Youjo Senki (NL)

Volumen 3

Capítulo 4: Como Usar La Victoria

Parte 1

¡Gloria a nuestro Reich!

Soldado imperial sin nombre.

10 DE JULIO, 1925 DEL AÑO UNIFICADO, BREST BAJO LA GOBERNANZA MILITAR IMPERIAL

“¡Reporte entrante!” El Teniente Segundo Grantz se adelanta y entrega las palabras en el momento en que llega en un tono que se mantiene nítido por un sentido del deber a pesar de la tensión.

El Teniente Primero Weiss deduce de su expresión que los preparativos están completos y se endereza rápidamente y lo enfrenta, sintiéndose bastante tenso.

“Teniente Weiss, ¡todos los miembros del batallón están presentes!”

“Gracias, Teniente Grantz. ¿Algún retraso logístico?”

“¡Ninguno en absoluto, señor! ¡Estamos totalmente equipados con provisiones y equipo!”

Eso significaba que todo estaba listo. Era un informe tan significativo, pero no era para la Mayor von Degurechaff sino, de todas las personas, para el segundo al mando.

Hizo su juicio al recibirlo.

Considerando lo importante que era el asunto, la propia Mayor debería haber hecho la llamada, pero el oficial superior en ese momento era el Teniente Primero Weiss.

El deber y la tensión de estar al mando… Sobre todo, la inconmensurable ansiedad de asumir el cargo en lugar de la Mayor von Degurechaff… Ella me dijo que podría ser ascendido antes de que termine el año. El mundo es un lugar extraño.

“… ¿Señor?”

“Ah, no es nada, Teniente.”

Pero ahora no había tiempo para dudar. Este momento requería su juicio decisivo como comandante. Como oficial sabía que arrojar agua fría sobre este estado de ánimo tenso y expectante sería un error imperdonable. Lo que su deber requería de él ahora era cumplir con su responsabilidad.

“¡Líderes de la compañía, reporten su estado!” Gritó.

Aunque se esforzaba por mantener la compostura de un profesional, no podía contener su anticipación por completo.

“Todas las unidades presentes. ¡Estaciones de batalla tipo uno tripuladas!” En respuesta a la orden rugiente, un informe de preparación.

“¿Cuál es su estado?”

La voz indicaba que el comienzo de una batalla estaba cerca.

“¡Cerveza, lista! ¡Vino, listo!” La respuesta era orgullosa. “¡Carne, pescado, listo, listo!”

Sus raciones adicionales eran tan generosas que parecía que la comida y la bebida los desafiaban a terminarlas. El poder de combate completo del batallón se comprometió sin descanso a limpiar todos los artículos que habían robado y escondido.

“¡Océano, listo!”

Y Weiss tenía una confianza inquebrantable de que había elegido el lugar adecuado para ello.

“¡Genial, tropas, esta operación comienza ahora!”

Agua clara, cielo azul y el sol refrescante de principios de verano… Las parrillas y las mesas de cocina estaban equipadas con montañas de muchas variedades de carne. Naturalmente, las cajas de cerveza embotellada habían sido entregadas por el refrigerador. Incluso había vino y champán de quién sabía dónde.

En este día, los magos de élite del 203° Batallón de Magos Aéreos estaban decididos a dedicar sus cuerpos y almas a disfrutar de la playa.

Todo había sido para este día.

“¡A la victoria!”

“¡A mis hermanos de armas!”

“¡Al Reich!”

“““¡Salud!”””

Tres brindis y un grito cordial.

Con eso, los hombres abandonaron todas las formalidades sólo por este día. Concursos de beber cerveza se produjeron. Corchos de champán volaron. Luego hombro con hombro, todos cantaron: “Somos el Reich, la Corona del Mundo”.

Sus voces tronaron desde el fondo de sus estómagos para llenar el lugar de vacaciones Republicano. La playa era la mejor oportunidad para cantar odas ininterrumpidas al dulce y helado néctar de la victoria en sus manos.

“Al Imperio.” Gritaron y se bebieron sus cervezas. Aprovecharían al máximo esta oportunidad para cantar alabanzas. Varios soldados llevaron sus palas a la arena y comenzaron a jugar, sin importar que fueran hombres adultos; pronto, los pelotones se enfrentaron entre sí en competiciones de excavación. Otros saltaron directamente al agua, mientras que otros se dirigieron directamente hacia las parrillas con un grito de: “¡Primero, la carne!”

Todos allí estaban correcta y verdaderamente intoxicados… en la victoria, en la alegría de sobrevivir, y en el sentido de logro que obtuvieron al cumplir con su deber.