Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 7

Capítulo 2: En el Interior del Castillo

Parte 3

La familia real nunca estaría orgullosa de que un adulto se encerrara en el castillo, eso estaba claro.

“Pero escuché que había razones muy serias por las que empezó a hacer eso.” Dije, recordando lo que me había dicho la antigua reina. Tal vez estaba asustado por algunos finales malos y catastróficos esperándolo fuera de su habitación.

“De hecho, tiene sus razones. Pero esos, también, se relacionan con tonterías entre parientes… Katarina, sabes que el rey anterior tenía concubinas, ¿no?”

“Sí, eso lo sé.”

El rey actual de Sorcié (el padre de Jeord) sólo tenía una esposa (la madre de Jeord) y no tenía concubinas. Y como ya tenía cuatro hijos listos para sucederlo, había anunciado que no planeaba contraer concubinas en el futuro. No sabía de otros reinos, pero, al menos aquí en Sorcié, la monogamia era la norma.

Ahora bien, había oído que la antigua práctica de tener concubinas todavía se mantenía en la alta sociedad, y algunos nobles llegaban a tener varias amantes. Aparentemente, el antiguo rey era uno de esos nobles. Debido a mi corta edad, el único rey que conocía directamente era el actual, así que no tenía más detalles.

Simplemente pensé que, como la persona más poderosa del reino, los reyes tendrían que tomar concubinas por razones políticas, y no le di mucha importancia. En todo caso, me sorprendió un poco que el rey actual sólo tuviera una esposa.

“Ya veo. ¿Pero sabes cuántas?”

“… No lo sé. Lo siento.” Me disculpé por mi ignorancia. Tal vez escuché sobre eso antes de ingresar a la sociedad como adulto y luego lo olvidé.

Jeord negó con la cabeza.

“No, se espera que no lo sepas. La familia real ha tratado de mantener ese número vergonzoso oculto del conocimiento público.”

“¿Tenía tantas que sería vergonzoso?”

“Si. Se presentaban cinco concubinas oficiales, pero en verdad tenía tantas que sería imposible contarlas. Y, por si fuera poco, también tuvo una cantidad increíble de amantes.” Dijo con disgusto en su rostro. “Se supone que esa información es un secreto real, pero todos los nobles al menos tan viejos como mis padres la conocen. De hecho, tu padre probablemente también lo sepa, pero eligió no decírtelo; este no es un tema del que una joven querría escuchar.”

Saber que su rey, bueno —antiguo rey, pero, aun así— tenía tantas concubinas y amantes no era exactamente agradable. Mucho más porque mis padres estaban tan tiernamente enamorados el uno del otro que la idea de tener una concubina sonaba simplemente infiel.

“Puedes imaginar que una cantidad tan grande de concubinas daría lugar a una gran cantidad de hijos. Como sabes, en nuestro reino, el rey elige personalmente a su sucesor entre sus hijos, pero el rey anterior dejó este mundo antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo. Obviamente, esto resultó en una acalorada batalla por el trono.”

El rey había muerto antes de decidir quién recibiría su corona y dejó varios hijos. Jeord continuó explicando que la reina no tenía hijos propios, y los hijos de las concubinas se unieron a la carrera, ya fuese apoyados por las familias de alto rango de sus madres o por nobles no emparentados que esperaban elevar su estatus social. Yo era demasiado joven para tener recuerdos directos de ello, pero la mayoría de los candidatos perdieron la vida o fueron exiliados durante esta disputa, que duró casi dos años completos.

Ya sabía de esta batalla por la sucesión, pero no sabía que había sido tan extrema. Según Jeord, eso se debía a que los detalles se habían mantenido ocultos tanto como era posible.

“Mi padre era hijo de una de las concubinas oficiales, una mujer de alto rango, pero no le importaba mucho la corona. Dice que entró en el conflicto porque no podía soportar lo desagradable que se había vuelto todo el asunto, pero no sé la verdad al respecto. Sólo sé que mi tío era el hijo menor del rey, así que le perdonaron la vida y lo dejaron vivir dentro del castillo. Ahora bien, no ha salido de su habitación desde entonces.” Dijo, luciendo triste.

Incluso si su vida se hubiera salvado, probablemente había sufrido tremendamente a manos de los otros competidores. Ahora, dijo Jeord, la antigua reina lo estaba cuidando. Con Sorcié tan pacífico como estaba ahora, esto era difícil de creer. Y el hecho de que no hubiera sucedido hace tanto tiempo lo hacía aún más aterrador.

“Estoy lejos de estar orgulloso de estas circunstancias, y estaba todo menos ansioso por hablar de ellas, pero tampoco quería ocultarte la verdad.” Dijo Jeord, bajando la mirada. “El libertinaje de mi abuelo me repugna y no tengo ninguna intención de volverme como él. Aun así, no puedo negar que soy su nieto.”

Jeord suspiró y luego continuó. “Katarina, ¿me odias ahora que sabes qué tipo de sangre promiscua fluye por mis venas?” Mientras preguntaba esto, no tenía ni su sonrisa sombría ni su expresión de confianza habitual. Nunca lo había visto así.

Por eso no quería hablar de eso. Era cierto que no podía pensar bien en un hombre que se rodeaba de decenas de mujeres así, pero… “El antiguo rey y tú son dos personas distintas Algo como esto nunca cambiaría mi opinión sobre ti, príncipe Jeord.” Le dije con una sonrisa. “También sé con certeza que no eres el tipo de persona que es infiel o juega con las mujeres.”

Lo conocía desde hacía unos diez años, así que tenía una idea bastante clara del tipo de persona que era. “Así que no te preocupes por tu abuelo y… ¿Príncipe Jeord? ¿Qué pasa?”

Miraba hacia abajo incluso más bajo que antes, ocultando su rostro. Intenté levantarme y acercarme a él, preocupada de que tal vez se sintiera mal, pero me hizo un gesto para que me detuviera.

“Lo siento. Por favor espera un momento. No puedo… mostrarte mi cara ahora mismo.” Dijo.

¿Por qué no podía mostrarme su rostro? Le eché un buen vistazo y noté que sus orejas se estaban poniendo rojas. ¡Quizás le había sangrado la nariz por el calor! Era un día muy caluroso, había estado corriendo buscándome, y para colmo, había estado bebiendo este té caliente.

El apuesto y perfecto príncipe con hemorragia nasal… por supuesto que no querría mostrárselo a nadie.

Comprendiendo la situación, volví a comer pasteles, intentando en la medida de lo posible no mirarlo, esperando que cesara su hemorragia nasal. Tan sólo mírenme. Me he convertido en una dama tan reflexiva.

Después de un rato, presumiblemente después de que su hemorragia nasal se detuvo, volvió a levantar su hermoso rostro. “Gracias, Katarina.” Dijo con una sonrisa.

Se esperaba que una mujer noble como yo fingiera no ver una hemorragia nasal. Teniendo cuidado de no mirarle la nariz, le devolví la sonrisa y le dije: “De nada.”

Después de charlar sobre cosas no relacionadas durante algún tiempo, recordé por qué había venido aquí en primer lugar.

“Ah, príncipe Jeord, quería preguntarte algo. ¿Viste el libro que estaba dentro de la bolsa que olvidé aquí en el castillo?”

“¿Libro? Oh, te refieres a ese tipo de libro que a ti y a tus amigas les gusta leer. Vi la tapa, pero no la abrí. ¿Por qué preguntas?” Preguntó sospechosamente.

“No es nada. Simplemente no es el tipo de libro que me gustaría que vieran los chicos.” Dije, inventando una excusa al azar.

“¿Eso es así?” Preguntó con una sonrisa.

Eso significaba que probablemente Jeord no sabía nada de la nota. Mi investigación había sido infructuosa.

“Tengo trabajo mañana, así que será mejor que me vaya.” Dije después de un rato, y me acompañó hasta la puerta.

“Iré a visitarte la próxima vez que tenga un día libre.” Dijo, sonriéndome. “Sé lo ocupado que estás, así que no te preocupes si no puedes.”

“No poder verte es lo que más me preocupa.” Susurró sensualmente en mi oído, haciendo que todo mi cuerpo se debilitara.

Tan poco tiempo después de tener una hemorragia nasal, ya había recuperado la calma y sus gestos eran tan sexys como de costumbre. No esperaba menos del principal interés amoroso de FL1.

Dejé que la brisa que entraba por la ventana del carruaje enfriara mi sonrojado rostro y finalmente llegué a casa. Una vez allí, trabajé en el huerto por primera vez en mucho tiempo.

Ah, la agricultura es asombrosa. Me siento tan relajada en el segundo que tomo mi fiel azada en mis manos. ¡Y el clima está tan agradable! Este es el día libre perfecto.

No obstante, no había aprendido nada nuevo sobre la nota y no me quedaban más pistas que pudiera seguir. Insegura de lo que debería hacer a continuación, miré el cielo azul, esperando que se me ocurriera una buena idea. No vino ninguna.

Me quedé en el huerto hasta que llegó la hora de cenar. Tanto mis padres como Keith ya habían vuelto a casa, así que comimos todos juntos.

El hecho de que yo había corrido por el castillo mientras me subía el vestido ya había sido reportado a mamá, quien ignoró el hecho de que había sido una emergencia y se enojó conmigo, dándome un sermón tan largo y tedioso que, cuando finalmente regresé a mi habitación, terminé quedándome dormida antes de que pudiera preocuparme por cualquiera de las muchas cosas en las que tenía que pensar con respecto a mi futuro.