Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 11

Capítulo 8: El País Llamado Vermillion

Parte 5

“¿Eh…?”

El escenario de Or = Gaule, el diablo.

Stella, que solo pensaba que su propia propuesta de informar a las líneas del frente sobre el contenido iba a ser aceptada incondicionalmente, no podía entender el rechazo de Astraea.

“¡¿P-por qué?! ¡¿Por qué?! Todos están siendo manipulados, ¿no?”

Stella persistió mientras estaba muy agitada.

Astraea sacudió la cabeza con una expresión facial triste y dijo.

“… Stella-chan. Lo siento mucho, pero no importa si están siendo hostiles hacia nosotros o no.”

“¡¿Q-qué quieres decir?!”

“Supongamos que hubiera una razón por la cual, el ejército de Kledelland invadió el territorio de Vermillion con armas en mano y dirigió sus armas hacia nosotros. El combate es inevitable para proteger nuestro territorio y evacuar a la población. ¿Qué… crees que sucederá si los soldados en la línea del frente escucharan el argumento de que el ejército de Kledelland está siendo controlado?”

“¿Lo que sucederá…? ¡Ah!”

“Ciertamente dudarán en apretar el gatillo hacia sus amigos que quieren ser salvados por ellos con voces silenciosas porque solo están siendo manipulados. Y… esa vacilación sin duda causará enormes daños al ejército de Vermillion.”

Stella, que fue amonestada por Astraea, se dio cuenta de ello.

Era justo como su madre había dicho. Si le contaran eso a Signard y a los demás en la línea del frente, no podrían dirigir sus armas hacia el ejército de Kledelland.

Pero, por otro lado, no había piedad para el ejército de Kledelland que estaba siendo controlado.

Si ambos ejércitos chocaran, el resultado sería evidente.

“Pienso que quieres salvar a la gente de Kledelland. Pero somos la familia real de Vermillion. Tenemos el deber de priorizar las vidas de los ciudadanos de Vermillion por encima de todo. Es por eso que… esa información, incluso si es cierta, nos echará a perder, no se puede enviar al frente.”

“¡Pero! P-pero! ¡Si, si hacemos eso!”

Stella trató de objetar la decisión de Astraea, pero… no pudo encontrar las palabras correctas para ello.

Debido a que lo que Astraea dijo no tenía lugar para objeciones, fue la decisión correcta como familia real. La vida de la gente de otro país o la vida de la gente de su país. No hubo comparación.

Exponer a la gente de su país al peligro para salvar a la gente de otro país; eso en sí mismo fue un acto irracional para la familia real y para la nación. Incluso si Stella pensara desesperadamente en no querer abandonar Kledelland, no había razón ni nada por el estilo que pudiera pasar para dejar a un lado el reclamo de Astraea.

Pero aún así.

(“¡Debo hacer algo, de una forma u otra…!”)

Ella no pudo evitar recordarlo.

Los recuerdos de cuando se estaba quedando en Kledelland cuando era niña.

No fue como si sucediera algo grande que fuera inolvidable.

No había una obligación como pelear y dar la vida por el bien de Kledelland.

Sin embargo, los saludos amistosos que recibió cuando pasó al lado de alguien en las calles, cuando fue de compras y recibió muchos dulces … así como Johan, el Rey Clef, Luke y los demás, y todos los que fueron amables con ella cuando ella era más pequeña.

Y cuando acumuló todos esos pequeños recuerdos, finalmente pensó.

(“Quiero proteger el mundo que me rodea, incluido Kledelland.”)

Sin embargo, y aunque fue por el bien de la nación, tuvo que abandonarlos, pero ¿estaba bien?

A pesar de que su libertad fue robada y se vieron obligados a luchar en una guerra que no querían, ¡podrían estar desesperadamente deseando ser salvados con voces silenciosas…!

“¡〜〜〜〜〜〜〜 …!”

Stella no sabía qué hacer, no podía moverse en este espacio estrecho entre lógica y emoción.

Astraea, que observaba atentamente tanta amabilidad de Stella, estaba orgullosa de ella.

Sin embargo, ser amable no lo era todo; ella no sería capaz de proteger lo que era importante ya que estaría demasiado borracha con su propia amabilidad.

Los políticos tuvieron que ignorar su propia amabilidad para poder hundirse en la razón.

Especialmente Stella, que era el mejor poder de lucha de Vermillion.

De ahora en adelante, si se convirtió en un conflicto total con el ejército de Kledelland o si intentaron subyugar a Or = Gaule con unos pocos seleccionados, sin duda necesitarían la fuerza de Stella.

Siendo ese el caso, sería un problema tenerla quieta indefinidamente.

Y así que, Astraea decidió.

Para cortar la vacilación de Stella, ───ella permitiría un ataque preventivo contra el ejército de Kledelland que estaba invadiendo su territorio profundamente con el ejército imperial de Vermillion que lideraría.

Su hija no era frágil hasta el punto de que continuaría dudando una vez que la batalla hubiera comenzado.

Por eso tomó una decisión dura. Ese era el deber de los adultos.

Astraea, que decidió hacerlo, miró hacia la terminal de línea privada instalada en la sala del Palacio Imperial. Y.

“¡Hola, Signard! ¡Soy yo! ¡Sí, escucha esto! ¡El ejército de Kledelland está siendo controlado y se les está obligando a luchar! ¡No debes mostrar ninguna hostilidad allí!”

Ella vio la figura de su esposo Sirius, quien le contó todo al General del ejército imperial Signard, quien fue primero a través de la terminal mientras intentaba ocultarlo.

“¡¿O-Otou-sama?!”

“¡¿Sirius?!”

Las voces sorprendidas de Dandallion y Stella que estaban al lado de Sirius se elevaron debido a su acción.

Pero a Sirius no le preocupaba la reacción de los que lo rodeaban.

“Si no entiendes, haz lo que te digo de todos modos. Stella regresó hace unos momentos y nos contó sobre la situación allí. Kledelland e incluso ese niño Johan fueron contactados por la Liga antes de que el criminal los tomara por completo. En otras palabras, ¡esta guerra ha sido una farsa desde el principio! ¡Signard! ¡No te involucres en esta estúpida farsa para que ese tipo no nos engañe! Sí, cambiar a batalla defensiva. ¡Dales todo el territorio que quieran! ¡Solo proteja a los ciudadanos y trae a todos a la Capital Imperial a la vez! ¡Sí! ¡No mates a nadie! ¡Asegúrate de no matar a nadie! ¡Porque venceremos al enemigo hasta la muerte! ¡Estas son las órdenes del Rey!”

Le ordenó a Signard que mandara al ejército y colgó el auricular del teléfono.

“Papá…”

“Este tonto entiende que lo que mamá dice es correcto. Sin embargo… ¡No estoy de acuerdo con eso en absoluto! No cuando… ¡Kledelland necesita nuestra fuerza! Si extendimos nuestras manos para protegernos por encima de todo lo demás, ¡¿cuál es el punto de todo este tiempo que hemos pasado hasta ahora?!”

Kledelland y Vermillion superaron la costumbre establecida de gruñirse el uno al otro en un antiguo resentimiento reprimido y cooperaron para convertirse en amigos de igual estatus.

No solo las familias reales. Pero los ciudadanos y todos los demás trabajaron duro por ello.

Pero, si volvieran sus palmas aquí y dejaran que Kledelland muriera sin ayudarlos───

“El día en que podamos ser amigos iguales nunca volverá. Al menos, nosotros mismos no lo permitiremos.”

Sirius lo dijo. Lo que dijo fue「Lo siento」. Porque───

“¡Vermillion sigue la virtud en lugar de la razón! En estos 30 años, en este momento cuando ambas naciones se acercaron, ¡nunca dije una mentira! Esta es una notificación para todas las estaciones! ¡Vamos a salvar a Kledelland! ¡El imbécil que está haciendo lo que le plazca del otro lado será golpeado hasta la muerte por nuestras manos! ¡Y luego sacaremos la cabeza de dimwit y la ofreceremos frente a la tumba de Clef!”

Esta es la gran causa de Vermillion, declaró Sirius Vermillion en voz alta.

Al discurso de… Sirius, quien eligió y tomó la decisión que ella quería elegir, el mismo Sirius que Stella pateó sin sentir odio o porque había una razón detrás de eso.

“¡¡¡Otou-sama──────!!!!”

Stella se aferró a él como si saltara sobre él.

“¡¿Whoa?! ¿Q-qué estás haciendo tan de repente, Stella?”

“¡Gracias…! ¡Estoy tan contenta de ser hija de Otou-sama!”

“Ya veo, sin embargo, decir eso frente a mí me da vergüenza.”

Sirius le frotó el cabello de Stella mientras deformaba su severa expresión facial como si se sintiera incómodo.

Y luego, preguntó.

“… Stella, eres nuestra arma, eres el arma de Vermillion. ¿Nos ayudarás?”