Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 8

Capítulo 1: Limpiando

Parte 4

“Sí. Como puede ver, tenemos comida caliente y fresca preparada.” Garbo sacó una olla humeante de sopa. Por supuesto, la sopa estaba drogada. Un bocado no haría nada, pero una hora después de beber un tazón lleno de sopa, uno sentiría que comenzaba a debilitarse, y después de otra hora quedarían completamente paralizados. Si pudiera hacer que bebieran la sopa, su trabajo sería más fácil, pero…

“Mi señora, debo insistir en que comas la comida que preparé yo misma. No sabemos qué podrían haber puesto en esa sopa.”

“Si insistes, Sheena. Lo siento, Garbo, pero por favor come esa sopa con Peesa”.

“No me importa si lo hago”. Naturalmente, las cosas no fueron tan fáciles. Garbo chasqueó la lengua en silencio. Pero atacarlas de noche seguía siendo una opción. Y así se hizo hora de esperar.

Era difícil decir la hora en un calabozo, pero era fácil distinguir día y noche. Incluso el interior de una mazmorra se oscureció cuando era de noche. Sin la habilidad {Visión nocturna}, era difícil atravesar una mazmorra por la noche sin luces.

Cuando llegó el momento de dormir, Mai y sus compañeras se fueron a dormir a la tienda que Garbo les dio sin que ninguno de ellas se quedara despierta para vigilar. Frente a dicha tienda se encontraban Peesa y Garbo, mezclándose con la oscuridad debido a que ninguno de los dos llevaba luz. Su propia tienda estaba a cierta distancia. Estaban parados junto a la otra tienda, por supuesto, para atacar a sus ocupantes.

“Disculpe…” dijo Peesa mientras entraba a la tienda. No era grande, pero había suficiente espacio para que unas tres personas se acostaran una al lado de la otra. Dentro estaban Mai y su doncella envueltas en sus mantas, dormidas, mientras la mascota bestia estaba sentada más adentro.

Peesa miró a la mascota. Al principio, la bestia parecía haberse quedado dormida mientras estaba sentada, pero luego hicieron contacto visual. Ella tragó su sorpresa y sonrió.

“No te haremos nada si te callas, ¿de acuerdo?”

“………” La mascota permaneció en silencio y miró a Peesa, aparentemente sin interés. Lo sabía, pensó Peesa con una sonrisa mientras sacaba un collar de su bolso, un collar de esclavos, que se ató al cuello de la doncella dormida.

“******… ***, ****, ******, *** – {Orden ilegal: 5}”.

El collar brilló. Éxito. El hechizo ahora haría que el collar apretara las órdenes de Peesa y Garbo. Le habían comprado el hechizo a un comerciante del mercado negro y le permitió al lanzador apretar un collar de esclavos cinco veces. También evitó que se quitara el collar de esclavos. Sin embargo, tenía un defecto. El quinto apretón continuaría hasta la muerte del usuario.

Con el mayor obstáculo fuera del camino, era hora de divertirse.

“Querido, todo está listo”.

“Gracias cariño. Te amo mucho.” Garbo entró en la tienda sin dudarlo una vez que Peesa lo llamó. Lo que sucedió para despertar a Mai.

“Mnnn… ah, ¿Garbo? ¿Qué, por qué estás aquí?”

“Para seguir escoltándote a ti y a tus compañeras, por supuesto. Jejeje.” Garbo sonrió. Tampoco fue la sonrisa amistosa que mostró en el gremio. Era la sonrisa  torcida  de alguien que  disfrutaba  del sufrimiento y la desgracia de los demás.

“De ninguna manera… Sheena, ¡despierta! ¡Desecha estos rufianes!”

“¡Sí, mi señora! Justo ahora… ¡ngh! Nggh, ngggh…” Sheena cayó al suelo después de que el collar le apretara el cuello.

“Hah, qué doncella débil resultaste ser. Un pequeño apretón en tu cuello es todo lo que necesitas para noquearte. Tal vez no eras su guardaespaldas después de todo. Supongo que me dejo preocupar demasiado.”

“¿Qué le hiciste a Sheena?”

“Ponerle un collar y la disciplinarla un poco. No te preocupes, la noche acaba de comenzar. Nos divertiremos mucho de ahora en adelante. Si te mantienes agradable y obediente… Bueno, en realidad, no me gustan los mocosos manchados de orina. Simplemente me quedaré con la criada”.

Garbo buscó en la bolsa de Sheena y sacó una tarjeta del gremio.

“Aquí está… Espera, ¿eres solo un maldito rango D? ¿De dónde viene toda esa confianza tuya? Perdí cada segundo que pasé pensando en ti. Aquí, cariño, un regalo.”

“Gracias cariño. Te amo”. Garbo arrojó la carta del gremio de Sheena y Peesa la atrapó y luego sacó una brocheta con varias tarjetas del gremio pegadas en {Almacenamiento}. Pegó la tarjeta de Sheena en la brocheta también.

“Ahaha, tengo demasiadas tarjetas de rango D ahora”. Sheena mantuvo una colección de cartas de gremio robadas a sus víctimas. Nunca se pudrirían, y tampoco ocuparon mucho espacio. Consideraba su pasatiempo mucho más práctico que el de Garbo.

“………” Al ver eso, la bestia se levantó y rebuscó en algunas bolsas cercanas. Eso lo arrojó a Peesa hasta que le tendió una tarjeta de gremio. Era la tarjeta del gremio rango-F de Mai.

“¡¿Qué estás haciendo?! ¿Has olvidado todo lo que he hecho por ti? ”

“Dios mío, parece que no fuiste amada en absoluto, Mai. Jajaja

.” Peesa, todavía sentada, tomó la tarjeta y sacó otra brocheta de su {Almacenamiento}. Pero entonces, justo cuando lo estaba guardando, la bestia saltó hacia adelante con una velocidad inmensa y metió la mano en el agujero abierto de {Almacenamiento}. De su interior sacó las brochetas de cartas del gremio rango-E y rango-C.

“¡¿Qué?!”

“¿Uno para cada rango? No parece ser un rango B o superior. Eso está bien”. Había muchas menos tarjetas de rango D y rango C en comparación con las cartas de rango F y rango E.

“Qué en demo—” Antes de que Peesa pudiera terminar, la bestia la golpeó en la cara con tanta fuerza que cayó al suelo, inconsciente por el solo golpe. La mascota estaba parada sobre ella, abriendo y apretando su puño derecho.

“Eso es suficiente.”

“Espera, ¿no vas a preguntar por las víctimas? ¿O sus métodos? Pensé que estábamos a punto de comenzar a divertirnos”.

“No hay necesidad. Tenemos las cartas de las víctimas. Eso es todo lo que necesitamos”. La voz de una niña salió de la nada, y la mascota estaba respondiendo.

Por un segundo, Garbo se congeló en su lugar, sin entender nada, pero no pasó mucho tiempo antes de que volviera en sí. En ese momento su próximo movimiento fue obvio.

“¡No te muevas! ¡No des otro paso! Escucha, si haces un solo movimiento, la vida de esta chica es mía.” Levantó a Mai y le clavó un cuchillo en la garganta. La decisión de Garbo fue, sinceramente, la decisión correcta.

“¿Qué crees que quiere decir, Niku?” Preguntó la voz femenina.

“… ¿Tal vez algo que ayude al Maestro?”

“No, no, no lo creo. Definitivamente notará lo que está sucediendo ahora que está tocando el cuerpo”.

“Oh.”

Fue la decisión correcta, pero solo si la comprensión de Garbo de la situación era precisa. Toma a la chica rica como rehén, salva a Peesa, escapa de la tienda y compra suficiente tiempo para escapar. Hubiera ido perfectamente. Sin mencionar que si la niña muriera, su esclava terminaría en libertad. Todo lo que tendría que hacer es tocar su collar y enviarle maná para convertirla en su esclava. Aunque a juzgar por lo rápido que acaba de moverse, eso no sería tan fácil para él.

Sin embargo, a pesar de que su maestra, la que controlaba si vivía o moría, fue capturada, la mascota simplemente siguió atando a Peesa sin mostrar preocupación en el mundo. Completamente como si lo que estaba pasando no tuviera nada que ver con ella.

“¡En serio, ¿qué pasa contigo?! ¡Deja ir a Peesa! ¡¿No te importa lo que le pase a esta chica?! ”

“Puedes hacer lo que quieras con eso”.

“Qué eres…” Fue en ese momento que Garbo notó que algo estaba mal. Desde que la tomó cautiva, Mai no había dicho ni una palabra ni se había movido. Ella tampoco estaba dormida; ella había estado despierta desde que todo comenzó. Ni siquiera se sentía como si estuviera respirando, y a pesar de que su cuerpo estaba presionado contra el suyo, no podía sentir ningún calor.

Garbo miró a Mai y, finalmente, la vio por primera vez. Ella… No, era una muñeca hecha de madera. El cabello solo era sorprendentemente realista, pero su cara estaba en blanco con solo una patética protuberancia por la nariz. Ni siquiera había cuencas oculares o boca. La muñeca inclinó la cabeza con un ruido mientras Garbo miraba su rostro.

“¡¿Gah?!” Garbo arrojó la muñeca que una vez fue Mai. En la dirección del esclavo, por supuesto, matar dos pájaros de un tiro. Luego salió corriendo de la tienda. Abandonando a Peesa.

Lanzar la muñeca al esclavo aparentemente había sido la elección correcta, ya que logró llegar hasta el pedestal. Tuvo que volver a colocar la Espada Mágica antes de poder escapar de la habitación. Eso significaba que tenía que pasar por la tienda cuando salía, pero si se concentraba en correr, entonces no debería tener ningún problema para escapar… Después de todo, era un líder de rango C. Tenía confianza en sus habilidades.

“¡¿Qué mierda, qué maldita mierda?! ¡Las cosas iban tan bien y luego…!” Se preguntó qué había hecho mal, pero no hubo respuesta.

… Fue una mala suerte para Peesa, pero tuvieron que separarse. Esos eran monstruos en forma humana. Ambos morirían si lo atraparan. Correcto, eran monstruos en huma…

“… ¿Monstruos? Espera, esta es una jodida zona segura”. ¿Qué significaba que eran variantes? Correcto, tenían que ser variantes. Era deber de todos los aventureros reportar Variantes, y aquellos que proporcionaron información sobre ellos fueron recompensados de manera famosa.

¡Bien, eso es correcto! ¡No me estoy escapando aquí, solo estoy haciendo un retiro táctico ya que necesito informar esto! Garbo metió la Espada Mágica en su cadera nuevamente dentro del pedestal.

“Muy bien, ahora puedo…” comenzó Garbo mientras se daba la vuelta para mirar hacia la salida. Pero los picos seguían bloqueando el pasillo. Se sentía como si estuviera atrapado dentro de la boca de un monstruo.

“¿Pero por qué…? Esto no es lo que dijo el gremio. Debería estar abierto ahora.”

“Oh, qué cosa más extraña para ti decir. ¿No te dijiste a ti mismo que una vez que se quita la Espada Mágica, la habitación se bloquea por el resto de la noche? Todo lo que hicimos fue hacerlo realidad.” Se giró en dirección a la voz y vio a una chica de cabello plateado que no reconoció.

“¡¿Quién eres tú?! ¡¿De dónde vienes?!”

“¿Dónde? ¿No hay una sola entrada a la habitación?” La niña se echó a reír. “En cualquier caso, tu vida ha terminado. Mis condolencias.”

“¿Q-Qué estás…?”

La chica chasqueo y una roca cayó del techo. Por un segundo pensó que era una trampa de rocas que caía, pero luego la roca se levantó. Era un golem de hierro.

“De ninguna manera… ¡Esta es una jodida zona segura!”

“¿Y qué si es así? Deberías preocuparte por lo que está por encima de ti”.

A su consejo, Garbo levantó la vista. Allí vio que el techo estaba cubierto con una capa de bolas de hierro.

… No me digas que esos son todos los Golems de Hierro, pensó. Pero de hecho lo estaban, y el que estaba directamente sobre su cabeza comenzó a agitarse. Se apartó del camino con miedo, momentos después escuchó un fuerte golpe justo donde una vez estuvo.

“Tampoco estás a salvo allí”.

“¡¿G-Gah?!” Los Golems de Hierro – muñecas, por así decirlo – llovieron donde quiera que fuera. Era como si lo estuvieran guiando hacia una esquina, bloqueando más y más rutas de escape mientras continuaba huyendo.

“¡G-GAAAAAAAAAAAH!”

“Hmm. Ya sabes, los golems que caen son una trampa más efectiva de lo que esperaba.”

“¡Mierda! ¡Ayúdame! ¡Te pagaré todo lo que tengo! ¡Tengo un montón de dinero ahorrado en el gremio, incluso te daré el escondite secreto de Peesa! ”, Gritó Garbo, e inmediatamente los golems dejaron de caer.

“Haah, haah… ¿Estoy salvado…?”

Sin embargo, los Golems de Hierro caídos se pusieron de pie y constantemente rodearon a Garbo. Había demasiados para que un simple rango C se abriera paso, e incluso si todos hubieran sido Golems de Piedra, habría luchado por escapar. Sin mencionar que el pasillo de salida estaba bloqueado de todos modos. No había ningún lugar para que él corriera.

“Rei, ¿por qué estás jugando?”

“Oh, Niku. No me malentiendan. Este es un experimento para una nueva trampa que hizo Master, ciertamente no estoy jugando”.

Garbo pudo ver por encima de los golems a la chica de cabello plateado que conversaba casualmente con el esclavo bestia. Detrás del esclavo había otra muñeca de madera sin rostro, esta vestida con la ropa de Sheena. Había un collar de esclavos de Peesa alrededor de su cuello, pero ella estaba inconsciente y se echó sobre su hombro. Eso fue lo que finalmente hizo que Garbo se diera cuenta de que alguien los había engañado.

“¡Mierda…! ¡¿Por qué?! ¿Por qué tengo que pasar por esto? ¡¿Qué hice alguna vez?! ”

“¿De qué estás hablando? Eres un cazador novato”.

“¡Es un perro comer mundo de perros aquí! No hice nada malo, ¡solo seguí las reglas de la naturaleza! ¡Los débiles deberían temer a los fuertes!”

“¿Dirías eso ahora? Bueno, supongo que no puedo estar en desacuerdo “, dijo la chica de cabello plateado, lo que hizo que Garbo se diera cuenta de que en ese momento él era la presa, rodeado de perros de caza en forma de golems. Qué tonto era.

“¡Peesa! ¡Despierta, Peesaaaa! ¡Ayúdenme! ¡Haz algo!” Garbo gritó lo suficientemente fuerte como para que Peesa comenzara a temblar para despertarse.

“Ngh… ¿Querido? Yo… ¡ay! ¡¿Esperar que?! ¿Qué está pasando?”

“¡Cariño! ¡Mátalos! ¡Date prisa, no te contengas!” Garbo ordenó apretar el collar en el cuello de la muñeca cuatro veces. Eso haría que el collar se apretara hasta que se rompieran los huesos del cuello, o en este caso, hasta que el cuello de madera se rompiera. Y tal como Garbo lo planeó, los resultados de {Orden ilegal} llevaron al chasquido del cuello de la muñeca. La cabeza de madera rodó de inmediato. Peesa aprovechó la oportunidad para salirse del hombro y escapar.

“¡Mátalos! ¡Mátalos a todos!”

“No sé qué está pasando, ¡pero muere!” Peesa usó hábilmente el cuchillo escondido en su manga para cortar sus ataduras. Luego atacó a la niña de cabello plateado con una gran espada en forma de aguja que también había estado escondida en sus mangas.

Está muerta, pensaron Peesa y Garbo, pero la aguja atravesó el aire sin golpear nada. Habían visto la hoja golpear a la niña, pero la atravesó.

“Que mal. Soy tan rápida que solo golpeas mi imagen secundaria”. “Ella es una ilusión”.

“¿Um, Niku? ¿Realmente tenías que decirles eso?”

Las dos continuaron conversando casualmente mientras Peesa se tambaleaba por la inercia.

“¡¿P-Por qué, d-dónde estamos?! ¡¿Por qué hay tantos Golems de Hierro?!” Peesa giró la cabeza, tratando de absorber la situación, solo para que la esclava bestia le golpeara la cabeza otra vez. En el lado opuesto esta vez. Una vez más, cayó inconsciente.

“Todo tranquilo otra vez”.

“Buen trabajo, Niku. Estoy un poco sorprendida de que ella tuviera esa espiga bajo la manga… Pero en cualquier caso, ¿cómo se rompió el cuello de ese maniquí Golem?”

“Probablemente se debió al collar de esclavos”.

“Oh, ya veo… Maestro me acaba de ordenar que aprenda más sobre esa magia. Investigaremos más tarde”.

Parecían completamente imperturbables por lo que acababa de suceder. La desesperada resistencia de Peesa no había sido nada para ellos. Como una hormiga luchando contra un gigante. Había una brecha demasiado grande en sus niveles de poder. ¿Quiénes en el mundo eran ellos? Garbo sintió que su último rayo de esperanza se aplastaba.

“Oh, golems. Captúralo también, si quisieras.” El tono de la chica de cabello plateado parecía que le estaba pidiendo a alguien que recogiera algo de basura. Los Golems de Hierro se agolparon alrededor de Garbo, obedeciendo su orden.

Un aventurero de rango C podría derrotar con seguridad a un Golem de Hierro en un combate uno a uno. Pero había una multitud de ellos, y a pesar de su valiente resistencia, Garbo, el aventurero de rango C, fue golpeado hasta la muerte hasta que quedó inconsciente.