Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 2

Capítulo 5: Su Verdadero Rostro

Parte 1

“¡M-Me disculpo por mi rudeza del otro día!”

Kirin se levantó e inclinó la cabeza a modo de disculpa.

“Oh, no, no hay nada por lo que necesites disculparte…”

Ayato apartó la disculpa.

El cuarto del dormitorio masculino era una habitación de ocho tatamis, dentro del cual yacía un sofá de cuero, y no mucho más.

La habitación no tenía ninguna ventana. En su lugar, una pantalla representando un escenario de imitación brillaba sobre la habitación.

“En todo caso, yo soy el que debería disculparse. Me parece que te he causado algunos problemas…”

“¡No, para nada…!”

Levantando la cabeza, ella lo miró fijamente, temblando.

“Así que… ¿N-No estás enojado?”

“¿Por qué debería estar enojado?”

Al ver la sonrisa de Ayato, la expresión de su rostro finalmente se aligeró.

“Era sólo que no podía ignorar lo que tu tío estaba haciendo, es todo.”

“Nn… Sobre eso, l-lo siento mucho…”

“… ¿No te acabo de decir que no tienes nada que lamentar?”

Mientras Kirin se disculpó de nuevo, Ayato sujetaba su cabeza con desazón.

Ella era una chica, sin duda, pero ella todavía era demasiado tímida.

(Por otra parte, porque ella es tan fuerte, el sentido de discrepancia es aún más fuerte…)

Kirin parecía a punto de echarse a llorar en un momento dado, así que Ayato extendió su mano para acariciar suavemente la parte superior de su cabeza.

“Ah…”

Su mano se había prácticamente desplazado por sí misma, pero cuando Ayato la vio enrojecerse, rápidamente la retiró.

“¿Así que, en qué puedo ayudarte?”

“¿Eh?”

“¿No me digas que has venido hasta aquí solo para disculparte?”

Kirin inclinó su cabeza, perpleja.

“Nop, ¿eso es todo?”

Su respuesta fue como lo esperaba.

“Ha… Como pensé…”

Parece que ella era bastante observadora de la etiqueta.

No importa cómo uno la mirara, su personalidad era bastante sencilla.

“Oh, pero, eso no es todo…”

Deteniéndose a mitad de camino, una vez más inclinó la cabeza ante Ayato.

“Además… ¡Gracias!”

“… ¿Eh?”

Su disculpa fue como lo esperaba, pero su gratitud era algo totalmente imprevisto. Él la miró sin decir nada, y habló.

“¿Gracias porqué?”

“Um, Amagiri-senpai, trataste de proteger a esta completamente inútil yo de mi tío… Aunque algunas cosas pasaron después… ¡Pero me hizo muy feliz!”

Con su rostro teñido de un color carmesí profundo, ella habló.

Ayato negó con la cabeza impotente.

“Hmph. Al final, no pude hacer nada.”

“¡Aún así…!”

Cuando hablaba Kirin, Ayato de repente puso su dedo índice frente a sus labios. Volteó para mirar a la entrada.

Kirin comprendió de inmediato, y conteniendo la respiración, se dirigió a la puerta también.

Ayato eliminó su presencia, se acercó a la puerta y la abrió…

“¡Uwa!”

Los fisgones, inclinándose con sus oídos presionados contra una puerta que ya no estaba allí, se derrumbaron como una avalancha.

Ayato contempló al líder del grupo, mirándolo con una expresión de sorpresa. Era exactamente quien había sospechado que sería.

“Eres muy trabajador cuando se trata de recoger material nuevo, Yabuki.”

“Jajaja… P-Podrías decir eso.”

A pesar de que llevaba una sonrisa de disculpa avergonzada, se esperaba en su totalidad sus acciones.

Ayato había presumido ese tanto, pero ese sentimiento no se extendió a Kirin, que estaba sentada completamente estupefacta.

“… Toudou-san, continuemos esta conversación afuera. Te llevaré a casa.”

“E-Entendido.”

Kirin asintió con prontitud su consentimiento.