Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 1

Capítulo 3: Conejo Blanco

Parte 1

El diseño del calabozo cambió dramáticamente en ciertos pisos.

El diseño estándar comenzó en el primer nivel y luego se hizo cada vez más complejo con la nueva topografía, incluyendo bosques, estanques, desiertos y muchas otras áreas. Era difícil para cualquiera creer que tales paisajes existían hasta el momento bajo tierra a medida que viajaban más y más. Los entornos se hicieron más notables en los Niveles Profundos del Calabozo.

El terreno que La Familia Loki estaba haciendo actualmente era un túnel parecido a una cueva.

Las rocas sobresalían de las paredes que estaban llenas de grandes agujeros que conducían a otros pasadizos. Lo que es más, había agujeros en el suelo para tener cuidado. Si una persona se despertara recién aquí, ellos pensarían que estaban atrapados en una cueva en lugar de estar dentro de un calabozo. Su única pista sería que las pequeñas luces parpadeaban como velas en el techo lejano. Las luces eran lo suficientemente fuertes como para iluminar los bordes de las paredes, arrojando todo lo demás en la sombra.

Ellos habían viajado desde los Niveles Profundos hasta el nivel medio, el piso diecisiete.

—Podríamos haber seguido adelante. Todavía quedaba tanta diversión.

—Es suficiente. Estás acabando mi paciencia.

—Pero para decir que lo abandonemos en el piso cincuenta—

La Familia Loki decidió renunciar a su objetivo original de su expedición y volver a la superficie después de la batalla en el piso cincuenta. En pocas palabras, su misión había terminado en un fracaso.

Tione regañó a su hermana por las repetidas quejas que daba. Tiona no había dejado de expresar su opinión en todo el camino.

-¿Cuántas veces te lo ha explicado el general? Esos monstruos destruyeron casi todas nuestras armas y No había suficiente para continuar.

—Pero hay comida por todas partes aquí abajo. Podríamos haber pensado eso…

-¿Sin armas ni objetos? Estos no crecen aquí. Especialmente las armas, todo lo que nos queda son pedazos de basura.

Tione continuó su pequeño discurso, añadiendo que Tiona no tenía nada en absoluto.

Todos se vieron obligados a llevar una armadura mal dañada y llevar armas que podrían romperse en cualquier momento. Los bordes se habían puesto sombríos sin ningún herrero ni artesano alrededor para afilarlos—su armadura tenía agujeros o grandes hendiduras en el blindaje, reduciendo drásticamente su Defensa; Un gran golpe y todo podría desmoronarse. Con la excepción de algunos Superiores, todo el equipo, por muy bien hecho que fuera, estaba condenado a este destino durante largas misiones como ésta.

Las fuerzas individuales de un aventurero no hicieron ninguna diferencia si su equipo no podía soportar contra monstruos en la batalla.

— ¡Uwahhh! Esto es una mierda. Sólo llegar al piso cincuenta fue tan difícil…

Seis días ya habían pasado desde que Finn dio la orden de regresar a la superficie.

Tiona caminaba con los brazos cruzados detrás de su cabeza. No importa cuántas veces escuchara la razón, esto no le sentaba. De hecho, ella no tenía armas ni armaduras en su cuerpo. Ella miró a Aiz con una pizca de celos en sus ojos.

Incluso la funda de su espada brillaba con la tenue luz. La chica rubia observó la mirada de Tiona e inclinó su cabeza confundida.

—Todo por culpa de ese monstruo… ¿Qué era eso, exactamente?

Unos momentos pasaron antes de que una irritada Tione contestara con: — ¿Cómo podría saberlo?

—Todo lo que podemos decir es que era una especie desconocida… Pero fue extraño.

Tione acercó su mano a su pecho mientras hablaba. Apretando sus dedos entre su pecho bien formado, ella sacó la piedra mágica de un monstruo.

Tiona miró su propio pecho plano antes de mirar a su hermana, con su boca temblando de envidia.

—Espera, ¿Es una de sus piedras mágicas? Tione, ¿Cómo conseguiste una de esas?

—Lo arranque de uno de ellos con las manos.

Todos los monstruos oruga expulsaron el ácido púrpura de sus heridas, causando que sus propios cuerpos se disolvieran o explotaran. Ninguna piedra mágica había sobrevivido. A pesar de luchar contra más de esas criaturas de las que podían contar, el resto de la Familia Loki no había encontrado una sola piedra mágica.

Sólo Tione había sido lo suficientemente imprudente como para no preocuparse por el ácido, y había logrado recuperar uno con sus métodos bárbaros.

—Espera, ¿Qué pasa con ese color?

—Sí… Es un poco diferente de los habituales.

Las piedras mágicas ocultas dentro de los monstruos vinieron en diversas formas y tamaños, pero si todos tenían una cosa en campo común, era su color púrpura oscuro.

La piedra en la mano de Tione, sin embargo, tenía un núcleo brillantemente coloreado rodeado por una capa púrpura oscura y una cubierta brillante muy inusual.

Tione lo mantuvo a la luz, con su hermana mirando por encima de su hombro. Las dos entrecerraron sus ojos mientras este se reflejaba a la luz como una joya reluciente en sus rostros.

Su grupo llegó a una amplia sala.

Los pasillos aquí arriba eran mucho más estrechos que en los Niveles Profundos, así que La Familia Loki se había dividido en dos grupos antes de llegar al piso diecisiete. Era mucho más difícil coordinar a un grupo grande en lugares cerrados en caso de que fueran atacados por monstruos. Riveria estaba a la cabeza del grupo de avanzada. Incluyendo a las gemelas amazónicas y Aiz, había casi veinte aventureros viajando juntos. Finn y Gareth estaban con el segundo grupo.

Ellos estaban de camino a casa y todos estaban cansados, pero ninguno más que los apoyos de bajo nivel que habían sido encargados de llevar el equipaje que había sobrevivido.

—… Linne, ¿Quieres que te ayude?

— ¿Huh? N-no, no. ¡¿Estoy bien?!

Aiz se acercó a otra chica humana y le ofreció su ayuda. El apoyo rechazó la oferta inmediatamente. Ella no podía permitir que un aventurero de primera clase hiciera algo tan mundano como llevar las bolsas.

La fuerza y la reputación de Aiz ya eran muy conocidas —por no mencionar su distante peculiaridad— por lo que muchos miembros de la familia no sabían cómo interactuar con ella.

—No te molestes con ellos, Aiz. Estos enanos no valen la pena.

Una persona animal, el hombre lobo Bete, había presenciado su breve conversación.

De pie sobre 180 centímetros de alto, Bete tenía piernas largas y musculosas y un tatuaje de un rayo de color azul en el lado izquierdo de su cara. Un aura salvaje emanaba de él, haciendo su propia presencia intimidante.

Él pateó ligeramente al apoyo en el lado de su cadera como una forma de alejarla antes de acercarse a Aiz.

—A pesar de lo fuerte que eres, no sabes nada, ¿No? Hablar con los débiles es sólo perder el tiempo, mucho menos ayudarlos.

—…

—Míralos con lastima. Es tu derecho como alguien que es fuerte.

Aiz escuchó en silencio mientras Bete ladeaba su cabeza y se reía por su nariz. Bete Loga.

Uno de los aventureros de primera clase de La Familia Loki, él era tan fuerte como se esperaba

–quizás incluso más– para alguien con ese título. Dicho esto, él reconoció que la cabellera femenina llamada Aiz era ligeramente superior a él.

Él no era una mala persona… o al menos Aiz parecía pensar así.

Riveria, quien a menudo tenía una diferente opinión con el hombre lobo, lo había descrito irónicamente como un “hombre que quería ser malinterpretado”.

Sus discusiones con Tiona eran casi una ocurrencia diaria. Un lobo solitario por naturaleza, tal vez sus instintos interfirieron con sus habilidades sociales.

—No, Aiz, no escuches una palabra de lo que Bete dice. ¡Esa es una verdadera pérdida de tiempo!

—Vete al infierno, mujer. ¡Tú deberías estar ayudando a los pájaros! ¡Pero aun estas aquí, con las manos vacías! ¡Mueve tu trasero!

— ¡Ya Cállate!

Lanzando aún más flechas verbales, el hombre lobo y la Amazona se miraron el uno al otro. Un latido más tarde…

Sus argumentos no importaban.

—-¡—UoOOoo!

Un aire ansioso llenó la habitación mientras los aullidos lejanos comenzaban a resonar. No pasó mucho tiempo antes de que los inconfundibles gruñidos de una pesada respiración se unieran a ellos.

Esta habitación en particular podría haber tenido muchas salidas, pero los monstruos estaban naciendo justo afuera de cada una de ellas.

—¡¡UUOooOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

Rugidos que eran lo suficientemente fuertes como para sacudir la roca bajo sus pies.

Había suficiente poder detrás de los aullidos para hacer que un aventurero promedio se fuera corriendo del miedo. Los monstruos comenzaron a aparecer. Primero, sus brazos increíblemente gruesos y carnosos hombros fueron iluminados por las luces muy por encima. Entonces, sus robustas pezuñas salieron por debajo de sus propias sombras, agrietando el suelo a medida que se acercaban.

Piel marrón oxido—un cuerpo construido como paredes de ladrillos

Esta era una manada de Minotauros: grandes bestias en forma de hombres con cabezas de toro que encarnaban el término monstruo.

-¡Ves, Bete! ¡Estos Minotauros vinieron aquí para callarte!

-¡Sí, cierto, imbécil! Tsk, seguro que son muchos de ellos, ..

Más Minotauros seguían entrando en la habitación desde cada una de las salidas a cada segundo y formaban un anillo alrededor del grupo de aventureros.

Sus ojos inyectados en sangre se movían de persona a persona, con sus pechos palpitando de emoción mientras escogían sus objetivos.

—Riveria, hay muchos de ellos, ¿Así que podemos unirnos?

—Sí, está bien. Raúl, toma el mando de esta batalla. Finn cree que estás listo para ganar algo de experiencia.

— ¡Sí!

Estos monstruos fueron calificados por el Gremio como los más fuertes y peligrosos de los niveles medios del calabozo. Sin embargo, los aventureros de primera clase de La Familia Loki no expresaron nada de preocupación. Ellos habían estado luchando contra monstruos de más de treinta pisos más abajo hace sólo unos días. Había una tremenda brecha en el poder entre los Minotauros y las temibles bestias que los aventureros habían matado.

Por lo tanto, estos pisos relativamente bajos se reservaron para los aventureros de nivel inferior para ganar excelia. Personas como Aiz simplemente se sentaban y miraban. Los otros miembros de su grupo podían haber sido más débiles que la clase superior, pero todavía eran miembros de la familia más fuerte de la exploración del calabozo. Los monstruos de los pisos de nivel medio no eran una amenaza tan seria para ellos como para los miembros de otras familias.

Esta vez, sin embargo, los números fueron abrumadoramente en contra de ellos. Los aventureros de primera clase tomaron sus armas a sugerencia de Tione.

-¡UooOOOOOOOOOOOOOOOOO!

Entonces, el flujo de la batalla giró en una dirección que nadie podría haber predicho.

-¡¿UooOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO?!

Sucedió cuando casi la mitad de la manada de minotauros yacía muerta en el suelo.

Un minotauro debió haber notado la diferencia insondable en el poder entre ellos y su supuesta “presa” y dio la espalda a la batalla.

Eso causó una reacción en cadena mientras cualquier otra bestia se alejaba de los aventureros y despegaba en todas direcciones al mismo tiempo.

La gran huida había comenzado.

-¿Huh?

-¡Heey! ¡¿Se hacen llamar monstruos?!

El estruendo sonido de la retirada atrapó a Tiona y Bete con la guardia baja. Cada vez más bestias desaparecían de la habitación, corriendo por sus vidas. Los ojos dorados de Aiz se abrieron mientras miraba con incredulidad.

-¡Vayan tras ellos, todos ustedes!

La voz aguda de Riveria atravesó el caos.

Los aventureros de primera clase fueron congelados en su lugar por sólo un momento antes de lanzarse en la búsqueda de los Minotauros.

-¡Y casi estábamos en ..!

-¡Um, no soy buena con el combate cuerpo a cuerpo!

-¡Mátalos muy duro con ese palo que tienes! ¡Hazlo!

-¡Ci-Cierto…!

Tione apretó su puño mientras se alejaba. Bete chasqueo a Lefiya. No había un rostro tranquilo entre ellos.

Esto fue sin decir que había otros aventureros en el calabozo. La mayoría de los exploradores de los niveles medios no eran ni mucho menos tan fuertes como los aventureros de primera clase de la Familia Loki. Ver una estampida de Minotauros sería su peor pesadilla. Si un solo aventurero no pudiera regresar a casa debido a los Minotauros que dejaron escapar, el Gremio y otras familias serían rápidos en averiguar e imponer el castigo contra ellos. Por lo menos, ellos perderían su sueño por esta culpa.

-¿Espera, eso es…?

Un gran grupo de Minotauros se lanzó por el pasillo que conducía al piso quince. Cuando Tiona se dio cuenta, ellos desaparecieron por la escalera.

-¡Esto va a ser un verdadero dolor en el trasero!

Siguiendo el coro de pisadas y aullidos, los aventureros de primera clase se abrieron paso hasta el siguiente piso.

Aiz encabezó el ataque mientras alcanzaban a los Minotauros en pánico.

Un piso arriba, otro piso arriba, y otro piso arriba.

Los gigantescos monstruos minotauros rompieron cualquier obstáculo que se interponía en el camino por su pánico.

El grupo corrió hacia el rincón más cercano, girando a la derecha y saliendo al azar en un intento desesperado por eludir a sus perseguidores. Los individuos ocasionalmente se despegaban de los otros Minotauros en un intento desesperado de salvarse a sí mismos. Siempre que eso sucedía, uno de los aventureros de la Familia Loki tenía que perseguirlos. Lo que fue extremadamente mala suerte para los perseguidores fue que los monstruos seguían encontrando pasillos que conectaban a los pisos superiores. Bete había golpeado el clavo justo en la cabeza.

La manada se hizo cada vez más pequeña cuanto más alto iban, pero también el grupo de perseguidores tuvo que dividirse para acabar con los que se separaron. Fuera de los niveles medios y en los niveles superiores— el nombre dado a los primeros doce pisos del calabozo. Lo que quedaba del rebaño llegaba al piso seis. Aiz y Bete muy de cerca persiguiéndolos, pero el resto de sus aliados habían desaparecido.

-¡Mierda!

-¡Fuera del camino!

Un minotauro estaba a un segundo de golpear su puño en un desafortunado aventurero cuando Bete golpeó con el arma de su pie en la cabeza de la criatura, haciéndolo caer de un solo golpe.

Los niveles superiores eran los pisos más cercanos a la superficie. Los monstruos en esta área eran de bajo nivel y físicamente débiles. Por lo tanto, estos pisos se llenaron de aventureros de nivel inferior aprendiendo a luchar y ganar excelia. Si alguno de ellos se enfrentara cara a cara con el Minotauro, no tendrían ninguna oportunidad.

Las bajas podrían comenzar a amontonarse en cualquier momento.

¡Se fue…!

Aiz había estado persiguiendo a las dos últimas bestias y logró derrotar a una. Sin embargo, el otro desapareció de su línea de visión en el proceso.

Por desgracia, ellos estaban en un pasillo que se dividió en muchos caminos diferentes. Su mirada se abrió. Su rostro todavía llevaba la misma expresión distante; Sólo una gota de sudor rodando por su mejilla reveló el temor que la estaba alcanzando. Alguien seguramente moriría si se equivocaba.

— ¡Aquí, Aiz!

Bete siguió su nariz sin dudarlo. Los animales eran conocidos por tener un sentido del olfato más fuerte que el de los humanos. No había duda de que un hombre lobo podría seguir el rastro de una bestia tan grande como un Minotauro.

Avanzando a toda velocidad, ellos vieron por fin los musculosos hombros oxidados de la bestia. El último sobreviviente de la manada, por supuesto, fue el más rápido. Lo que es más, este desapareció por un conjunto de escaleras.

—¡…!

El quinto piso.

La escalera se abrió en una amplia sala. Las paredes se veían de color verde claro en la luz que venía desde arriba. Sin embargo, el calabozo estaba en silencio como la calma antes de una tormenta. Cada pared de la habitación cuadrada tenía una salida, cuatro en total. El Minotauro había desaparecido.

Los dos dieron vueltas, escuchando cualquier rastro de la bestia.

—¡¡UuuOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!

— ¡¿AaaIIIIIIIIIIIIIIIIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE?!

Ellos escucharon algo.

Un rugido y un grito humano.

—¡!

Ellos despegaron inmediatamente.

Aiz estaba más cerca del sonido y corrió hacia este en un segundo antes de que Bete pudiera reaccionar.

Ellla encontró al Minotauro y a un humano casi inmediatamente.

Él tenía el cabello blanco como una montaña cubierta de nieve, y sus ojos de color rubí se llenaron de lágrimas. A primera vista, este adolescente masculino parecía más un conejo que un aventurero.

El enorme toro lo perseguía por el pasillo, golpeándolo a él como un gato persiguiendo a un ratón.

— ¿Qué hace un novato aquí abajo?

Una mirada a su patética armadura fue suficiente para saber que había sido enviado por el Gremio. El estilo de correr del chico era errático, desperdiciando tanto movimiento que era obvio que no tenía casi ninguna experiencia.

El más nuevo de los novatos.

Desde la perspectiva del Minotauro, este aventurero no era una presa, más bien un aperitivo de la tarde.

Los dos aventureros de primera categoría concentraron más poder en sus piernas, tratando desesperadamente de cerrar la distancia.

Aiz aceleró tras el conejo.

—¡¡Uughunnnnnn!!

— ¡¿Daaahhh?!

El minotauro bajo con fuerza su pezuña.

Todo lo que el chico podía hacer era sujetar su cuerpo delgado para el impacto— no, él apenas lo esquivó en el último momento, pero perdió el equilibrio cuando el suelo tembló.

El chico rodó hasta el muro del calabozo.

— —–

Aiz pasó a ser una mancha.

Dejando atrás a Bete, ella se lanzó hacia delante como una flecha silenciosa hacia la masacre que estaba a punto de desplegarse.

El Minotauro hizo que el chico se quedara acorralado en el fondo de la habitación. Los labios de la criatura se pusieron hacia arriba, mostrando sus dientes en una horrible sonrisa.

Su cabello blanco se llenó de suciedad, con lágrimas brotando de sus ojos rojos, todo lo que podía hacer este conejito era esperar a que las mandíbulas de la bestia se desplomaran.

Llena de una fuerte sensación de deja vu, Aiz se lanzó a la bestia, con una raya plateada liderando el camino.

-¿Huh?

-¿Uoohhhh?

El chico sonó tan sorprendido como el Minotauro.

Con el primer ataque resonando en sus oídos, Aiz no se contuvo nada mientras una raya de plata cortaba a través del Minotauro una y otra vez.

La espada brilló tras un último corte en su pecho.

— ¡¿Guu…?! ¡¿Gu, uoOOOOOOOOOOOOOOOOO?!

El Minotauro permaneció allí completamente intacto por un momento antes de caerse como si su cuerpo se diera cuenta de lo que acababa de suceder. La criatura rugió de dolor por un momento antes de caer al suelo en pedazos.

La sangre de la criatura salió disparada en todas direcciones, como una fuente que se rompía con demasiada presión de agua.

Entonces, sus ojos se encontraron.

Sus ojos de color rubí estaban en estado de shock. Espumosos pero distantes de los ojos dorados.

El chico salió del otro lado de los restos del monstruo, en una reunión fortuita.

Él estaba allí sentado como si el tiempo se congelara. Aiz decidió romper el silencio.

— ¿Estás bien?

La chica se inclinó sobre él, pero el chico ni siquiera se estremeció. Él sólo la miró como si hubiera olvidado cómo hablar.

Aiz no sabía cómo reaccionar. Así que intentó preguntar de nuevo.

—Umm… ¿Seguro que estás bien? No había reacción.

Una vez más, la expresión sin emoción de la chica ocultó su agitación interior. Ella sólo pudo parpadear unas cuantas veces y hacer contacto visual con él.

El chico había sido atrapado en la explosión de sangre del Minotauro y estaba actualmente empapado en ella. Ella sentía lástima por él. Las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos una vez más. Toda su piel expuesta se ruborizó con un color rosa, como si estuviera con fiebre, mientras miraba directamente a Aiz.

Aiz empezaba a sentirse genuinamente preocupada por el chico. Limpiando la sangre restante de su espada, ella lo devolvió a su funda y le tendió la mano a él.

— ¿Puedes ponerte de pie?

El chico estaba a punto de decir algo, pero la chica rubia lo interrumpió accidentalmente. Sus labios todavía estaban congelados en medio de las palabras.

Su línea de visión cayó sobre su mano extendida antes de saltar otra vez hacia su cara. Las orejas, el cuello y todo lo demás se volvían más rojos un segundo después.

—Da—-

-¿Da?

Ella ni siquiera tuvo tiempo de inclinar su cabeza cuando el chico se despertó repentinamente de su trance.

Sin previo aviso.

-¡DAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHH!

Él se escapó de Aiz tan rápido como sus piernas pudieron llevarlo.

Ella estaba aturdida. Sus ojos se abrieron cuando ella lo vio desaparecer a lo lejos.

Los ecos de sus gritos muriendo, el rostro de Aiz se transformó en una expresión que nadie había visto Antes: Un rostro sin palabras.

— ¡… Kh… hh… kahah!

Ella se dio la vuelta para ver a Bete, con todo su cuerpo temblando mientras trataba de ahogar la risa tratando de escapar de su boca.

Inclinándose y agarrando sus costillas— “¡Haaah, haaah!” — él tomó un profundo y andrajoso respiro.

—…

El rostro de Aiz se puso rosado, sonrojándose como el de una chica de su edad. El hombre lobo sólo podía mirarla.

No había sido un viaje fácil.

La larga expedición de la Familia Loki había llegado a su fin.