Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: Suma Sacerdotisa

Parte 9

# La perspectiva de Keima

 ¿Qué demonios quiso decir con ofrenda desinteresada, comida querida y consejos caritativos…? Sacudí la cabeza confundido mientras miraba el monitor, pero decidí no pensar en eso por ahora. Tenía cosas más serias de las que preocuparme.

La Suma Sacerdotisa había escrito una carta. Aparentemente ella estaba solicitando fondos adicionales y me ayudó a dar permiso para destruir el Dungeon Core. Económicamente hablando, la carta fue algo buena para nosotros, ya que la llevaría a quedarse más tiempo y continuar proporcionándonos una gran cantidad de oro y DP. Pero sería realmente malo si fuéramos demasiado  lejos y el Reino Santo  se enojara  con nosotros. Una mazmorra con la ira de toda una teocracia construida alrededor de la destrucción de los núcleos de mazmorras no fue larga para este mundo. Literalmente.

Y así, llamé a Rokuko para celebrar una reunión de estrategia de emergencia.

“Espera, Keima, ¿estabas mirando en la habitación de una chica? ¿Es ese el tipo de persona que eres?” Me miró con ojos fríos. Oye, me ofende eso. Solo estoy espiando a mi enemigo aquí. Porque sí, no lo olvides, ella es nuestra enemiga. No es como si estuviera mirando las deliciosas curvas de sus pies. Definitivamente no vi cómo se quitó los calcetines y expuso sus pies indefensos al aire. De ninguna manera. Y especialmente no utilicé el monitor para mirar a sus pies desde el suelo. Si quisiera hacer algo así, bueno, los pies de Niku e Ichika siempre están disponibles. No estoy tan desesperado.

“Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto? ¿Hacer que el dinero nunca llegue?”

“Wow, Rokuko, lo has adivinado. Ese es exactamente mi plan. ¿Cómo te diste cuenta de eso…? No puede ser, ¿eres una impostora?”

“Um, no, eso es lo obvio que hacer. El verdadero problema es cómo ejecutarlo. ¿Vas a cambiar las letras? ¿O tal vez interponerse en el camino de los correos?”

“En serio, ¡¿estás bien?! ¿Tienes fiebre o algo así? ”En algún momento, Rokuko se había enfriado y calculado. Apresuradamente puse una mano en su frente para comprobar si tenía fiebre.

“¡P-Por supuesto que no tengo fiebre! No me menosprecies demasiado,

¿de acuerdo? ”

“Tu frente se siente un poco caliente…” “¡Eso es solo tu imaginación!”

“¿Sí? Bien entonces. Simplemente me has preocupado desde que te volviste tan inteligente de repente.”

“Bueno, gracias por preocuparte por mí. Jajaja Y siéntete libre de felicitarme más, puedo soportarlo”. Muy bien, ella se está volviendo arrogante y se deja llevar. Ahí está la Rokuko, que conozco.

“De verdad, ¿qué vamos a hacer? Será difícil hacer algo con los aventureros que toman la misión una vez que abandonan el área de la mazmorra. Supongo que deberíamos intentar tomar las cartas una vez que el Gremio las tenga.”

“Quiero evitar que el Gremio tenga demasiada responsabilidad aquí. Nada bueno vendrá de su participación. E incluso si quisiéramos intercambiar las letras, hay un sello de cera, así que…” Alca puso las letras en tubos, las selló con cera y luego presionó su sello de Suma Sacerdotisa contra ella. Sería obvio si los abriéramos.

“¿No podrías arreglar el sello con tu magia? Al igual, podríamos abrir el tubo y arreglarlo sin dañar la cera. Aunque si la cera tiene algunas propiedades mágicas especiales, podríamos necesitar manejarla de manera diferente”.

“… Rokuko”.

“¿Qué? ¿Te enamoraste de mí otra vez?” “En serio… ¿Eres la verdadera Rokuko…?” “¡Sí, soy la verdadera Rokuko!”

“Pruébalo mostrándome tus pies”.

“¡¿Puedes reconocerme por mis pies?! Bueno, está bien, si solo son mis pies… A-Aquí”. Rokuko se quitó los calcetines y me mostró sus pies.

…Sí. Una exhaustiva revisión confirmó que ella era la verdadera. La verdad es que tenía un carácter muy distintivo… falta de algo distintivo en cualquiera de sus pies, pero no obstante, me di cuenta de que eran sus pies. Además, revisé el mapa y confirmó que ella era real. Quiero decir, hubiera sido bastante malo si ella fuera falsa, así que está bien. Me pregunto si ella rodó un elemento que aumenta la INT en la gacha o algo así.

“Perdón por dudar de ti, eres legítima”.

“Eso es lo que te estaba diciendo… Entonces, de todos modos. ¿Tiene un plan?”

“… Sí, puedes apostar. Me voy a quejar”. Mi estrategia fue directa e increíblemente directa. Yo mismo escribiría cinco cartas y las enviaría a la misma dirección que la Suma Sacerdotisa envió a las suyas. Dado que las cartas tendrían la misma dirección, los aventureros verían una oportunidad para obtener ganancias y tomarían ambas al mismo tiempo. Continuaría y le diría al Gremio que fomente dar ambas misiones a la vez.

Una vez hecho esto, no había necesidad de interferir con las cartas de Alca. Y si ninguna de sus cartas llegaba a su destino, ninguna de las mías tampoco. No tenía que preocuparme por eso en absoluto.

“Wow, tus planes siempre están en una liga propia, Keima”.

“Sin embargo, hay un agujero en él, y eso es si alguien se molestaría en leer una carta del jefe de una ciudad sin nombre. Ahí es donde entras tú, Rokuko”.

“¿Yo?”

“Eres la hermana pequeña de Haku. O, en otras palabras, eres la hermana pequeña de Haku Laverio, fundador del Imperio”.

“¡Oh ya entiendo! ¡Tomaremos prestada la autoridad de Haku!” Haku se había encariñado bastante  con quedarse en nuestra posada. Estaba seguro de que no le importaría que le prestáramos su nombre. Y considerando todo, la palabra de Rokuko podría tener más influencia que esa broma de una Suma Sacerdotisa.

Y así, me puse a trabajar preparando cinco letras con el nombre de Rokuko. Eran quejas que decían así: “La Suma Sacerdotisa está malgastando todo su dinero para comer nuestras provisiones de invierno. Seguimos vendiéndole porque necesitamos dinero como todos los pueblos, pero tenemos nuestros límites. ¿Podrías decirle que se contenga?” Escribí las cartas para que fueran algo duras.

Los sellamos con cera, presionamos el sello del Imperio contra ellos, y estaban listos. Haku realmente nos había dado este sello para usar cuando Rokuko quería escribirle cartas. Normalmente solo lo usamos cuando le enviamos cartas directamente a ella, pero… no quería involucrar a Haku y le debía un gran favor. Eso sería aterrador. Técnicamente me estaba endeudando con ella simplemente usando el sello del Imperio, pero sentí que recordaba que Rokuko podía usarlo cuando quisiera, así que debería estar bien.

… Y Haku definitivamente se alegrará si Rokuko le envía una carta de agradecimiento después. Seguro. Sí. Si le muestro alguna debilidad, ella me explotará tanto como pueda durante todo el tiempo que pueda. Un simple agradecimiento es todo lo que obtendrá de mí.

Rokuko terminó de escribir las cartas mientras me perdía en mis pensamientos. Cada una de las cinco letras estaba lista para salir.

“Y hecho. Fue un poco agotador escribir lo mismo cinco veces”.

“Buen trabajo. Eh, si podemos meternos con las letras de Alca de alguna manera, lo intentaré. De todos modos… voy a ir a toda prisa al gremio. Tengo que asegurarme de que las misiones se tomen juntas.”

“Uh-huh, gracias”.

La Suma Sacerdotisa aparentemente había hecho que su asistente llevara las cartas al Gremio, ya que él estaba saliendo de la sucursal justo cuando llegué. Me apresuré con las cartas de Rokuko listas.

La recepcionista del Gremio aceptó mi búsqueda y solicitó una recompensa algo alta de una plata por cada misión de entrega. El costo adicional se debió a las misiones que implicaban abandonar el país y realizar una segunda búsqueda al mismo tiempo. En este punto, sin embargo, cinco platas no me parecieron nada.

Las misiones se colocaron en el tablero de misiones casi de inmediato. Los colocó justo al lado de la búsqueda de la Suma Sacerdotisa, aunque un poco más alto para evitar la superposición. La gente definitivamente los vería juntos y tomaría ambos ahora.

Además, no pude conseguir las cartas de la Suma Sacerdotisa asegurada por el Gremio. Tal vez debido a que están encerrados en la caja fuerte del Gremio, no pude retirarlos. Me pregunto si solo hay una regla en contra de retirar la propiedad de otros sin permiso o algo así. Eso tendría sentido. De lo contrario, podría hacer algunos trucos desagradables como retirar la armadura o las armas de un guerrero en medio de una pelea. Digamos que preparar nuestras propias cartas fue la idea correcta y dejarlo así.

“¡Aha, sabía que tu plan era el correcto, Keima!”

“S-Sí”. A pesar de que su plan no funcionó, Rokuko parecía feliz por alguna razón.

…De todas formas. La Suma Sacerdotisa se va a la quiebra, ¿eh? Me pregunto cuánto dinero le queda. Podría ser inteligente para mí comenzar a escurrirla para todo lo que vale más pronto que tarde.