo significa más dinero para mí”.

“Correcto. Intenta recordarlo también, Keima.”

“Nunca lo olvidé. Jajaja.”

“No sé sobre eso”, sonrió Wataru.

Por cierto, los Héroes eran ampliamente considerados como los seres más fuertes en un país, una piedra angular firme de cualquier poder militar, pero Wataru nunca había vencido a Keima. La primera vez fue con el juego. Perdió y terminó con una deuda de dos mil trescientos oros. Él desafió a Keima en varios puntos después de eso y perdió cada vez. Intentó negociar, discutir e incluso desafiarlo a una pelea simulada, que era su especialidad, pero perdió cada vez. Sus negociaciones fueron esquivadas, sus argumentos contrarrestados, y honestamente la pelea fue solo un desastre.

El hecho de que perdió en una pelea simulada a pesar de ser su especialidad era simplemente ridículo. Pero para ser justos, Wataru se había dado una desventaja y había sido engañado por una cosa única, por lo que probablemente ganaría si desafiaba a Keima a otro. O tal vez simplemente perdería de nuevo. Al menos, Keima no aceptaría un desafío que no estaba seguro de poder ganar. En realidad odiaba perder, en el fondo.

Dicho eso, burlándose de él como, “¿Qué, miedo a perder?” Solo generaría una respuesta como, “Considera esto mi pérdida, entonces no es un gran problema para mí”. Ser tratado como un niño fue un daño psicológico severo. No se sintió particularmente heroico.

… Además, si intentas desafiar a Keima con condiciones si pierde, él simplemente te rechazará. Intentar imponerle cualquier responsabilidad nunca terminó bien. Tanto es así que sería más probable que te ayudara si le preguntaras normalmente.

De todos modos, esto continuó por un tiempo, pero la conclusión es que ser un héroe no era un gran problema en Goren. Por eso le gustó, y por qué se enamoró de Neruneh mientras estuvo aquí. No porque fuera un gran masoquista y su corazón latía cada vez que Neruneh era malo con él.

“Por cierto, Neruneh, ¿quieres comer algo más tarde?” “Claroooo. ¿Cuandoooo?”

“¡Esta noche!” Ella también sabía cómo equilibrar su zanahoria y su palo.

Y así, esa noche, Wataru y Neruneh se sentaron en los lados opuestos de la mesa para cenar. (Estaban comiendo almuerzos de rango C. Neruneh podía comer gratis allí, pero Wataru siguió adelante y pagó por su comida de todos modos).

“Por cierto, Neruneh, hay algo que he querido preguntarte por un tiempo”. “¿Siiiii?”

“¿Cómo terminaste trabajando en esta posada? No dudes en decirme si no quieres hablar de eso”.

“Aaaah, ¿cómo terminé trabajando aquí?” Neruneh guardó silencio por un momento, luego sonrió. Wataru le devolvió la sonrisa.

“Entonces, está bien”.

Oh, ella va a responder, pensó Wataru.

“Antes de darme cuenta, estaba en esta ciudad y me contrataron”. “………”

“………”

“¿Qué? ¿Es así?” “Eso es todooooo”.

Por alguna razón, la conversación realmente no iba a ninguna parte. Pero Neruneh se veía linda cuando sonreía, así que estaba bien con Wataru.

“¿Por qué viniste a esta ciudad?”

“Aaah. ¿Por qué vine a esto demasiado conocido…?” Neruneh se calló de nuevo, luego sonrió. Wataru le devolvió la sonrisa.

“Wataru, ¿sabes bola de fuego mágica…?”

“Oh, eh. Sí”. Era una práctica estándar para ella cambiar rápidamente de tema cuando no podía responder una pregunta.

“¿No es bonito? Es como, cuando piensas en magia, piensas en bolas de fuego, ¿verdad? ”

“Sí, se podría decir que las bolas de fuego son la más mágica de todos los hechizos mágicos”.

“¡Finalmente alguien entiende!” Neruneh dio una sonrisa feliz.

Por cierto, para resumir, el resto de su conversación profundizó en temas que el hombre común no podría entender: la disección de los círculos mágicos de la era moderna, las observaciones sobre la manipulación de fenómenos naturales, la belleza de la mezcla de maná con la atmósfera. , la proporción áurea del gasto de maná fundamental, y así sucesivamente. Ambos participaron con las palabras saliendo de sus lenguas, aunque Neruneh mantuvo su relajada calma. Incluso Wataru apenas pudo mantenerse a pesar de haber recibido una educación de alta calidad en un país desarrollado, Japón. Él preguntó cuándo había algo que no entendía, y ella siempre respondía. No es que él necesariamente entendiera todas sus respuestas.

“Realmente eres un hombre de cultura, Wataruuu. Es divertido hablar contigo”.

“Jaja, siento que entiendo las bolas de fuego aún más de lo que solía hacerlo. Parece que puedo apostar a que se fortalezca de nuevo”.

“Jeje, estás hablando de la relación entre los cálculos mentales y el área de efecto del fenómeno físico, ¿verdad? Sabía que estarías al día con esa investigación. Por lo tanto, mis pensamientos son similares… ”

En realidad, no estaba pensando en eso de ninguna manera. Simplemente sentía que su magia se fortalecía cada vez que aprendía a entenderla mejor. Pero ya era demasiado tarde para que él la corrigiera. Al final, escuchó el arrastre de la ametralladora de Neruneh hasta que su sopa se enfrió.

Aunque, por supuesto, a Wataru no le disgustaba ver a Neruneh hablar con una sonrisa. Le encantaba, así que comer juntos fue una satisfacción beneficiosa para ambos.

“… Sabes mucho de todo, Neruneh. Especialmente mágico.” “Tengo un buen maestro”.

Por otro lado, mantuvo la identidad de su maestra en secreto, sin importar cuántas veces le preguntara. Aunque a través del proceso de eliminación, podía adivinar que era Keima. No había nadie más en esta ciudad lo suficientemente hábil en magia para enseñarle.

“Pero él siempre se duerme en medio de nuestras conversaciones, así que…”

Sí, tiene que ser Keima… pero, en realidad, ¿creo que habla tanto que nadie se quedaría dormido?

A la mañana siguiente. Wataru se despertó como siempre. Neruneh no estaba durmiendo a su lado ni nada. Pero gracias a su presión, se había ganado tres noches y cuatro días de descanso. Mientras Wataru pensaba en qué hacer, escuchó el sonido de la madera golpeando madera dura.

Oh, es cierto, pensó mientras abría una ventana. Parecía que venía de detrás de la posada, y él sabía lo que eso significaba. Niku Kuroinu e Ichika estaban teniendo un duelo de entrenamiento.

Wataru se cambió de ropa y se unió a ellas. Fue un duelo entre un niño literal y un adulto, pero curiosamente, estaba claro que el niño estaba dominando la pelea. O sería extraño, si esto no fuera Goren.

“Heya. ¿Te importa si me uno?” “Mmm. Está bien.”

“Geh, ugh, entonces déjame reevaluar…” Ichika se deslizó en el suelo. Sin duda habían estado luchando rigurosamente desde la mañana. Niku tenía mucha más resistencia de la que podía explicar su juventud.

“Estaba pensando que sería bueno tener un compañero de entrenamiento al que no necesitaba contenerme”. Naturalmente, solo un niño de esta ciudad le diría algo así a un héroe. Una niña pequeña también.

“Espera, ¿te estabas conteniendo contra Ichika?” “Más o menos.”

Wataru preparó su espada de madera. Aprovecharía la oportunidad para darle su experiencia contra el estilo de espada del Imperio. Algunas formas involucraban usar una espada en una mano y un escudo en la otra, pero hoy iba con doble empuñadura. En contraste, Niku sostenía un cuchillo de madera en cada mano, estilo asesino.

Bien, ¿cómo comenzar esto? El segundo Wataru comenzó a planear, Niku de repente desapareció. Ella venía de abajo, no, eso era una finta para un ataque correcto. Wataru se deslizó hacia la izquierda y protegió su derecha, con lo cual su espada fue golpeada con tanta fuerza que realmente chirrió como metal.

“Hm. Lo bloqueaste.”

“Soy un héroe, ya sabes. Perdería mucha cara si perdiera con un niño”. Esta vez, Wataru bajó la espada con fuerza. Un golpe a dos manos desde arriba. Naturalmente, ella podría esquivarlo. Fue lo suficientemente rápido como para cortar a un soldado normal por la mitad antes de que pudiera moverse, pero Niku lo vio venir y lo esquivó con mucho tiempo de sobra.

“Puedes ir más rápido”.

“¿Oh enserio? Veamos”. Esta vez, hizo un corte vertical hacia arriba, aproximadamente un cincuenta por ciento más rápido que antes. Ella lo esquivó, pero consiguió una pequeña muesca.

“¿Qué tal ahora?”

“………” Niku se calló. Wataru sabía que era una niña de pocas palabras, y que se quedó completamente en silencio cuando hablaba en serio. Su expresión no había cambiado en absoluto, pero ella aprobó su velocidad más rápida.

“Voy a acelerar un poco a medida que avanzamos”.

“Está bien”. Wataru balanceó su espada, Niku esquivó, respondió, fue bloqueada, y así sucesivamente. Fue completamente como un partido de práctica, porque lo fue.

“¡Hyah!”

“¡Ngh, ah!” El cuchillo de Niku se partió por la mitad. “…Perdí.”

“Vaya… Ese fue un buen ejercicio. Como realmente. Realmente realmente”. Finalmente, no había muchas personas en el Imperio que pudieran sacar a Wataru el Héroe sin aliento en una batalla simulada. Probablemente cien en el mejor de los casos. Por supuesto, ese centenar incluía lo mejor de lo mejor, los superhumanos prácticos, como la maestra del gremio imperial Misha y la comandante en jefe de los pelotones de caballeros, Sally. Keima fue una excepción, así que no contó. Siempre ganaba antes de que Wataru tuviera la oportunidad de quedarse sin aliento.

“Está bien, una vez más”. Niku sacó un nuevo cuchillo de madera. Ella tenía mucho en reserva ya que se rompieron fácilmente. Pero, ¿cuántos estaba escondiendo…?

“Claro, pero ¿cómo te sientes? ¿No necesitas descansar? ” “Ya me he recuperado”.

Bien podría ser un Héroe, pensó Wataru. Si no fuera por las orejas de perro que demostraron que nació aquí, Wataru definitivamente habría concluido que era una Héroe convocada.

“… ¿Tienes ampollas en las manos?”

“Parece que nunca me salen ampollas”. Realmente había algo extraño en esta ciudad.

Wataru entrenó durante horas, sudando cubos de todo el ejercicio. Luego se dirigió a esta ciudad… o más bien, el lugar más famoso de la posada. El onsen. Era educado usar túnicas y cosas así allí. Pero, naturalmente, hombres y mujeres se bañaban por separado. Sin embargo, la posada onsen hecha por un héroe en Wakoku era un baño mixto. No hay túnicas allí, tampoco.

A Wataru le gustaba el onsen de Goren ya que no era un manantial de azufre y, por lo tanto, no olía mal. Pero alguien más ya estaba allí.

“Oh, Gozou”.

“Que, ¿Wataru? No sabía que estabas aquí”. Había platos flotando en el agua con comida y pequeñas botellas de vino en ellos. Pertenecían al enano muy dedicado Gozou. Era amigo cercano de Wataru.

“Beber al mediodía, ya veo. Estoy celoso.” “Oh, ¿quieres un poco también?” “Absolutamente.”

Gozou le sirvió un vaso. Wataru levantó la taza y la bebió. Era un vino picante con un sabor fuerte. El calor del alcohol atrapado en su nariz mientras el aroma de la fruta lo atravesaba.

“Nmm, eso es algo bueno. Y Gozou, se siente muy elegante beber así”. “¿Bien bien? Me encanta beber aquí”.

“Pero tengo que preguntar, ¿qué pasa con las pequeñas botellas de vino?

¿No sueles salir de las grandes? ”

“Ah”, sobre eso. Keima se enteró de que iba a un alboroto borracho aquí, ya ves, así que me prohibió beber demasiado en el onsen. Esto es con lo que estoy atrapado”.

Ya veo. Wataru podía imaginar fácilmente lo que Gozou había hecho mientras estaba borracho aquí.

“Todo esto es de la mazmorra, ya sabes, pero es bastante bueno”.

“Seguro que lo es. Creo que es una buena combinación para el onsen”. Realmente, el vino y la comida eran esenciales para tener una verdadera experiencia onsen. Keima tenía buen gusto.

“Soy un hombre de grandes jarras de cerveza y comida frita, pero beber vino en el onsen tampoco es tan malo. Realmente, no entiendo por qué él no está bebiendo aquí mismo”.

“Jaja, esa es Keima para ti”.

“Aquí, Wataru, toma otro vaso”.

“Oh, gracias”. A propósito, a Wataru a menudo se le daba vino y cerveza en otras ciudades. Los rumores de que Wataru el Héroe amaba la cerveza se extendió desde Goren después de que comenzó a beber allí, lo que llevó a la gente a tratarlo en los bares donde quiera que fuera. Entonces, cuando se trataba de cerveza, al menos, esta ciudad era como las otras ciudades. A menudo escuchaba las quejas de sus compañeros borrachos. Aunque dichos borrachos saldrían de su estupor en el momento en que se dieran cuenta de quién era Wataru. Eso no sucedió en Goren.