Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 6

Extra 3: Succubi Y La Suciedad Acerca Del Jefe De La Ciudad

Nota: Se recomienda finalizar el Volumen 6 antes de leer esto.

 La Succubus Suilla tenía una misión, y para completar esa misión se había infiltrado en Goren.

“… Corromperé a aquellos con poder en esta ciudad y les haré construir un burdel para que sirva como nuestro paraíso”. Los Succubi habían sido expulsados de sus hogares y enviados a vagar por el mundo. Mucho había sucedido y en el camino cierta persona prestó su ayuda, pero los Succubi aún necesitaban construir una casa. Habían acordado servir a esa persona hasta que encontraran un lugar estable para vivir. El individuo en cuestión tenía suficiente lujuria para mantener a cinco Succubi alimentados, por lo que las cosas no estaban tan mal, pero ninguno de ellos quería seguir cargando a otro. Para ese fin, necesitaban construir un nuevo lugar para vivir en esta ciudad recién establecida, en gran parte indefensa… Goren.

No era que Succubi moriría en días sin ganas de comer. Si vivieran de manera similar a un humano normal, podrían sobrevivir durante medio año con poco problema. Pero siempre hubo un deseo y les gustaría satisfacer ese deseo, al menos en cierta medida. La lujuria era un lujo y uno que prolongaba su vida. Si es necesario, podrían consumir la lujuria de los animales para mantenerse vivos, aunque eso sabía bastante mal.

Sin mencionar que esto solo se aplicaba cuando vivían vidas equivalentes a las de un humano normal. Si tuvieran que usar la lujuria en lugar de la comida, su vida útil se reduciría dramáticamente sin una fuente constante de ella. Por eso exactamente era necesario construir un burdel y asegurar una fuente estable de lujuria. Una alternativa era simplemente vivir en hogares normalmente y consumir la lujuria de los sueños, pero eso tenía sus riesgos.

Los burdeles llegaron con sus propios problemas, por supuesto. Los humanos tenían todo tipo de reglas complejas para la construcción de burdeles, y  aquellos en el  poder tenían que aprobar la construcción directamente. ¿Qué, entonces, deberían hacer? Las ciudades tenían jefes de pueblo, por supuesto.

“Te lo digo, Wozma el vicejefe maneja todo el trabajo por aquí. No me arrastres así, vamos”.

“Relájate, jefe de la ciudad. Te compraré una bebida”.

“Nah. Quiero irme a casa y dormir tan pronto como pueda. Golpearé a cualquiera que intente detenerme, sin hacer preguntas”.

“Algo me dice que no lo harías, heh, pero está bien. Simplemente pasaré por la iglesia y donaré un poco. Oyasuminasai”.

“Suena bien, oyasuminasai”.

Suilla escuchó la conversación previa mientras estaba en reconocimiento. Parecía que la ciudad en verdad estaba dirigida por el conocido como vicejefe Wozma.

“Um, ¿podría preguntar quién es el Sr. Wozma?”, Le preguntó al aldeano, usando una pequeña cantidad de magia de encanto.

“Huh, Oh, Wozma. Él es nuestro vicejefe y es genial. Escuché que solía trabajar en la capital, pero ahora está retirado y dirige  el bar aquí”, respondió el aldeano, generosamente.

“¿Qué tipo de mujer le gusta…?”

“No habla mucho de mujeres, ¿pero probablemente de las que tienen pechos grandes? Y cabello largo también.” Si eso era cierto, Suilla podría seducirlo en su propia forma. Objetivo bloqueado. Encontró la posada e invadió los sueños del vicejefe Wozma esa misma noche.

***

Suilla lo obligó a escribir documentos relacionados con la construcción de un burdel, pero el jefe de la ciudad terminó por rechazarlo. Parecía que ella había elegido el objetivo equivocado. Pero eso solo significaba poner sus ojos en un nuevo objetivo. Habiendo comido hasta llenarse de lujuria anoche, Suilla se puso a trabajar reuniendo información sobre el jefe de la ciudad.

“Um, ¿puedo preguntar qué tipo de persona es el jefe de la ciudad?”

“Oh, ¿Keima? Claro, claro, pregunta cualquier cosa… Para resumirlo, ¡es un vago! Bueno, quiero decir, él hace cosas cuando hay que hacer las cosas, pero sí. Por lo general, solo duerme”.

Así como así, ella usó sus encantos para recopilar información sobre el gusto del jefe de la ciudad en las mujeres.

“Entre tú y yo… Resulta que el jefe de la ciudad es un lolicon”. Eso… Eso fue un problema. Lolicones tenía gustos exigentes y altos estándares. Algunos estarían satisfechos con Suilla transformada en un loli, otros la echarían un vistazo y dirían que no estaban interesados en un adulto con un cuerpo de loli. El primer tipo de personas incluso tenía una tendencia a ver a través de las ilusiones de Succubi. Suilla tendría que continuar su investigación para asegurarse de que fuera un lolicon.

“Entre usted y yo, el jefe de la ciudad es un lolicon”.

“Mantén esto entre tú y yo, pero él es un lolicon. Oh, no le digas que soy yo quien te dijo eso”.

“Entre tú y yo, él está rodeado de niñas todo el tiempo. No solo la dulce y pequeña Kuroinu, he oído que a veces lleva una loli rubia a su habitación”.

“¿Qué, él? Sí, sé lo que le gusta. Mantén esto entre nosotros, pero él es un lolicon. También tiene un fetiche de pies.”

Suilla reunió más información para estar a salvo, pero todos simplemente dijeron alguna variación de ‘entre usted y yo’, y luego repitió que era un lolicon. La información era tan conocida que tuvo que preguntar por qué todos le pidieron que la mantuviera en secreto. Tal vez era tabú en la ciudad hablar sobre los fetiches del gobernante. Aunque eso no explicaría por qué todos sabían sobre ellos.

“Supongo que no hay duda de que el jefe de la ciudad es un lolicon…” En cuyo caso, no sería prudente que Suilla lo persiga ella misma. Pero por suerte, tenía a alguien en mente: Michiru, una pequeña y linda Succubus que era como una hermanita para ella. Michiru era una verdadera loli y no tenía necesidad de disfrazarse. No había nadie mejor para enfrentarse a un lolicon. Esta también sería una buena oportunidad para que ella gane experiencia. Suilla volvió a sus aliados con la suciedad del jefe de la ciudad y un plan.