Youjo Senki (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: La Intervención, Que Fue Demasiado Tarde

Parte 1

Muy bien, caballeros.

¡Es hora de agregar nuestra página a la historia del arte de la guerra!

Mayor General Von Rudersdorf (en ese momento) sobre la Operación Ganzua.

25 DE MAYO, 1925 DEL AÑO UNIFICADO, SALA DE REUNIONES DE LA CONFERENCIA DE ENLACE DEL ALTO MANDO DEL EJÉRCITO IMPERIAL

Ese día, el cambio en la situación de guerra que acompañó al cambio dramático en las líneas fue suficiente para asustar ligeramente a la gente en la reunión del Alto Mando Supremo del Ejército Imperial. Para cualquiera que viera cómo los funcionarios del gobierno con la cara pálida miraban en silencio a los oficiales del Estado Mayor, era evidente que la discusión sería tormentosa.

La razón de la reunión era la situación en las Tierras Bajas como resultado de la sorprendente retirada a gran escala del Ejército Imperial.

Por lo tanto, cuando el Mayor General von Zettour del Cuerpo de Intendencia entró en la sala, atrajo mucha atención. Todos esperaban que tuviera una buena explicación y estaban ansiosos por escucharla.

“Muy bien, explicaré nuestra estrategia. Actualmente, nuestro ejército ha logrado realizar una importante reorganización de las líneas del frente al luchar contra una retirada a una posición defensiva designada.”

Pero se decepcionaron al descubrir que sus expectativas fueron traicionadas cuando Zettour explicó con naturalidad que la operación iba de acuerdo al plan.

Se dice que este general tiene más conocimiento sobre logística y organización en la retaguardia de todo el ejército, pero ¿es lo mejor que puede hacer? Los funcionarios y políticos lo miraron acusadoramente. Entonces tuvieron éxito en la retirada. ¿Y?

Pero el propio Zettour no se inmutó. Mojó su paladar sin prisa saboreando su café hasta la última gota, con una sonrisa que parecía decir: Qué granos tan finos.

No sólo eso, sino que buscó la caja de tabacos y comenzó a examinar la selección uno por uno para hacer su elección.

“Sí.” Continuó de mala gana antes de ponerse un tabaco en la boca. “El Estado Mayor cree que estamos en condiciones de decir que las únicas fuerzas que representan una amenaza para el Imperio son las Republicanas. Como tal, me gustaría informar sobre varios acontecimientos relacionados con nuestra fuerza marítima.”

A pesar de las miradas insatisfechas que decían: ¿No hay algo más que debas decirnos? Zettour cerró con indiferencia el tema de la guerra terrestre. Luego, con todos los demás mirando sin palabras, abruptamente lanzó un informe tranquilo sobre su estrategia marítima desde una perspectiva diplomática.

“No ha habido cambios importantes en la fuerza de nuestra flota. Según los últimos informes, la flota de la Alianza Entente está siendo detenida por la Mancomunidad, pero en realidad están siendo protegidos. No tenemos informes de que ninguno de los miembros del personal a bordo haya sido capturado.”

Esta era toda la información conocida que se había discutido previamente en este arreglo.

Zettour continuó, sin prestar atención a la incredulidad en todos los ojos sobre él.

“En cualquier caso, al menos las graves amenazas marítimas se limitan a las marinas de la Mancomunidad y la República.”

Continuó su alocución aparentemente interminable con un: “Por lo tanto…”

Eso, combinado con su increíble compostura frente a la crisis, los hacía cada vez más impacientes.

Su compostura en esta crisis era aceptable. Eso podría explicarse si aceptaran que era un soldado con nervios de acero. Pero era impactante escuchar a un oficial del Cuerpo de Intendencia hablar como si no entendiera la gravedad de la situación.

¿El Estado Mayor del ejército, no había notado la crisis bajo sus narices debido a su perspectiva puramente militar? Los asistentes a la reunión tenían que preguntarse. No tenían idea de cuál era la comprensión del Estado Mayor de la situación. La actitud de Zettour era increíblemente preocupante.

“¿Puedo decir unas palabras del Ministerio de Finanzas?”

“Adelante.”

“Gracias. Como hemos estado advirtiendo durante algún tiempo, y sin duda lo sabe, ya dependemos casi por completo de los bonos nacionales para fondos de guerra. Debo advertirle que prolongar la guerra podría provocar problemas económicos, financieros, en una escala que sería difícil de ignorar.”

Cuando Zettour asintió benevolentemente, cediendo al funcionario del ministerio de finanzas, el hombre mantuvo modales formales, pero todos se quedaron boquiabiertos ante la franqueza de su declaración.

¡Esa es una advertencia muy seria para que el ministerio de finanzas la diga! O más bien, ¿era la situación tan mala para estar así?

 “General von Zettour, ¿el Personal General tiene algo que decir sobre este punto?”

“En respuesta a su comentario, permítame decirle que soy consciente del arduo trabajo y sacrificio que se están llevando a cabo en la retaguardia para mantener las líneas del frente. Estamos tremendamente agradecidos a la retaguardia por su apoyo, y estamos totalmente comprometidos con nuestro objetivo más apremiante, la destrucción del Ejército Republicano.”

Pero la respuesta que recibieron del representante del Estado Mayor era tan relajada e insustancial que era difícil verlo como algo más que equívoco.

La expresión de su rostro decía mucho.

Zettour pronunció cada palabra cuidadosamente en voz baja y dejó en claro que su respuesta había llegado a su fin. Después, se sentó y volvió a examinar la selección de tabacos con una confusión no disimulada en su rostro ante las miradas expectantes de todos.

No dudamos de su comprensión de la situación de la retaguardia, pero la rigidez estructurada de su respuesta nos hace preguntarnos si comprende la gravedad de la misma. Aunque sabían que era grosero, los ceñudos asistentes se vieron obligados a preguntar qué demonios estaba pasando.

“No quiero andarme con rodeos. El Ministerio del Interior señala que no sólo acabamos de perder la región industrial de las Tierras Bajas, sino que el enemigo tiene la región industrial occidental dentro del alcance de su artillería pesada. Si el ejército no puede resolver esta crisis, nuestro poder de producción industrial será destruido. ¿Qué piensa el ejército sobre eso?”

No, esto es intolerable.

El funcionario del Ministerio del Interior proyectó ese sentimiento con todo su cuerpo. Después de calmarse con un par de respiraciones profundas, pronunció sus palabras lentamente, como si probara cada una, y todos los funcionarios presentes asintieron en sincero acuerdo. La región industrial de las Tierras Bajas… bueno, la región industrial occidental, realmente era la base de la manufactura del Imperio y, por lo tanto, su clave para continuar la guerra.

“El Ministerio de Relaciones Exteriores entiende que debemos consultar con el ejército sobre qué medidas tomar. En cuanto a nuestro entendimiento de que es posible que tengamos que tomar algunas medidas políticas desafortunadas, nos gustaría que nos indique lo que es apropiado.”

“El Ministerio de Finanzas duda en decirlo rotundamente, pero…”

No puedo creer que hagas algo tan descaradamente tonto como para reorganizar las líneas y abrir la región industrial de las Tierras Bajas a la crisis. Su voz susurrada dudó en decirlo, pero el ambiente de la reunión viró claramente hacia lo negativo. Por su parte, el hombre en el ojo del huracán, Zettour, no parecía en absoluto molesto. De hecho, parecía completamente relajado, sorbiendo su café sobre la caja de tabacos, completamente absorto en hacer su próxima selección. “¿Debería ir con esta Doble Corona? No, debería pensarlo un poco más.”

Después de todas las exhortaciones y opiniones francas, finalmente solicitó permiso para responder, en un tono que decía que lo encontraba tedioso. Sirvió para avivar la ira de todos.

“He escuchado las mismas preocupaciones en la corte. Deseo disculparme aquí en nombre del ejército por preocupar a Su Majestad Imperial. Pero tengo toda la confianza de que pronto lograremos un avance.”

El resultado, sin embargo, fue que él hizo un movimiento que era audaz o alejado de la realidad y lanzó una disculpa extendida a la corte imperial.

Todos estaban completamente irritados por perder tanto tiempo en este intercambio improductivo, pero alguien susurró que tenían que reconocérselo, de alguna manera, por su piel impresionantemente gruesa. Incluso había pedido una segunda taza de café.

Entonces de repente Zettour pareció darse cuenta de la hora y echó un vistazo tranquilo a su reloj de bolsillo, lo que llevó la paciencia de toda la habitación a su límite.

“… Ya casi debe ser la hora.”

Cuando mencionó esto en un tono tranquilo, todos miraron como para ver si comenzaría a preparar sus cosas para irse.

“¿Hora?”

Los participantes de la reunión lo miraron con ojos que decían: No esperes librarte de esta tan fácil si no nos gusta tu respuesta, pero Zettour los ignoró y miró hacia la puerta.

Como si alguien hubiera apelado al cielo, la puerta de la enorme sala de conferencias fue atacada por un golpe violento, causando un gran revuelo entre todos los participantes, exceptuando a uno.

“¡Lamento interrumpir su conferencia!”

Pero cuando las miradas curiosas de todos en la reunión se posaron en el soldado recién llegado, él, a diferencia de Zettour, retrocedió varios pasos y miró a uno de los hombres en la sala en busca de ayuda.

“Oh, ¿tienes el código?” Eso fue todo lo que se dijo.

Pero una frase, una pregunta, del hombre que había estado haciendo interminables conversaciones ordinarias era suficiente para que el sujeto volviera a la realidad, y desplegó una hoja de papel que sacó de su bolsillo, listo para anunciar su contenido a la sala de conferencias.

“Señor, ¡telegrama recibido! ‘¡Somos el Reich, la corona del mundo!’ Repito: ‘¡Somos el Reich, la corona del mundo!’…”

“Muy bien… Ahora bien, todos, lo explicaré. A partir de este momento, la primera fase de la Operación Rot-Gelb, Operación Horror y Asombro, está completa, y hemos lanzado simultáneamente la siguiente fase, Operación Ganzúa.”

Lo que el oficial había leído, con una voz de barítono, era un verso del himno nacional.

Todos en la reunión estaban tan desconcertados al escuchar la letra en este escenario que cuando Zettour saltó ágilmente, cambiando por completo de su comportamiento lento y sin siquiera pedir permiso al presidente para hablar como lo había hecho antes, simplemente se quedaron mirando hacia él con incredulidad como si hubieran sido engañados.

“Actualmente aún estamos confirmando, pero de acuerdo con el código de la unidad que envió el telegrama, hemos logrado destruir el Cuartel General del Grupo Republicano del Ejército del Rhine y dejarlos completamente indefensos.”

“¿Qué acaba de decir?”

El susurro de alguien lo decía todo.

“¿El Cuartel General del Grupo Republicano del Ejército del Rhine ha sido destruido?”

Cuando alguien repitió el informe aturdido, finalmente comenzaron a comprender qué cosa tan grande era eso.

¿Volamos al enemigo… el ejército enemigo… su Cuartel General?

 “El objetivo principal de la Operación Ganzúa es destruir las unidades Republicanas del Grupo del Ejército del Rhine por delante de nuestra línea defensiva. El Estado Mayor cree que las unidades desplegadas en esa área son las fuerzas principales de la República, por lo que estamos trabajando efectivamente para la destrucción completa del Ejército de Campo Republicano.”

Y en respuesta a su duda, Zettour intervino rápidamente como si su languidez previa hubiera sido una artimaña.

“Nuestro ejército ya ha destruido la cadena de mando del enemigo en la fase uno. Por favor esperen con ansias los informes futuros.”