Dungeon ni Deai wo Motomeru no wa Machigatteiru Darou ka (NL)

Volumen 16

Capítulo 03: Festival de la Cosecha

Parte 5

–Haa… bailamos mucho.

Sentándonos en una banca de ladrillos, Syr-san dejo escapar un confortable suspiro de cansancio.

Mientras descansábamos, delante de nuestra mirada Rye y los demás, aun llenos de vitalidad, estaban bailando con los otros invitados. Una situación como esta seguramente no era algo común en la Calle Dédalo. Muchas personas se acercaban a los puestos y marcando el momento de mayor prosperidad de la Calle Dédalo. Inesperadamente, la amabilidad de Syr-san hacia los niños atrajo este momento.

–La canción de hace un momento fue increíblemente hermosa. ¿Qué “hechizo” es ese?

En remplazo de María-san quien estaba ocupada, esta vez yo le entregue un jugo de frutas.

Syr-san me dio las gracias y lo recibió, sacando un poco su lengua.

–Fue improvisado. Intente cantar cualquier cosa.

–¿Eeeh? ¿De verdad?

–Si. Quería que Ossian-kun y todos sonrieran.

Sorprendido, me senté a su lado y miré su ropa.

Para detener las lágrimas de Ossian, su hermosa ropa se había ensuciado. Las huellas de lágrimas humedecidas aún estaban bien. Pero el polvo, y más que cualquier cosa, la sangre roja dejo una mancha en su bolero.

Tal vez dándose cuenta de mi mirada, los ojos de Syr se curvearon.

–Me ensucie un poco, pero, ¿No se ve lindo? ¡Parece un patrón inusual!

Los que no conocían las circunstancias, seguramente no dirían que era hermoso incluso como adulación.

Aun así, esta persona estaba sonriendo.

Sin ninguna expresión de disgusto. Como si no le importara en absoluto. O, mejor dicho, de muy buen humor.

De alguna manera, tambien me sentí de buen humor.

Aunque definitivamente no lo haría, no pude evitar querer abrazar a esta persona delante de mis ojos.

Y entonces, pensé en que siempre quería ver esa sonrisa que esta frente a mis ojos.

–Bell-san, ¿Sabías de antemano que Rye-kun y los demás abrirían un puesto aquí?

–Si. María-san me lo dijo. También planeabas venir, ¿No es así?

–Asi es… me preguntaba si venir sola otro día.

Mientras miraba desde la banca a las personas caminando por la Calle Dédalo profundamente emocionada, Syr- san murmuro, parece que viste a través de mí.

–Han pasado varias cosas hasta hoy, pero… quería jugar con Rye y los demás junto contigo de nuevo, Syr-san.

La Calle Dédalo estaba casi reconstruida.

Rye y los demás quienes estaban viviendo en un albergue temporal hasta ahora finalmente podrían retomar su vida normal.

Le conté que quería que los dos viniéramos aquí y celebráramos varias cosas.

Como si regresáramos a nuestros recuerdos.

Syr-san estrecho sus ojos.

–Estoy muy feliz.

Y entonces dijo eso como si saboreara el regusto.

–Increíblemente, feliz… es una cita extremadamente maravillosa.

Me miro mientras sonreía como una flor.

Era imposible terminar no siendo fascinado.

Pero, más que eso, había algo que se presionaba en mi pecho, y naturalmente mi rostro estallo en una sonrisa.

–¿…? ¿Qué pasa, Bell-san?

–No… también estoy feliz.

Seguramente, tal vez, en este momento estaba sonriendo como Rye y los demás.

Aunque tambien era consciente de parecia algo infantil, expuse honestamente esos sentimientos.

–Si puedes disfrutar con la cita, estoy feliz con eso.

Con esos sentimientos que brotaban en mi pecho, una gran sonrisa lleno mi rostro.

Cuando lo hice, Syr-san se congelo.

Su rostro pareció enrojecerse.

Pensé que era extraño, pero reajustando mi mente, me puse de pie.

–¡Syr-san, vamos a comprar ropa!

–¿Be-Bell-san?

–¡Aún hay muchos lugares a los que quiero ir contigo!

Tomando su mano, tire de ella ligeramente.

Anunciando mi despedida a María-san, Rye y los demás con una gran voz, sacudí mi mano en respuesta a sus palabras de “¡Nos vemos!”, y me fui con la nerviosa Syr-san.

También lo estaba disfrutando de alguna manera.

¡Quería devolverle muchas cosas más a Syr-san, quería que fuera feliz!

***

–Con eso está bien. Delante de esa persona, la defensa es un mal plan.

El chico de cabello blanco tiraba de la mano de la chica de cabello gris.

Hedin murmuro para sí mismo mientras miraba esa escena.

En una esquina de la calle, sobre el techo de un templo una cabeza más alta que los edificios de los alrededores.

Las voces de los ciudadanos divirtiéndose resonaban desde muy abajo en el “Festival de la Diosa”.

–Si eres pasivo, tu oportunidad nunca llegara. Siendo así, solo puedes atacar. Tomando acciones inesperadas sacude a Syr-sama, para hacer especial a este día, solo continúa tomando la delantera—Pero si te haces la idea equivocada, en el instante que muestres algún gesto obsceno, morirás.

Actualmente, los miembros de la <Familia Freya> estaban justo a mitad de estar desplegándose con Syr y Bell en el centro.

El nombre de la estrategia era “Guardian de Flova” (nombrado por Hogni) y vigilaban como escoltas desde el techo de los edificios como Hedin, desde las sombras o mezclándose entre los ciudadanos como guardias privados. No, sería más correcto decir que los “rodeaban”.

Si algún peligro se acercara a la chica (Syr), al instante se moverían volviéndose su escudo y su espada para eliminar la amenaza.

Por lo tanto, en el caso de que Bell intentara llevar a Syr a un lugar sospechoso, al instante se encontraría con la aniquilación por sus manos. El indefenso (patético) conejo—aunque sentía las muchas miradas que lo atravesaban y estaba cubierto de sudor frio en su corazón—no se había dado cuenta de que estaba teniendo una cita con su vida en juego mientras caminaba sobre una fina capa de hielo.

–Aunque, seguramente es inútil preocuparse de que un inexperto como tu vaya a perder el control sobre sí mismo.

Originalmente, no se pondría tanto poder de combate para la “escolta de la chica”.

Estaría bien con que uno o dos Aventureros de Primera Clase la escoltaran desde las sombras.

La razón por la que estaba movilizándose una gran cantidad de Aventureros de Segunda Clase, era porque hoy era el “Festival de la Diosa” y más que cualquier cosa, porque Syr estaba acompañada de Bell a quien claramente favorecía.

Diciéndolo sin rodeos, los miembros estaban celosos del chico.

En otras palabras, para la <Familia Freya> la chica llamada “Syr Flova” era una existencia asi de importante.

–Hasta aquí has aprobado, entonces…

Por otra parte, Hedin quien estaba corriendo a vigilar, tenía sus propios objetivos.

El pretexto era ser escolta de Syr.

Su verdadera intención era la “supervisión” de la cita. No solo vigilar.

Incluso ahora estaba vigilando la escolta de Bell a quien le aplico una minuciosa “reforma de conciencia”.

Todo esto únicamente era por el bien de cumplir el deseo de Syr.

Si acaso Bell parecía que cometería una tontería, Hedin tenía la intención de lanzar una o dos de sus Magias con relativa seriedad. Justo como edu Alias de <Hildrsleif>, con su preciso control del Poder Mágico y uso de la Magia considerada como la mejor de la ciudad, su discreto rayo apuntaría sin duda solo a su objetivo y seguramente desaparecería al chico del campo visual de Syr. Después de eso sería el “castigo” con el nombre de entrenamiento.

Es malo recordando y devastadoramente ineficiente… sin embargo, justo como supuse, solo mis expectativas no serán traicionadas.

Hedin recordó el entrenamiento de 5 días, y renovó su percepción de Bell Cranel hasta ahora.

Sin duda estaba monopolizando el favor de la Diosa a la que Hedin amaba y respetaba y para colmo, rápidamente obtuvo poder, no era diferente a una monstruosidad descarada, pero pasado el entrenamiento hasta ahora, mostro su propio valor.

Hedin odiaba la “incompetencia”.

Las existencias que continuaban viviendo sin rumbo no eran más que esclavos de su propio orgullo inútil. Ya que él era un Elfo de larga vida, Hedin no podía aceptar la pereza de las otras especies que no podían vivir largamente. Su propia especie que hacía alarde de su propio éxito estaba fuera de la cuestión. Desde siempre había pensado que ellos (los incompetentes) deberían trabajar desesperadamente.

Al mismo tiempo, Hedin valoraba la “habilidad”.

Y entonces, a aquellos que poseían la habilidad y no escatimaban en esforzarse, les añadía una determinada valoración.

Con eso en mente, Bell Cranel tenía un punto de aprobación.

Literalmente apostaba su vida viviendo al máximo. Como Lv. 1 derroto a un Minotauro, se enfrentó contra Apolo e Ishtar y lucho en el incidente de los Xenos. Por lo que escucho recientemente, avanzo preparado para morir en los Pisos Profundos. Superando “aventuras” que una persona normal no podría imitar, estaba alcanzando la espalda de Hedin, un Aventurero de Primera Clase.

Incluso si muriera a medio camino y desapareciera desde los recuerdos de todos, solo Hedin quien valoraba su actitud lo recordaría en su corazón—paradójicamente, solo aquellos que no morían alcanzarían a las existencias llamadas “Aventureros de Primera Clase”, sin embargo—

El chico lo hizo realidad ante los anteojos de Hedin.

Incluso esta vez, aunque se le impusieron condiciones imposibles, no huyo.

Independientemente de su motivo, intentaba desprenderse de su “incompetencia”.

Esa verdad fue reconocida por Hedin a quien llamó Maestro.

Y entonces, aunque era imposible que tuviera algún sentimiento por èl ni siquiera por error—Hedin tenía “expectativas” en el chico.

–… ¿Podrás darte cuenta de su “deseo”?

Ese murmullo que se derritió en el viento y desapareció, no alcanzo los oídos de nadie.

Pero, en su lugar, alguien se acercó desde atrás.

–¿Qué demonios estas murmurando? Es asqueroso.

-… Incluso yo puedo hundirme en mis sentimientos. No estés escuchando escondidas de una manera tan vulgar, gato de mierda.

–Obviamente estabas hablando solo, no me empujes tus propias estupideces.

El Catman, Allen.

Con un desagrado que hasta hacia dudar que fueran de la misma <Familia>, ambos intercambiaron palabras sin mirarse entre sí.

Allen, quien sostenía una larga Lanza plateada, se detuvo al lado de Hedin quien miraba hacia Bell y los demás abajo.

–Los otros grupos están fuera de control. La dirección es tu trabajo, haz algo. No te quedes ahí parado mirando.

Ante esas palabras sin ninguna delicadeza que casi le escupía a sus pies, Hedin suspiro.

En cuanto a posición, Allen era el vice Capitán. El mismo odiaba ese rol, pero Hedin quien había sido recomendado dimitió y él tuvo que hacerse cargo. Esa era una historia de ya hace muchos años.

Admitiendo honestamente su propio error, Hedin le regreso su comprensión sin palabras, pero de repente, sintiéndose curioso le alanzo una mirada.

–Entonces, ¿Que hay de ti?

¿No sientes animosidad hacia el joven Bell que se refleja en los ojos de Syr?

Hedin le pregunto sin palabras.

–No preguntes lo que ya sabes.

Allen le respondió como si eso fuera estúpido.

–Mi lealtad, esta con la Diosa.

Como si dijera que el asunto había terminado, Allen salto de ese lugar sin hacer ningún sonido.

Sin que nadie se diera cuenta, persiguió al chico y la chica que avanzaban hacia adelante.

Hedin miro en silencio su espalda que desapareció en lo profundo de su campo visual en un parpadeo, y también se movió de lugar para dar instrucciones.