Danmachi: Sword Oratoria (NL)

Volumen 1

Capítulo 1: Familia Loki

Parte 2

—Bueno, entonces, creo que podemos saltarnos las formalidades. ¿Sabes por qué estás aquí, Aiz?

—…Sí.

—En ese caso, puedo llegar al grano. ¿Por qué ignoraste tus órdenes de reforzar la barrera?

Finn, que era solo tan alto como el codo de Aiz, habló de una manera muy tranquila. Él tenía un suave cabello amarillo y ojos azules tan claros como una laguna. A pesar de vislumbrar más juventud que cualquiera aquí, el joven tenía un aire de conocimiento que inspiraba confianza en todos los que lo miraban. Él tomó todas las decisiones concernientes a las actividades de la familia en el Calabozo. Finn era el líder, el general del campo.

—Eres muy fuerte, Aiz. Por eso te dieron el rango de capitán. No tengo que decir esto, pero tus acciones tienen un efecto en todas las personas por debajo de ti. Habrá problemas si no lo entiendes.

—…

— ¿Es demasiada presión?

—…No señor. Lo siento.

Finn podía ver prácticamente los engranajes girando en la cabeza de la chica.

Una sonrisa creció en el rostro del chico cuando Aiz reflexionó sobre sus acciones y dio una auténtica disculpa.

—Aww, no seas tan duro con ella, Finn. Probablemente Aiz estaba tratando de salvarnos, dividiendo al Fomoire de esa manera. Mis hermanos en la barrera estaban casi acabados.

—Si estás dispuesto a decir eso, la culpa también debería ser mía. Mi encantamiento me llevó demasiado tiempo.

Gareth acarició su larga barba mientras Riveria y él se acercaban para darle a Aiz una mano.

Los hombros de Aiz se hundieron, con su expresión todavía tan distante como siempre. El enano arqueó levemente las cejas mientras la elegante elfa no tenía nada más que decir y se quedó en silencio.

Tomando toda la escena, Finn puso una sonrisa forzada y, al cabo de un rato, miró a Aiz.

—Aiz, estamos en el Calabozo. Nadie sabe lo que pasará. No todo el mundo puede moverse y luchar como tú. Prométeme que no lo olvidarás.

—…Lo prometo.

—Puedo decir con sólo mirar que Tiona ya te ha dado un sermón también. Puedes irte.

Aiz hizo una rápida reverencia para reconocerlo mientras Finn dejaba claro que ya no quedaba nada más que decir. Ella también dirigió su gratitud hacia Riveria y Gareth.

Mientras Aiz salía de la tienda, ella contempló las palabras del general y de repente levantó la vista.

No había cielo, sólo un techo abovedado compuesto de rocas. Innumerables objetos parecidos a un pilar sobresalían de su superficie, iluminando el suelo poco a poco con una luz inexplicable.

El Calabozo— un laberinto subterráneo ilimitado que se alzaba justo debajo de la superficie de la llamada Ciudad Laberinto, Orario.

Aiz estaba en una parte profunda del reino misterioso que continuamente generaba monstruos.

La Familia Loki estaba situada en Orario por una razón. El único Calabozo del mundo estaba justo debajo de sus pies. Los aventureros venían de muy lejos para aventurarse en sus profundidades. Por lo tanto, muchos dioses y diosas enviaron a sus seguidores al Calabozo para cosechar las oportunidades económicas que proporcionaba, así como para aumentar su influencia.

La familia de Aiz era una de ellas.

-¡Hey, torpe! ¡Por qué no puedes lanzar una sola tienda de campaña, tonta Amazona!

-¡Para de parlotear! Apestas como un maestro, ¿Lo sabias, Bete? ¡No he hecho nada malo!

—Lefiya, voy a terminar. Ve a ayudar a los otros a preparar la cena.

—Se-Seguro.

La Familia Loki estaba actualmente en medio de una expedición.

Ellos habían viajado profundamente en el Calabozo y planeaban pasar muchos días tratando de desenterrar algunos de los secretos que acechan en su interior. En este momento, ellos se centraron en crear un campamento base y tratar de tomar un descanso tanto como sea posible en este tiempo de inactividad.

Ellos acababan de salir de una intensa batalla—pero ninguno de los miembros del grupo parecía cansado. De hecho, muchos parecían emocionados y llenos de satisfacción por lo que habían logrado hasta el momento. El ambiente alrededor del campamento era agradablemente relajado. Aiz pasó por delante de todos sus trabajadores aliados mientras ponían los toques finales en su campamento y hablaban entre ellos.

Ellos habían construido tiendas de campaña en todo el lugar y se habían dispersado bastantes grandes cajas de carga. Haciendo su camino más allá de los contenedores llenos de armas de repuesto y suministros, la línea de visión de la chica se abrió de inmediato cuando salió del campamento.

Era increíble que este tipo de vista pudiera verse tan lejos bajo tierra.

Ella estaba rodeada por un bosque de árboles de color ceniza. De hecho, los árboles parecían más como si hubieran sido cubiertos con nieve parecida en lugar de tener ese color y textura como su aspecto natural. El bosque se extendía en todas direcciones, cubriendo todo el paisaje hasta el final del piso. Varios ríos serpenteaban por el suelo, como las venas de una hoja. Aiz escuchó el agua cristalina que fluía a su alrededor.

Los ligeros pilares por encima de su cabeza eran débiles, haciendo que el ambiente se sintiera como el crepúsculo en la superficie.

Ellos habían elegido construir su campamento base en la cima de una colina de diez metros que dominaba el paisaje. Aiz podía ver todo el suelo desde su lugar en la cornisa.

—…

Ellos habían llegado al piso cincuenta del Calabozo.

Muchas familias que exploraban el Calabozo residían en Orario, pero ésta era la vanguardia de la exploración.

De los miles de aventureros que vivían en la Ciudad Laberinto, muy pocos habían visto el bosque de cenizas. Aiz se quedó parada y lo tomó todo.

***

La Familia Loki se había reunido para comer alrededor de la luz de muchas lámparas portátiles de piedras mágicas.

Ellos estaban en el piso 50 del Calabozo. El riesgo de ser aplastados o emboscados en este piso fue significativamente menor porque los monstruos no nacían en este nivel. Ellos habían llegado a un punto seguro. Había varios pisos como éste en el Calabozo, y cada uno de ellos fue utilizado como un punto de descanso por los aventureros. Por eso La Familia Loki había elegido este piso para montar su campamento base.

—Quiero felicitar a todos por un trabajo bien hecho en las Arenas de Moitra. Es gracias a la fuerza de cada uno que hemos llegado al piso cincuenta. Permítanme mostrarles mi agradecimiento a todos ustedes, gracias.

—El piso cuarenta y nueve siempre es duro. Especialmente hoy, con todos esos Fomoires saliendo de la nada.

—Estén agradecidos que el jefe del piso, Balor, no estuviera allí.

—Jaja. De todos modos, esto merece un brindis. No tenemos vino, pero de todas formas—

— ¡Salud!

Las gemelas amazónicas conversaron entre ellas después del discurso de apertura de Finn. Las conversaciones estallaron en todo el campamento después de que todos tomaron un trago grande de sus copas. Estando en el Calabozo, ellos no podían darse el lujo de bajar la

guardia, pero con la deliciosa comida y bebida extendidas frente a ellos, la mayoría fueron capaces de relajarse una buena cantidad.

Una olla grande, aproximadamente el tamaño y la forma de un caldero, se había colocado en medio del campamento. Cada aventurero en su grupo se había reunido alrededor de él. El burbujear en el interior de la olla era un caldo hecho de hierbas recogidas dentro del Calabozo y los mruits, un tipo de fruta que compartía el mismo sabor y textura que la carne. Ambos ingredientes eran normalmente alimentos que el Calabozo proveía para sus monstruos, pero aun así eran aptos para consumo humano y semi-humano y eran perfectos para viajes largos como éste.

Normalmente, los aventureros se vieron obligados a subsistir con raciones limitadas y sin sabor traídas de la superficie. Tener tanta comida a la vez fue un regalo para todos los involucrados. Todo esto había sido parte del plan de Finn— cuidadosamente presupuestando el espacio disponible en las cajas de carga. Y ahora todos los aventureros bajo su mando podían disfrutar de los sabores que no podían encontrarse en ningún otro lugar.

—Um, Aiz, ¿Estás segura de que no quieres comer nada?

—Sí, estoy bien…

— ¿Qué pasa con esa actuación? ¡Puedo oír tu estomago rugir! ¡Toma algunos, vamos!

Lefiya se dio cuenta de que Aiz estaba sentada sola, contemplando un bloque de raciones entre el pulgar y el índice. En el momento en que ella se acercó para iniciar una conversación, Tiona apareció detrás de ella con un tazón de caldo sin carne en sus manos.

Los ojos dorados de la chica brillaron por un momento mientras la fragancia de la sopa flotaba en su nariz. Pero su mentalidad de hierro se mantuvo fuerte y ella apartó la mirada. Aiz creía firmemente que los cambios repentinos en su dieta tendrían un efecto negativo en su condición. Ella resistió a los sonrientes avances de la Amazona de piel de trigo con toda su fuerza.

Tiona era persistente, pero fue su hermana, Tione, quien perdió la paciencia primero y la golpeó en la parte posterior de su cabeza.

—Ahora sería un buen momento para repasar nuestro plan de avance; Con la olla vacía y la limpieza en marcha, Finn se dirigió al centro del grupo.

Todos, excepto los centinelas, formaron un círculo alrededor de él. Él hizo contacto visual con cada uno de ellos a su vez.

—El objetivo de esta expedición es documentar nueva información sobre los Niveles Profundos. Eso no ha cambiado. Sin embargo, tenemos que completar una búsqueda antes de pasar al piso cincuenta y nueve.

Una petición o misión que les era dado a los aventureros para que lo llevaran a cabo, era llamada búsqueda.

Un cliente ofrecería una recompensa a los aventureros a cambio de cumplir con dicha solicitud. Los aventureros aceptaban búsquedas de muchos clientes diferentes, ya fueran familias, comerciantes o el Gremio.

—Una búsqueda… ¿La emitida por la Familia Dian Cecht?

—En efecto. A ellos les gustaría que trajéramos una gran cantidad de agua de los manantiales de Cadmus en el piso cincuenta y uno.

Finn reconoció la pregunta de Tione con un movimiento de cabeza. Tiona apareció de repente al lado de su hermana y se apresuró a expresar su opinión.

—Los manantiales de Cadmus… Gahhh. Que problemático. ¿Por qué aceptaste eso?

—La recompensa que han propuesto vale ese dolor. Además, nos han tratado bien en el pasado, así que no pudimos ignorarlo.

—Bastardos, enviándonos a hacer el trabajo sucio…

Riveria se adelantó para responder a la pregunta mientras Bete gruñía detrás de ella.

Ignorando las dudas de sus aliados sobre el contenido de su misión, Finn comenzó a explicar el plan. —Enviaremos dos pequeños equipos al piso cincuenta y uno. Eviten el combate tanto como sea posible para conservar armas y objetos, ambos equipos asegurarán rápidamente el agua y regresarán al campamento. ¿Alguna pregunta?

— ¡Oh! ¡Yo, yo! ¿Por qué nos dividimos en dos grupos?

—Porque quieren mucha agua. Un grupo sólo puede llevar un montón de regreso. Necesitaremos al menos dos contenedores llenos para completar su pedido.

Gareth apoyó el plan de Finn. —Tenemos problemas de almacenamiento propios, con la comida y todo. El piso cincuenta y nueve todavía está por delante, así que no podemos pasar demasiado tiempo en una búsqueda. Dividirnos es más rápido y más eficiente.

Las expediciones eran también una batalla contra el tiempo. Les había llevado la mejor parte de cinco días para llegar al piso cincuenta y uno. El viaje de vuelta a la superficie siempre tuvo que ser considerado. El horario era apretado, y no podían darse el lujo de perder tiempo o suministros por conseguir desviarse.

—Además, un grupo grande como este no puede moverse bien en el manantial de Cadmus. Aunque duele dividir nuestras fuerzas, es lo mejor… ¿Alguna otra pregunta? Si no, vamos a armar los miembros del grupo; Finn miró alrededor de nuevo mientras él hizo su pregunta. Como nadie respondió, él comenzó a emitir órdenes.

Sin falta, Tiona tenía la mano moviéndose en alto en el aire un momento después. — ¡Oh!

¡Oh! ¡Yo voy! ¡Ven conmigo, Aiz!

—Seguro.

—Quiero decir, si no llegamos a ir, ¿quién lo haría? Pequeños grupos, solamente aventureros de primera clase, ¿Entiendes?

-¡Eso lo resuelve, Tione está con nosotros!; Tiona se apresuró en arrebatarle la muñeca a su hermana y llevarla a su grupo de

-¿Huh? ¡Espera, yo debería estar con el general…!

Finn ordenó que el usuario mágico más fuerte de la familia se quedara atrás. —Riveria, por favor, quédate en el campamento. Quiero que tu mente descanse y esté lista para irnos una vez que esta búsqueda haya terminado. Por supuesto, protege el campamento si es necesario.

—… Supongo que no se puede hacer nada.

La energía de magia mental se usaba como fuente de energía. Riveria ya había gastado una gran cantidad, así que no trató de discutir la decisión del general.

Mirando fuera del círculo, los ojos de Riveria cayeron sobre una chica.

—Lefiya, toma mi lugar junto a Aiz y las Amazonas.

—Está bien… Espera, ¿Yo?

—…Oye. ¿Las señoritas estarán bien?

—Hmmm…; Finn lo consideró mientras Bete señalaba el desequilibrio de la composición de la otra batalla.

Siendo una Amazona, Tiona era un berserker puro en combate. Además, la ferocidad de Aiz en el combate era tal que le habían dado el título de “Princesa de batalla” por la gente que la conocía muy bien.

Mientras que Tione aparentaba ser fresca y reservada a simple vista, ella podría ser mucho más destructiva que su hermana menor y Aiz juntas. Además, el usuario mágico del Equipo Uno, Lefiya, estaba en un nivel inferior al de las otras combatientes. No había manera de que ella pudiera estar a la par.

Finn levantó su cabeza tras un pesado silencio.

—Tione, estoy contando contigo. Espero que mi confianza no sea un error.

— ¡—Déjamelo a mí!; La Amazona mayor, que estaba en secreto muy atraída con su líder con una cara de bebé, no podría haber estado más feliz de escuchar esas palabras. Tiona supo de inmediato lo que significaban esas mejillas rosadas de su hermana. —Que simple; murmuró con una ceja arqueada.

Los grupos de la batalla se decidieron, los aventureros consiguieron unas inquietas pocas horas de sueño. Dejando a Riveria a cargo del campamento, los ocho salieron para el piso cincuenta y uno.