Gakusen Toshi Asterisk (NL)

Volumen 2

Capítulo 1: Consejo de Jardín Rikka

Parte 2

El sol de julio quemaba con un calor abrasador que tostaba la piel de aquellos debajo del mismo. A pesar de que la escuela terminó por el día, no daba señales de disminuir.

Ayato, sudando, salió corriendo del follaje sombrío del patio central.

“Esto es malo, no creo que vaya a lograrlo…”

Mientras pensaba en Julis, quien ponía un énfasis indebido en la puntualidad, la idea de esa tan familiar cara de enojo apareció en su mente.

La razón de su tardanza era inevitable; su maestra Kyoko había forzado algunas tareas menores en él. Una explicación sería suficiente.

Después de formar un dúo con Julis, y registrarse en el Phoenix, dos semanas habían pasado.

Habían entrenado diligentemente juntos cada día.

Como Ayato no había participado nunca antes en un formato de equipo dual antes, y tampoco tenía claras las diversas normas de la Festa. El número de cosas que tenía que aprender había empezado a acumularse tan alto como una montaña.

Siendo sinceros, Julis carecía igualmente de alguna experiencia de equipo dual, y sus esfuerzos podían ser descritos como un ciego guiando a otro ciego.

Sin embargo, había un mes hasta el comienzo del Phoenix, aunque era difícil afirmar que se trataba de una cantidad suficiente de tiempo.

“Por lo menos, tengo que aprender a dar soporte de batalla de rango corto. Si ni siquiera puedo hacer eso, voy a ser asado vivo…”

Cuando él salió del patio, con intención de pasar por el pasillo que conecta los edificios de secundaria y universitario, Ayato de repente sintió la presencia de alguien.

Una joven apareció de repente, había estado escondida detrás de una columna, en su punto ciego.

Trató de detenerse, pero ya era demasiado tarde.

“¿¡!?”

La chica agarró la situación un segundo demasiado tarde, y miró con horror.

Un choque frontal era inevitable en este punto.

Esforzándose todo lo posible, Ayato trató de girar.

Su cuerpo estalló en dolor por estas acciones que superaban con creces el movimiento normal, pero lo logró.

Pensando que el momento había pasado, aunque, Ayato se había calmado…

…Desafortunadamente, inmediatamente delante de su nuevo destino apareció el rostro de una joven…

“¿Eh?”

“¡Kya…!”

Esta vez, no pudo evitarlo. Ayato y la chica se estrellaron.

Afortunadamente, ya que intentó cortar su velocidad, no había sufrido un impacto demasiado grande. Desafortunadamente, sin embargo, la otra parte era sólo una chica. Ayato rodó y se puso en posición vertical, corriendo al lado de la chica que estaba sentada fija sobre su trasero en frente de él.

“¡Hey! ¿Estás bien? ¿Algo te duele?”

“Ah, estoy bien. Estoy bien.”

Respondiendo en voz baja, con una sonrisa avergonzada en su cara, la joven doncella miró a Ayato.

“¡Lo siento mucho!”

Ayato se inclinó profundamente, una vez más confirmando el bienestar de la chica frente a él. Determinando que estaba ilesa, él puso su palma en su pecho en señal de alivio.

… De repente, notó algo más revelándose, y apartó la mirada a toda prisa.

Debido a que la chica se había derrumbado con sus piernas separadas, su falda estaba torcida.

La imagen de sus lindas bragas fue lamentablemente grabada en sus retinas, y él enrojeció.

“¡Aaaah!”

La chica se dio cuenta de lo que había sucedido, y frenéticamente ajustó su ropa, con los brazos cubriendo su cuerpo.

Su tímida, una expresión llena de lágrimas era una reminiscencia de un pequeño animal, aunque sus acciones sólo servían para destacar las curvas completas de su pecho.

Esta imagen seductora era difícil de soportar.

Llevaba el uniforme de secundaria, y era por lo tanto más joven que Ayato. Sus ojos cristalinos y nariz firme eran adorables, y daba la apariencia de una delicada joven doncella. Era, en resumen, una hermosa joven.

Su cabello plateado estaba atado en coletas que fluían suavemente por su espalda. Los de la Starpulse Generation con el cabello de colores atípicos no eran pocos en número, ella y Saya eran un ejemplo.

Su ceñido uniforme esbozaba sus curvas elegantes, y una verdadera, espada envainada colgaba a su espalda.

“Sobre eso… Realmente lo siento. Estaba demasiado apresurado y no vi por dónde iba.”

Ayato levantó la mirada, y extendió su mano. La chica lo miró con algunas dudas antes de tomarla.

Se levantó, se sacudió el polvo, inclinó la cabeza, y le dio una disculpa por su cuenta.

“N-No, al contrario. Yo debería ser quien se disculpe. Me he metido en el hábito de silenciar mis pisadas cuando camino. El tío siempre me está regañando por eso…”

No fue hasta que ella dio su explicación de que Ayato se dio cuenta.

Desde luego, había estado apurado, pero siendo sincero, simplemente no había manera que él no pudiera haber notado a alguien tan cercano. Esta fue su primera vez experimentando algo como esto.

Eso no era todo, tampoco. La razón por la que habían chocado era porque ambos habían reaccionado a tiempo, y esquivaron simultáneamente en la misma dirección. Pero para que ella tenga esos reflejos…

“U-Um, ¿Puedo preguntar…?”

Al ver a Ayato de repente ir en silencio, la chica estaba confundida.

“Oh, eh, no, no importa. En realidad, espera un momento, algo parece estar atascado…”

Había una pequeña ramita en su hermoso cabello plateado.

“¿Eh…? ¿Q-Qué es?”

Se peinó con los dedos, donde Ayato señaló, ya que era incapaz de verse a sí misma, sus esfuerzos fueron infructuosos.

Las acciones recatadas de la joven eran maravillosamente lindas, y por un momento, sintió la tentación de simplemente observar por un tiempo más, pero él estaba sin tiempo.

“Aquí. No te muevas.”

“¿Eh…?”

Ayato dio una sonrisa irónica y extendió su mano y sacó la ramita, con cuidado de no dañar su cabello.

“G-Gracias.”

La chica se ruborizó de un rojo intenso y le dio las gracias. Ella tímidamente inclinó la cabeza y se quedó en silencio.

Ella daba un vistazo rápido hacia arriba de vez en cuando, pero volteaba de inmediato la mirada en el segundo que captaba los ojos de Ayato.

“Oye…”

Justo cuando estaba a punto de preguntar sobre el asunto, un fuerte estruendo sonó desde el edificio de secundaria.

“¡Kirin! ¡¿Por qué estás perdiendo el tiempo por allí?!”

“… ¡C-Cierto! Mis disculpas, tío. ¡Vuelvo en seguida!”

La chica se sobresaltó antes de dar un segundo frenético agradecimiento a Ayato.

“B-Bueno, entonces…”

“Bien.”

Vio cómo la joven salió corriendo hacia la entrada de secundaria, donde un hombre de mediana edad estaba esperando.

Su físico era bastante impresionante para su edad, pero no era de la Starpulse Generation porque Ayato no podía sentir un ápice de Prana que emanaba de él. Aunque la chica lo había llamado su tío, era difícil incluso para los miembros de la familia directa entrar en estos locales. Esto implicaba que este señor tenía su propia relación con la escuela.

Ayato reflexionó sobre lo que había visto por un momento antes de recordar la situación que lo había llevado a esta misma situación.

“Ah….”

El tiempo acordado había pasado de largo.

Ayato sintió que un escalofrío le recorría la espalda. Mientras se preparaba para correr, una vez más, el teléfono celular en su bolsa comenzó a sonar.

Una sensación aterradora de aprensión corrió a través de él… A medida que respondía la llamada, para sorpresa de nadie, el rostro furioso de Julis apareció.