Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 7

Capítulo 5: El Pacto

Parte 3

Después de Cyrus y Larna, fue mi turno de saludarlo y presentarme, momento en el que Daurand estaba visiblemente conmocionado. Larna ya me había dicho que provenía de la familia de un vizconde no particularmente rico, lo que hacía que el título de duque le impresionara aún más. Ya había conocido a varios directores de departamento peculiares en el Ministerio, pero ninguno como él.

Larna, la peculiar y extraordinaria directora de departamento, comenzó a hablar con Daurand, cuyo rostro se había vuelto aún más tenso.

“Queremos saber sobre la biblioteca prohibida.” Dijo sin piedad.

“… Sí, escuché acerca de eso de Lanchester. Me pregunto por qué se tomaron la molestia de preguntarme acerca de un rumor tan tonto.” Dijo, intentando y fallando de sonar indiferente.

“Estamos en una misión especial directamente de los superiores. Entonces, ¿dónde está la biblioteca prohibida?” Preguntó Larna, hablando como si supiera que lo que estaba buscando realmente existía.

Me sorprendió su audacia, pero me quedé allí sentada en silencio según las instrucciones, esperando la respuesta del director.

“Larna… no existe tal biblioteca. Es sólo un cuento de hadas.” Dijo después de una breve pausa, visiblemente preocupado. “Como la mayoría de los mitos del Ministerio. Están perdiendo tu tiempo.”

“Ese no es el caso.” Dijo con total naturalidad.

“¡¿Eh?!” Daurand y yo dijimos al unísono. Cyrus permaneció en silencio, pero también pareció sorprendido.

“No hay humo sin fuego.” Dijo, sonando complacida por nuestra sorpresa. “Incluso los mitos tienen una base en la realidad. Tome el de los gritos nocturnos como ejemplo. Los empleados cansados, obligados a lidiar con el trabajo acumulado sin pausa día y noche, gritan su angustia en los pasillos. Esa es la verdad en la que se basa el mito.”

Esa era una de las historias que Alice nos había contado el día anterior y, aunque me sorprendió saber que era real, me alegré de saber que los gritos no pertenecían a fantasmas ni nada parecido.

“Y eso se aplica a la mayoría de las otras historias en el Ministerio.” Dijo, mirando directamente a los ojos de Daurand. “Entonces, ¿dónde está la biblioteca?”

“Lo siento, pero no sé nada al respecto.” Dijo, evitando su mirada.

“Es una pena. En ese caso, dennos permiso para registrar la biblioteca en un día en que no esté abierta al público.” Continuó.

“E-Eso es…” Dijo, buscando las palabras, y Larna sonrió.

“¿Cuál es el problema? Sólo vamos a husmear un poco, especialmente directamente debajo del piso de la biblioteca.” Dijo, haciendo que los ojos de Daurand se crisparan de preocupación. “¿Hay algún problema?” Preguntó con una sonrisa aún más grande.

Después de permanecer en silencio por un tiempo, el director del Departamento de Bibliotecas suspiró.

“¿Cuánto saben?” Preguntó.

“Sólo lo que acabamos de decir. Podríamos abrir la entrada, pero probablemente sería mejor para todos si la abrieran para nosotros.”

“Su red de información es realmente impresionante.” Dijo, suspirando de nuevo. “Bien. Los llevaré a la biblioteca prohibida.”

“Muy bien. Parece que ni siquiera tendré que decirle a tu esposa que almorzó en secreto con una bibliotecaria joven y bonita.” Dijo Larna, haciendo que el rostro de Daurand se pusiera aún más pálido de lo que ya estaba. En una jugada de completo villano, también había planeado chantajearlo si era necesario.

Al final, obtuvimos el poder de ingresar a la biblioteca prohibida sin que Cyrus ni yo tuviéramos que hacer nada. Tenía la sensación de que con esto estábamos un paso más cerca de conseguir el pacto.

Daurand nos dijo que los otros bibliotecarios no sabían sobre la biblioteca prohibida, por lo que nos mostraría la entrada después de que todos hubieran terminado su trabajo del día.

“Señorita Larna, ¿cómo supo que la biblioteca prohibida estaba bajo tierra?” Pregunté mientras caminábamos de regreso a la sala de reuniones.

“¿Saber? ¿Cómo iba a saber eso? Sólo hice una suposición.”

“¡¿Quéééé?!” Grité, sorprendida por su respuesta. Cyrus también se había congelado en su lugar.

“Miré los planos de planta de la biblioteca y coincidían con las dimensiones reales. Recuerda que el Ministerio está lleno de gente inteligente… si los planes no estuvieran acordes, alguien se daría cuenta. Pensé que podría haber permanecido razonablemente escondido todo el tiempo si hubiera estado bajo tierra, así que simplemente fanfarroneé y fingí que lo sabía todo este tiempo. Fue engañado tan fácilmente que ni siquiera tuve que usar ninguna de mis otras estrategias para que hablara. Qué desperdicio.” Dijo, decepcionada.

Larna no se tomaba muy en serio su trabajo y a sus subordinados, especialmente Raphael, la regañaban a menudo. Pero escuchándola ahora, pensaba que tal vez tenía más talento de lo que dejaba ver.

También recordé que uno de mis colegas de departamento me había dicho que: “Larna es amable con sus aliados, pero despiadada con sus enemigos.” Daurand no era exactamente un enemigo, pero aun así me sentía mal por él.

Seguimos organizando toda la información a nuestra disposición hasta que terminó la jornada laboral, y luego los seis nos dirigimos a la biblioteca.

No era necesario que todos fuéramos allí, pero, tal vez porque la biblioteca prohibida era demasiado interesante como para dejar pasar la oportunidad de verla (yo, por mi parte, estaba muy emocionada por eso), nadie se ofreció a esperar en la sala de conferencias para que los demás regresen.

Daurand estaba solo, con aspecto sombrío, esperándonos. “¡Pensé que sólo los dos directores entrarían!” Dijo, sonando horrorizado. Obviamente, no esperaba que aparecieran seis personas.

“¿Eso es un problema?” Preguntó Larna, y él se acobardó inmediatamente.

“Bueno, es una habitación pequeña, así que…”

“Vamos a entrar uno por uno.”

“Pero hay mucho polvo, por lo que no es ideal que los chicos o chicas vayan allí…” Dijo, mirando a María y Dewey.

“No nos molesta.” Dijeron los dos en sincronía, María luciendo feroz y Dewey luciendo ofendido.

También me ofendió el hecho de que no recibí ni siquiera una mirada cuando se mencionaban las “chicas”, pero Sora me dio una palmada en el hombro y me dijo que no pensara demasiado en ello.

“Ya veo.” Dijo Daurand con un suspiro de derrota. “Entonces vengan.”

Lo seguimos hasta el rincón de los libros antiguos, y luego se puso detrás de una estantería, probablemente para presionar algún tipo de interruptor. Escuchamos un clic y, después de un momento, la estantería comenzó a moverse lenta y ruidosamente. Después de casi un minuto, el movimiento se detuvo y se nos reveló una escalera que conducía al subterráneo.

Vaya que hay muchas habitaciones ocultas en este mundo. Me pregunto si estarán de moda o algo así. En esa mansión a la que entramos cuando todavía estaba en la academia, encontramos lo que estábamos buscando después de descubrir la habitación escondida, así que estoy segura de que esta vez también sucederá lo mismo. ¡Pacto, aquí vamos!

“Por aquí.” Dijo Daurand, subiendo a la escalera, y lo seguimos.

Me pregunté por qué nos dejó entrar a todos a la vez a pesar de decir que la habitación era pequeña, pero una vez que estuvimos dentro, me di cuenta de que en realidad había mucho espacio.

La habitación era grande y estaba llena de estantes llenos de libros. Era tan grande como la biblioteca… la llamábamos así, cuando básicamente era sólo una habitación con varios libros, en la ciudad donde solía vivir antes de reencarnar.

También pensé que debía haber algo de magia en el lugar, porque, a pesar de estar bajo tierra, estaba ordenado y limpio. Era increíble que un lugar así pudiera esconderse debajo de la biblioteca sin que nadie se diera cuenta.

“Esto es increíble.” Dijo María, incapaz de contener su asombro.

“La llaman la biblioteca prohibida, pero como puede ver, es una colección de libros perfectamente normal. Ahora que todos la han visto, podemos volver.” Dijo Daurand mientras todavía estábamos mirando la habitación que nos rodeaba.

¿Qué? ¡Acabamos de llegar y aún no hemos tenido tiempo de buscar el pacto! Pensé, y Larna dio voz a mis quejas.

“No, todavía tenemos que buscar. Vinimos aquí para buscar un libro y no podemos irnos hasta que sepamos si está o no aquí.” Dijo.

“¿Y qué libro sería ese?” Preguntó Daurand, con una expresión molesta en su rostro.

“No puedo contarle los detalles, pero es un libro sobre magia perdida.” Respondió, y él suspiró una vez más.

“¡Podrían haberme dicho eso antes! No hay ningún libro sobre magia perdida aquí. Será mejor que busquen en otro lugar.”

“Espera.” Dijo Larna. Ahora era ella la que tenía una expresión preocupada, por una vez. “¿Quieres decir que conoces el contenido de todos los libros guardados aquí?”

“No los he leído todos, pero al menos sé qué tipo de libros son. Así que puedo decirles que el libro sobre magia perdida que están buscando no está aquí.”

“… Pero no sabemos mucho sobre el libro que estamos buscando. Por favor, permítanos verificar, aunque sea un poco.” Dijo María con una mirada decidida en sus ojos.

Con una petición hecha por una hermosa joven, Daurand no podía simplemente rechazarla con tanta frialdad como lo había hecho con Larna. “Bueno, pero…” Dijo, sonrojándose y murmurando. Mientras aún estaba dando una respuesta apropiada, nuestra fiel Larna ya había caminado hacia los estantes y ahora estaba hojeando las páginas de un libro.

“Oh, miren esto…” Se dijo a sí misma, sonando interesada.

Daurand, al escuchar eso, corrió hacia ella y le arrebató el libro de las manos.

“L-Lo ha visto, ¿verdad? Todos los libros de aquí son del mismo tipo que este. Así que ahora saben que el libro que estás buscando no está aquí.” Dijo, sonando extremadamente nervioso y con el rostro peligrosamente rojo.

“¿Qué quiere decir?” Preguntó Cyrus.

Larna, sonriendo, tomó otro libro y se lo entregó, diciéndole que echara un vistazo. Tan pronto como abrió el libro, Cyrus se sonrojó.

“¡Daurand, explique esto! ¡¿Por qué se guardan libros como este dentro de la biblioteca sagrada del Ministerio?!” Preguntó con el libro todavía en la mano.

“¡Por eso los mantengo escondidos aquí!” Respondió Daurand, tirándose de su propio cabello.

“Ya veo… pero ¿por qué siquiera los almacenan? Y no querrá decirme que todos estos libros son como este, ¿verdad?”

“Lo son.” Respondió, haciendo una mueca. “Hasta el último de ellos.”

“… Es increíble. Pero, ¿por qué? ¿Quién haría esto?”

“Generaciones de directores de bibliotecas los han ido recopilando, poco a poco, como artefactos culturales.”

“… Hay algo malo con el Departamento de Bibliotecas…”

“¡Yo mismo me sorprendí al principio! El director anterior me trajo aquí y me mostró estos libros, diciendo que habían sido transmitidos de un director a otro. ¿Qué podía hacer?”

Cyrus y Daurand estaban hablando con fervor, pero yo todavía no tenía idea de lo que estaba pasando. Miré a Larna en busca de una explicación.

“Lo único que nos dicen estos libros es qué fetiches tenían los antiguos directores de bibliotecas. Estos son libros eróticos.” Dijo casualmente.

“Larna, por favor, ¿no podrías elegir mejor tus palabras?” Preguntó Daurand, que rechinaba los dientes.

“¡¿Libros eróticos? ¡¡¿Todos?!” Solté en voz alta con sorpresa.

“Eso no es algo que una dama noble deba decir en voz alta.” Comentó Sora, pero ¿cómo podría evitarlo? ¿Quién no se sorprendería de que esta enorme sala estuviese completamente llena de libros eróticos?

Larna se rio de mi sorpresa. “Al menos eso es lo que dice Daurand, y todos los que he visto hasta ahora entran en esa categoría. Algunos de ellos con sólo texto, algunos con ilustraciones, algunos sobre amoríos, algunos sobre robar amantes y, oh… este es sobre dos hombres.” Dijo después de mirar uno de los libros cerca de ella.

¡¿Incluso hay libros de BL?! Sophia estaría encantada. Últimamente, se ha estado aburriendo con el romance normal y ha comenzado a interesarse en ese género.

Estaba escuchando a Larna con sumo interés, pero Cyrus, tan estricto como siempre, la regañó.

“¡Larna, ten cuidado con lo que dice alrededor de mujeres! Un lugar tan lleno de materiales despreciables seguramente será malo para el cuerpo y el espíritu. María, Katarina, salgan de aquí.”

No veía cómo podría ser malo para el cuerpo, pero sonaba muy serio.

Había leído muchas novelas románticas en mi época, pero nada que fuera directamente erótico. Dewey, considerando su edad y crianza, probablemente tampoco lo había hecho. Sora, nuestro colega mayor más respetable, probablemente tenía experiencia de primera mano y no ficticia con ese tipo de cosas. Pero en cuanto a María, no me sorprendería que ni siquiera supiera de la existencia de libros como estos. Con todo, probablemente era mejor que nos fuéramos.

“¡Pero el pacto podría ocultarse entre estos otros libros!” María dijo, negándose a ir. Era un comentario inesperado de la fuente más inesperada.

“Pero María, los libros aquí no son apropiados para usted…” Dijo Cyrus, luciendo preocupado mientras trataba de convencerla, pero ella parecía que no iba a ceder pronto.

Si Sora hubiera dicho lo mismo, habría pensado que sólo quería mirar los libros traviesos, pero era obvio que María no tenía ese motivo oculto. Tenía muchas ganas de encontrar el pacto.

Cuando escuché por primera vez sobre la biblioteca prohibida, tuve la extraña e inexplicable sensación de que el pacto estaría oculto aquí. Quizás María había sentido algo similar, razón por la cual estaba tan concentrada en buscar el lugar antes de darse por vencida.

Uno pensaría que un lugar llamado “biblioteca prohibida” albergaría valiosos libros de magia antigua o tomos llenos de hechizos peligrosos, pero… ¿libros eróticos? Podía ver por qué querrían esconderlos, pero ¿por qué tomarse la molestia de construir esta habitación subterránea? ¿Nació la idea de los mismos instintos que obligaban a los niños a esconder revistas para adultos debajo de sus camas?

Y, de todos modos, ¿por qué este lugar era tan grande? No podía creer que hubieran construido esta habitación específicamente para libros eróticos. Quiero decir, si realmente lo hubieran hecho, sería impresionante por derecho propio.

Larna, que había estado pensando en algo similar, habló. “¿Cuándo se construyó este lugar? Dudo que para empezar se concibiera como una biblioteca erótica.”

“Me temo que fue construida específicamente como una biblioteca erótica, junto a la biblioteca principal. La esposa del primer director de la biblioteca era una mujer muy celosa, que no perdonaría a su marido si se quedara con un solo libro erótico. Ella le dijo que tirara todas los que había reunido antes del matrimonio, pero él sólo fingió hacerlo y las escondió dentro de su mansión. Sin embargo, finalmente los encontró, y el director, que no tenía mejor lugar para esconderlas, hizo que añadieran esta sala a la biblioteca, que entonces estaba en construcción. Esto es lo que me han dicho.” Explicó Daurand lentamente, como si estuviera narrando un cuento épico, probablemente sin darse cuenta del hecho de que él mismo lo acababa de llamar una “biblioteca erótica”.

“Eso es increíble.” Dijo Larna, estupefacta. “¿Pero esto significa que todos los libros aquí eran suyos? Sería una cantidad ridícula para una sola persona, y algunos de ellos son más recientes que otros.”

“Algunos de ellos lo son, pero varios de los hombres que lo sucedieron agregaron los suyos para que sus esposas no los encontraran. Algunos directores incluso agregaron a la colección después de retirarse, por eso hay tantos.” Explicó, luciendo extremadamente cansado. Esta gran colección erótica debía venir con una gran responsabilidad.

“Eso lo explica, pero también significaría que los libros se siguen acumulando.”

“En efecto. Es por eso que de vez en cuando tiro los que se han vuelto demasiado viejos o gastados. Los mezclo con otra basura del Ministerio para que nadie se entere.”

Tener que hacer eso y al mismo tiempo asegurarse de que nadie vea estos libros debe haber sido una tarea tediosa…

¿Hm? No puedo señalarlo con el dedo, pero algo sonó hace un momento.