Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 1

Capítulo 4: Entre la Tranquilidad y la Turbulencia

Parte 2

—”””¡OHHH!”””

Tres voces dieron su aprobación.

Aiz acababa de retirar la cortina de un probador. Ella se quedó allí como una muñeca tímida mientras las tres chicas la miraban con unos ojos de aprobación.

Ella vestía un top blanco sin mangas emparejado con una minifalda. Un hermoso modelo floral fue cosido en la camisa apenas sobre el dobladillo como decoración. Era una combinación muy simple, pero el cabello rubio y la figura femenina de la portadora hacían que las prendas cobraran vida.

—¡T-Te ves increíble, señorita Aiz!

—¡Realmente, realmente increíble! ¡Loki estaría encima de ti si estuviera aquí!

—Tu piel es tan clara y esta ropa muestra tu cuerpo… Bueno, en realidad estoy un poco celosa. Aiz estaba rodeada de elogios.

La armadura que quería llevar y el arma que debía estar a su lado no se veían por ninguna parte. Ella les preguntó si era extraño para un caballero como ella estar tan vulnerable, pero las otras chicas rápidamente agitaron sus objeciones. La rubia miró al suelo, con sus mejillas formando una sonrisa.

Tiona y las demás no pudieron evitar sonreír después de ver a Aiz reaccionar como un pez fuera del agua.

— ¡Aiz, vayamos con esto!

—B-bien….

—Todo el día andando, y terminamos en una tienda humana de todos modos.

—Bueno, es lo más fácil. La señorita Aiz no tiene ningún gusto extraño, así que un lugar como este tiene más sentido.

Tiona estaba de muy buen humor, mientras que Tione y Lefiya miraban alrededor de la tienda con unos curiosos ojos.

Ellas habían perdido la cuenta de cuántos lugares habían visitado. Después de pasar de tienda en tienda, ellas finalmente se pararon en una tienda de humanos para encontrar ropa para Aiz.

—Tiona, ¿Cuánto…?

— ¡No te preocupes por eso! ¡Este es un regalo de mi parte! ¡Vístelo con todo tu corazón!

Tiona no permitió que Aiz objetara. La chica rubia asintió y dejó que la Amazona pagara en el mostrador. Con la transacción completa, las cuatro chicas salieron de la tienda juntas.

Era casi mediodía en este momento. Los rayos del sol se derramaban en la ciudad, haciendo que los edificios de ladrillo y el pavimento de piedra brillaran alrededor de ellos. Las cuatro chicas se abrían paso a través de las docenas de tiendas de ropa, todas repletas de colores diferentes, rodeadas por el ruido de los animados callejones.

Aiz seguía usando su ropa nueva. Las que había estado usando antes estaban envueltas en una tela y en una bolsa colgando de su hombro. Ella nunca habría elegido llevar algo tan lindo como esto por su cuenta; Se sentía expuesta y fuera de lugar. Las demás no pudieron dejar de reír mientras la chica rubia actuaba cada vez más incómoda.

— ¿Deberíamos almorzar? Estoy bastante hambrienta.

—Puede ser un poco temprano, pero ¿Por qué no? Lefiya, ¿Conoces alguna buena cafetería por aquí?

—Déjame pensar. Si recuerdo bien, debería haber una buena justo un poco por delante de aquí…

Las tres chicas estaban hablando entre sí cuando Tiona de repente sintió un conjunto de ojos que la miraban.

La amazona miró por encima de su hombro y vio a Aiz encorvada y mirándola.

—¿Qué pasa, Aiz? ..

Ella estaba a punto de decir algo cuando de repente– ¡SMACK/GOLPE! –algo corrió hacia ella.

—¡Ahh!; Gritó Tiona con

—Whoa. ¡Lo siento, Amazona! ¡Tengo prisa!

La joven que se encontró con Tiona por accidente hizo una disculpa rápida antes de correr por su camino.

A juzgar por la forma en que hablaba a pesar de su tamaño diminuto les dio a las chicas una pista sobre su identidad.

—Esa linda chica de ahora… es una diosa, ¿No?

—Lo parece. Parece muy ocupada, sin embargo… ¿Qué te pasa, Tiona?

—Sus tetas, son enormes… pero ella es tan pequeña.

—…

Las otras chicas rodaron sus ojos ante el tono repentinamente triste de Tiona.

Los dioses y diosas nunca envejecían, pero venían en muchas formas. De viejos hombres encorvados a lindas chicas jóvenes, no era extraño encontrar una deidad con características inusuales. En este caso, al principio podría parecer que una niña tan pequeña no podría tener un físico tan desequilibrado, pero si ella era una diosa, eso no sería extraño en absoluto.

Tiona observó las gemelas colas de caballo de la joven diosa rebotar de lado a lado mientras corría tan rápido como sus piernas podían llevarla.

—Ahora que lo mencionas, ¿No hay muchas diosas en la calle hoy…?; Lefiya dijo a nadie en particular mientras miraba arriba y abajo de la calle.

Las otras chicas echaron un vistazo a su alrededor y, sin duda, unas cuantas mujeres divinas se destacaron de la multitud.

—¡Vamos, arregla esto para mí! ¡Sé que lo compré aquí!

—P-p-pero mi señora, sólo hacemos ventas en este lugar…

—¡No seas tan tacaño! El banquete es esta ¡No tiene por qué ser perfecto, solo haz que parezca presentable!

La joven diosa de antes estaba haciendo todo lo posible para convencer al empleado de una tienda cercana para arreglar un vestido.

—¡Ah!;

Su conversación le recordó a Tione algo y el sonido escapó de sus labios.

—Loki estaba hablando de eso. Que hay un “Banquete de los Dioses” pronto. Pero no parecía demasiada interesada en ir.

—”Banquete de los Dioses”… ¿Si recuerdo bien, es una fiesta que un dios recibe a los demás?

—Sí. He oído que es realmente formal, ¿Así que tal vez estas diosas están recogiendo sus vestidos para la gran noche?

—Sí, eso tiene sentido.

Por la mirada de Lefiya, la explicación de Tione parecía satisfacer a Lefiya. Mirando otra vez, la elfa vio a varias de las damas divinas llevando bolsas largas diseñadas para vestir en sus brazos.

Poco después, las chicas encontraron la cafetería y se sentaron en una mesa redonda.

—¡Hey, vamos a la Calle Principal Sur ahora!

—El centro comercial, eh… Estoy bien con eso.

—Sí, también puedo ir.

—¡Ven con nosotras, Aiz! ¡Incluso si no es de noche, ese lugar es muy animado y divertido!

Tiona sonrió a la chica que estaba sentada a su lado, pero Aiz se limitó a mirar fijamente la mesa.

Su expresión parecía culpable de alguna manera.

—¿Aiz?; Tiona le llamó para llamar su atención. Ella abrió lentamente su boca para hablar.

—Lo siento, Tiona…

—…

Sus ojos dorados no se movieron. En su lugar, ella se esforzó por terminar lo que había estado tratando de decir antes.

Se había dado cuenta de que todo lo que había ocurrido hoy era la forma en que Tiona intentaba animarla. Aiz se sintió culpable por que ella había hecho tanto y trató de hacerse más pequeña, sin siquiera intentar mirar hacia arriba.

Tione y Lefiya no sabían qué decir. Las chicas estaban calladas, con su mesa envuelta por los vivos sonidos del restaurante que las rodeaba.

Tiona, que había estado mirando fijamente a Aiz, se movió abruptamente. Ella aflojo sus puños y golpeó ligeramente la mejilla de Aiz.

—¿…?

La chica rubia miró con sorpresa. Tiona tenía los ojos entreabiertos y una ceja levantada.

—Sabes, no te compré un regalo porque quería una disculpa. Ella dio otro golpe, por tercera vez.

Tiona golpeó la cara de Aiz como un gato jugando con una pluma. La chica cerró sus ojos justo antes de cada golpe.

Tiona finalmente bajó su mano y miró a Aiz.

Ellas se miraron durante unos momentos antes de que los músculos de Aiz se relajaran.

—… Gracias, Tiona.

Aiz dio una pequeña curva en sus labios, con una diminuta sonrisa.

Al final, Tiona consiguió lo que quería. Superada con una oleada de felicidad, ella saltó de su silla y atrajo a la humana con un abrazo.

—S-señorita Tiona, no hay necesidad de sostenerla en público…

—¿Qué sucede, Lefiya? ¿Estás celosa?

—¡N-no es ..!

—Demasiado mal. ¡No dejaré mi lugar junto a Aiz!

—¡¿… ?!

—¡Ho-ho, no hay necesidad de negar tus sentimientos, Lefiya!

Tione se escondió detrás de la elfa y la agarró por los hombros antes de empujarla hacia Aiz. Las dos caras de las chicas se rozaron.

Aiz cerró uno de sus ojos mientras su mejilla se frotaba contra la del elfo, pero ella no se retraía ni trataba de resistir.

El cuerpo de Lefiya temblaba mientras Tione disfrutaba mientras las observaba. Tiona y Aiz se miraron una vez más antes de compartir una risa.

***

El cielo se puso de un color rojo anaranjado, con el sol cerniéndose en el oeste.

Tiona condujo al grupo a través de las largas sombras en su camino norte hacia la pared de la ciudad, hacia casa.

— ¡Ahhh, eso fue divertido!

Una sonrisa todavía estaba en los labios de Aiz, dejando que Tiona supiera que valió la pena obligarla a ir de compras.

Ella estaba muy orgullosa de sí misma. Incluso después de animar a Aiz, ella y su hermana disfrutaron de burlarse de Lefiya el resto de la tarde. Había sido un día largo y las chicas estaban sin energía.

Ellas todavía estaban hablando entre si cuando voltearon la última esquina antes de regresar a casa.

—¿Huh?

—¿Un..?

Tiona y Lefiya miraron fijamente el artefacto de fantasía que estaba atado a un caballo delante del Twilight Manor.

A medida que se acercaban, ellas vieron a Loki, vestida con un vestido negro, abriendo una puerta entre las ruedas del coche y entrar.

—¿Qué? ¿¡Loki, eres tú?! ¡¿Tu ropa, tu cabello?!

—¿Eh? ¡Ohhh! ¿Están todas de regreso de un día en la ciudad? Hee-hee, ¿Cómo me veo?

—Te ves muy bien… ¿Vas a ir a alguna parte esta noche?

—Meh. Pensé en ir a esa estúpida fiesta.

—Pero me dijiste que no estabas interesaba en el Banquete de los Dioses, ¿Verdad, Loki?

——Fu-hee-hee. Sucedió que he oído algo interesante. Esa pobre enana va a estar allí, así que voy a tener un poco de diversión.

Las chicas inclinaron su cabeza con confusión.

Sin embargo, todas reconocieron la mirada en la cara de Loki. Fue esa risilla. No podía ser nada bueno, eso era seguro.

Era extraño ver a Loki con el cabello recogido en un moño mientras se sentaba en el carruaje y cerraba la puerta. Probablemente un alquiler proporcionado por un comerciante rico, el carro tirado por caballos tenía un techo, ventanas, y era muy lujoso. Este podría asentar cómodamente a varias personas. Sentado al frente del carruaje, con las riendas en la mano, estaba Raúl. “¿Por qué yo…?”, Gimió en autocompasión.

Las cuatro chicas sintieron una punzada de simpatía por el joven desafortunado. ¡NEIGHHH! El caballo movió sus pezuñas, impacientemente.

— ¡Estoy saliendo! ¡Hay suficiente comida en la cocina, así que ayúdense entre todos!

¡WHI-CHA! Raúl golpeo las riendas y el carruaje avanzó.

Ellas miraron cómo Loki se asomaba por la ventana abierta, despidiéndose de las chicas y desapareciendo lentamente por el camino.