Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 6

Capítulo 2.1: Niños Dungeon Core

 Desde que Leona comenzó a trabajar en la iglesia, mantuve a Rokuko lejos de ella como medida defensiva. Como resultado, Rokuko se aburrió tanto que comenzó a visitar las [Cavernas de la Llama] con su Fénix llamada Phenny a cuestas. Ella y Redra, en su forma humana, estaban bebiendo té juntos cuando Rokuko soltó una pregunta.

“Oye, ¿tienes hijos, Redra?”

“¿Niños? ¡Sí, tengo uno! ¡Es una chica súper linda que se parece a mí!” Redra sonrió lo suficiente como para mostrar todos sus dientes afilados.

“¿Wow en serio? ¿Está en algún lugar de tu calabozo?”

“¡No, se fue de casa como hace doscientos años! Espero que lo esté haciendo bien… ¡Pero oye, tomaría mucho matar a un Dragón de Fuego!”

“¡¿Un dragón de llamas?! ¡Es un dragón mejor clasificado que tú, Redra!”

“¡Eso es porque ella es mi hija! ¡Todavía soy más fuerte, sin embargo!” Redra se rio con orgullo. Ella era un Dragón Rojo, uno que se especializaba en el elemento fuego. Si llevaras esa especialización un paso más allá, tendrías un Dragón de Llama. Sería justo llamarlos la encarnación física del elemento fuego mismo.

“Entonces, ¿ese es el hijo del Core 112?”

“¡Gr, ¿Rokuko?! ¡¿Estás pensando que lo engañaría?!” El fuego rugió de la boca de Redra.

“¡No, me preguntaba si los Dungeon Cores podría tener hijos! Porque yo también soy un Dungeon Core, ¿sabes? ”

“Oh, ya veo lo que estás diciendo. ¡Por supuesto que es el niño de Ittetsu!” Redra se calmó en un segundo. Rokuko tomó un sorbo de su té. Por cierto, la transformación humana de Redra fue quizás intencionalmente incompleta, dejando su cola y cuernos en su lugar de tal manera que todavía parecía un dragón. El fuego que respiraba era parte de eso.

“Vaya, hace un poco de calor. Ten cuidado, no soy tan fuerte como tú, Redra”.

“Jaja, lo siento, lo siento. ¡Salté sobre ti demasiado rápido! ¡Aun así, ya sabes, tú e Ittetsu seguramente son diferentes por ser ambos Dungeon Cores!”

“Así es como son los núcleos de mazmorra”. Los núcleos de mazmorra de tipo humano y los núcleos de mazmorra de tipo salamandra eran tan diferentes como un humano normal y  una salamandra normal. Eran especies completamente diferentes, con solo su naturaleza como núcleos de mazmorras que los conectaban.

“…Espere. ¿Siempre te has llamado Core 112 Ittetsu?”

“Keima dice que es difícil para los humanos entender el lenguaje del Dragón, ¡así que lo estoy usando en su lugar por ahora!” Redra dijo una vez el nombre de Ittetsu en el idioma del Dragón, pero siempre terminó como “grroohgghogooh”. Eso definitivamente sería difícil para los humanos digamos, pensó Rokuko.

“Sin embargo, ¿quieres saber más sobre mi hijo? ¡Bien! Te hablaré de ella toda la noche, ¡es mi bebé! ¡Prueba de mi amor por Ittetsu! ”

“No me importaría eso, pero hay algo más sobre lo que quiero preguntar primero”.

“¿Mmm? ¡¿Qué es eso?!”

“Bueno”. Rokuko respiró hondo y luego se enderezó. Redra, al ver eso, también se enderezó.

“¿Cómo se hacen niños?”

“¡¿Bppph?! ¡¿Me preguntas eso?!” La pregunta de Rokuko hizo que Redra balbuceara de sorpresa. “¡Uh, eso es lo que debes preguntarle a tus padres! ¡¿Por qué me preguntas?!”

“No tengo una madre”. Los núcleos de mazmorras solo sabían de su padre, por lo que era justo decir que no tenían una madre.

“Tengo una hermana mayor, pero Keima dijo que nunca debería preguntarle esto bajo ninguna circunstancia, así que… realmente agradecería que me dijeras Redra”.

“O-Oh, huh… Perdón por traer malos recuerdos”.

“Sin preocupaciones. Es lo mismo para todos los núcleos de mazmorras. Entonces… ¿Me lo dirías?”

“Ah bien. Ittetsu tampoco tiene madre. Espera, ¿eso significa que eres la hermana pequeña de Ittetsu?”

“Supongo que podrías decir eso. Pero realmente, ¿me lo dirías? No tengo a nadie más a quien pueda preguntar sobre esto “, dijo Rokuko, mirando a Redra con ojos de cachorro. Fue una solicitud de un amigo y una cuñada. Rehusarla sería el acto de una mujer verdaderamente despreciable.

“¡Bien! ¡Te lo diré! ¡Soy una madre, después de todo!” Redra golpeó su pecho confidencialmente. Para Rokuko, se parecía a alguien en quien realmente se podía confiar.

“¡Gracias!”

“¡Si no hay problema! Uuuuh, así que ya ves, tú solo, uhhhh…” Redra se cruzó de brazos y pensó. La pregunta era cuánto debería decirle a Rokuko sobre la fabricación de bebés. Cuántos de los antiguos secretos debería revelar, los  secretos que la avergonzaron de pensar. Incluso Redra, resistente al calor como era, se sonrojó al pensar en explicarle esos secretos a Rokuko. ¿Qué le había dicho a su hija otra vez? Oh. Ella no lo había hecho. De todos modos, Redra acaba de decir lo primero que se le ocurrió.

“Primero, tienes que… ¡besarlo! ¡Todo comienza con besos!” “¡Besos! ¡Comienza con besos, está bien!”

“¡Está bien! ¡Un gran beso! ¡Esto es importante, no lo olvides! ”

“¡Lo tengo!” Rokuko grabó en su corazón la importancia de los besos. Su estrategia hasta el momento no se había equivocado. “¿Y después de eso?”

“… Entonces, uhhhhh, ¡tienes que hacer que te besen a ti también!” “¡También tienen que besarse!”

“¡Sí! ¡Deben devolverte el beso!” Rokuko asintió. Hasta ahora, sus intentos de besarse habían sido unidireccionales.

“¿Qué viene después de eso?”

“¡Bueno, ya ves! ¡Uhhh, eeer, uhhh! Err, aaah…” Redra comenzó a inquietarse torpemente, un comportamiento inusual para alguien tan enérgico y directo como ella. Rokuko estaba confundido.

“Redra, realmente tuviste un hijo con Core 112, ¿verdad?”

“¡Lo hice! Pero ya ves, jajaja, buenooo, cómo decir esto, es vergonzoso decirle algo así a un amigo… ”

“Vergonzoso, hm… puedo entender eso”. Rokuko asintió. Siempre se sentía avergonzada cuando besaba a Keima, también. Pero Redra había ido más allá e incluso había hecho hijos. Ella era una maestra sabia comparada con ella.

“¡Bueno, ya sabes! ¡Una vez que comiencen a besarse, sabrán qué hacer a continuación! ¡Instintos! ¡Solo confía en tus instintos! ¡Tu cuerpo sabe qué hacer!”

“¡Instintos! ¡Mi cuerpo sabrá qué hacer! “. Las declaraciones de Redra eran bastante bonitas, pero Rokuko las creía todas.

“¡Está bien! ¡Instintos! ¡Siéntelo en tus huesos! ¡No pienses demasiado, y para cuando pienses en hacer hijos, ya tendrás uno! ¡Básicamente, besar hace bebés!”

“¡Besar hace bebés…!”

“¡Está bien! ¡Besar hace bebés!”

“¡Besar! ¡Hace! ¡Bebés!” Rokuko repitió las palabras de Redra como un canto. Por alguna razón, se chocaron los cinco.

“¡Ahora puedo tener hijos con Keima!”

“¡Los sentimientos lo son todo! ¡Acércate a él!” “¡Lo tengo!”

“¡Cuida bien de tus hijos!” “¡Sí, señora!”

“¡No te metas en la cama y rompas los huevos!” “… ¿Um qué? ¿Rompiste tu huevo?”

“¡S-Solo unas pocas grietas pequeñas están bien! ¡Solo cúbrelos con magma para que se endurezcan!” Magma probablemente solo sea bueno para los huevos de un Dragón Rojo, así que no debería seguir este consejo, pensó Rokuko mientras garabateaba en su bloc de notas interno.

“Oye, ¿de qué mierda están hablando ustedes, eh?” Ittetsu vino a verlas desde que habían estado haciendo tanto alboroto. Al ver a su esposo de cuatro patas caminando en su dirección, Redra sonrió.

“¡Ah, Ittetsu! ¡Le estaba diciendo a Rokuko cómo hacer niños!”

“Er… M-Muy bien, bien. Solo, uh, no vayas demasiado lejos, ¿de acuerdo?” Estaba aliviado de que no hubieran estado peleando, pero ahora tenía que preguntarse si debía decirle a Keima sobre esto. Frente a él, Rokuko y Redra se enfrentaron y gritaron “¡OK!” Con entusiasmo.

“¡Más tarde Rokuko, buena suerte!” “¡Va a suceder!”

“¡BESAR HACE A LOS BEBÉS!”, Gritaron al unísono, chocando los cinco por segunda vez. Ittetsu se alegró de que Redra tuviera un amigo tan bueno, pero ahora realmente no sabía qué decirle a Keima.

“… ¿Estás seguro de que es una explicación lo suficientemente buena?” Ittetsu inclinó la cabeza, su pesado cuello se quebró.

“¡Está bien! ¡Pero tenemos que demostrarle a ella primero! ¡Te voy a morder! ”

“Demostrar… mordida… ¡¿beso?! J-J-J-Justo aquí, ¿a-ahora? ¡Eso es tan audaz! ”

“¡Espera, Rokuko! ¡En realidad no haremos bebés en público! No lo estamos,  ¿verdad?  Quiero  decir,  si  quieres  Ittetsu,  ¡podría  hacerlo!

¡Espera, qué me estás haciendo decir, imbécil!” Redra golpeó sus puños contra Ittetsu, rojo brillante. No le había hecho decir nada en particular, pero Ittetsu se quedó allí y recibió golpes (bastante dolorosos) sin quejarse.

“… Ya sabes, los humanos y los dragones no son tan similares biológicamente hablando, así que no tomes su consejo demasiado en serio, ¿de acuerdo?”, Dijo Ittetsu solo para estar a salvo, pero Rokuko se sonrojó de un rojo tan brillante que era Es difícil saber si realmente estaba escuchando o no.

“… Buena suerte, Keima…” Ittetsu rezó en silencio por el futuro de Keima. A pesar de pensar que sus oraciones probablemente no llegarían a nadie.