Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 6

Extra 4: Niku vs El Rey De Los Demonios, Moskito

No había Dios en el Beddismo. Pero había un demonio. O para ser más específicos, estaba el Rey de los Demonios, Moskito. Parecía una sombra negra que se retorcía y, de una inspección más cercana, descubrirías que era una masa próspera de insectos voladores unidos. Pero Moskito era menos amenazante cuando estaba en su forma combinada. Lo que tenías que tener cuidado era cuando los insectos se separaron. Corromperían el agua, la fuente de la vida. Difundirían enfermedades e interrumpirían el sueño. Además de eso, nuevos Moskitos podrían nacer del agua corrupta.

Era un demonio temible difícil de destruir incluso con la Espada Sagrada Bugspray. Pero uno tenía que intentarlo, ya que Moskito succionó la sangre de las criaturas vivas, dejando manchas miserables en la piel. La droga que inyectó para calmar el dolor del derramamiento de sangre rápidamente produciría picazón y torturaría a la víctima durante muchas lunas horribles.

“Pero sí, básicamente, es un mosquito”.

“Keima, ¿soy solo yo, o intentaste demasiado con esto? Tiene cinco veces más páginas que cualquier otra cosa”, dijo Rokuko mientras miraba las páginas de la Biblia sobre el Rey de los Demonios Moskito. Ella no está equivocada.

“… Imagina un mosquito volando mientras intentas dormir. Lo odiarías tanto que querrías matarlo, ¿verdad? Correcto.”

“¡¿De verdad sientes odio por los insectos?! Dios, Keima, no puedo creer que te sientas tan fuerte por los mosquitos”.

“¿Puedes culparme? Solo pensar en que uno de ellos esté en la habitación hace que sea más difícil dormir”.

“Pero aún te duermes”. Quiero decir, sí. Los humanos están hechos para quedarse dormidos.

***

Niku estaba emocionada de ser la dakimakura de Keima esta noche. Su rostro estaba tan  inexpresivo como siempre, pero inconscientemente movía la cola.

“Disculpe, Maestro”.

“Sí, entra… duerme bien”. Tan pronto como entró en la habitación de Keima, se metió en su futón. Todo estaba listo para que se fueran a dormir… pero había un enemigo en la habitación esa noche.

Bzzzzzzzzzzzzz.

El sonido de un demonio llenó la habitación. Las cejas de Keima se fruncieron con los ojos cerrados.

“………” El humor de Keima se agrió y, a su vez, también lo hizo el de Niku. La única señal de su presencia era el sonido, pero no había forma de confundirlo. El Rey de los Demonios Moskito estaba en su habitación. “Disculpe, Maestro…”

“…Sí.”

Sus voces eran bajas y teñidas de ira. Niku dejó el futón y cortó la luz, luego enfocó sus oídos para buscar la ubicación del enemigo.

Bzzzzzzzzzzzzz.

Era como un zumbido agudo. Se volvió hacia su fuente y vio al Rey de los Demonios Moskito.

“¡Hmph!” ¡Golpe! Ella balanceó su mano. Sería aplastado. Ella sintió… aire vacío. Había huido a alguna parte. Inmediatamente, Niku escuchó el gemido junto a su oído derecho. Ella instintivamente lanzó su mano en su dirección. Aire vacío de nuevo. El gemido llenó el aire.

“¡Ngh…!” Un poderoso enemigo para estar seguro. Los aventureros y los matones eran mucho más fáciles de derrotar para ella. Pero no hay tiempo para pensar. Un pequeño insecto alado voló ante sus ojos.

“¡Ah!” Se detuvo en una pared, como si se burlara de ella. Niku saltó de la pared cerca de ella con una pierna y golpeó la pared. Moskito esquivó perezosamente el golpe. ¡Golpe! ¡Golpe! Lanzó una ráfaga de golpes, pero el insecto los esquivó por un pelo. Ella simplemente no pudo asestar un golpe. Se sentía como si estuviera jugando con ella.

“Niku”.

“Perdóname. Lo mataré pronto. “Yo ayudaré.”

“¡Ah! No podría pedirte que te levantes para esto… ”

“El diablo no es tu enemigo solo. Él es más mi enemigo que cualquier otra cosa. Y oye, no te preocupes. Tengo magia No durará un segundo”. Refuerzos confiables. Niku apretó el puño cuando vio a Keima comenzar su canto. Moskito no tenía ninguna posibilidad.

“… {Bola de fuego}”. Tres bolas de fuego de unos dos centímetros de diámetro aparecieron sobre la palma de Keima. “¡Ve y quémalo en pedazos!” ¡Woosh! Las bolas se lanzaron lejos de su palma y volaron alrededor de la habitación por un momento…  antes de dirigirse directamente a Niku.

“¡¿Ah?!” Ella reflexivamente abofeteó a uno, haciéndolos explotar en el aire. No estaba herida, pero estaba en pánico por dentro, cuestionando por qué su maestro la había atacado.

“¡O-Oh mierda, ¿estás bien?! Estoy bastante seguro de que envié las bolas de fuego tras él, no tú… ”

“Estoy bien”. Niku suspiró aliviado. No la había atacado en absoluto. Las bolas de fuego simplemente habían sido mal dirigidas. Eso fue fácil de entender mal, pensó Niku mientras inconscientemente se rascaba el brazo. Ah Niku se dio cuenta de lo que había sucedido.

… Fue el peor resultado posible. Ella había sido mordida. “…Maestro.”

“Sí. Supongo que no tenemos otra opción…” Keima sacó un cerdo de porcelana con la boca abierta. Era la vaina de la Espada Sagrada Bugspray, conocido como Pigmosquitocoil. Para ser honesto, a Niku realmente no le gustaba Bugspray ya que tenía un fuerte olor. Le hizo hormiguear la nariz. Pero era su castigo por no derrotar al demonio ella misma.

Por otro lado, la paz regresó a la tierra una vez que Keima se dio cuenta de que podía usar su {Purificación} en toda la habitación como un ataque de área de efecto para matar mosquitos.