Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 7

Capítulo 5: El Pacto

Parte 2

Agradecí a Laura por su ayuda y corrí al departamento del que me había hablado. La jornada laboral casi había terminado, pero quería preguntarle sobre la biblioteca hoy si pudiera. Cuanto antes encontráramos el pacto, antes Larna estaría de regreso en la oficina y antes mis colegas recibirían ayuda con todo su trabajo.

Corrí tan rápido que alcancé mi meta en poco tiempo. Respiré hondo y miré la placa de la puerta que decía: “Departamento de Investigación de Biomagia”. Había visitado este lugar varias veces hasta ahora y lo había lamentado cada vez. Si el director me atrapaba, probablemente no me dejaría ir durante bastante tiempo.

Llamé muy levemente a la puerta antes de abrirla, con la esperanza de que no me encontraran Delius ni ese maldito mono. La mujer de aspecto serio que estaba junto a la entrada me miró con cierta sorpresa.

“Oh, es la chica de antes…”

“¿De antes?” Lo repetí. Parecía algo familiar, pero no podía recordar dónde la conocí.

Al ver mi confusión, se rio secamente. “Lamento que nuestro director y su mona le hayan causado tantos problemas en ese entonces, y de nuevo no mucho después.”

“Ah… ¡Usted fue quien vino a visitarme después de que perdí el conocimiento y luego me ayudó hace unos días!”

¡Ella era la mujer que me había arrastrado a Delius para que se disculpara! ¡Y luego, ella me salvó cuando él me estaba molestando frente a su departamento!

Ella sonrió y asintió con la cabeza, confirmando mi hipótesis.

“Gracias por toda su ayuda, y también por su regalo cuando me visitó después de que perdí el conocimiento.” Dije, refiriéndome a los bocadillos que me había traído mientras regañaba a Delius y a la mona.

“¡Ni lo mencione! Para empezar, fue culpa nuestra.” Dijo.

Verla disculparse de nuevo me hizo tener compasión por ella. Ella no tenía la culpa de nada, pero tenía que lidiar con todos los problemas causados por su director y su mona…

Pensando en ello, me puso nerviosa la idea de que la mona pudiera aparecer de nuevo de la nada.

“No se preocupe.” Dijo, notando que estaba mirando a mi alrededor. “El director está en una reunión hoy y la mona está en su jaula.” Dejé escapar un suspiro de alivio, que la hizo reír.

“De todos modos, ¿puedo ayudarla en algo?” Ella preguntó.

Dije que Laura me había dicho que cierta “Alice” de este departamento podría ayudarme con mi búsqueda.

“Oh, esa chica… Claro, la llamaré para usted. Espere.” Dijo con expresión preocupada.

¿Por qué reaccionó así? Tengo un mal presentimiento sobre esto…

 Regresó seguida de una chica tan hermosa que parecía una muñeca. Dado que probablemente era mayor que yo, debería haber pensado en ella como una mujer en lugar de una chica, pero era tan baja y linda que parecía más joven.

Curiosamente, su atuendo también la hacía parecer una amiga de Laura. No había cambiado drásticamente su uniforme, pero lo había adornado con varias cintas pequeñas, similar a la grande que tenía en la cabeza. Su rostro estaba cubierto de maquillaje meticulosamente aplicado y sus uñas estaban pintadas de colores lindos. Ella estaba pisando la delgada línea entre la vestimenta de trabajo aceptable e inaceptable (a diferencia de Laura, que había cruzado la línea tanto que probablemente la había perdido de vista).

“Soy Alice. ¿Qué desea?” Me preguntó mientras la miraba. Su voz era mucho más fría de lo que esperaba por su hermosa apariencia.

“Oh, sí, soy Katarina Claes del Laboratorio de Herramientas Mágicas. La señorita Laura me dijo que usted conocía los mitos del Ministerio, y yo quería hacerle algunas preguntas sobre ellos.” Dije, y sus ojos inmediatamente comenzaron a brillar.

“¡¿Está interesada en las maravillosas leyendas que rodean el Ministerio?!” “B-Bueno, necesito aprender sobre ellas para trabajar…”

“Oh, ya veo… trabajo. ¿Entonces, qué es lo que quiere saber? ¡Responderé a todas sus preguntas!” Dijo, todavía mirándome con ojos brillantes y olvidándose por completo de que había mencionado el trabajo. Estaba feliz de que me ayudara, pero sus ojos me recordaban a los de Delius cuando hablaba de animales.

Le dije que, en lugar de escucharla por mí misma, sería mejor si ella pudiera venir a la sala de reuniones y hablar frente a todos.

“Subdirectora, mi trabajo de hoy está terminado, así que iré con esta chica. Dijo que quiere aprender sobre los mitos del Ministerio, así que sólo tengo que ayudarla.” Le dijo a la mujer con la que había estado hablando antes, de quien ahora me daba cuenta de que era la subdirectora del Departamento de Investigación de Biomagia.

“Ok.” Dijo, luciendo preocupada. “Pero trata de no molestar a nadie.”

“¿Yo? ¿Molestar a alguien? ¡Los voy a ayudar! ¡Van a estar agradecidos, en todo caso!” Alice respondió, haciendo pucheros.

La subdirectora nos despidió en silencio. Su expresión me dijo que estaba en problemas, pero me alegré de haber podido al menos encontrar a alguien a quien preguntar sobre la biblioteca prohibida.

Todos en la sala de reuniones parecían confundidos cuando entré con Alice, así que les expliqué lo que había sucedido.

“Vaya equipo de ensueño tienen aquí…” Alice murmuró para sí misma.

Después de todo, teníamos a Cyrus, el director del departamento más popular, y a María y Dewey, quienes eran conocidos en todo el Ministerio como dos de los recién llegados más prometedores.

“Entonces.” Alice nos dijo a todos nosotros, su actitud sin cambios a pesar de estar frente a Cyrus. “¿De qué mito quieren escuchar? Conozco alrededor de 30 de ellos.”

“¡¿Hay tantos?!”

Pensé que serían siete, como los siete mitos estereotipados que circulan en todas las escuelas de mi viejo mundo.

“Por supuesto… el Ministerio es grande y tiene una larga historia. Claro está, algunos son similares entre sí, como la de las voces que gritan que uno puede escuchar por la noche, que…”

“Gracias, pero eso realmente no nos interesa. Lo que queremos saber es sobre la biblioteca.” Dijo Cyrus, deteniendo a Alice antes de que pudiera comenzar su entusiasta conferencia.

Parecía un poco disgustada, ya que obviamente quería contarnos esas historias. Aun así, ella obedeció.

“Está el del libro maldito que mata a todo el que lo abre después de unos días, o el del bibliotecario invisible que deambula por la biblioteca de noche…”

Eso no es lo que necesitamos… quiero decir, esos suenan aterradores, pero ni siquiera me gustan las historias de terror. Esa cosa del bibliotecario invisible es suficiente para hacerme decidir el nunca más ir a la biblioteca por la noche…

Cyrus, a diferencia de mí, no parecía inmóvil. “Eso no es lo que estamos buscando. Estamos interesados en algo llamado biblioteca prohibida. ¿Sabe algo sobre eso?”

“Oh, ¿ese?” Alice respondió, y su expresión deslumbrante cambió a una de aburrimiento. “¿No lo sabe?” Preguntó Cyrus, de nuevo completamente imperturbable.

Seguramente ha notado cómo cambió su expresión, ¿verdad?

 “Por supuesto que sí, pero es muy aburrido en lo que respecta a las historias.”

Cyrus le pidió que se explicara y, a pesar de estar claramente decepcionada, lo hizo.

“Es una historia tan aburrida, de hecho, que la mayoría de las personas ajenas al Departamento de Bibliotecas probablemente ni siquiera lo sepan. Hay una biblioteca especial a la que sólo algunas personas selectas pueden ingresar… Eso es todo.”

“¿Y realmente existe?” Preguntó Cyrus, y Alice sonrió.

“Eso no lo sé. Es una historia muy antigua, por lo que podría ser verdad, pero también podría ser sólo un rumor.”

“Entiendo. Dijo que el personal del Departamento de Bibliotecas conoce acerca de ello. ¿Cree que hay alguien ahí que podría contarnos más?”

“Lo dudo. Probablemente sólo escucharían lo que acabo de decir. Me gusta investigar los mitos, incluso los aburridos, así que ya les pregunté a todos los bibliotecarios al respecto.”

Realmente hablaba en serio cuando se trataba de mitos.

“Así que no podemos obtener ninguna pista al respecto…” Dijo Cyrus con tristeza.

“Bueno, tal vez el Director del Departamento de Bibliotecas podría decirles algo más.” Dijo Alice después de pensar un rato.

Mientras todos la miraban con entusiasmo al escuchar eso, ella comenzó a verse un poco preocupada.

“Aunque, no puedo hacer ninguna promesa. Cuando fui a preguntar al respecto, todas las respuestas que obtuve fueron tan indirectas que pensé que había algo escondido allí. Sin embargo, no aprendí nada nuevo, así que me di por vencida. Pero tal vez tengan más suerte que yo.”

Eso era exactamente lo que queríamos escuchar, así que decidimos que al día siguiente iríamos al director para preguntarle por la biblioteca prohibida.

“Gracias por su ayuda.” Le dijo Cyrus a Alice.

“Estaba tan emocionada de poder hablar sobre los mitos del Ministerio después de tanto tiempo, pero sólo me preguntaron sobre uno de ellos…” Dijo, hinchando sus mejillas con decepción.

“Pero escuchamos lo que queríamos, así que eso es…” Cyrus comenzó a decir, confundido. “¡Pero quiero contarles más!” Dijo Alice.

El mal presentimiento que tuve al ver la expresión de la subdirectora ahora estaba justificado. Alice era una chica muy peculiar. Me di cuenta de que ella no estaría satisfecha hasta que la escucháramos, y yo era quien la había traído aquí, así que hablé.

“Entonces cuéntame más. Te escucharé.” Le dije.

Cyrus parecía desconcertado, pero Alice sonreía con entusiasmo.

El primero regresó a su departamento para terminar su trabajo, mientras que la segunda se quedó con María, Dewey, Sora y conmigo para contarnos historias más aterradoras y misteriosas sobre el Ministerio.

Al poco tiempo, lamenté haberme ofrecido a escucharla. Ella siguió hablando y hablando bien después de que terminara nuestra jornada laboral y hasta que el sol se había puesto por completo. Finalmente, Cyrus tuvo que regresar y rescatarnos.

Además, durante unos días después de eso, no pude caminar sola al baño por la noche.

Al día siguiente, todo el “grupo de búsqueda del pacto” se reunió en la sala de conferencias. Incluso Larna, que había estado desaparecido por un tiempo, finalmente se presentó en el Ministerio y fue arrastrada por Cyrus. Él la puso al corriente de la biblioteca prohibida, ya que ella no estaba allí para escucharlo el día anterior.

“¿Uno de los mitos del Ministerio? Esa podría ser una pista interesante.” Dijo después de escuchar la explicación de Cyrus.

“¿Tiene conocimiento de ese tipo de cosas?” Le pregunte a ella.

“Bueno, no tanto como la señorita Alice, pero sé de un par de ellas. Por ejemplo, hay uno sobre los gritos que puedes escuchar en medio del…”

“Por favor, hemos escuchado más que suficiente sobre eso.” La interrumpí de inmediato. Después de lo que había sucedido el día anterior, cualquier mención de los mitos aterradores que rodeaban al Ministerio me daba escalofríos.

“Todo el mundo sabe lo obsesionada que está la señorita Alice con ese tipo de cosas. Ella es rara, ¿no es así?” Larna dijo, sonriendo con ironía.

“… Sí. Nos contó un montón de historias aterradoras.” Dije con una expresión de dolor.

Con eso, Larna comenzó a contarnos más sobre Alice. Resultaba que era conocida en todo el Ministerio por estar obsesionada con historias extrañas y aterradoras, como los mitos del Ministerio. Es más, no conocía mayor felicidad que volver a contar estos cuentos a otras personas. En otras palabras, ella era rara.

Si tan sólo hubiera sabido de eso, podría haber evitado tener que sentarme a escuchar sus historias…

Larna notó la tristeza en mi rostro, y en un intento irónico de consolarme, dijo: “Aunque, no te castigues; todos los recién llegados caen su primera vez.”

La conversación finalmente se alejó de Alice. “De todos modos, esta es la primera vez que escucho sobre la biblioteca prohibida.” Dijo Larna.

“Parece que, en su mayor parte, sólo las personas en el Departamento de Bibliotecas lo saben, y generalmente lo consideran un rumor infundado.” Dijo Cyrus.

“Por supuesto que no les importan los mitos y las fábulas… La mayoría de las personas en ese departamento son realistas puros.” Comentó Larna, y recordé a la bibliotecaria que se había reído de la idea de la biblioteca prohibida. Ella había sido la que lo mencionó y, sin embargo, rápidamente lo descartó como nada más que un rumor.

“Ahora bien.” Dijo Cyrus.

“Parece que el director del Departamento de la Bibliotecas intenta evitar preguntas al respecto, por lo que es posible que haya algo más que encontrar allí.”

Las pupilas de Larna se ensancharon un poco.

“Espera que crea que Daurand, ese remilgado cobarde, ¿sabe algo de mitos? Por favor.”

Parecía que Daurand era el nombre del director del Departamento de Bibliotecas.

“Eso definitivamente sería atípico de él.” Respondió Cyrus. “Pero pensé que aún valdría la pena el esfuerzo, así que fui y lo contacté. Dijo que hoy estaría libre por la tarde.” Cyrus realmente trabajaba rápido.

“Realmente trabaja rápido, eh.” Dijo Larna, aparentemente pensando lo mismo que yo. “Si ese es el caso, vamos a encontrarnos con él más tarde hoy.” Continuó.

“¿Qué? ¿También planea venir?” Cyrus preguntó, confundido y claramente decepcionado.

“Por supuesto. Es un tipo talentoso, Cyrus Lanchester, pero soy mejor para obtener información de la gente.” Dijo Larna, ignorando el claro disgusto de Cyrus.

“… Bien.” Dijo, refrenándose a sí mismo de decir algo más con lo que parecía un esfuerzo considerable.

Larna asintió y luego dijo: “Bien. Entonces Katarina, usted y yo iremos.”

“Espera, ¡¿y yo por qué debería?!” Pregunté. ¿Seguramente Cyrus y Larna serían estarían bien por su cuenta?

“El hecho de que seas la hija del Duque Claes es conocido en todo el Ministerio. Podemos aprovechar la influencia de tu rango para presionar a Daurand para que hable. No te preocupes, no tendrás que hacer nada. Puedes sólo sentarte y escuchar.”

“¿Acaba de decir ‘presionarlo para que hable’?” Pregunté, sintiéndome como si acabara de escuchar algo bastante turbio.

“Si no quiere hablar de eso, entonces tenemos que obligarlo de alguna manera, ¿verdad? Entonces, o necesitamos algo de información para ofrecerle a cambio, alguna debilidad suya con la que chantajearlo, o influencia para coaccionarlo.” Dijo, sonando como una villana mucho mejor de lo que yo podría aspirar a ser.

Para mi consternación, ya que quería volver a entregar paquetes lo antes posible, se decidió que seguiríamos mirando los libros hasta la tarde.

Después de varias horas de trabajo, como era de esperar, infructuosas, llegó el momento de reunirme con el director del Departamento de Bibliotecas, y Cyrus y Larna me hicieron seguirlos a una oficina donde el director ya nos estaba esperando.

Lo miré, con su corte de cabello profesional, anteojos de montura negra, físico escuálido y comportamiento en general tenso, y sentí que la evaluación de Larna de él como un “cobarde remilgado” era bastante acertada.

“Gracias por invitarnos.” Dijo Cyrus.

“¿Por qué? No me molesta en absoluto.” Respondió Daurand, con una expresión en su rostro que decía que sí le molestaba, y mucho más.